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Miércoles, 31 Marzo 2021

Disminución de casos por COVID-19 en Bolivia no se puede atribuir al dióxido de cloro

Por Gloria Correa, Claudia Patricia Vaca y Luisa M. Gómez*

Un médico que promueve el dióxido de cloro para tratamiento del COVID-19, señaló que la autorización en Bolivia de esta sustancia fue la única razón de la disminución en las cifras de la pandemia a fines del 2020 en ese país. Pero no hay evidencia científica que lo respalde.

Por Facebook (1, 2, 3), WhatsApp y canales de Telegram ha circulado un video en el que Manuel Aparicio Alonso, quien se identifica como médico ortopedista mexicano, habla sobre los “beneficios” del dióxido de cloro y su “impacto” en Bolivia. 

Además de señalar esta sustancia como la “solución más efectiva” para vencer la pandemia, el médico afirma que la aprobación de su consumo en Bolivia es la única razón por la que tuvieron bajas cifras de contagios y muertes por COVID-19 en comparación a México a finales de noviembre del 2020.

También se evidencian en el video frases adjuntas como “Bolivia sin casos, CDS reemplazó la vacuna. 900% menos mortalidad que otros países”. 

Al verificar las afirmaciones hechas en el video, en Colombiacheck encontramos que el médico mezcla ideas falsas, con afirmaciones inexactas, para desinformar en el contexto de la pandemia. 

pantallazo del video etiqueta falso

Información similar al video que verificamos la encontramos en páginas web (1, 2 y 3) en las que aparece el mismo sujeto, identificado como director médico de la cuestionada Coalición Mundial Salud y Vida “Comusav”.

La “Comusav” se define a sí misma como una organización sin fines de lucro que engloba a médicos y a profesionales de la salud que promueven “prácticas homeopáticas integrales”. A la cabeza de dicha organización se ubica el también cuestionado Andreas Kalcker, como lo explicamos en una publicación previa. Además sus integrantes promueven de forma indiscriminada y sin evidencia científica robusta y válida el consumo del dióxido de cloro en Latinoamérica.

Colegas de la International Fact Checking, como Bolivia Verifica y La Silla Vacía, también verificaron previamente publicaciones que señalaban la disminución de casos de COVID-19 en Bolivia al uso del dióxido de cloro, ante lo cual señalaron que no había evidencia científica que lo respaldara. 

A continuación lo que verificamos de las afirmaciones hechas por el médico Aparicio Alonso en el video que circula por redes sociales: 


Atribuir al dióxido de cloro las cifras por COVID-19 en Bolivia es una falacia ecológica

Uno de los señalamientos reiterativos que hace Manuel Aparicio Alonso en el video es atribuir el bajo número de casos y muertes por COVID-19 en Bolivia en comparación a México, a finales de noviembre del 2020, únicamente, a la aprobación del uso del dióxido de cloro para el COVID-19 en el país suramericano. 

Pero esto es un error y en términos epidemiológicos corresponde a una falacia ecológica, como explicaremos más adelante.

Es cierto que en Bolivia hay una ley, la N°1351, que desde octubre de 2020 regula la elaboración, comercialización, suministro y uso consentido de la solución de dióxido de cloro (SDC) como prevención y tratamiento ante la pandemia del coronavirus, pero las conclusiones que hace el médico de asociar este hecho con las bajas cifras de contagio y muerte por COVID-19, son precipitadas e inapropiadas.

ley dióxido de cloro Bolivia

Pantallazo de Ley 1351 de  Octubre de 2020 en Bolivia, fuente: https://web.senado.gob.bo/sites/default/files/LEY%20N%C2%B01351-2020.PDF

El  Ministerio de Salud de Bolivia se pronunció en un comunicado aclarando que la ley emitida estaba en contraposición a sus directrices como autoridad en salud y su responsabilidad es proteger la salud de la población general en Bolivia. 

