En el Meta se están preparando las fuerzas políticas para ganar la Gobernación y es seguro que, para lograrlo, se enfrenten a uno de tres escenarios: Que siga la tradición de “gobernador deja gobernador” (lo que significaría un nuevo mandato liberal); que los uribistas logren -por fin- lo que han intentado hace más de una década; o que aparezca una figura tan fuerte que logre unirlos a todos.
Las corrientes tradicionales tienen la primera opción en esta región de la Orinoquia colombiana. De todas ellas han desfilado aspirantes ante el “cacique” liberal Jorge Carmelo Pérez Alvarado y el fundador de Centro Democrático Álvaro Uribe Vélez buscando de ellos un guiño.
Pérez Alvarado es el esposo de la actual gobernadora Claudia Marcela Amaya García. Fue representante a la Cámara en varios periodos, primero por el Partido Liberal, después con el Movimiento de Integración Regional y, finalmente, batiendo las banderas del Partido de La U. Es cercano a Juan Manuel Santos y, aunque quizá no lo acepte públicamente, sigue liderando una casa política mientras su esposa ejerce el poder en el Palacio del Bambú. Por ese directorio se presentarían los precandidatos Juan Diego Muñoz Cabrera (ex secretario de Educación), Eduardo González Pardo (ex secretario Privado) y Delio Herrera (ex secretario de Salud). Buscando acuerdos con el veterano dirigente liberal también habría estado ex alcalde de Villavicencio y ex ministro de Agricultura Juan Guillermo Zuluaga Cardona.
Álvaro Uribe Vélez no está en Meta pero cualquier determinación regional del Centro Democrático deberá contar con su visto bueno, tanto en la forma de escoger a sus aspirantes como en la estrategia de campaña y los líderes de ese proceso.
Aún se estaban divulgando resultados de la Registraduría -que daban como ganador de la elección presidencial a Iván Duque- cuando el abogado Hernán Alexis Gómez Niño anunciaba su tercera candidatura uribista a la Gobernación de Meta. Hasta ahora nadie se atreve a darlo como aspirante oficial del CD y mucho menos después de conocerse la ocurrencia de un encuentro entre Uribe Vélez y Zuluaga Cardona. Este último integró hasta hace poco el gabinete de Juan Manuel Santos Calderón pero ahora, de manera audaz, busca reunir apoyos liberales, de La U y del uribismo para ser gobernador.
Quien consiga los apoyos necesarios logrará conducir un departamento rico -por la economía del petróleo y el gas- pero con inmensas necesidades debido a su extenso territorio, población dispersa y huellas todavía no cicatrizadas del conflicto armado.
Es innegable la relevancia de la Orinoquia para Colombia. Son 7 departamentos y el Meta es su puerta de entrada. Es despensa agrícola; 70% de su producción va para el centro del país y, según la Dirección Regional de Planeación, sólo de este departamento salen diariamente hacia la capital, Bogotá, productos agropecuarios que suman 23 mil millones de pesos representados en ganado bovino, porcino, aceite de palma, plátano, frutas, piña, entre otros. Por el transporte y venta de hidrocarburos se negocian al día 15 mil 500 millones de pesos. Es una economía vibrante y con enorme potencial de crecimiento y dirigir sus destinos tiene siempre un enorme atractivo para sus dirigentes, así los presupuestos hayan menguado por culpa de la reforma a la distribución de las regalías de hidrocarburos y minerales promovida por el Gobierno Santos.
Desde Guadalupe Salcedo a nuestros días
Esta región fue epicentro de las luchas partidistas y escenario de la insurrección liberal llanera en cabeza de Guadalupe Salcedo Unda -entre 1948 y 1953- contra la hegemonía conservadora. Luego vino el Frente Nacional o la alternación del poder entre los dos partidos tradicionales y entonces estas tierras vieron caer a varios líderes amnistiados que habían seguido la huella de los comuneros. Así lo recuerda Alberto Baquero Nariño, presidente de la Academia de Historia de Meta.
