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Chequeo Múltiple
En el programa Mañanas Blu del 16 de junio de 2021, los periodistas de la mesa debatían sobre una entrevista realizada al senador Juan Luis Castro sobre la ley de comida chatarra, cuando Paola Ochoa fue interrogada sobre cuál leche era mejor, si la materna o la de fórmula, ante lo cual ella respondió:
“Yo tengo cuatro hijos, tres nacieron acá y uno nació allá [Estados Unidos] y el que nació allá nos decía el pediatra que había que empezar a darle después de los tres meses leche en polvo, porque estas leches son súper enriquecidas, tienen un montón de aminoácidos, minerales, vitaminas y eso lo que hace precisamente es que los niños puedan desarrollarse mucho más rápido en talla”.
Tres días más tarde, después de la polémica desatada en redes por lo dicho en la emisora, Ochoa publicó una columna de opinión en El Tiempo titulada “Sin tetas no hay paraíso”, en la que aseguró, entre otras cosas, que la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses es un “dogma irrefutable” para los pediatras pero que se debe debatir y “pobre de quien se atreva en Colombia a meterse con la lactancia materna exclusiva”.
Fuente. https://archive.is/FQvhF#selection-2779.0-2779.313
Las afirmaciones de la periodista causaron aún más revuelo en redes sociales. Pediatras, médicos, así como asociaciones pediátricas (1) y muchos usuarios de Twitter (1, 2, 3, 4 y 5) manifestaron su inconformidad por los riesgos que la desinformación transmitida por Ochoa puede causar en esta práctica básica de salud pública.
En otra publicación de Blu radio, el 17 de junio, se señaló que lo dicho por Ochoa había sido sacado de contexto, pues ella se refería a las recomendaciones del pediatra norteamericano Guillermo Balfour, quien le aseguró que el cambio de leche materna a fórmula se debería dar a los tres meses.
En Colombiacheck realizamos un chequeo múltiple a algunas de las frases que dijo la periodista Paola Ochoa en el programa radial y en la columna de El Tiempo y encontramos que sus señalamientos fueron errados, así hiciera referencia a lo sugerido por un pediatra norteamericano.
La evidencia científica (1, 2, 3) ha demostrado los beneficios de la lactancia materna para el binomio madre e hijo que van desde la transmisión de defensas al bebé hasta el fortalecimiento del vínculo entre ambos. La leche de fórmula por su parte, aunque tiene propiedades similares a la materna, no es superior a esta y es una alternativa en los casos en que la lactancia materna está contraindicada o la madre no pueda o decida no lactar.
Ochoa defendió la leche de fórmula señalando que esta favorece que los niños y niñas se desarrollen más rápido y alcancen tallas mayores; según ella esta es una de las razones por las cuales las personas norteamericanas y europeas son más altas.
En la columna de El Tiempo respaldó estas ideas citando varios estudios que también enlistó en un trino para contradecir un comunicado de la Sociedad Colombiana de Pediatría y el Colegio Colombiano de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica; organizaciones que manifestaron la importancia de la lactancia materna y el papel de los pediatras.
Estudios internacionales que apuntan a lo contrario:https://t.co/o6oPpS57iGhttps://t.co/6wskKpBo6ghttps://t.co/DJrfPO7DKRhttps://t.co/IYo2oWvz5Ohttps://t.co/ErzXSURez2https://t.co/UdEgGyupRX https://t.co/94bU4rycwv
— Paola Ochoa (@PaolaOchoaAmaya) June 22, 2021
Pero no todos los presentados por Ochoa son estudios y tampoco se trata de evidencia científica que respalde sus afirmaciones. Tres de las citas son comunicados de prensa (1, 2 y 3) sobre estudios previos, dos son editoriales (1 y 2) y otro es un metaanálisis de 2012 que analizó los resultados de otras investigaciones, pero en ninguno concluyen que la leche de fórmula sea superior o mejor frente a la lactancia materna, como intentó señalar la periodista, ni que esta leche favorezca la talla alta.
En una de las publicaciones de la Comisión Europea que citó Ochoa se señala que al evaluar más de 1.000 niños en cinco países, unos alimentados con leche de fórmula con alto y bajo contenido de proteínas, y otros con lactancia materna, encontraron un riesgo de obesidad a largo plazo en los alimentados con leche de fórmula con alto contenido de proteínas, por lo que los investigadores sugieren limitar el contenido de proteínas en esas leches para reducir tales riesgos. Además resaltaron que no hubo diferencias en talla en los niños evaluados.