Hecho que enfatizaron diversos medios de comunicación (1, 2, 3 y 4), ya que la aprobación del uso del dióxido de cloro en dicho país se dio en medio de un controvertido escenario político por los desencuentros de opiniones entre el Ejecutivo y el Legislativo, lo que evidencia que dicho proceso no estuvo respaldado por la autoridad en salud de ese país. 

Por otra parte, en Colombiacheck realizamos una búsqueda en bases de datos científicas como Pubmed, Litcovid y Scielo de publicaciones académicas que relacionaran el consumo de dióxido de cloro con los cambios en las cifras por COVID-19 en Bolivia, como lo señala el médico del video. Para esto, utilizamos como criterios de búsqueda las palabras “dióxido de cloro”, “Bolivia” y “COVID-19”, pero la búsqueda fue fallida y no encontramos ningún estudio que relacionara tales términos.

También recurrimos a expertos en epidemiología y farmacología quienes nos ayudaron a analizar las afirmaciones hechas por el ortopedista mexicano, todos concluyeron que son inexactas y sin sustento científico. 

Oscar Eduardo Gómez, médico especialista en epidemiología de la Universidad del  Rosario con maestría en farmacología de la Universidad Nacional, explicó a Colombiacheck: “A pesar de que la aprobación del dióxido de cloro en Bolivia sí está notificada, en las listas de medicamentos e insumos aprobados en dicho país durante la pandemia no se encuentra esta sustancia. Tampoco está en las guías de práctica clínica de manejo del COVID-19 del Ministerio de Salud, por el contrario existe la declaración de esa institución que desaconseja el uso de la sustancia. Y no hay documentos oficiales que reporten qué tanto se ha consumido el dióxido de cloro en ese país”, enfatizó Gómez.  

Por lo tanto, “todo lo que se afirma en el video carece de evidencia científica y no permite afirmar que el dióxido de cloro sea la única causa de las cifras de la pandemia. Tampoco hay un sometimiento de esa información a una evaluación rigurosa a través del método científico y menos a validación por pares académicos”, concluyó Gómez.

Por otra parte, Claudia Patricia Vaca González, farmacóloga de la Universidad Nacional de Colombia, con maestría en farmacoepidemiología de la Universidad de Barcelona, junto a Luisa María Gómez, farmacóloga de la Universidad Nacional de Colombia, ambas integrantes del Centro de Pensamiento, Medicamentos y Poder de la Universidad Nacional, explicaron a Colombiacheck: “A partir de datos mínimos, como la aprobación del dióxido de cloro en Bolivia, no se pueden atribuir cambios epidemiológicos gruesos, como es la reducción de casos de infectados y muertos por COVID-19 en ese país”.

“Ese gran cambio pudo haberse dado por muchas variables, como las de tipo socioeconómico, incluyendo la realización o no de cuarentenas, así como comportamientos individuales tales como la adherencia a las medidas de bioseguridad e incluso factores como las variantes del virus pudieron influir. Una intervención micro no puede explicar unos cambios macro”, señaló Vaca.

“Cuando analizamos el video nos dimos cuenta de que atribuir la reducción de las cifras por COVID-19 en Bolivia a finales de año sólo a la autorización y consumo de dióxido de cloro, se trata de una falacia ecológica”, enfatizaron las farmacólogas. 

Una falacia ecológica  es un término que se aplica en diferentes campos como medicina, sociología y psicología que hace referencia a un error en la argumentación basado en la mala interpretación de datos estadísticos. En una falacia ecológica se asume la naturaleza o características de los individuos a partir de los datos generales del grupo al que pertenecen. Es decir, esta falacia se da a partir del supuesto de que cada uno de los miembros de un grupo muestran las mismas características del grupo en general.

En este caso, el médico del video que estamos verificando aseguró que debido al dato general de la aprobación del uso del dióxido de cloro en Bolivia para COVID-19, muchos individuos lo han consumido y esa es la única razón del cambio en las cifras de mortalidad a finales de noviembre. Además, los datos que utiliza no son exactos, como explicaremos más adelante.