Explica que el llano fue liberal hasta el genocidio contra la Unión Patriótica a finales de los ochenta. Desde ahí, el régimen de terror y la matanza de activistas se instaló como una constante sistemática, selectiva y ejemplarizante.
“Los determinadores de la masacre son políticos de los partidos tradicionales que se vieron desplazados por el auge del movimiento campesino comandado por el Partido Comunista, luego del acuerdo en Uribe, Meta, logrado por Belisario Betancur en 1984”: agrega el académico.
Baquero también recuerda que -a finales de los 80- al ser nombrado Gobernador por decreto, Jorge Ariel Infante Leal lideró la llamada Unidad Liberal Popular conocida también como el “ Arielismo”. Esa fue la escuela política de varios jóvenes que luego regirían los destinos de Meta, entre ellos Carlos Javier Sabogal Mojica (1987 - 1989), Luis Carlos Torres Rueda (2001 - 2003) y Alan Jara Urzola (Alcalde de Villavicencio 1987 - 1988 y gobernador 1990 - 1991, 1998 - 2000 y 2012 - 2015).
El historiador subraya otro antecedente necesario para entender lo que ha estado en juego en las dinámicas del poder en el llano: la tierra. Por ella llegaron, dice, colonos de otros departamentos vecinos, ambiciosas familias antioqueñas, paramilitares, guerrilleros, petroleras y grandes grupos económicos. Las alianzas entre algunos de ellos fueron frecuentes, a veces por la fuerza, a veces por mutua conveniencia y parecen prolongarse hasta hoy:
“Son los asesinos de cuello blanco, los mismos que mandan asesinar a los líderes sociales en todo el país”: sentencia.
Mi deseo es vencer, dice un conocido joropo
Con base en los resultados de las votaciones al Congreso de la República y la elección presidencial, cualquiera que se presente hoy tiene opciones de ganar porque el escenario político no está absolutamente orientado hacia una sola tendencia. Al menos así lo analiza el sicólogo y periodista José Nilson Arana Sánchez.
Reconoce que los políticos tradicionales tendrán la primera opción, son visibles los dos grupos más fuertes, representados en el Partido Liberal y el Centro Democrático. Cada uno depende de factores externos que les permitan llegar a octubre de 2019 con mayores probabilidades.
Los del Centro Democrático dependen de las acciones de gobierno del Presidente Iván Duque Márquez. Sus decisiones pueden impactar en el electorado del CD en las regiones y pone como ejemplo la actual discusión de una nueva reforma tributaria:
“Hasta a los uribistas no les va a gustar. Las políticas de Duque incidirán para bien o mal”.
Lo dicho por el analista político lo sabe la exsenadora Nohora Stella Tovar, figura indiscutida de esa corriente en el Meta. Hombro a hombro con el entonces representante a la Cámara, Fernando Sierra Ramos, tuvieron la misión de hacer ganar a Duque en los 7 departamentos de la Orinoquia. Lo lograron en 6, les faltó Guainía.
La excongresista reconoce que el primer año de gobierno será difícil, pero confía en lo que decida el partido sobre candidaturas. Sus integrantes, advierte, son disciplinados, trabajarán con quien escojan y lo harán con ventaja porque aquí es inocultable y vigente fervor por el expresidente y senador Uribe.
Sobre las posibilidades que tenga su alfil a la Gobernación, Rey calcula que el aspirante llegará con al menos 30% de votación proporcionada por la base uribista y la dirigencia del Centro Democrático. El resto deberá traerlo el candidato: votación adicional para ganar y recursos para financiar la campaña.
Desde cuando se eligen popularmente los gobernadores y alcaldes, en el Meta hay una tradición -entre perversa y antidemocrática- según la cual “gobernador deja gobernador”. A muchos les parece natural, pero olvidan que la imparcialidad de un gobernante en ejercicio es una norma y el uso de los recursos públicos para favorecer campañas no sólo es inmoral sino ilegal. A pesar de ello, ya hay cuatro aspirantes que buscan el guiño de la actual administración seccional: Juan Diego Muñoz, Eduardo González, Delio Herrera y Juan Guillermo Zuluaga.