En otra publicación que ella citó de la Comisión Europea, retoman un estudio llevado a cabo en la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología donde encontraron una correlación entre el nivel de hormonas masculinas (andrógenos) en mujeres embarazadas y cuánto amamantaron después del parto.
Las mujeres que tenían niveles más altos de testosterona amamantaron menos, por lo cual los investigadores enfatizaron la importancia de no culpar a las madres que ven limitada su capacidad de lactar porque en algunos casos puede deberse a factores hormonales.
Por otra parte en las editoriales que citó Ochoa se presentan perspectivas sobre la lactancia: en una sugieren la necesidad de investigaciones para evaluar la cantidad ideal de proteínas en la leche de fórmula, y la otra plantea la importancia de no satanizar la leche de fórmula siendo esta una alternativa cuando las madres no puedan lactar.
Finalmente, otro de los estudios que Ochoa nombró corresponde a un metaanálisis publicado en el 2012 en el que examinaron los resultados de 15 estudios previos donde habían comparado lactantes alimentados con fórmula frente a otros con leche materna y concluyeron que la leche de fórmula se asocia con composición corporal alterada por mayor cantidad de masa magra a largo plazo.
En el mismo sentido, Paula Andrea Henao Mejía, pediatra de la Universidad de Antioquia, certificada como consultora internacional en Lactancia Materna, explicó a Colombiacheck sobre lo dicho por Ochoa:
“La población nativa norteamericana puede tener un potencial genético de crecimiento que impacte la talla, pero esto no los hace más saludables. Allí se alimenta con leche materna al 19 % de los bebés, el resto reciben fórmula lo cual se convierte en causa directa de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares a largo plazo. Contrario a lo que expresa la señora Paola, en las guías de alimentación 2020-2025 de Estados Unidos, dan la recomendación de lactancia materna exclusiva por los primeros seis meses sin ningún otro alimento y a partir de ahí con alimentación complementaria al menos hasta el primer año”.
Así mismo Laura Leonor Gil, ginecóloga y obstetra, miembro de la Federación Colombiana de Obstetricia y Ginecología (Fecolsog), explicó a Colombiacheck: “La talla y el peso dependen principalmente de factores genéticos, aunque se afectan cuando hay deficiencias nutricionales. No es que uno pueda comer bien para crecer un poco más, eso no se da, pero si uno no come lo suficiente sí se puede afectar su talla final. Un niño que crece normal en su percentil va a alcanzar todo el potencial genético que tiene, pero si está desnutrido va a alcanzar menos de su potencial genético”.
De ese modo, los estudios con los que intentó respaldarse Ochoa van en contra de sus afirmaciones, al igual que lo señalado por las expertas consultadas.
Esta frase de Ochoa resulta cuestionable, pues es cierto que organizaciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud, Unicef y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, y a nivel nacional el Ministerio de Salud de Colombia, entre otras, hacen la recomendación explícita de lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses a libre demanda. Pero lo hacen basados en la evidencia científica y sin que se trate de una imposición; la recomendación se debe traducir en una elección por parte de las madres.
Desde la OMS aclaran que la lactancia materna exclusiva puede darse teniendo en cuenta que no haya contraindicaciones para esta práctica en la madre o el bebé, casos en los cuales se plantea la opción de recurrir a leches de fórmula o a bancos de leche materna.
La pediatra Henao enfatizó sobre este tema: “Sería ideal que nadie adoctrinara a nadie. Sería maravilloso que todas las familias tuvieran un acompañamiento óptimo, amoroso y con bases científicas sólidas para tomar las mejores decisiones para la salud y el bienestar de sus hijos e hijas. Pero no se trata de un capricho, de imponer la lactancia materna, estamos hablando del alimento científicamente probado que es el gold standard, el mejor, el que quita la sed, el que llena los requerimientos nutricionales y favorece un óptimo crecimiento y desarrollo”.
