Pasar al contenido principal

Chequeo Múltiple Chequeo Múltiple Chequeo Múltiple Chequeo Múltiple Chequeo Múltiple Chequeo Múltiple Chequeo Múltiple Chequeo Múltiple

Chequeo Múltiple

Martes, 24 Mayo 2022

Rodolfo Hernández

Por José Sarmiento*, Daniela Puentes** y Paola Benjumea*

Alcalde de Bucaramanga 2016-2019

El ingeniero civil Rodolfo Hernández Suárez es un empresario de la construcción con poca experiencia en lo público. El único cargo de elección popular que ha ocupado en los últimos años fue como alcalde de Bucaramanga entre 2016 y 2019 y en los 70 y los 90 fue concejal liberal de Piedecuesta, Santander, cargo del que fue destituido en la segunda ocasión por haber firmado un contrato con el Municipio.

En 2015 hizo campaña para la Alcaldía por el Movimiento Cívico Lógica, Ética y Estética y le ganó a Carlos Arturo Ibáñez Muñoz, del Partido Liberal. Las banderas de su administración fueron la eficiencia y austeridad en las finanzas públicas y la lucha contra la clase política corrupta que había gobernado la capital departamental.

De acuerdo con un balance del periódico Vanguardia, los principales resultados de Hernández como alcalde se dieron en obras construidas en los barrios, como la recuperación de los centros de salud y los salones comunales (las llamadas ‘Ágoras’). También la reconstrucción de la Biblioteca Gabriel Turbay y la adecuación de canchas y parques.

No obstante, según el mismo diario bumangués, Hernández quedó en deuda con varios de sus proyectos bandera, como los ‘20 mil Hogares Felices’, la reingeniería de Metrolínea y el Centro de Bienestar Animal.

Durante su administración, Hernández no tuvo buenas relaciones con el Concejo Municipal. Uno de los episodios más polémicos fue a finales de su tercer año de gobierno, cuando le pegó una cachetada al concejal Jhon Claro durante una reunión. Por esa agresión física y verbal, en noviembre de 2018 la Procuraduría le abrió investigación y lo sancionó por tres meses.

Eso se convirtió en una pelea jurídica por la que el entonces mandatario entró y salió tres veces del cargo. Finalmente, en diciembre de 2019, la entidad lo volvió a sancionar con suspensión e inhabilidad especial por ocho meses, cuando ya había renunciado al cargo.

Pero el lunar más grande de Hernández es el escándalo de corrupción por el caso Vitalogic, una unión temporal integrada por inversionistas extranjeros que estuvo a punto de contratar para el manejo de las basuras en Bucaramanga. En este escándalo también está involucrado su hijo Luis Carlos Hernández, a quien acusan de aspirar a recibir una coima de la unión temporal, de alrededor de 1,5 millones de dólares, por hacer lobby para que le dieran el contrato.

Por ese escándalo, la Procuraduría le formuló pliego de cargos en agosto de 2019 y en estos momentos está en juicio disciplinario.

Igualmente, en febrero de 2020, la Fiscalía le imputó cargos por su presunta responsabilidad en el delito de interés indebido en la celebración de contratos porque habría ejercido su poder supuestamente para direccionar el otorgamiento del contrato de consultoría suscrito por la Empresa de Aseo de Bucaramanga (Emab) con el ingeniero Jorge Hernán Alarcón, para que él formulara las condiciones de la licitación del contrato para el manejo de las basuras en El Carrasco y favorecer a la Unión Temporal Vitalogic. Este proceso se encuentra en etapa preparatoria de juicio.

Hernández no terminó su periodo como alcalde porque renunció luego de que la Procuraduría lo suspendió por segunda vez, ahora por tres meses, por presunta participación indebida en política a favor de su sucesor, el actual alcalde Juan Carlos Cárdenas.

