Chequeo al

discurso de Duque del 20 de julio

Esta revolución energética es una realidad: con la subasta de cargo por confiabilidad aseguramos 1.398 Megavatios de capacidad instalada, 28 veces más que lo que recibimos. En abril pasado inauguramos en El Paso, Cesar, la planta de energía renovable más grande del país, capaz de generar más de 86 Megavatios.

El 1 de marzo de 2019 se publicaron los resultados de la subasta de energía por cargo por confiabilidad 2022-2023. La Comisión de Regulación de Energía y Gas y la firma XM S.A. E.S.P., administradora de la subasta, informaron que se amplió la capacidad efectiva neta de generación de energía en Colombia de 17.319 MW a 21.329 MW. Es decir, el aumento en la capacidad instalada que se logró gracias a la subasta fue de 4.010 MW, lo que significa una ampliación del 23%.

Pero en realidad, como nos confirmaron del Ministerio de Minas y Energías, el presidente se refería específicamente a las energías renovables no convencionales y no al aumento de la capacidad instalada en general. Esto queda claro también al revisar lo que dijo el presidente durante el conversatorio de INNpulsa Colombia en Medellín el día después de que salieron los resultados de la subasta: “Hoy quiero contarles a ustedes que la revolución de las energías renovables empezó en Colombia, porque anoche cerramos la subasta de cargo por confiabilidad y ya se aseguraron las inversiones y los proyectos para llegar a 1.398 megas de energía renovables en Colombia”. Con la subasta se asignaron 1.160 MW de energía eólica y 238 MW de energía solar, estos sumados coinciden con los 1.398 MW de los que habló el presidente, por lo que se trataría de un error en el discurso. El crecimiento de “28 veces más de lo que recibimos” es comparando esos casi 1.400 MW con los 50 MW de capacidad instalada que existían antes repartidos en varias plantas sin obligaciones con el Sistema Interconectado Nacional.

Una de las promesas de campaña de Duque fue llegar a “1.500 megas [de energías renovables no convencionales] en estos cuatro años” y con estos 1.400 MW estaría casi que cumpliendo su promesa. Pero la pregunta es entonces es si este es un logro atribuible al gobierno Duque y la respuesta es que no. El gobierno de Juan Manuel Santos pasó el decreto 570 del 23 de marzo de 2018 como un incentivo para diversificar la matriz de generación de energía eléctrica (pues en Colombia casi toda depende de energía hidráulica, que es un tipo de energía renovable convencional) y estimular la entrada de las energías renovables no convencionales, como solar y eólica. Además la subasta fue convocada por el gobierno pasado en los últimos días de su mandato ante la situación crítica de Hidroituango que debía comenzar a generar energía el año pasado pero debió aplazar tres años su entrada en operación (para más detalles de la situación de Hidroituango aquí está nuestro explicador). Así que ni la regulación ni la convocatoria fueron obras de Iván Duque.

Sobre la segunda parte de la afirmación, es verdad que en abril de este año fue inaugurada en El Paso, Cesar, una planta de energía solar perteneciente a la compañía Enel Green Power Colombia con una capacidad instalada de 86,2 MW. Esta es la planta solar más grande de Colombia y la primera con obligaciones de despacho centralizado al Sistema Interconectado Nacional. En la subasta por cargo por confiabilidad 2022-2023 se le entregó a esta planta una responsabilidad de 68 MW y a un proyecto similar de la misma empresa en La Loma, un corregimiento del mismo municipio de El Paso, se le entregaron 170 MW. El Paso, y específicamente La Loma, es el corazón minero del Cesar donde están ubicadas grandes minas de carbón de las compañías multinacionales Drummond, Glencore y Colombian National Resources.

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