Nilson Arana también analiza los factores externos que podrían frenar la campaña liberal para mantener el poder. Lo más crítico, asevera, será enfrentar las consecuencias del proceso judicial por presuntas irregularidades en la proyectada refinería que fue promesa del procesado exmandatario Alan Jara. Construirla se convirtió para él en obsesión; lo planteó desde su segundo gobierno en 1998 pero no tuvo eco en su sucesor; lo retomó en campaña en 2011 y mencionándola volvió al poder pero sus intenciones nunca se cumplieron. Hoy cuatro funcionarios de su confianza están en la cárcel: Luz Stella Casasfranco (Asesora Jurídica), Ricardo Rodríguez (Gerente de la empresa Llanopetrol), Hernando Martínez (Secretario de Planeación) y Jairo Iván Frías (Secretario de Hacienda). La Fiscalía los acusa de peculado por apropiación en favor de terceros, interés indebido en celebración de contratos y contratos sin el cumplimiento de requisitos legales.
Durante 6 años se invirtieron dineros públicos por 18 mil millones de pesos y se presume un detrimento patrimonial por 9 220 millones de pesos. Hoy no hay planta ni proceso de refinación, sólo un predio de 82 hectáreas -con denuncias por sobrecostos- en la vía de Villavicencio a Puerto López. Por ese caso, la Fiscalía General de la Nación compulsó copias a la Fiscalía Delegada ante la Corte Suprema de Justicia para investigar la presunta conducta delictiva de Jara Urzola, a quien acusan por no planear con responsabilidad el proyecto, faltar a las normas de contratación e incurrir en detrimento patrimonial.
Por hechos relacionados, la Fiscalía Cuarta Delegada ante la Corte Suprema de Justicia empezó a investigar a la actual gobernadora por un supuesto detrimento patrimonial adicional que llegaría a los 22 mil millones de pesos. Los investigadores presumen que, desde que asumió la Administración, no adelanta acciones efectivas para salvar el proyecto o, incluso, para liquidarlo.
Esos procesos judiciales, insiste Arana, inciden en la opinión pública, generan incertidumbre e influirán en campaña alterando las variables para el debate político de 2019. El analista no descarta incluso arriesgadas jugadas de los liberales.
“Hoy no hay nadie con media gobernación ganada, hay 2 grupos fuertes, eso sí. Carmelo preferiría arriesgarse a que lo traicionen, a ni siquiera ganar. Es preferible quedar en algo, ganar algo y esperar que le cumplan, por eso los posibles aliados serían Juan Guillermo Zuluaga o Uribe (Centro Democrático)”.
El optimismo de las fuerzas alternativas
Las campañas a la Gobernación del Meta podrían estar entre las más caras del país. Las cifras reales nunca se reflejarán en las cuentas presentadas ante el Consejo Nacional Electoral pero, entre quienes han participado en ellas, es sabido que quien quiera ganar deberá preparar mínimo 10 mil millones de pesos. Incluso para ser diputado, un cargo de aparentemente poca influencia, los gastos podrían alcanzar los 800 millones.
Ese es el panorama que enfrentan las minorías políticas con poco o ningún poder económico. Su única esperanza es seducir el voto de opinión como lo hizo el candidato progresista en las presidenciales. En el Meta coinciden con esa tesis Édgar Cruz, dirigente del movimiento ambientalista con sede en Guamal; Timoteo Romero Morales, presidente de la subdirectiva de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), y Aidée Moreno Ibagué, ex candidata a la Cámara de Representantes por la Unión Patriótica. Esta última expresa que las diferentes fuerzas independientes le apostarán al cambio porque, aunque el departamento creció en las ciudades -como Villavicencio, Acacías o Granada- en el campo la situación es diferente.
“Los campesinos no tienen oportunidades, no hay proyectos, no hay vías, no hay puentes, no hay escuelas, no hay puestos de salud”.