Hernández, quien se lanzó a la presidencia por firmas con el grupo significativo de ciudadanos Liga de Gobernantes Anticorrupción, durante la campaña ha participado en pocos debates. Tampoco da muchos datos en sus redes sociales o en entrevistas en medios de comunicación, aunque sí ha mencionado con insistencia tres logros como alcalde de Bucaramanga en materia de reducción del gasto público y ejecución de obras.

Colombiacheck y Vanguardia decidimos verificar esas tres afirmaciones reiteradas en múltiples escenarios: una en la que saca pecho porque recibió una “ciudad destrozada” y la entregó con 100.000 millones en ahorro; otra en la que asegura que dejó la Alcaldía con cero déficit fiscal y otra en la que afirma que hizo 503 obras en los 44 meses que estuvo como alcalde y dejó 42 en ejecución. Encontramos que dos son cuestionables y una verdadera.

Sus banderas siguen siendo similares. En su actual programa de gobierno, que tiene cinco frentes de acción y 35 ejes temáticos, Hernández plantea cero impunidad con los corruptos y cuidar el presupuesto público, que según él, “se ha derrochado y se lo han robado por mucho tiempo”.

Asegura que para cumplir “un programa tan completo” requiere de un esfuerzo económico mayor y del compromiso de todos los actores. Por eso, dice, “es imperativo deshacernos de gastos administrativos innecesarios, de burocracia alcahueta, de impuestos ‘mal puestos’, de tanto derroche en lo público... ¡necesitamos un presupuesto responsable!”.

En aras de racionalizar el gasto propone realizar un recorte a la “burocracia diplomática” en el Ministerio de Relaciones Exteriores por considerar este gasto oneroso y destinar el dinero ahorrado a otras áreas como el deporte competitivo, así como a fortalecer los programas sociales en educación y salud. Plantea que la mayor cantidad posible de cargos diplomáticos y consulares sean ocupados por colombianos que viven en el exterior.

En cuanto a obras promete ejecutar un programa nacional de vivienda rural, la construcción de 14.000 kilómetros de vías terciarias, exigir la construcción de plantas de tratamiento de aguas,ejecutar un plan de infraestructura para transporte intermodal, habilitar vías férreas existentes, intervenir escenarios culturales ya existentes e incentivar la construcción o recuperación de escenarios recreativos y apoyar en las grandes ciudades la construcción de trenes subterráneos y en las ciudades intermedias el sistema de tranvía.


 

 

‘Hicimos 503 obras en 44 meses’

 

 

CUESTIONABLE

Hernández ha sacado pecho en varias ocasiones por las obras que, según él, se ejecutaron en Bucaramanga bajo su alcaldía. “Dejamos 503 obras y 42 andando en Bucaramanga”, resaltó en el debate convocado por el diario El Tiempo y la revista Semana el 25 de enero de 2022. Lo repitió en Noticias Caracol el 9 de febrero. Ya lo había dicho en entrevistas con W Radio y Semana en agosto de 2021, así como en Twitter en noviembre.

Como ingeniero civil y empresario de la construcción, las promesas de infraestructura hicieron parte importante de su campaña en 2015. En su programa de gobierno de ese entonces, decía que cada obra de su administración estaría garantizada por un “contrato de ética social” para evitar sobrecostos y se proponía hacer diferentes intervenciones barriales.

También planteaba una ciudadela de 20.000 casas para familias pobres, centros comerciales al aire libre para vendedores informales, plantas de tratamiento de aguas en zonas apartadas o rurales, un centro de bienestar animal, un centro cultural, multicentros deportivos, canchas sintéticas de fútbol, la ampliación del sistema de transporte masivo, escaleras eléctricas o cable aéreo para barrios en pendientes, vías para motos y ciclorrutas; así como la reconstrucción de 50 escuelas y colegios, la Biblioteca Gabriel Turbay, salones comunitarios y centros de salud.

Vanguardia y Colombiacheck han consultado en varias ocasiones al equipo de prensa de Hernández para pedir detalles de su afirmación y el sustento de los datos. Hasta el momento de publicar esta verificación, no había respondido.