En Bolivia los primeros casos por COVID-19 se reportaron el 10 de marzo del 2020, desde entonces el gobierno tomó diferentes tipos de medidas para tratar de contener la pandemia como lo señala una publicación que analizó los primeros 6 meses de pandemia en Bolivia. 

El plan estratégico nacional contra la pandemia ha incluido cuarentenas, educación en uso de medidas de bioseguridad, compra de medicamentos y recientemente adquisición de vacunas, así como realización masiva de pruebas según señaló el presidente Luis Arce, medidas que también están registradas de forma cronológica en este documento de la Americas Society.

Sobre el comportamiento de las cifras de la pandemia por COVID-19 en dicho país, el 10 de marzo del 2021, Mayber Aparicio, el director de Epidemiología del Servicio Departamental de Salud (Sedes) de La Paz, señaló según el Periodicobolivia, que en la primera ola de la pandemia—entre julio, agosto y septiembre de 2020— se registraron alrededor de 6 mil casos más en comparación a la segunda ola, que comenzó a mediados de diciembre del año pasado.

Mayber Aparicio, también enfatizó las diferencias en cuanto a la realización de pruebas en cada ola de contagios, así como la disponibilidad de centros médicos, “de 7 pruebas por cada mil habitantes (en la primera ola), ahora se realiza 42 por cada mil habitantes; de contar con dos hospitales que trabajaban en el tratamiento de COVID-19, actualmente se tiene de 6 a 7 nosocomios; se cambió el concepto de ambientes de aislamiento para los pacientes a ambientes de recuperación, como el Hotel del Deporte medicalizado en la zona de Alto Obrajes”, concluyó el funcionario. 

Estos datos reflejan las diferentes medidas que se han aplicado en Bolivia frente a la pandemia, y que también pudieron influir en el comportamiento de las cifras por COVID-19.

En conclusión Vaca y Gómez enfatizaron: “Para explicar los picos epidemiológicos así como los valles o disminuciones de los casos y muertes en la pandemia, hay que analizar múltiples variables, no se puede concluir por datos retrospectivos que se deben a un único factor”.


No hay evidencia de que el dióxido de cloro sea la solución para vencer la pandemia

“En esta plática les vamos a demostrar cómo es que el dióxido de cloro en forma de CDS es la solución más efectiva para vencer la pandemia”, afirma enfáticamente Manuel Aparicio en el video. 

Ya en chequeos previos (1, 2 y 3) habíamos señalado que no existe evidencia científica que respalde el consumo de dióxido de cloro, ni para COVID-19 ni para otras enfermedades, y que además la venta y comercialización de la sustancia está prohibida en Colombia.

Al realizar una nueva búsqueda de evidencia científica a la fecha de publicación de este chequeo, que respalde el uso del dióxido de cloro en pacientes con COVID-19, en Pubmed, la base de datos de la biblioteca nacional médica de Estados Unidos que recopila gran parte de la mayor y mejor evidencia en salud a nivel mundial, no encontramos resultados de estudios rigurosos y robustos hechos en humanos con COVID-19 y el dióxido de cloro.

Lo que encontramos son publicaciones (1, 2, 3, 4 y 5) en las que analizaron la utilidad de esta sustancia como un agente virucida (es decir, con capacidad para matar virus) pero en el tratamiento de aguas, así como otros estudios que evaluaron su uso en la limpieza de superficies y ambientes externos contaminados con SARS-CoV-2, pero ninguno con resultados en pacientes con diagnóstico de COVID-19.