La ginecóloga Laura Gil, por su parte, recalcó a Colombiacheck la importancia de asumir dicha recomendación como una elección:
“A las mujeres no se les puede culpabilizar y decir que la única opción es la lactancia materna exclusiva. Tampoco se debe estigmatizar a las que deciden no lactar, porque las opciones de fórmula sí son buenas alternativas. No estamos diciendo que una mujer que decide no lactar y darle fórmula a su bebé está haciendo algo malo, no. A algunas les toca porque no les salió leche, ya sea por el estrés o la presión cultural. Pero de ahí a decir que las mujeres las están engañando y que darle leche de fórmula es mejor y más sana no es adecuado”.
La Sociedad Colombiana de Pediatría (SCP) igualmente recalca la recomendación de la lactancia materna enfatizando los beneficios que esta práctica tiene tanto para el lactante como para la madre y que están basados en la evidencia científica (1, 2, 3, 4 y 5).
Para el lactante es un mecanismo a través del cual puede recibir defensas y estar protegido ante diferentes tipos de infecciones respiratorias, diarreicas, entre otras que pueden amenazar su vida incluso más allá de los tres meses. Así mismo, protege contra el desarrollo de obesidad, diabetes tipo I y II, la aparición de alergias, y se ha asociado con un mayor coeficiente intelectual (1).
Entre los beneficios para la madre se ha demostrado que puede disminuir el riesgo de cáncer de mama (1) y ovario e incluso el desarrollo de diabetes tipo 2.
Por su parte, Juan Pablo Riveros, gastroenterólogo pediatra, también resaltó los beneficios de la lactancia materna para el recién nacido y el lactante a nivel gastrointestinal a través del siguiente video:
La leche materna contiene probióticos, los cuales son “microorganismos vivos”, que favorecen el adecuado desarrollo de la microbiota intestinal del bebé, además de prebióticos, sustancias que estimulan selectivamente el crecimiento favorable de las bacterias probióticas. pic.twitter.com/260ikxGbYl
— MinSaludCol (@MinSaludCol) June 26, 2021
Y la pediatra Paula Henao enfatizó a Colombiacheck:
“La leche materna es un alimento único y exclusivo, con nutrientes básicos, elementos celulares del sistema inmune materno (1 mililitro de leche materna contiene más de 1.500 células del sistema inmune materno y más de cinco tipos de inmunoglobulinas o anticuerpos), tiene prebióticos y probióticos que inciden en desarrollo del intestino del bebé, ácidos grasos que favorecen la mielinización de las neuronas y, por último, está la parte vincular que no sólo es un tema emocional sino que existe una neurobiología del vínculo afectivo mediada por hormonas secretadas por la madre que impactan el cerebro de madre e hijo generando una comunicación química entre los dos”.
Henao concluyó diciendo, además, que ningún otro alimento en el planeta logra impactar sobre tantos aspectos de forma simultánea: “La leche de fórmula palidece frente a la leche materna, pues la leche materna tiene más de 200 componentes identificados que nunca podrán empacarse en una lata y que si fuéramos a comprarla ni siquiera tendríamos que pagar”.
Cabe aclarar que en los casos en que la madre no puede lactar al recién nacido, en el mundo existen bancos de leche materna humana, en Colombia por ejemplo son regulados por el Ministerio de Salud y funcionan a través de donaciones. Y más que un negocio, han sido creados como una estrategia para garantizar el suministro de la leche humana a los neonatos hospitalizados en las unidades de cuidado intensivo neonatal, contribuyendo así a la reducción de la desnutrición y de la mortalidad neonatal e infantil.
Así mismo, está la alternativa de las fórmulas lácteas, o leches de fórmula, que deben ser prescritas según cada caso, ya que estas leches pueden tener algunos inconvenientes como recalcó la ginecóloga Laura Gil: “Esta leche también tiene inconvenientes, puede dar estreñimiento porque la digeribilidad no es tan buena, les puede dar cólicos y todo tiene que ver con que su composición no es igual a la de la leche materna”.
Hasta ahora no se ha demostrado que la leche de fórmula sea superior a la lactancia materna, como intentó sugerir Ochoa en sus afirmaciones.
Y en ese mismo sentido se manifestó la Sociedad Colombiana de Pediatría, así como el Colegio Colombiano de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica con comunicados en los que enfatizaron que no hay evidencia científica que demuestre que los sucedáneos de la leche materna (fórmulas) tengan beneficios superiores para la salud infantil comparados con la lactancia materna.