Lo curioso es que él mismo ha dado una cifra muy inferior, pero el archivo digital de la propia Alcaldía de Bucaramanga le da la razón a medias: sí fueron 500 obras, pero 2 de cada 5 no eran “de alto impacto”, según su propia administración, y algunos de sus proyectos bandera nunca llegaron a hacerse realidad. Por tanto, su frase es cuestionable.

Además, no fue posible corroborar exactamente cuántas dejó “andando”, suponiendo que se refería a que estuvieran en ejecución cuando dejó el cargo.

Sus propias cuentas

De acuerdo con lo consignado en la página web de Hernández, en su alcaldía se invirtieron 140.000 millones de pesos “en alrededor de 300 obras que comprenden colegios, parques, zonas deportivas, alumbrado público, infraestructuras para la movilidad y la cultura”. Es decir, 200 menos de las que ha contado en medios.

Este dato coincide con el que él mismo consignó en su cuenta de Twitter el 16 de septiembre de 2019, día en el que renunció a su cargo como mandatario de la capital santandereana. “#300Obras ¡ESTAS OBRAS DERROTARON LA CORRUPCIÓN EN BUCARAMANGA! Recuperamos espacios culturales en Bucaramanga que la politiquería había pisoteado”, escribió.

El tiempo fuera

Esta salida anticipada de la Alcaldía se dio luego de que la Procuraduría le impusiera una suspensión “provisional” de tres meses (casi todo lo que le quedaba de periodo, que eran dos semanas más que eso) por participación indebida en el debate electoral a favor del entonces candidato Juan Carlos Cárdenas. Por eso Hernández dice en su frase que estuvo 44 meses en el cargo, no los 48 que serían los cuatro años.

Sin embargo, no cuenta o subestima que ya había estado fuera del cargo por un poco más de 41 días en total, del 30 de noviembre al 19 de diciembre de 2018 y del 8 de mayo al 21 de junio de 2019 (con excepción de unas horas del 20 de junio). Esto fue por otra sanción disciplinaria que originalmente era de tres meses a raíz del famoso golpe que le dio al concejal John Claro, que llevó a una compleja batalla judicial en la que perdió el ente de control por violación del debido proceso, aunque luego lo volvió a sancionar, pero después de su renuncia.

Es decir que, al restar casi seis semanas que duraron los dos lapsos efectivos de la primera suspensión junto a los tres meses y medio posteriores a su renuncia, Hernández fue alcalde por 43,1 meses. El tiempo de su mandato que no ejerció suma 147 días, la décima parte del cuatrienio.

Los datos de la Alcaldía

En la versión archivada de una nota en el portal de la Alcaldía de Bucaramanga, publicada el 7 de diciembre de 2019 (en su periodo pero después de su renuncia), se encuentra la explicación a la diferencia en las cifras de infraestructura que presenta el exmandatario local. “Si bien se ejecutaron más de 500 obras y proyectos, 300 de ellos corresponden a intervenciones de alto impacto para la comunidad bumanguesa”, afirma el artículo.

A continuación aparecía una imagen de resumen con la relación de obras ejecutadas, que hacía parte de un informe presentado en una reunión de empalme con el equipo de Cárdenas, quien ganó las elecciones con la bandera continuista. En el enlace ya no se ve, pero sí es posible encontrarla en Google al buscar por el título de la publicación.

Tabla con relación de obras Alcaldía de Bucaramanga 2016-2019

La tabla, de hecho, suma 600 obras individuales. El 40,6% corresponde a mantenimientos o mejoramientos de parques y el 24,7% son pozos sépticos. Estos dos rubros suman el 65,3%, casi dos tercios del total.

En cantidad, les siguen los 90 mantenimientos de canchas y escenarios deportivos, así como los 46 de instituciones educativas. El mantenimiento de 178.000 metros cuadrados de malla vial urbana y 5,6 kilómetros de vías rurales se cuenta por aparte.

