Pasar al contenido principal

Cuestionable Cuestionable Cuestionable Cuestionable Cuestionable Cuestionable Cuestionable Cuestionable

Cuestionable

Miércoles, 24 Agosto 2022

Sushi vs. morcilla: un trino impreciso sobre posible nuevo impuesto a ultraprocesados

Por Andrés Pachón, especial para Colombiacheck

Solo los derivados cárnicos industriales serían gravados, al cumplir con la definición del proyecto de reforma tributaria. Allí no entran los productos artesanales. El mensaje satírico no hace diferencia.

Alrededor de la iniciativa de reforma tributaria radicada el pasado 8 de agosto ante el Congreso por el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, circulan una serie de críticas y rumores sobre supuestas medidas que afectarían el bolsillo de los estratos populares del país en lo que se refiere, de manera particular, a algunos productos ultraprocesados.

Ese es el caso de un trino escrito ese mismo 8 de agosto por el abogado especialista en Derecho Público Daniel F. Briceño (@Danielbricen), quien en su cuenta consignó: “¿Cómo le van a explicar a la Primera Línea que comprar sushi en un restaurante en la Zona G no tiene un alza de impuestos en la reforma tributaria de Petro pero comprar una morcilla en el sur de Bogotá sí?”.

La afirmación de Briceño generó un toma y dame de comentarios en Twitter con miembros del Pacto Histórico, la coalición del presidente Gustavo Petro, y de congresistas de otras colectividades afines al Ejecutivo, entre ellos la representante a la Cámara por Bogotá Catherine Juvinao, del partido Alianza Verde, quien publicó en otro trino la exposición de motivos de la reforma tributaria en la que se indica que “algunos bienes no serán gravados por este impuesto para no afectar el ingreso de los hogares más vulnerables, entre los que se destacan la mortadela, la butifarra, el salchichón, entre otros”.

En diálogo con Colombiacheck, Briceño señaló que, si bien su trino “tiene un gran contenido de sátira, también tiene una base en la misma reforma tributaria”, y al respecto explicó que “el artículo 49 del proyecto incorpora como tal la creación de un nuevo impuesto nacional al consumo de productos comestibles ultraprocesados”.

De ese modo, explicó el abogado, dicho artículo “le pone impuestos a productos como embutidos y similares de carne, despojos o de sangre, con lo cual, si se revisa toda la clasificación, se puede advertir que eso hace referencia a productos como la morcilla”.

Vale la pena tener en cuenta que todo proyecto de ley se divide en dos partes: la exposición de motivos, mediante la cual el autor, en este caso el Gobierno, argumenta las razones por las cuales presenta la iniciativa al Congreso para que la apruebe como ley, mientras que la segunda parte está compuesta por el articulado mismo, esto es, el contenido que será votado, modificado o desestimado por los congresistas durante el trámite, antes de que pase a sanción presidencial.

El punto que llevó a Briceño a escribir su tuit se fundamenta en una aparente discrepancia entre lo que se dice en la exposición de motivos y lo que señala el articulado.

En efecto, en la página 66 de la exposición de motivos se lee: “Algunos bienes no serán gravados por este impuesto para no afectar el ingreso de los hogares más vulnerables, entre los que se destacan la mortadela, la butifarra, el salchichón, entre otros”, tal y como lo puso en su trino la representante Juvinao.

Sin embargo, poco después de publicarlo, lo borró, según Briceño, porque ella misma advirtió que en el artículo 49 del mismo proyecto de reforma fiscal, que se encuentra en la página 116 del documento, se lee: “Estará sujeto al impuesto nacional al consumo la producción y consecuente primera venta, o la importación de los siguientes productos comestibles ultraprocesados industrialmente y con alto contenido de azúcares añadidos y/o edulcorantes (…) Embutidos y productos similares de carne, despojos o sangre; preparaciones alimenticias a base de estos productos”, como es el caso de la morcilla y la rellena.

Ese punto, sostiene Briceño que una cosa se dice al inicio del documento (en la exposición de motivos) y otra muy distinta en el articulado, casi al final de la propuesta.