Cruz, por su parte, identifica los factores que hacen complejo ejercer la política en Meta: primero, la incertidumbre con respecto a la consolidación de la paz; segundo, las intimidaciones, amenazas y asesinatos de líderes sociales que genera temor; y, finalmente, el avance de lo que él llama “la aplanadora minero energética”, poniendo en riesgo la estabilidad ambiental y la posibilidad de realizar proyectos productivos, sostenibles y sustentables.
“Vemos con mucha preocupación que la posibilidad de participación de otros sectores está completamente limitada, pero sobre todo por financiación, lo que se verá en campaña viene de la contratación estatal, de la contratación directa de la Gobernación”.
En contraste, Timoteo Romero luce positivo. Siente que hay una oportunidad para cambiar la situación; cree que votaciones como las de Gustavo Petro y Sergio Fajardo podrían replicarse en las regiones.
“Estamos listos para que dejemos cualquier tipo de diferencia y unificar sectores de izquierda democrática, independientes, incluso liberales, conservadores de base que quieren un cambio, unificarnos, y lanzar candidaturas que renueven la política”.
Otros actores importantes en el sector alternativo metense es el de los trabajadores organizados de la industria petrolera. Germán Camilo Acero Herrera, director de Asuntos Jurídicos de la Unión Sindical Obrera, sabe que -al menos hasta ahora- sus triunfos son ante las empresas obteniendo beneficios para los trabajadores pero esa organización laboral no ha llegado a incidir en otro tipo de votaciones.
“Hoy los trabajadores en Meta en la industria del petróleo pueden ser 10 mil o 15 mil máximo. No creo que eso sea una fuerza para cambiar todo un rumbo, sin embargo sí tenemos la fuerza suficiente para enarbolar unas banderas, defender lo que nos pertenece en cada uno de los territorios y exigir a partir de la organización”.
La comunicadora social Islena Rey Rodríguez, presidenta del Comité Cívico por los Derechos Humanos del Meta, anticipa otro escenario con nuevas fuerzas que estarían despertando para hacerse sentir en las elecciones de 2019.
“La juventud está pensando en realmente traer un cambio en este país, por eso estamos juntándonos, caminando juntos, estamos conversando, estamos saliendo a cabildeo, estamos saliendo a la protesta y vamos a seguir haciéndolo”.
El Comité se fundó en 1989 para defender a quienes no siempre son visibles para los gobiernos. En nombre de ellos, Islena describe el sentir del habitante de la zona rural en municipios tan alejados de la capital como Vistahermosa, La Macarena, Puerto Rico, Mesetas, entre otros.
“En el sector rural la gente la tiene clara y no es gratis, por tenerla clara es que nos están asesinando, amedrentando, desplazando, hostigando. La juventud de este departamento se está volcando, diciendo acá estamos y somos nosotros los responsables de que esto cambie”.
Finalmente la dirigente alerta a la organización electoral porque sabe de algunos grupos que están haciendo campaña, poniendo candidatos en Meta y Guaviare, entre ellos el hijo de un jefe paramilitar con influencia en el centro de este departamento.
Nilson Arana Sánchez, analista político, considera que las fuerzas alternativas están optimistas pero las elecciones regionales son muy diferentes, así que tendrán que ser muy unidos y hacer mejor sus cálculos.
“En elecciones al Congreso o Presidencia están muy distantes candidato y elector, son votaciones por opinión, se vota con mayor libertad. En las locales hay más relaciones de clientelismo. El elector se puede sentar a pedirle al candidato, la gente aspira a que alguien le ayude. Eso dificulta a las fuerzas alternativas, no deberían estar entusiasmados por eso”.
Agrega que la gente en zonas rurales puede ser más vulnerable al manejo clientelista de los candidatos tradicionales y por eso es menos probable que se vote a conciencia.
“En lo rural de Meta no habrá un gran cambio, así sea en zonas con presencia armada. La guerrilla generó simpatía al no estar el Estado, pero eso no se reflejó en la elección presidencial”.
Concluye que las fuerzas alternativas tendrían más posibilidades a la Asamblea Departamental, porque la unión haría que cada uno ponga en la lista a sus mejores hombres y mujeres, si se ponen de acuerdo Polo Democrático, Unión Patriótica, Partido Verde, Compromiso Ciudadano, Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), Colombia Humana, Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS), Alianza Social Independiente (ASI), entre otros.