Además en la página Clinicaltrials.gov en la que se registran los estudios tipo ensayos clínicos, a través de los cuales se evalúan tratamientos e intervenciones para las diferentes enfermedades, en el caso del dióxido de cloro y COVID-19 hay tres ensayos clínicos registrados.

búsqueda en clinical trials

Pantallazo de los ensayos clínicos registrados en Clinicaltrials.gov sobre dióxido de cloro. Fuente: https://clinicaltrials.gov/ct2/results?term=chlorine+dioxide&cond=COVID-19

Uno  de esos ensayos clínicos incluiría pacientes de Bogotá, sin embargo, el Invima indicó que correspondía a un protocolo no aprobado por esta institución, el cual se saltó toda la normativa para hacer su registro en la plataforma de Clinicaltrials.gov. 

Así desde mayo de 2020 en dicha institución emitieron una alerta sanitaria para el dióxido de cloro, aclarando que esa sustancia no es un medicamento y tampoco hay estudios aprobados en Colombia para su uso, información que a la fecha no ha sido modificada.

Otro estudio registrado el 9 de noviembre de 2020 en Clinicaltrials.gov  busca evaluar la eficacia de tratamientos no convencionales en pacientes no hospitalizados con COVID-19, incluyendo entre estos una solución acuosa con dióxido de cloro, será dirigido por Jonathan Murphy, médico internista y director médico en el AZ Good Health Center en Arizona, Estados Unidos. En la descripción del estudio se hace explícito que está reclutando pacientes, por lo tanto tampoco tiene resultados.

Y finalmente, el último estudio registrado, será patrocinado por la Universidad de California para evaluar el uso de diferentes tipos de enjuagues bucales en la reducción de la carga viral de SARS-CoV-2 en la boca de pacientes con COVID-19. Y uno de esos enjuagues es el CloSYS Ultra Sensitive Rinse mouthwash, que contiene dióxido de cloro estabilizado en combinación con otras sustancias. Pero tal estudio ni siquiera ha comenzado a reclutar pacientes a Marzo de 2021.

También encontramos investigaciones, similares a este último ensayo clínico, que datan de las últimas dos décadas (1, 2, 3, 4 y 5), en las que han evaluado distintas preparaciones con dióxido de cloro, como enjuague bucal para el manejo de la placa y la gingivitis, pero ninguna de éstas ha sido con el SARS-CoV-2.

El dióxido de cloro tampoco hace parte de los protocolos de tratamiento de los pacientes con COVID-19 de las autoridades en salud a nivel mundial como la Organización Mundial de la salud (1, 2 y 3), los Centros para el control y prevención de enfermedades de Estados Unidos, ni en el Ministerio de Salud de Colombia.

Esas autoridades en salud (1, 2, 3 y 4) han enfatizado los efectos tóxicos para el organismo que produce la exposición oral o inhalada al dióxido de cloro, tales como: quemaduras, insuficiencia respiratoria; cambios en la actividad eléctrica del corazón; baja presión sanguínea, deshidratación, insuficiencia hepática aguda; recuento bajo de células sanguíneas, vómito y diarrea severa.

Las comparaciones de cifras de la pandemia entre países no se pueden hacer así

En el vídeo, el médico Aparicio Alonso continúa señalando para justificar el uso del dióxido de cloro: “En Bolivia, que tiene nueve millones de habitantes, tienen el 6 % de muertes, el número de casos es proporcionalmente mayor al de México, pero luego reportaron 200 % de casos al día más que México, antes de autorizar el dióxido de cloro.  Y qué sucede que al 30 de noviembre, después de más de dos meses de usar en Bolivia el dióxido de cloro, prácticamente en toda la población tienen 30 casos contra un promedio de 6.300 en México, eso corresponde 2.000 % menos casos diarios en Bolivia que en México”.

comparación bolivia y méxicopantallazo mexico bolivia datos video

Pantallazos del vídeo que verificamos.

Pero aquí el médico hace una maraña de distorsiones en datos y realiza comparaciones inapropiadas. 

Uno de los errores está en señalar que la población actual de Bolivia es de nueve millones de personas, pues según datos poblacionales del Banco Mundial dicho país tenía para el 2019, la cantidad de 11,2 millones de habitantes y el próximo censo apenas está programado para el 2022. 