El texto también está acompañado por dos audios. Quien habla en el primero es el entonces alcalde encargado, Manuel Francisco Azuero, y destaca “proyectos estratégicos como ‘Espacio Público, la Piel de la Democracia’, como la ‘Estrategia de la Bicicleta’, como la reconstrucción de la red de centros de salud, como la protección de los Cerros Orientales a través del Bosque de los Caminantes”.

En la otra grabación se oye al jefe de empalme de Cárdenas, Ángel Galvis, quien señala la cifra de “más de 300 obras y proyectos realizados durante los últimos cuatro años”. Como ejemplos, cita “recuperaciones del espacio público, proyectos nuevos de infraestructura, grandes obras como el Parque Lineal del Río de Oro o el del Río Suratá, que aún está en desarrollo; el Parque de los Sueños; el Teatro Santander. También en infraestructura para el sector de salud, como pudimos ver las repotenciaciones de los centros de salud, y en infraestructura educativa”.

Por otro lado, la Alcaldía publicó informes trimestrales de obras solo en 2018 y la primera mitad de 2019. El último es con corte a junio, dos meses y medio antes de la renuncia de Hernández, e indica que había 31 obras en ejecución a cargo de la administración municipal y sus entidades descentralizadas (9 tenían un avance del 76 al 99%) y otras 20 en proceso de contratación (16 tenían minuta, dos estaban en licitación y dos en adjudicación).

Si al menos 11 de estas 20 hubieran iniciado labores en el tiempo restante, sería verdad la cifra sobre las 42 que estaban “andando” cuando salió de la Alcaldía, pero Colombiacheck no pudo establecer si esto fue así o no. Por tanto, esta parte de la afirmación del exalcalde permanece inchequeable.

Del dicho al hecho

El informe de gestión del final de mandato y su comparación con el Plan de Desarrollo 2016-2019 ‘Gobierno de las Ciudadanas y los Ciudadanos’, que fue la hoja de ruta del cuatrienio, no dice nada sobre un número global de obras o una meta oficial que hubiera al respecto. Pese a esto, sí pone en evidencia que muchas de las grandes promesas de la campaña del ingeniero para la infraestructura de la ciudad se quedaron en veremos.

De hecho, ‘No sea pingo’, la sección de verificación de Vanguardia, ya había puesto a prueba el cumplimiento de Hernández cuando terminó su administración.

De los proyectos que “se embolataron”, justamente uno de los más recordados es la ciudadela de los 20.000 Hogares Felices que pretendía reducir el déficit de vivienda. “Una vez posesionado, el exalcalde aclaró que el programa no era un proyecto de construcción de vivienda, como muchos creyeron, sino una iniciativa de gestión del suelo, para habilitar terrenos en el norte de Bucaramanga para una futura urbanización”, recuerda el diario.

A pesar de ese cambio en el compromiso, los terrenos siguieron en manos de privados. La rendición de cuentas dice que se avanzó en la planificación, pero desde entonces no se ha sabido más al respecto. Las casas solo han vuelto a sonar precisamente como uno de los fantasmas de su administración pasado que persiguen al candidato presidencial.

Los centros comerciales al aire libre y las personas a las que pretendían beneficiar, las que viven de las ventas ambulantes, ni siquiera se mencionan en las memorias del proyecto de “humanización del espacio público” llamado ‘La Piel de la Democracia’, planteado en el plan de desarrollo. Mucho menos en el balance oficial del final de la administración, aunque la tabla del empalme dice que se hicieron 24 “kioskos, parques, plazoletas y mejoramientos de equipamientos urbanos” y 10 parques nuevos.

El promesómetro de Vanguardia reconoce construcciones de escenarios como Los Sueños, El Carrasco, Las Luces, Río de Oro y Suratá. Sin embargo, también considera que el Plan Maestro de Espacio Público “se embolató” por cuenta de la persistencia de su invasión, incluidos los puestos ambulantes.

Las plantas de tratamiento, según el plan, iban a ser 10 de potabilización y 3 compactas de aguas residuales en zona rural, además de 30 pozos sépticos. También se terminaría la potabilizadora de Los Angelinos y se haría una para tratar los residuos del río de Oro.