Candidaturas en movimiento
Los que aspiran a lanzarse para 2019 están haciendo campaña desde hace varios meses. Han aprovechado incluso las más recientes votaciones para mostrarse, aparecer en concentraciones y afinar el discurso.
Juan Diego Muñoz Cabrera hasta hace poco fue el secretario de Educación del gabinete de la gobernadora Amaya. Asegura que está escuchando a la gente, empapándose de sus problemas, con su movimiento base en Compromiso Ciudadano (liderado por Sergio Fajardo) y -con firmeza- sentencia que irá hasta el final.
“Me gustaría ser candidato. Sería buen gobernador, lo haría bien, me veo trabajando para el departamento”.
En cuanto a la financiación considera que la campaña cambiará porque la realidad económica no permitirá para grandes inversiones. Esa realidad, dice, tendrá que trasladarse a las campañas políticas, convenciendo al votante de que las soluciones son colectivas para mejorar el futuro.
La vicepresidenta de la República Martha Lucía Ramírez Blanco tiene gran aceptación en el departamento de Meta. Incluso el Partido Conservador en las consultas se dividió entre dirigentes que apoyaron a Iván Duque y las bases que estaban con ella. Santiago Esteban Caballero Díaz es quien mejor representa en esta región el sentir de esos votantes y también analiza con cuidado el panorama.
“Aquí van a salir 3 candidatos: Los espontáneos –así le digo a los movimientos alternativos-, el candidato de la gobernadora y el que representen al presidente y vicepresidenta. Nosotros queremos acuerdo con Centro Democrático, nada está escrito, lo nacional influirá en lo local”.
Finalmente el dirigente augura éxitos para las coaliciones de la derecha, descartando cualquier posibilidad de que el centro o centro – izquierda puedan alzarse con el triunfo en octubre de 2019.
“El más cercano para capitalizar el de Duque en Centro Democrático es Hernán Gómez. Hay muchos que no quieren que sea, pero -de no ser Hernán- no sacarían la misma votación. Yo al único que no veo ahí es al exministro Juan Guillermo Zuluaga, porque no confían en él”.
Un factor de incertidumbre
La situación política no está del todo clara para muchos de los que desean aspirar el próximo año. Los frena la reforma política que deberá tramitarse en el Congreso de la República y que incluye dos propuestas que podrían cambiar sus planes: la primera permitiría recoger de firmas como estrategia para conformar movimientos significativos de ciudadanos y, la otra, eliminar el voto preferente para concejos y asambleas.
José Nilson Arana considera perjudicial para la salud de la democracia que los congresistas se tomen más tiempo para definir esos cambios porque estarían sorteando el futuro de muchas candidaturas.
“Es malo que esas reglas lleguen tarde, que no haya reglas claras desde el comienzo, eso paraliza campañas, no se podrán definir candidaturas, eso de hacerlo hasta el primer trimestre del otro año le dará ventajas a los congresistas, quienes demorarán para manejar”.
De acuerdo con el experto, lo que se juega en el Congreso es eliminar la posibilidad de recoger firmas para los grupos significativos de ciudadanos porque en el pasado reciente ese mecanismo fue usado por caciques políticos para empezar antes sus campañas y burlarse de los plazos que la ley establecía para los partidos. Sobre las listas cerradas, cree que el experimento podría darse en 2019 en las elecciones regionales permitiendo fortalecer los partidos, alistar aspirantes fuertes, incluir mujeres como opción de triunfo y preparar sus estructuras para las elecciones para Congreso del 2022.
En conclusión: para el departamento de Meta hasta ahora nadie tiene aval y no hay nada definido. Los jefes políticos están escuchando y negociando; los grupos alternativos deberán ponerse de acuerdo para poder incidir inspirados en las votaciones de Petro y Fajardo. La incógnita es si alguno de ellos podrá convencer al elector con alguna estrategia diferente a la de ofrecer dinero, teja y ladrillo.