Los datos siguientes que da el médico, son inespecíficos y resultan inchequeables, ya que por ejemplo para el 6 % de muertes que señala, no especifica a qué total pertenece dicho porcentaje; si al total de casos por COVID19 reportados en Bolivia en un día o al total de los pacientes graves por COVID-19, o del total de muertes registradas al día por todas las causas de muerte en ese país. Además tampoco da un lapso de tiempo o una fecha específica para ubicar dicho dato.

Así mismo ocurre para el “200 % más de casos al día” que, señala, se presentaron en Bolivia, porque no aclara a qué tipo de casos se refiere, si son el total de casos COVID-19, o los enfermos graves, moderados o leves con dicha enfermedad, ni en qué fecha o lapso de tiempo exacto, lo que nos impide hacer una verificación exacta.

Por otra parte, al revisar cifras de la pandemia en Bolivia y México a finales de noviembre de 2020, según el portal Worldmeterinfo, si se hace evidente que en Bolivia el registro de casos diarios  por COVID-19 disminuyó significativamente a finales de noviembre, y en México la tendencia de la curva de casos diarios de COVID-19 se mantuvo en comparación a la tendencia de meses anteriores, como se muestra en las siguientes gráficas, pero como explicamos previamente dichos cambios en el comportamiento de las cifras no se pueden atribuir a una sola causa.  

casos diarios de COVID19 Boliviacasos diarios Bolivia

Casos diarios de COVID-19 en Bolivia y México desde 15 de febrero 2020/ 31 de marzo de 2021 Fuentes: https://www.worldometers.info/coronavirus/country/bolivia/  y https://www.worldometers.info/coronavirus/country/mexico/ 

Finalmente, el médico acierta relativamente en el número de casos por COVID-19 para Bolivia y México del 30 de noviembre de 2020, los cuales coinciden con los del portal Worldmeterinfo, para esa fecha en Bolivia se registraron 30 casos por ese día de COVID-19 y en México 6.388 casos.

Pero es un error intentar realizar comparaciones tan vagas de datos de mortalidad y casos por COVID-19 entre países, como lo hacen en el vídeo. Primero porque algunos de esos datos no se tiene claro de dónde salen y qué factores se tuvieron en cuenta para su cálculo y segundo porque siempre es importante asegurarse de que se están confrontando las mismas cosas, lo cual en las afirmaciones del médico no está claro.

“Para que las comparaciones sean útiles hay dos cuestiones generales a considerar, ¿los datos a comparar significan lo mismo? Y, ¿tiene sentido contrastar dos conjuntos de números si la epidemiología (todos los demás factores que rodean la propagación de la enfermedad) es diferente?", aclaró Rowland Kao, profesor de Ciencia de Datos en la Universidad de Edimburgo, Reino Unido a la BBC de Londres.

Por eso al comparar las muertes y casos por COVID-19, no se puede realizar de forma arbitraria porque hay diferencias en cómo los países registran tales datos, además no hay un estándar internacional validado para medirlas. Por ejemplo Francia, incluye muertes en residencias en los números que recolecta todos los días, pero las cifras diarias de Reino Unido sólo incluyen muertes en hospitales, señalan en la publicación de la BBC de Londres. 

Así concluimos que las afirmaciones hechas en el video por el médico Manuel Aparicio Gómez sobre el dióxido de cloro y el comportamiento de las cifras de la pandemia en Bolivia son falsas, llenas de imprecisiones, cae en una falacia ecológica y además realiza comparaciones de datos de la pandemia de forma precipitada. 

Ante desinformación sobre el coronavirus y la pandemia, lo invitamos a visitar nuestro especial sobre Mentiras y verdades sobre el coronavirus

*Claudia Patricia Vaca y Luisa M. Gómez hacen parte del Centro de Pensamiento, Medicamentos y Poder, Universidad Nacional de Colombia