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Cuestionable
El representante a la Cámara por el Centro Democrático Christian Garcés aseguró en su cuenta de Twitter que, según el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, “de 2010 a 2016, 7 de cada 10 homicidios en Colombia fueron cometidos con arma de fuego, mayoritariamente ilegales”.
Según @MedLegalColombi, de 2010 a 2016, 7 de cada 10 homicidios en Colombia fueron cometidos con arma de fuego, mayoritariamente ilegales. #SemanaPorteDeArmas @Semanaenvivo pic.twitter.com/tSvZnTtbid
— Christian Garcés (@ChriGarces) 5 de febrero de 2019
Garcés lideró la iniciativa de pedirle la felixibilización al porte de armas al presidente Iván Duque, solicitud que abrió el debate en el país sobre el asunto.
Garcés le dijo a Colombiacheck que “al analizar las cifras de Medicina Legal del periodo comprendido entre 2010 y 2018 se puede observar que el porcentaje de homicidios cometidos con arma de fuego superaba el 70%, lo que permite concluir que siete de cada 10 homicidios se cometieron con arma de fuego durante ese periodo”. Además, nos envió los links de los documentos de los que extrajo las cifras.
Después de revisar las cifras y de consultar a expertos, calificamos la afirmación como cuestionable, pues si bien la proporción de asesinatos cometidos con arma de fuego concuerda con lo que dice Garcés, no hay manera de determinar la legalidad de las armas con las que se cometen todos los homicidios en Colombia, por lo cual no hay evidencia para concluir lo dicho por el Representante a la Cámara.
Colombiacheck revisó los informes de Medicina Legal en los que se basó el Representante y encontró que, efectivamente, el porcentaje de homicidios cometidos con arma de fuego entre 2010 y 2016 osciló entre el 69 y el 77 por ciento. Lo que es similar a decir que siete de cada 10 homicidios se perpetró con arma de fuego. Pero Medicina Legal no indica si esas armas eran mayoritariamente ilegales, como lo asegura Garcés.
Pedro Piedrahíta, profesor de ciencia política de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín y magíster en seguridad y defensa, le explicó a Colombiacheck que tanto las armas legales como las ilegales funcionan con los calibres aprobados por el Estado colombiano y distribuidos por la industria militar en el país, por lo que es prácticamente imposible saber qué porcentaje de los homicidios son cometidos con armas legales e ilegales.
Katherine Aguirre, investigadora del Instituto Igarapé de Brasil, le aseguró a Colombiacheck que no hay estadísticas disponibles para determinar si las armas con las que se cometen los asesinatos son legales o ilegales. “Medicina Legal solo sabe con qué clase de mecanismo se cometió el delito, pero no tiene información sobre la procedencia o el permiso de porte del arma”, precisó.
Según la investigadora, esto solo se podría averiguar con una investigación de la Policía que determine de qué arma salió el proyectil y cuál es el estado de la misma. “El nivel de conocimiento del arma concreta de los actos de homicidio es muy bajo y requiere una investigación profunda que no se ha desarrollado mucho en Colombia”, concluyó.
El artículo “Control de armas de fuego: mucho protocolo, pocos resultados”, de la Fundación Ideas para la Paz, FIP, recuerda que desde el gobierno de César Gaviria (1990-1994) hay una propuesta para realizar un censo de proyectiles, tanto de los que están en poder de civiles como de las de dotación de las fuerzas armadas lo que, según dice el artículo, “sin duda sería de gran utilidad para esclarecer crímenes que involucran armas de fuego”. Ela artículo, además, señala que desde la misma época se introdujo al país el Sistema Integrado de Identificación Balística (IBIS, por su nombre en inglés), que es clave para cumplir dicha función.
La implementación de ese sistema ha sido muy limitada “y en algunos casos críticos, como el de Cali, dejó de funcionar hace cerca de diez años, debido a la consabida falta de recursos”, concluye el artículo.
Se espera que el Gobierno publique el texto con las nuevas directrices para el porte de armas, que según el ministro de defensa, Guillermo Botero, ya está listo, y por el contrario endurece los criterios para el porte.