“Cuando uno lee el articulado de la norma, que es lo que se vota y se aprueba en el Congreso, no hay ninguna distinción (…). Un proyecto de ley puede decir lo que quiera en la exposición de motivos, pero si no está en el articulado no existe, y en este articulado de reforma tributaria no se hace ninguna exclusión a ningún producto”, dijo Briceño, quien de ese modo sostuvo que su tuit “lo único que hizo fue mostrar esa realidad”.

Consultado sobre el particular, el analista y constitucionalista Juan Manuel Charry explicó que “entre la exposición de motivos y el articulado pueden presentarse, eventualmente, algunas discordancias por la forma en la que están redactados los artículos, pero eso en sí mismo no vicia el proyecto de ley, a menos de que sea algo monumental”.

Asimismo, destacó que durante los debates que tendrá el proyecto en el Congreso se puede advertir una posible “discordancia entre la intención que tenía el Gobierno y lo que finalmente se propuso en el articulado, lo que permitiría consultar con el ministro y hacer una modificación o un ajuste”.

Sea como fuere, en Twitter son varios los usuarios que sostienen que con su tuit Briceño buscó desinformar: “Ya comenzaron con la desinformación y la polarización: 1. Son los alimentos que se venden empacados -morcilla empacada- los que estarían gravados, no aquellos que se ofertan en ese tipo de establecimientos. 2. ¿Qué necesidad de estereotipar por zonas y estratos?”, escribió, por ejemplo, la usuaria Salomé Burbano Delgadillo (@BurbanoSalome).

Apegado a la letra menuda, Colombiacheck pudo observar cómo el parágrafo 2 del artículo 49 de la propuesta de reforma fiscal, que se encuentra en la página 117 del proyecto, señala que “los productos ultraprocesados son formulaciones industriales elaboradas a partir de sustancias derivadas de los alimentos o sintetizadas de otras fuentes orgánicas” y que “en sus formas actuales, son inventos de la ciencia y la tecnología de los alimentos industriales modernos”, lo que, según una primera interpretación, dejaría por fuera del gravamen a la morcilla de barrio.

“Técnicamente una morcilla hecha por una señora en su cocina para venderla en el barrio no tendría por qué clasificarse como ultraprocesada, ya que aunque está hecha a base de carne reconstituida no tiene conservantes ni aditivos cosméticos (propios de los productos industriales)”, dijo a Colombiacheck el médico endocrinólogo Óscar Rosero Olarte.

Y aunque Olarte sostiene que el término “ultraprocesados” es aún tema de debate en la ciencia médica, ya que aún no se terminan de clasificar los ingredientes que caben en dicha categoría. También considera que la propuesta de incluirlos en la reforma tributaria “si bien tiene buenas intenciones en materia de salud, deja muchas zonas grises que se prestan para varias interpretaciones”.

Fueron esos mismos vacíos los que llevaron a que el pasado 11 de agosto, sólo tres días después de radicada la propuesta en el Congreso, el ministro Ocampo anunciara: “El impuesto saludable a los alimentos ultraprocesados lo podemos revisar”.

El anuncio fue seguido a la declaración que sobre el tema hizo el 10 de agosto en su cuenta de Twitter el senador por el Pacto Histórico Gustavo Bolívar, quien señaló: “Resultó impopular el impuesto a alimentos ultraprocesados. Lo usan para decir q estamos gravando a los más pobres. No es verdad. Esta #ReformaTributaria grava al 2%. Si se cae, nos pondremos muy estrictos con el etiquetado. Que la gente sepa q está atentando contra su propia salud!” (sic).

Bolívar es, justamente, presidente de la Comisión Tercera del Senado, donde iniciará el trámite de la reforma en lo que se refiere a productos ultraprocesados y bebidas azucaradas, un debate que ahora se dará -como toda la reforma, en general- con mensaje de urgencia, a fin de que esté aprobada en diciembre.

Así, se puede concluir que el trino de Briceño es cuestionable, ya que no especifica si su sátira estaba dirigida también a la morcilla que se prepara de manera artesanal en los barrios y no sería afectada por la iniciativa, pues “en el sur de Bogotá”, como él lo menciona, también se comercializan embutidos industriales, que con base en el parágrafo 2 del artículo 49 de la propuesta de reforma tributaria sí serán gravados, pues se trata de “productos ultraprocesados son formulaciones industriales”.