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Verdadero pero...

Jueves, 05 Agosto 2021

“Duplicamos las camas UCI y pasamos de 1 a 166 laboratorios para procesar pruebas de COVID-19”

Por José Felipe Sarmiento

Este chequeo hace parte del especial sobre el discurso del presidente Iván Duque en la instalación de las sesiones ordinarias del Congreso el 20 de julio de 2021.

Al instalar la última legislatura del actual Congreso, el mandatario nacional hizo un recuento de lo que considera sus principales logros en las tres cuartas partes de su gobierno. Entre ellos, incluyó la gestión frente al COVID-19 con cifras como estas:

“En pocos meses de haberse iniciado la pandemia, logramos duplicar las camas de cuidado intensivo [UCI], pasando de 5.400 a más de 12.000; pasamos de 1 laboratorio que procesaba 1.000 pruebas al día a más de 166 laboratorios con capacidad de procesar más de 100.000 pruebas diarias y capacitamos también el talento humano en salud para que llegara a todos los rincones de Colombia con medicinas y tratamientos”.

Colombiacheck verificó estos datos dentro de un especial en el que también revisamos otras afirmaciones de su discurso. Estas cifras, si bien son ciertas, omiten algunos matices importantes y, sobre todo, ignoran que el país ha sido uno de los más golpeados por el COVID-19 en términos de mortalidad. Por tanto, es ‘verdadera pero’.

Las camas UCI

De hecho, no es el primer chequeo sobre una sacada de pecho de la administración Duque con la duplicación de camas UCI: publicamos uno en diciembre de 2020, habíamos hecho otro parecido en abril de 2021 e incluso tenemos un explicador sobre las cifras. También repitió el dato en una entrevista con el diario El Espectador publicada el 24 de julio de 2021.

Al principio ni siquiera estaba claro el número de partida al contrastar los cálculos del Ministerio de Salud con los de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas (ACSC) y la Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo (AMCI). Esta última planteó una línea base de 8.200 unidades, pero tenía en cuenta las neonatales y pediátricas.

Las de adultos sí rondaban las 5.400 camas en las diferentes fuentes. La distinción es importante porque el riesgo de enfermedad grave por SARS-CoV-2 aumenta con la edad. En la infancia es muy bajo, sobre todo si no hay otras morbilidades de base como obesidad, cáncer, diabetes, entre otras.

Al 21 de julio de 2021, el país cuenta con 13.000 UCI de acuerdo con el mapa de capacidad instalada del Sistema Integrado de Información de la Protección Social (Sispro). Entre tanto, el Registro Especial de Prestadores de Salud (REPS) solo presenta 6.116 camas de este tipo, incluyendo 1.152 neonatales y 515 pediátricas.

Pantallazo del mapa de Sispro con 13.000 UCI en Colombia al 21/07/2021

Pantallazo de la base de datos de UCI en REPS al 21/07/2021

La diferencia, según la explicación dada por el Ministerio para las verificaciones anteriores, radica en que el dato publicado en el mapa es la sumatoria del REPS más la capacidad por camas con autorización transitoria por la pandemia. En todo caso, la noticia de la duplicación fue dada a conocer por el ministro de salud, Fernando Ruiz Gómez, desde que la cifra total llegó a 10.693 unidades a principios de octubre de 2020.

Es decir que la meta de duplicar se logró, según los datos oficiales, casi siete meses después del primer caso confirmado de COVID en Colombia. También fue dos meses posterior al primer pico de contagios en el país, ocurrido a finales de julio de 2020, aunque este también fue el más bajo en comparación con las oleadas que vinieron después, sobre todo en 2021.

Aunque las UCI han aumentado, algunas organizaciones médicas se han quejado de que el personal disponible para atenderlas no ha crecido al mismo ritmo, lo que endureció sus condiciones laborales y afectó su salud. En enero, AMCI calculó que los intensivistas apenas habían aumentado un 25 %, casi la quinta parte de lo que habían aumentado las camas en esas unidades hasta ese mismo momento.

La epidemióloga Silvana Zapata Bedoya, por su parte, considera que “Colombia hizo más del tope en capacidad de UCI”. No obstante, lo atribuye más a “un esfuerzo muy importante de los hospitales, los gobernadores y alcaldes”. También aclara que el máximo alcanzado “tendrá un desmonte paulatino porque es un servicio muy costoso, en realidad”.

Así, los datos del presidente se aproximan mucho a la realidad pero no son del todo exactos ni contemplan todos los elementos necesarios, sobre todo porque de todas formas es discutible a qué se refiere con “pocos meses”. Colombiacheck intentó obtener una explicación más precisa por medio del equipo de prensa de la Casa de Nariño, pero no recibió respuesta alguna.

