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Cuestionable
En un video de más de seis minutos publicado en Facebook el 16 de diciembre de 2022 junto al texto “El Pajazo Mental Que Les Está Metiendo El Gobierno Petro a Todos los Colombianos Al Estilo Venezuela” (sic) se asegura que en Colombia se vivirán aumentos de precios del transporte, alimento y arriendos en 2023 a raíz del anuncio de aumento del 16% en el salario mínimo legal vigente a partir del 1° de enero, decretado por el gobierno de Gustavo Petro por acuerdo con gremios y sindicatos.
En el audiovisual, publicado en la página “Super Viralisimo (Victor Londoño)”, se argumenta la predicción en Colombia al asegurar que “en Venezuela en septiembre anunciaron un aumento de 1.750% (...) y apenas salió esto en Gaceta Oficial, el lunes siguiente la moneda se devaluó en un 50%, por lo que el aumento no sirvió de nada”.
Como la pieza tenía 270.000 visualizaciones, 3.900 comentarios y 8.800 ‘me gusta’ para el mediodía del 26 de diciembre, en Colombiacheck hemos decidido verificarla. Además, fue reportada por usuarios de Facebook como posible contenido falso y por eso lo encontramos en la plataforma del programa de terceros verificadores (3PFC) de Meta, a la que tenemos acceso como aliados para combatir la desinformación en sus redes sociales.
Se trata de información cuestionable porque, aunque cita datos reales sobre la inflación en Colombia así como del aumento del salario en Venezuela, omite señalar las perspectivas económicas positivas de reducción de la inflación para 2023 y 2024 en Colombia por la reforma tributaria y en el mundo por el fin de un ciclo económico post-pandemia así como las razones de la inflación y devaluación en Venezuela, que no tienen relación con el aumento de salario mínimo.
Aumento del salario mínimo e inflación
De acuerdo con el influenciador Londoño, quien se presenta en su perfil profesional como director de gestión del medio Super Viralísimo, el aumento real del salario mínimo anunciado por Gustavo Petro no es del 16%, pasando de 1’000.000 a 1’160.000 pesos, y 20% para el subsidio de transporte, que aumenta de 117.120 a 140.606 pesos, sino que, debido a una inflación de 12,5%, el aumento real sería de 3,5%.
Y esto es verdadero en términos de operaciones matemáticas, pero le falta contexto al tener una importante diferencia cronológica.
Para empezar, el nuevo salario mínimo legal vigente en Colombia será a partir del 1° de enero de 2023 mientras que la tasa de 12,5% (más precisamente 12,53%) que cita Londoño se refiere a la tasa anualizada, es decir, la que va de noviembre de 2021 a noviembre de 2022. Mientras tanto, la inflación acumulada para 2022, es decir, desde enero a noviembre, es de 11,72% después que en noviembre fuese de 0,77%.
Pero para saber cuál sería el aumento real del salario mínimo recién decretado habría que esperar la cifra de inflación de diciembre de 2022 para comparar apropiadamente desde la llegada del aumento.
Así lo explica una nota de Portafolio que señala que se estima que la inflación de 2022 cierre en 12,64%, por lo que el aumento real del salario mínimo para el momento de entrar en vigor sería sólo de 3,36%. Y que este aumento real sería más bajo que el de 4,45% del año 2021, pero al mismo tiempo, señalan que distintos informes señalan que se espera que se reduzca el ritmo de la inflación durante 2023 y 2024, por lo que el poder adquisitivo del salario mínimo aumentaría.
Portafolio también explicó que con aún ese 3,36% de aumento real, este sería el segundo más alto desde 1985, pero podría incluso alcanzar el primer lugar si la inflación de 2023 es más baja que la de 2022.
Con esta predicción de baja del costo de la vida coinciden el informe de Perspectivas Económicas de Corficolombiana, el equipo de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercado de Bancolombia, el equipo técnico del Banco de la República y el informe Situación Colombia Diciembre 2022 del BBVA Research.
Todas las predicciones ubican la inflación para el cierre de 2023 entre 7% y 7,6%, mientras que el ente emisor colombiano conserva su meta de inflación de 3% o menos para 2024.
Las proyecciones señalan como razones para la baja del índice de precios a la reducción del déficit fiscal, a menos presiones externas y a la nueva reforma tributaria que generará nuevos ingresos. Así mismo, señalan el fin de un ciclo económico de alta demanda interna e inflación global producto del fin de las restricciones de la pandemia, lo que llevaría a una etapa de varios años de desaceleración económica con crecimiento lento, menor demanda interna y una baja de las tasas de interés, con una reducción mundial de la inflación, como lo ha proyectado también la CEPAL para Latinoamérica y el Caribe para 2023.
Estos son elementos locales e internacionales que fueron omitidos por Londoño en su video.
Venezuela, sí aumentó pero no por eso se devaluó
Londoño indica que en septiembre de 2022 hubo un aumento de 1.757% en el sueldo mínimo venezolano, así como que el lunes siguiente del anuncio hubo una devaluación del 50% en la moneda, lo que hizo que el valor real del salario pasara de 33 a 16 dólares.
Pero, aunque este aumento sí fue del tamaño que dijo el influencer, no sucedió en septiembre sino en marzo de 2022, cuando Nicolás Maduro anunció por televisión que desde el 15 de ese mes subiría de 7 a 130 bolívares digitales. Este aumento equivalía a 30,2 dólares a tasa oficial del Banco Central de Venezuela (BCV) de 4,31 bolívares por dólar.
Cabe recordar que esto fue después de una tercera reconversión monetaria que entró en vigencia el 1° de octubre de 2021, que convirtió cada millón de bolívares soberanos en 1 bolívar digital, al quitarle seis ceros a la denominación.
