El 8 de marzo de 2026, las comunidades rurales y afectadas por el conflicto armado en Colombia tendrán nuevamente la oportunidad de participar en la elección de las Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz (Citrep), un mecanismo creado en el marco del Acuerdo de Paz de 2016, suscrito en La Habana.

Estas curules no son cargos políticos convencionales: su objetivo es garantizar que las víctimas del conflicto tengan representación directa en el Congreso, para permitir que sus necesidades y aspiraciones lleguen a los tomadores de decisiones en Bogotá.

Según la Registraduría Nacional y la Misión de Observación Electoral (MOE), solo pueden postularse personas que hayan sido víctimas del conflicto armado y que tengan un vínculo directo con los municipios que integran la circunscripción. Esto asegura que la representación sea auténtica y cercana a las necesidades del territorio, además evita la intervención de partidos tradicionales o intereses políticos externos. Los candidatos deben demostrar su trayectoria comunitaria, conocimiento de la realidad local y compromiso con los derechos de las víctimas.

La Citrep de Chocó

La Citrep que incluye al Chocó abarca 14 municipios que presentan rezagos estructurales en salud, educación, movilidad, infraestructura y seguridad, que se han acumulado durante décadas, producto del abandono estatal y de los impactos prolongados del conflicto armado.

En Bojayá, población que ocupa un lugar emblemático entre los territorios afectados por el conflicto armado, habitan aproximadamente 9.000 personas que enfrentan un índice de pobreza multidimensional cercano al 67 %. Entretanto, el municipio de Medio Atrato, con 20.000 habitantes, enfrenta limitaciones en el acceso a servicios básicos.

Leyner Palacios, líder social de Bojayá, explica que la curul de paz representa una oportunidad histórica, pues “no es un voto más, es la posibilidad de que nuestras necesidades sean escuchadas en el Congreso”. Aurelino Quejada Cuesta, líder en el Medio Atrato, enfatiza que la participación permite elegir a alguien que represente las necesidades de la comunidad, “sin que los politiqueros intervengan”.

James Mosquera, actual representante de la Citrep en Chocó y Antioquia, destaca logros concretos de la curul de paz con proyectos recientes que reflejan el impacto directo de la participación ciudadana: “Hace apenas dos meses se aprobó un proyecto de 18 mil millones de pesos para llevar un acueducto a todas las comunidades del municipio de Murindó, que antes nunca había podido participar en procesos locales de desarrollo. Además, se han gestionado recursos para mejorar la infraestructura educativa, la atención en salud y el transporte fluvial en municipios como Carmen del Darién y Medio Atrato. Esto demuestra que cuando la gente participa, los recursos llegan a quienes más los necesitan”.

El censo electoral para las 16 circunscripciones de paz, asciende a 1.246.634 votantes. De ellas, las mujeres representan cerca del 46 % del electorado (576.588 son mujeres y 670.046 son hombres). La MOE ha documentado que en los municipios PDET —que coinciden en gran parte con las zonas Citrep— el 60 % de la población tiene menos de 30 años, lo que sugiere un peso demográfico significativamente juvenil. En la Citrep de Chocó, según estimaciones de la MOE, el 47 % de las cédulas habilitadas para votar en 2026 corresponde a mujeres.

En este sentido, Valerio Murillo Reyes, representante legal de COCOMINSA, Consejo Mayor de Istmina y parte del Medio San Juan, añade que: “La curul de paz debe ser una herramienta para que jóvenes, hombres y mujeres tengan representación real”.

Barreras para la votación

En la elección anterior de las curules de paz, en 2022, la circunscripción de Chocó y Antioquia alcanzó una participación de cerca de 31.000 votantes, lo que representó aproximadamente el 49 % del censo habilitado en la región.

Sin embargo, para la abogada y politóloga Ximena Echavarría, aún hace falta fortalecer la educación cívica: “Muchos habitantes no conocen qué es la Citrep ni cómo funciona. La pedagogía es fundamental para que la comunidad ejerza su derecho al voto con conocimiento y conciencia. Solo así podemos evitar que las élites políticas o los partidos tradicionales terminen apropiándose de estas curules”.

Cabe destacar que la Registraduría Nacional del Estado Civil, a través de su Observatorio Electoral, pone a disposición herramientas que permiten revisar el número de puestos de votación habilitados, la inscripción de cédulas y los resultados históricos, ofreciendo información clave sobre los desafíos de participación en territorios rurales y dispersos.

Por otra parte, la MOE ha advertido que la logística electoral es uno de los mayores desafíos en la circunscripción de Chocó, en tanto municipios como Bojayá, Medio Atrato, Carmen del Darién o Acandí están conectados principalmente por ríos o caminos difíciles. Esto hace necesario coordinar transporte, seguridad y acompañamiento de las autoridades locales para garantizar que el voto llegue a todos.

Según Aurelino Quejada, movilizarse por los ríos requiere apoyo en transporte, gasolina, alimentos y seguridad; mientras tanto, Leiner Palacios señala que la violencia, la desinformación y la falta de transporte dificultan el ejercicio electoral en las comunidades más apartadas.

Según datos de la MOE, de los 167 municipios que integran las Citrep en Colombia, 145 —el 86,8 %— presentan factores de riesgo electoral vinculados a violencia o indicios de fraude. Entre marzo y julio de 2025 se registraron 139 hechos de violencia contra liderazgos políticos, sociales y comunales, de los cuales el 63 % ocurrieron en territorios de las circunscripciones. En lo corrido del año se contabilizaron un secuestro y un asesinato en territorios pertenecientes a la Citrep del Chocó.

* Este explicador fue elaborado con la asesoría de Colombiacheck como parte del proyecto ‘CdR/Lab: Periodismo electoral en zonas Citrep’, un taller de Consejo de Redacción y el Centro Carter.