Laboratorios y pruebas

En este caso, Duque es mucho más acertado. De acuerdo con los datos de la sección sobre coronavirus en el portal del Instituto Nacional de Salud (INS), el 21 de julio de 2021, Colombia tiene 186 laboratorios autorizados para el procesamiento de pruebas diagnósticas de COVID-19. La capacidad declarada, por otro lado, es de 65.090 al día.

Pantallazo de tablero del INS sobre laboratorios para pruebas COVID al 21/07/2021

Aunque esta última cifra que aparece en la citada página de la entidad es muy inferior a la que dijo el presidente, la verdad es que también se queda corta frente a los resultados reales que se han visto en la práctica y que incluso superan lo dicho por Duque. En particular durante el pico de contagios que empezó a crecer en marzo de 2021, que también es el más alto y prolongado que ha vivido el país.

Entre el 22 de junio y el 5 de julio, Colombia efectivamente procesó más de 100.000 pruebas diarias, en promedio móvil de 7 días, según los datos oficiales recopilados por el portal Our World in Data. En el punto máximo, fueron 111.600 tests al día.

De esta forma, la cantidad de pruebas que se ha alcanzado a procesar al día y el número de laboratorios dispuestos para el diagnóstico de COVID-19 en realidad no solo se ajustan sino que incluso han superado lo dicho por el mandatario en su discurso. Además, también tiene razón con respecto a la situación que había al inicio de la pandemia.

A principios de marzo de 2020, cuando el SARS-CoV-2 fue detectado por primera vez en Colombia, el único laboratorio que procesaba ese tipo de muestras en el país era precisamente el del INS, con una capacidad de 1.600 diarias. No fue sino hasta mediados de ese mes que se habilitó el Distrital de Bogotá, con 400 pruebas al día, y luego siguieron otros descentralizados.

De hecho, hasta principios de febrero de 2020 era necesario que los análisis se hicieran en otros países, como Estados Unidos. Según el Ministerio de Salud en ese entonces, Colombia fue uno de los primeros países en América Latina que consiguió la estandarización para poder hacer los diagnósticos en su territorio.

Zapata Bedoya considera que, en este aspecto de la respuesta ante la emergencia sanitaria, “lo único que no salió bien fue la capacidad de rastreo”, o sea el seguimiento de las cadenas de contagio para aislar y diagnosticar con pruebas lo más pronto posible a los contactos de cada caso detectado. Sin embargo, aclara que esto era responsabilidad de cada entidad territorial.

“Ahí sí nos faltó mucho. En el papel estaba bien, pero la ejecución no fue la requerida”, señala. Es decir que el Programa de Pruebas, Rastreo y Aislamiento Selectivo Sostenible (PRASS) estuvo bien pensado por el gobierno nacional pero mal puesto en práctica por las alcaldías y gobernaciones.

No obstante, hay un dato fundamental que el mismo presidente mencionó en su discurso sin mucho contexto y que lo favorece mucho menos que estas cifras que resaltó: la cantidad de muertes por COVID-19.

Las muertes

Al empezar su intervención, Duque pidió un minuto de silencio “para recordar a todas las víctimas de la pandemia y también a las que han fallecido a causa de la violencia”. Pasado ese tiempo, reanudó su discurso diciendo que el nuevo coronavirus “nos ha dejado un rastro de dolor muy grande: más de 115.000 fallecidos que, junto a los 4 millones de víctimas en el mundo, representan un vacío irreparable”.

En efecto, esas eran las cifras confirmadas por el INS y la OMS hasta ese momento, citadas en el reporte diario del propio Ministerio de Salud: 116.753 muertes en Colombia y 4 millones en todo el planeta. El problema es que los números sueltos no reflejan la gravedad del impacto en Colombia.

El país es el tercero de América Latina con más muertes confirmadas a causa de esta enfermedad por cada millón de habitantes, un dato ajustado por población que permite entender mejor la proporción. Solo lo superan Brasil y, de lejos, Perú. Así lo muestran los gráficos del portal estadístico Our World in Data, basados en datos oficiales.

Además, entre los 14 países del mundo que tienen una población de tamaño similar (entre 40 y 60 millones de habitantes), Colombia es el de mayor mortalidad por COVID-19, seguido de cerca por Argentina. Supera incluso a países a donde el SARS-CoV-2 llegó primero, sin tiempo para la preparación, y con mayor proporción de adultos por encima de los 65 años, las personas más vulnerables a la enfermedad, como España, Italia, Ucrania y Corea del Sur.

Mientras la población colombiana es menos del 1% de los habitantes del planeta, el país ha registrado casi el 3% de las muertes confirmadas por COVID-19. De modo que, por más ciertas que sean las cifras de UCI o pruebas, la gestión frente a la pandemia no ha sido el éxito que pinta el presidente. Sus datos son ‘verdaderos pero’, al ignorar el contexto.