Si revisamos el valor del dólar una semana después del aumento en el salario por Gaceta Oficial, el 22 de marzo, el dólar se cotizaba en 4,37 bolívares en la tasa paralela , apenas un aumento de 0,06 bolívares mientras que se mantenía el valor de 4,31 en la oficial, es decir, el salario mínimo conservaba su valor real.
Por otro lado, una revisión del precio del dólar entre el 1° de marzo de 2022 y el 26 de diciembre de 2022 en Venezuela revela que los mayores aumentos en la tasa de cambio sucedieron el 24 y 25 de agosto, con 11% de aumento del valor de la divisa estadounidense por cada día y en el período entre el 10 de noviembre y el 26 de diciembre, cuando el dólar pasó de 9 a 16,5 bolívares digitales.
Una nota del medio alemán DW dio cuenta de esa devaluación de 21% de la moneda venezolana en una semana de agosto, que finalizó con una cotización del dólar a 7,9 bolívares por dólar a tasa oficial pero hasta 8,5 bolívar por dólar según webs como Monitor Dólar y DolarToday, que expresan el mercado paralelo. Entonces, el salario mínimo de 130 bolívares variaba entre 16,5 y 15,4 dólares, una pérdida de cerca del 50%, que Londoño le asignó erróneamente “al lunes siguiente del [supuesto] aumento de septiembre”.
Diferencias entre países
Pero el error del comunicador digital no se queda en acertar cifras y errar fechas. Así como omitió las previsiones positivas en Colombia, también lo hizo con las diferencias macroeconómicas frente a Venezuela.
Tanto la DW, como reportes en BBC y EFE coincidieron en explicar lo sucedido en agosto en Venezuela: el gobierno de Maduro había tratado de frenar la inflación y el aumento de la tasa de cambio mediante la congelación de los salarios y una inyección de dólares al mercado interno por parte del Banco Central de Venezuela en medio de una “dolarización informal” en una período de recuperación económica que había dejado atrás la hiperinflación en diciembre de 2021 y estabilizado la tasa de cambio.
Cuando, en marzo de 2022 y no septiembre, decidió aumentar el salario porque era inferior a los 3 dólares, trató de posponer y fraccionar el pago del mismo a los millones de empleados públicos del país para evitar una importante “inyección de dinero” que pudiese disparar los precios y el valor del dólar. Pero la presión de las protestas de los funcionarios obligó al gobierno a pagar a finales de agosto lo adeudado por varios meses.
Esta “inyección de dinero” tuvo dos problemas: debido a la dificultad de Venezuela para obtener ingresos en divisas por la venta de petróleo en Asia, por cuenta de las sanciones financieras de Estados Unidos sobre Rusia en medio de la invasión a Ucrania, no hubo dólares para vender en el mercado interno; al mismo tiempo que el aumento de liquidez monetaria para pagar los salarios se hizo de forma inorgánica, es decir, una creación de dinero electrónico en las cuentas bancarias estatales de forma descontrolada.
“Las reservas del Banco Central están sobre los US$5.100 millones, pero de ese monto hay como US$4.800 millones en oro, por lo que apenas quedaría un 16% en efectivo y habría que ver si todo es negociable porque allí tiene que haber bonos de difícil negociación. El BCV tuvo que quemar sus reservas para poder compensar y mantener esa política de suministro de divisas al mercado. Ahora el anclaje es casi imposible”, le dijo a BBC el analista financiero Orlando Zamora.
“La liquidez monetaria ampliada (dinero emitido por el BCV + dinero secundario creado por los bancos al otorgar créditos + todo el dinero disponible de los ciudadanos) estaba en 4.814 millones de bolívares en marzo de 2022 y, al cierre de agosto de este año, se ubicaba en 11.091 millones de bolívares. En tan solo cinco meses creció 2,3 veces”, apuntó.
Así las cosas, Venezuela tuvo la inflación más alta de 2022 después de ese agosto: 28,7%.
Otra prueba de que la devaluación, así como la inflación, no estuvo directamente relacionada con el aumento de sueldo o sus pagos, sino con los otros factores macroeconómicos señalados que están ausentes en Colombia, es que esta devaluación volvió a suceder en diciembre de 2022, siete meses después del aumento del salario.
Esta vez, AFP consultó a tres analistas reconocidos en Venezuela: Asdrúbal Oliveros, Henkel García y Leonardo Vera, quienes reiteraron que, como el Banco Central de Venezuela perdió la posibilidad de anclaje del dólar (vender divisas en el mercado interno para mantener la tasa de cambio baja) y llegado el fin de año, se volvió a recurrir a producir bolívares sin respaldo para pagar los aguinaldos. Es decir, se repitió el proceso de agosto.
El economista Vera señaló que era una situación que explotaría eventualmente porque el dólar estaba sobrevaluado en un país con 200% de inflación. Es lo mismo que le había dicho su colega Luis Bárcena a la DW en agosto: “Esto revela lo frágil que es mantener la estabilidad cambiaria a través de intervenciones por ventas de divisas, sin atacar el problema de fondo”.
Conclusión
Así que, a la luz de estas evidencias, en Colombiacheck calificamos como cuestionable lo dicho en el video por Víctor Londoño porque ignoró las perspectivas económicas positivas del país para los próximos años mientras también omitió las razones macroeconómicas de larga data en Venezuela para explicar su inflación y devaluación sin conexión con la subida del salario mínimo; datos incompletos e imprecisos que se presentan para predecir que la inflación colombiana podría dispararse de la misma forma.