Al cierre del 2019, estaban en contratación 18 plantas de agua potable y los 148 pozos para el sector rural que salen en la tabla. Sobre el río de Oro, el informe solo menciona el parque. En cuanto a Los Angelinos, se terminó el contrato que estaba vigente en 2016 por incumplimientos y se licitó de nuevo, con la idea de entregar en 2019, pero la inauguración fue apenas en 2021, bajo la actual administración.

El Centro de Bienestar Animal, prometido hasta con juramento en notaría, también “se embolató”, según ‘No sea pingo’. El plan de desarrollo tenía como meta dejarlo al 100%, pero en el balance de gestión seguía siendo un plan a futuro con avances en papel. Apenas ahora, en mayo de 2022, está por terminar la construcción.

Otra derrota fue el sistema de transporte Metrolínea, aunque el “embolate” de este no se debió tanto al factor de infraestructura como al saneamiento financiero. Si en algo se avanzó, de acuerdo con lo que encontró Vanguardia, fue en la construcción de los portales: terminó dos y dejó uno en ejecución.

La prometida reconstrucción de 50 colegios y escuelas quedó reducida a las metas de hacer las intervenciones necesarias para viabilizar la jornada única en 10 instituciones e implementar y mantener un plan de infraestructura educativa. Según la Alcaldía, la primera se cumplió en un 70% y la segunda, un 83%.

Los estudios y diseños planeados para las escaleras eléctricas de los barrios de ladera, en cambio, no aparecen en el balance de cierre del mandato. Los cables aéreos que el programa de gobierno proponía como alternativa a esa opción ni siquiera llegaron a quedar en el plan de desarrollo.

Las vías exclusivas para motos sufrieron el mismo destino. Entre tanto, los 20 kilómetros de ciclorrutas que iba a implementar quedaron “en proceso”, porque solo alcanzó a entregar 2,6 km y el resto se suspendió por una acción popular. En todo caso, la administración presentó la meta como cumplida con el argumento de que ya estaban los recursos.

Los escenarios deportivos, en los que el informe de gestión asegura haber cumplido en un 100%, en realidad quedaron “en proceso”, según el análisis del diario bumangués. La idea era construir o remodelar 50 multicentros y 50 canchas, pero al final iban 90 en total.

También quedaron “en proceso” los centros de salud tan destacados en el empalme. En los cinco que planeó construir para el Instituto de Salud de Bucaramanga (Isabu), el total de avance era de 11% según el informe de gestión. No obstante, Vanguardia explica que se entregó uno nuevo y otros 22 fueron intervenidos.

Mejor le fue a Hernández con el centro cultural. No hizo uno nuevo al aire libre, como decía su programa, pero sí cumplió con la revitalización del de Oriente, como se propuso en el plan de desarrollo. Además, Vanguardia encontró que sí cumplió con la recuperación de la Biblioteca Gabriel Turbay y las remodelaciones de salones comunitarios.

Teniendo en cuenta que la mayoría de sus banderas en infraestructura fueron incumplidas, se embolataron o quedaron a mitad de camino; que las cifra de 503 obras terminadas que presenta en realidad incluye al menos 200 sin mucho impacto, según la misma Alcaldía, y que las 42 que dejó “andando” no se pueden verificar por falta de información pública al respecto, la repetida afirmación de Hernández en la que se enorgullece de esos resultados es cuestionable.

¿Qué propone ahora?

En su actual programa de gobierno habla de construir 14.000 kilómetros de vías terciarias, el equivalente a recorrer siete veces la distancia por carretera entre Tumaco, Nariño, y el Cabo de la Vela en La Guajira.

También promete centros educativos, viviendas de interés social, plantas de tratamiento de aguas, servicios públicos, centros de cuidado infantil para apoyar a madres cabeza de familia, escenarios recreativos, trenes subterráneos para las grandes ciudades y tranvías en las pequeñas, además del metro de Bogotá.