Comunicado Colegio Colombiano de Gastroenterología , Hepatología y Nutrición Pediátrica (Colgahnp). Fuente: http://colgahnp.org/
Ochoa intenta justificar el uso de otros alimentos para los lactantes antes de los seis meses de vida, pero estas afirmaciones son cuestionables pues la recomendación en Colombia es iniciar a los seis meses de edad otros alimentos progresivamente (alimentación complementaria). Sin embargo, el margen entre los cuatro y seis meses de edad en el inicio de esa alimentación complementaria es contemplado por ciertas sociedades científicas y autoridades en salud como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), quienes señalan al respecto:
“La etapa de introducción de alimentos sólidos, según la literatura internacional es entre las 17 y 26 semanas de edad (4-6 meses) cuando el límite de 6 meses no es posible. La elección del momento adecuado para iniciar el destete deberá estar determinada no solo por las necesidades nutricionales, sino también por la evaluación de la ‘madurez neurológica’ del niño y su interés por la comida. En cuanto a los lactantes alimentados exclusivamente con leche materna, sugiere que la lactancia materna exclusiva proporciona una nutrición adecuada hasta los 6 meses de edad para la mayoría de los lactantes, mientras que algunos lactantes pueden necesitar alimentos complementarios antes de los 6 meses, pero esto no debe darse antes de los 4 meses de edad”.
En el mismo sentido Henao aclaró a Colombiacheck:
“No está recomendado dar alimentos complementarios, agua, té, bebidas antes de las 17 semanas de vida del bebé. La leche materna cubre todos los requerimientos nutricionales durante los primeros seis meses y a partir de aquí se inicia la alimentación complementaria. Introducir alimentos tempranamente cuando la barrera intestinal es inmadura y el sistema renal no está desarrollado expone al niño a tener enfermedades a corto y largo plazo en la vida”.
Contrario a este señalamiento de Ochoa, una serie publicada en la revista científica The Lancet en el 2016 sobre lactancia materna resaltó que esta práctica es uno de los pocos hábitos sanitarios positivos que no guarda relación con el nivel económico nacional.
En dicha publicación también analizaron más de 1.300 estudios en todo el mundo sobre lactancia materna y concluyeron que los bajos índices de esta práctica tienen consecuencias como pérdidas económicas por valores estimados de 300.000 millones de dólares al año asociados a las menores capacidades cognitivas de los niños que no toman el pecho (la lactancia materna se asocia con un aumento de tres puntos en el cociente intelectual), unas 820.000 muertes de niños al año por enfermedades infecciosas, unas 20.000 muertes de madres por cáncer de mama, cuyo nivel de riesgo se reduce con la lactancia, entre otros indicadores que se ven afectados.
Así en dicho estudio enfatizaron por ejemplo que si en Estados Unidos se alcanzara un índice de lactancia materna del 90 %, se podrían ahorrar aproximadamente 2.450 millones de dólares en gastos sanitarios.
“Fomentar la lactancia materna resulta ventajoso desde el punto de vista económico tanto para los países pobres como para los ricos, y este último estudio lo demuestra” , señaló el doctor Cesar G. Victora, profesor emérito de epidemiología de la Universidad Federal de Pelotas en Brasil y coautor de la investigación publicada en The Lancet.
Sobre este tema la pediatra Paula Henao también explicó a Colombiacheck: “La lactancia es un igualador de la humanidad que permite a todos los niños de todas las razas alcanzar su potencial de desarrollo, en un país tan desarrollado y rico como Noruega la lactancia materna fue incluida dentro del Producto Interno Bruto (PIB) del país”.
Desde la Organización Mundial de la Salud enfatizaron que al promover la lactancia materna se obtendrían tantos beneficios que a largo plazo se podrían traducir en mejores condiciones laborales y desarrollo socioeconómico para cada país y lo reafirmó la Sociedad Colombiana de Pediatría.
Así concluimos que lo dicho por Paola Ochoa sobre la lactancia materna transmite desinformación a quienes quieran iniciarse en esta práctica o la estén llevando a cabo. Sus frases carecen de sustento científico y la evidencia ha mostrado que la leche de fórmula no es superior a la lactancia materna, es una práctica alternativa que puede tener beneficios y riesgos.