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Viernes, 23 Agosto 2019

Morsas no se suicidan por el calentamiento global, como asegura publicación

Por Luisa Fernanda Gómez Cruz

Es cierto que por el fenómeno climático la falta de hielo ha hecho que estos animales ocupen espacios para los que no están desarrollados. Pero asegurar que se están suicidando es incorrecto.

Un fragmento de minuto y medio del documental de Netflix ‘Our Planet’ (Nuestro planeta) está circulando en Facebook con un mensaje engañoso. 

Las imágenes muestran un grupo de morsas que caen de un acantilado y mueren por los golpes que les ocasionan las rocas, tras rodar peñasco abajo. El video se ha difundido con una viñeta que dice: “Morsas se suicidan por el calentamiento global”. Afirmación que es falsa.

Todo el video subido a la red social es verdadero y corresponde con el “behind the scenes” (Tras las cámaras) del documental Our Planet. 

Muestra lo que en los últimos minutos del capítulo dos del documental el narrador llama “la reunión de morsas más grande del planeta. Más de cien mil se han apilado en una sola playa. Lo hacen por desesperación, no por opción”.

Las morsas son unos mamíferos semiacuáticos que viven en los mares del Ártico (en el polo Norte). Normalmente habitan la banquisa, una capa de hielo flotante, plana y lisa, que se forma en las regiones oceánicas polares.

No obstante, como cuenta nuevamente el narrador del documental en el capítulo dos, “el hielo se ha retirado hacia el norte y este es el lugar más cercano a su área de alimentación, donde pueden descansar”. Según Susana Caballero, bióloga especialista en genética de vertebrados acuáticos y profesora Asociada del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de los Andes, lo que hacen las morsas en la banquisa, y a falta de ella en la tierra, es descansar y cuando sienten hambre vuelven al mar en busca de alimento.

Pero en la tierra no hay el espacio suficiente para todas ellas y por eso “luchan por subir acantilados de 80 metros de altura”, como dice el documental. Las morsas terminan en una superficie para la cual no están adaptadas y cuando intentan volver al agua es que caen y mueren.

El mismo video permite identificar el contexto en el que suceden las imágenes, pues las voces de los expertos, quienes hablan en inglés en el video, dicen: “Probablemente hay 200 o 300 morsas muertas en un tramo de playa de casi un kilómetro. Solían dormir en el hielo, bucear, comer, dormir en el hielo, fácil. Ahora nadan cien kilómetros, vienen aquí, escalan acantilados y están agotadas y caen. Se matan cuando caen o se aplastan unas a otras”. 

Es decir, la caída es accidental y no intencional. Las morsas no se lanzan porque quieran, decisivamente, matarse; sino porque intentan volver al mar y en su desespero por hacerlo, se resbalan.

Según Caballero, en términos de comportamiento, se asume que un animal joven y en buen estado de salud no se mataría. “No cometería un suicidio como nosotros lo entendemos”, aclara la bióloga. Hay animales que cuando ya están viejos o muy enfermos, y piensan que pueden llegar a ser carga para un grupo (generalmente animales que viven en grupos familiares), tienden a alejarse, dejan de comer y se dejarían morir; más no se suicidan. Y esta no es la situación que se presenta en este video. Por ello es falso afirmar que las morsas del video se están suicidando.

Frente al tema del calentamiento global, referido en la publicación de Facebook, Caballero le explicó a Colombiacheck que es claro que con el cambio climático las morsas, que normalmente usaban la banquisa para descansar han perdido esta posibilidad porque el hielo es muy débil o ya no está. “Son animales que han estado acostumbrados durante miles de años a la banquisa”, explica Caballero, “y no saben cómo comportarse cuando no hay hielo. Las morsas están morfológica y comportamentalmente adaptadas al hielo y el problema es que cada vez hay menos hielo en el verano en el Ártico”.

Esto mismo es lo que refiere el ‘Tras las las escenas’ de Our planet: “Esta es la triste realidad del cambio climático. Si pudieran estarían sobre hielo. Pero no hay otra opción más que ir al terreno”, dice una de las expertas.

Y el problema, de acuerdo con Caballero, es que el cambio está ocurriendo de una manera muy rápida frente a las condiciones ambientales de esta región, principalmente en los veranos.