 

 

‘Dejamos déficit fiscal cero’

 

 

CUESTIONABLE

Los cero pesos de déficit fiscal que Hernández dice haberle dejado a Bucaramanga al final de su alcaldía han sido una de las frases más repetidas de su campaña.

“Dejamos déficit fiscal cero”, dijo en entrevista con W Radio el 18 de enero de 2002. En debates, como uno del diario El Tiempo y la revista Semana el 25 de enero enero, ha repetido lo mismo. “Cero déficit fiscal”, remarcó en Noticias Caracol el 9 de febrero. “0 déficit fiscal”, había escrito en Twitter en noviembre de 2021, como uno de los logros de la capital santandereana que, afirma, “serán de Colombia” si él llega a la Casa de Nariño.

Colombiacheck, en alianza con Vanguardia, decidió verificar esta afirmación en la que el ingeniero ha sido tan insistente. Sobre todo teniendo en cuenta que, además, fue una de sus banderas de campaña en 2015, pues la administración de Luis Francisco Bohórquez estaba dejando al municipio endeudado y sin saber de dónde iba a salir la plata para pagar, como contó entonces el portal La Silla Vacía al analizar su legado.

“SE REESTRUCTURARÁN LAS FINANZAS PÚBLICAS del Municipio de Bucaramanga mediante la refinanciación de la deuda pública y empréstitos adquiridos, la aplicación de medidas de uso racional de los recursos públicos y el análisis, depuración y corrección de sobrecostos de los megaproyectos, obras y contratos en curso, todo ello con el fin de contribuir a corregir el DÉFICIT FISCAL del municipio”, decía el programa de gobierno de Hernández.

Para verificar esta afirmación, lo primero que debemos explicar es que un déficit en ceros querría decir que, al final de ese periodo, la Alcaldía gastaba los mismos recursos o menos de los que le entraban.

Esta afirmación de que lo dejó en ceros es cuestionable porque hay datos contradictorios sobre los resultados de su alcaldía en esta materia.

Lo que recibió

A 31 de diciembre de 2015, último día antes de su posesión, los gastos y costos del municipio fueron superiores a sus ingresos en casi 152.000 millones de pesos, según el informe de situación financiera y de resultados para Santander de la Contaduría General de la Nación. En las perspectivas fiscales de ciudades capitales para 2016, elaboradas por el Ministerio de Hacienda, el balance fiscal de la ciudad sin contar los recursos del sistema de regalías había cerrado ese año en -216.700 millones de pesos.

De hecho, dos de los puntos más bajos de la calificación que le dio al Departamento Nacional de Planeación (DNP) en 2015 al desempeño fiscal de la capital santandereana (tabla 50) fueron en la capacidad de autofinanciamiento de los gastos de funcionamiento (26,43/100) y la dependencia de las transferencias de la Nación y regalías (38,36/100). A esto se sumó la falta de respaldo a los recursos para cubrir deudas (6,42/100).

El diagnóstico del alcalde entrante, según el Plan de Desarrollo 2016-2019 ‘Gobierno de las ciudadanas y los ciudadanos’, que marcó el derrotero para la administración municipal de Hernández, era de “un déficit que supera los 200.000 millones de pesos”.

Según le dijo la Administración de Rodolfo Hernández a la sección ‘No sea pingo’ de Vanguardia, que midió el cumplimiento de sus promesas de campaña al final de su alcaldía en 2019, ellos recibieron el Municipio 236.000 millones de cuentas por pagar.

“Entre lo más grave” de lo que recibió, dice el documento, estaba la situación de la caja municipal. Una de sus conclusiones era que había una “posición de Tesorería de recursos propios totalmente deficitaria”. Este déficit de tesorería es más a corto plazo y refleja la diferencia entre los recursos que efectivamente están disponibles para cumplir compromisos adquiridos, como las deudas, y el valor de estas exigencias.

