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Cuestionable
Esa fue una de las consignas que el exministro Fernando Londoño usó para invitar a la marcha promovida por el Centro Democrático en contra de las políticas del gobierno Santos y de la forma cómo se está desarrollando el proceso de paz con las Farc. La marcha se dio el sábado 2 de abril y contó con la asistencia de miles de personas en distintas ciudades del país.
Para incentivar la marcha el exministro Londoño aprovechó la columna de opinión que tiene en su espacio informativo, La Hora de La Verdad, para lanzar varios argumentos que desde su perspectiva daban validez a la convocatoria para salir y protestar en las calles.
Algunas de las razones que dio para salir a protestar fueron del siguiente tenor: "Que vivimos en un mar de coca (siguiendo la línea editorial del Procurador Ordóñez), que la bonanza petrolera no fue suficientemente aprovechada por la administración Santos, oponiéndose a la posible reforma tributaria que se discutirá en el país en unos meses, porque la plata no alcanza para comer, porque la inflación se disparó, porque el campo no produce sino tristezas, por la venta de Isagen, porque no se construyen cárceles nuevas, por el avión que el gobierno compró para Doña Tutina (la esposa del Presidente Santos) y porque en cinco años no se ha instalado ni una sola fábrica nueva (lo que llamó una auténtica desindustrialización del país)".
Colombiacheck seleccionó esta última aseveración, buscó expertos para tratar de esclarecer el panorama del sector industrial en Colombia, puesto en duda por el exminitro, y determinar cuánta razón o no le asiste a la afirmación de este acérrimo uribista.
En primer lugar es de vital importancia explicar que "en Colombia durante los últimos cinco años (2010 a 2015) sí se han instalado nuevas fábricas", según información disponible en el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo en el país se instalaron 722 multinacionales, lo que representó una inversión cercana a los $25.500 millones de dólares.
Según datos de esa misma cartera, sólo en 2015 se instalaron 125 nuevas empresas, un 29% más que en 2014, cuando se crearon 97.
Incluso en el análisis económico del primer trimestre de 2015, Confecámaras, la red de Cámaras de Comercio de Colombia, señalaba el buen comportamiento del sector industrial: "De las 70.746 unidades económicas creadas el primer trimestre de 2015, la mayor concentración se encuentra en el sector comercio (27.797), seguido de alojamiento y servicios de comida (8.514), industria manufacturera (7.035), actividades profesionales y científicas (4.529), construcción (4.054) y servicios administrativos y de apoyo (2.921). Estos seis sectores, por su mayor participación en la estructura de actividad económica (gráfico 2), dan cuenta del 77,5% del total de unidades creadas.
Esto era así a pesar de que en Colombia en ese periodo hubo una caída en el registro de nuevas unidades económicas cercano al 20% en comparación con 2014.
Por su parte, en el informe mensual de Fedesarrollo (Tendencia Económica), se registró para el primer trimestre de 2016 un repunte del 6% en el índice de confianza industrial frente al mismo periodo del año pasado. Así mismo, en ese lapso se presentó un aumento de 10 puntos porcentuales en el volumen de pedidos de la industria, dinámica que se complementa con una mayor utilización de la capacidad instalada de ese sector en general.
No sabemos si el exministro Londoño conoce estás cifras pues cuando nos comunicamos con él y le preguntamos cuál era la fuente de dónde había sacado la información para afirmar que en Colombia no se ha abierto ni una sola fábrica en los últimos cinco años, nos respondió que eso era algo "de público conocimiento".
Una afirmación en la zona gris
En cuanto al proceso de desindustrialización que vive el país es fundamental aclarar que hay cifras y estadísticas que dan crédito a su afirmación y hay otras que la desmienten.
De acuerdo con el Dane, "la industria desde 1975 ha perdido progresivamente incidencia sobre el Producto Interno Bruto (PIB) del país". En 2015 le puso al PIB un 11%, muy alejado de lo que aportó a mediados de la década de los setenta, cuando se ubicaba en 18%.
De acuerdo con estas cifras, la culpa de la pérdida de incidencia de la industria sobre el PIB colombiano no es sólo de Juan Manuel Santos, sino que involucra la gestión de los otros ocho presidentes que lo antecedieron, figuras como Alfonso López Michelsen, Julio César Turbay, Belisario Betancur, Virgilio Barco, César Gaviria, Ernesto Samper, Andrés Pastrana y Álvaro Uribe.
Respecto al proceso de desindustrialización César Ferrari, profesor del Departamento de Economía de la Universidad Javeriana, manifestó que "no se debe a un presidente en específico sino a otros fenómenos económicos como la apertura, la tasa cambiaria, la privatización, la revaluación cambiaria, los costos financieros elevados, entre otros".
En la misma línea del profesor Ferrari se manifestó el analista económico Salomón Kalmanovitz, quien explicó que "en efecto la industria ha perdido participación sobre el PIB respecto al rol que tuvo en la década de los noventa". Kalmanovitz aclaró que la principal razón por la que la industria ha perdido protagonismo a lo largo de los años es por la conocida enfermedad holandesa, generada tras la preponderancia que empezó a tener el ingreso de divisas a Colombia producidas por los sectores petrolero y minero. Kalmanovitz añadió otras razones como los TLC y en una escala algo ínfima, de acuerdo al economista, la apertura económica de los años noventa.
Aunque la industria ha perdido participación en el PIB nacional, ha tenido altas y bajas en cuanto a su nivel de producción y crecimiento entre enero de 2010 y enero de 2016.
De las cifras del Dane se pueden sacar varias conclusiones y usarlas como mejor convenga.
Por ejemplo, durante los últimos meses del periodo presidencial de Álvaro Uribe, se registró un incremento de la producción cercano al 8% (mayo de 2010), pero finalmente en el último mes de su presidencia la producción descendió y se situó cercana al 3%.
Por otro lado, el índice más bajo de la producción industrial de los últimos seis años se dio durante el primer gobierno de Santos, cuando la industria decreció en un -13 % (enero de 2013), aunque luego se recuperó.
Las cifras dan para todo, sin embargo, hay varias cosas que con mayor precisión se pueden esclarecer: Que la industria ya no es tan fuerte como hace 40 años es un hecho y que en los últimos cinco años la producción del sector industrial ha presentado una gran inestabilidad, como si estuviera en un permanente balancín: sube y baja.
El panorama desalentador de la industria que plantea el exministro Londoño puede sustentarse en la falta de estabilidad de la producción y en su poca influencia en el PIB, pero puede ser rebatido por la leve mejoría que ha mostrado la producción desde marzo de 2015, el incremento del índice de confianza industrial en el primer trimestre de este año, que coincide con las buenas percepciones de los empresarios para el 2016, las cuales se reflejan en la Encuesta de Opinión Industrial que publica periódicamente la Asociación Nacional de Industriales.
En síntesis, Londoño erró de lleno respecto a que no se ha creado ni una sola fábrica en el país en los últimos cinco años, pero tiene razón respecto al proceso de desindustrialización del país, todo depende del ángulo desde el que se miren e interpreten los datos al mejor estilo de la metáfora del vaso medio lleno o medio vacío.