Termómetro del manifiesto de la

nueva guerrilla de Iván Márquez

“Iván Duque asegura sin inmutarse que lo que él no firmó, no lo obliga”

El presidente y otros funcionarios de su gobierno sí han dicho cosas similares más de una vez, pero se referían a los protocolos para dar por terminado el proceso con el ELN, no al Acuerdo de Paz con las Farc. Con este, el mandatario ha sido crítico pero reconoce su vigencia. Por tanto, el argumento de los reincidentes es cuestionable.

El primero en hacer un pronunciamiento en ese sentido fue el alto comisionado para la Paz, Miguel Ceballos, el pasado 21 de enero. Lo hizo para explicar que el presidente Duque le hubiera pedido a Cuba la captura de los jefes elenos que estaban en la mesa de diálogos de La Habana, tras el atentado de esa guerrilla contra la Escuela de Policía General Santander en Bogotá.

Esa decisión contrariaba lo que ese grupo armado había acordado con el equipo de Juan Manuel Santos para un eventual rompimiento de las negociaciones, como el que acababa de ocurrir. Pero el comisionado defendió la posición del nuevo mandatario con el argumento de que “esos protocolos de ninguna manera fueron asumidos ni reconocidos por nuestro gobierno” y que “solamente obligan a la administración que estaba en el poder en ese momento”, cuando fueron firmados.

El ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Holmes Trujillo, defendió el mismo punto luego de que Cuba y Noruega, países garantes del proceso, se negaron a desconocer lo pactado. “El gobierno del presidente Duque no reconoce esos protocolos (...) los negoció el anterior Gobierno dentro del marco de un proceso de diálogo con el ELN, que no ha tenido lugar durante el gobierno Duque”, declaró el canciller.

El jefe de Estado también dijo, casi un mes después, que “el único protocolo que acepto es que el Gobierno de Cuba entregue a los responsables de ese crimen para que sean llevados a la justicia”.

No ha dicho lo mismo sobre el Acuerdo de Paz. Sí ha sido crítico de su contenido y ha buscado hacerles cambios a sus disposiciones e instituciones; un ejemplo fueron las fallidas objeciones a la ley estatutaria de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Pero también ha prometido “cumplirles a quienes genuinamente están realizando su proceso de reincorporación con verdad y no repetición”, como lo manifestó en su visita de octubre pasado al ETCR de Pondores en Fonseca, La Guajira.

El pasado 17 de agosto también publicó una columna en el diario El País de España en la que habla de “superar el mito de si se está cumpliendo o no, para pasar a lo que es más importante para Colombia: la evaluación de cómo estamos consolidando la paz con legalidad”. Allí hace referencia a “promesas” del Estado y “compromisos” de su gobierno con relación a diferentes puntos del Acuerdo.

Este discurso no corresponde con el que el manifiesto de Márquez y compañía le atribuyen que, como ya se dijo, en realidad corresponde al proceso con el ELN. Aunque mantiene sus reservas frente a lo acordado con las Farc en 2016, no desconoce que la paz se suscribió a nombre del Estado.

Ver todas las frases chequeadas