De acuerdo con el Marco Fiscal de Mediano Plazo de Bucaramanga 2018-2027 (tabla 15), el estado de la Tesorería Municipal que recibió Hernández de Bohórquez era de -42.000 millones de pesos. Esto era sin contar los compromisos presupuestales, como los contratos y órdenes de compra de los diferentes entes de la ciudad, pues con estos la cifra llegaba a 187.000 millones de pesos en déficit de liquidez, o sea en incapacidad de pago inmediato.

Lo que hizo

Para resolver esa situación, el documento planteó el acogimiento a un programa de saneamiento financiero. Esta figura está reglamentados por el Decreto 192 de 2001 y su fin es “restablecer la solidez económica y financiera de la misma [entidad territorial] mediante la adopción de medidas de reorganización administrativa, racionalización del gasto, reestructuración de la deuda, saneamiento de pasivos y fortalecimiento de los ingresos”.

De acuerdo con la Ley 617 de 2000, esto permite, por ejemplo, hacer excepciones en el uso de algunos recursos que normalmente tendrían destinación específica por ley o normas territoriales. Incluso se pueden entregar bienes como pago de compromisos pendientes.

Además, frente a los ingresos de la ciudad, el plan de Hernández era sobre todo el de aumentar el recaudo sobre todo del impuesto de industria y comercio (ICA). Para ello, prometía la implementación del pago electrónico, una mayor supervisión ante posibles declaraciones erróneas o elusiones y, consecuencia, también el aumento de la base de declarantes. Varias de estas medidas se hicieron efectivas desde el primer año de su periodo, 2016, como registró Vanguardia.

De acuerdo con lo planeado, la Alcaldía expidió el Decreto 0055 de 2017, con el que se estableció el programa de saneamiento. Sin embargo, el énfasis de esta medida estaba en resolver la falta de liquidez, o sea el déficit a corto plazo, más que el total. Para ello, establecía que se llegaría a acuerdos de pago con acreedores por contratos anteriores a 2016, además de los controles de gastos ya mencionados.

Los resultados

“El Gobierno de los Ciudadanos solucionó el déficit de tesorería que tenía el Municipio”, decía la Alcaldía en un comunicado al final del periodo de Hernández, en diciembre de 2019, casi dos meses y medio después de la suspensión por participación indebida en política y posterior renuncia al cargo del hoy candidato presidencial.

En efecto, la proyección contenida en el balance final de gestión de esa administración era que este déficit, no el fiscal sino el de tesorería, quedaría en cero pesos al cerrar ese año.

El documento destacaba que “el Gobierno saliente dedicó recursos propios en las vigencias 2016, 2017, 2018 y 2019, perjudicando naturalmente la capacidad de implementación del Programa de Gobierno, pero solucionando una problemática que ponía en riesgo a la propia viabilidad financiera de la entidad territorial y por esa vía el desarrollo sostenible de Bucaramanga”.

Sin embargo, el ‘No sea pingo’ encontró que la promesa aún estaba “en proceso”. Según la verificación de Vanguardia en ese momento, había versiones encontradas sobre los resultados entre defensores y detractores de Hernández “porque ambos sectores se refieren a conceptos que según la Alcaldía son distintos: el déficit de tesorería y la deuda pública”.

El índice de desempeño fiscal del DNP, que era de 83,43 sobre 100 en 2015, había cambiado de metodología para 2019 con más variables que se dividieron entre dos indicadores: resultados fiscales y gestión financiera territorial. Bucaramanga sacó menor puntaje en ambos: 62,17 y 66,67, respectivamente; pero no son del todo comparables.

Por el lado del Ministerio de Hacienda, el informe de viabilidad fiscal territorial seguía encontrando un resultado deficitario en el Municipio al cierre de 2019. El valor era de 33.700 millones de pesos.

Tabla resultado final de la vigencia

En cuanto al balance registrado en la Contaduría, ahí sí es cierto que la resta de los gastos y costos frente a los ingresos arrojó un superávit de 42.100 millones de pesos.

Sin embargo, dada la mezcla de conceptos que hace Hernández entre diferentes tipos de déficit que se hace evidente al comparar con los mismos documentos de su alcaldía y teniendo en cuenta que no respondió al ser consultado sobre la fuente de su afirmación, su afirmación sobre el déficit fiscal es cuestionable. No solo hay datos contradictorios, sino que él usa una proyección de su propia administración sobre déficit de tesorería para presentarla como déficit fiscal.

¿Qué propone ahora?

En su programa de gobierno como candidato presidencial no hay ninguna referencia directa al déficit fiscal de la Nación. Lo que sí promete es “modernizar la hacienda pública de los municipios” para incrementar sus ingresos con mayor autonomía. En cuanto a los recursos nacionales, plantea “hacer tan práctico el pago del IVA que los contribuyentes no dispongan de mecanismos para evadir el compromiso”.


 

 

‘Dejamos 100.000 millones en ahorro’

 

 

VERDADERA

En el mismo trino de noviembre de 2021 en el que Rodolfo Hernández se enorgullecía por las obras y el déficit cero que, según él, dejó en Bucaramanga, también hacía referencia a la tercera cifra más repetida de su campaña junto con esas dos: “Entregamos la Alcaldía con 100.000 millones de pesos en ahorro”, escribió.

En el debate de El Tiempo y Semana, el 18 de enero de 2022, también dijo que dejó “100.000 millones en el banco”. Aunque días antes, en entrevista con W Radio, había dicho que eran “más de 100.000 millones en los bancos”.

Colombiacheck verificó y encontró que la cifra es verdadera, aunque no hay muchos datos públicos sobre su evolución.

Lo primero que hay que decir es que, de todas formas, el programa de gobierno de Hernández para su alcaldía no decía nada al respecto. El plan de desarrollo de su administración preveía “un aumento en los rendimientos de dineros a la vista, es decir, aquel efectivo entregado a título de CDT o puesto en cuentas de ahorro y/o corriente”, pero sin una meta concreta.

Poco antes de terminar su periodo, “el ahorro nominal supera los $30 mil millones, cifra que si se ajustara en términos reales con el comportamiento normal inflacionario es aún más significativa”. Según el balance final de la gestión, esa cifra con corte hasta agosto de 2019, dos semanas antes de su renuncia a la Alcaldía, luego de ser suspendido del cargo por participación indebida en política.

Sin embargo, bajo la administración del alcalde encargado que lo reemplazó, Manuel Azuero, quien había sido su jefe de Gobernanza, se llegó a una cifra muy cercana a los 100.000 millones de pesos en ahorro. Así lo reconoció el informe de viabilidad fiscal territorial para Bucaramanga del Ministerio de Hacienda:

“...la existencia de un ahorro primario ($96.969 millones) sin incluir recursos del SGR, equivalente a más de 3 veces el valor del servicio de la deuda atendida durante la vigencia 2019, evidencia garantías a mediano plazo para el sostenimiento de la deuda pública adquirida por el municipio”.

Lo que hace el candidato presidencial es redondear ese dato. En ese sentido, la cifra es verdadera.

¿Qué propone ahora?

Una de las propuestas de Hernández como candidato presidencial es la de “un recorte a la burocracia, quitando privilegios de funcionarios y servidores públicos, que en la actualidad le son onerosos al pueblo”. Enseguida señala que “lo ahorrado será orientado a cumplir con los objetivos en educación” de su programa.

En el mismo sentido, propone otro recorte en el área diplomática para que “lo ahorrado” vaya al deporte. Parte de eso, lo justifica con el nombramiento de personas que ya viven en el exterior pero, según un análisis de La Silla Vacía, es “carreta” porque desconoce un principio de la diplomacia que consiste en que los funcionarios se deben alternar entre Colombia y el extranjero para que puedan representar mejor al país.

“Vamos a ahorrar lo que más se pueda, para trasladar ese dinero a la inversión social”, es una frase del programa que resume esas propuestas.

* Colombiacheck

** Vanguardia