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Chequeo Múltiple
Con 21.500 visualizaciones desde la mañana del 8 de junio hasta la tarde del 14 de junio de 2022, una tabla compartida 216 veces desde el perfil del DJ barranquillero Tata muestra una comparación entre los resultados de las alcaldías de los candidatos presidenciales Gustavo Petro, de la coalición Pacto Histórico, en Bogotá (2012-2015) y Rodolfo Hernández, del grupo ciudadano Liga de Gobernantes Anticorrupción, en Bucaramanga (2016-2019).
El músico apoya al primero en su página de Facebook, por lo que la imagen es a su favor. Las variables que tiene en cuenta para evaluar las administraciones locales de los dos aspirantes a la Casa de Nariño son la pobreza, los homicidios, el desempleo y el cumplimiento en la construcción de viviendas de interés prioritario (VIP). Además, incluye al final la situación judicial de ambos en materia de corrupción.
La misma comparación, hecha en una imagen con un diseño diferente, fue verificada el 6 de junio por nuestros colegas chequeadores del portal La Silla Vacía, quienes la calificaron como “engañosa”. Además, algunos de los datos ya habían sido revisados por Colombiacheck para el especial “Chequeamos los logros de los ‘ex’”, sobre las sacadas de pecho de los cuatro exmandatarios de distintas ciudades que aspiraban a la Presidencia, incluídos los dos que quedan en contienda, con sus logros como gobernantes.
Usuarios de Facebook reportaron esta nueva versión como una posible noticia falsa, por lo que llegó a la plataforma del programa de verificación de datos independiente 3PFC, en el que Colombiacheck es aliada de Meta, la compañía propietaria de esa red social. Por tal razón, en colaboración con Vanguardia, decidimos chequearla.
De las cinco comparaciones que hace la tabla, tres son cuestionables, una es falsa y una, verdadera pero…
En la fila denominada “Disminución pobreza”, la tabla le atribuye a la alcaldía de Petro una reducción de 20,6% en Bogotá frente a un aumento de 21,2% en la de Bucaramanga con Hernández. La comparación está mal hecha.
De entrada, hay dos formas principales de medir la pobreza. Una es la monetaria, en la que se cuenta el porcentaje de la población que está por debajo de unos umbrales de ingresos en promedio, que son las líneas de pobreza y pobreza extrema. La otra es la multidimensional, que se basa en encuestas con indicadores sobre educación, acceso al sistema de salud, empleo, condiciones de la niñez en el hogar y condiciones de vivienda.
En Colombia, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) aplica cada año estas dos medidas complementarias (1, 2). Además, la monetaria tuvo una actualización metodológica en 2019, cuando se establecieron líneas de pobreza diferenciales por ciudad. Este cambio coincide con el último año de la administración de Hernández en la capital de Santander.
La tabla no especifica cuál de las dos posibilidades está usando ni en cómo hace comparables las cifras entre periodos con diferentes metodologías, en caso de basarse en los datos por ingresos. Así que vamos por partes.
En el especial sobre los exalcaldes candidatos, Colombiacheck ya había verificado que la pobreza multidimensional se redujo de 11,9% a 4,7% en la Bogotá Humana, lo que representa una caída del 60,5%, y que esto sí era atribuible a la administración de Petro porque casi había duplicado la tendencia favorable que había a nivel nacional y algunas de sus políticas, sobre todo en lo relacionado con trabajo infantil, acceso a la salud y vivienda, se relacionaban con los indicadores de la medición. Este resultado casi triplica al que aparece en la tabla viral.
En cuanto a la pobreza monetaria, con la antigua metodología, la ciudad pasó de 13,1% en 2011, último año antes de su alcaldía, a 10,4% en 2015. Esta reducción de 20,6% sí se ajusta a lo que dice la imagen en Facebook. El problema está en la contrastación con Bucaramanga en los siguientes cuatro años.
La actualización metodológica de las líneas de pobreza monetaria y pobreza monetaria extrema, se realizó con base en la información de la Encuesta Nacional de Presupuesto de los Hogares (ENPH 2016-2017), y los nuevos datos no son comparables con los anteriores, de acuerdo con el mismo DANE. La entidad hizo un cálculo retrospectivo con la nueva medición desde 2012, el primer año de Petro alcalde.
Así, aunque no dice en cuánto la recibió de la alcaldía anterior, se puede ver que bajó por lo menos de 26,9% a 25,1%. Esta reducción equivale a 6,7%, mucho menos amplia que la que se podía calcular con la metodología vieja.
Con el sistema antiguo, Hernández recibió Bucaramanga con un indicador de pobreza monetaria del 9,1% que había dejado la administración anterior en 2015. Hasta 2018, antes del cambio en la medición y en su penúltimo año como mandatario municipal, la cifra iba en 14,5%. Esto representaba un aumento de 37,2%, muy superior al de la tabla viral pero sin el año final del periodo.
Para el 2019, con el cambio de metodología Bucaramanga pasó a tener un indicador del 31,4% en pobreza monetaria con la nueva medición. Según la retrospectiva del DANE con el nuevo cálculo, su antecesor la había dejado en 20,6%. Por tanto, aumentó 52,4% en todo el periodo, mientras el total nacional disminuyó del 36,1% al 35,7%.
Al tomar solo el lapso comparable con la información disponible sobre la Bogotá Humana con el nuevo sistema, o sea desde el primer año de Hernández, 2016, cuando la tasa ya iba en 25,9%, la subida hasta el 2019 es de 21,2%. Este es el número que sale en la tabla de Facebook.
Sin embargo, la publicación viral compara con el dato de la alcaldía de Petro bajo la vieja metodología, lo que amplía artificialmente la diferencia. Además, hay que aclarar que la información entregada por el DANE para Bucaramanga incluye a los municipios de su área metropolitana (Floridablanca, Piedecuesta y Girón), cosa que no sucede con la capital del país.
Por tanto, aunque las dos cifras son técnicamente ciertas y efectivamente la pobreza monetaria disminuyó en la Bogotá de Petro mientras que aumentó en la Bucaramanga de Hernández, la comparación exagera ese contraste porque es entre cifras con metodologías distintas de medición y de una ciudad sola frente a toda el área metropolitana de la otra, lo que resulta cuestionable.
La fila “Disminución homicidios” de la tabla dice que se redujeron un 21,4% en Bogotá bajo el mandato de Petro y aumentaron 26,9% en Bucaramanga durante el de Hernández. Lo primero es exagerado, pese a que lo segundo se aproxima más a la realidad.
En el chequeo sobre la tasa de homicidios en la Bogotá Humana dentro del especial de los ‘ex’ y sus logros, Colombiacheck encontró que Petro exageraba la reducción al contrastar sus declaraciones con los datos de la Policía, el DANE y Medicina Legal. La cifra que aparece en la imagen peca por lo mismo.
En 2011, último año de la administración anterior, el Instituto Nacional de Medicina Legal registró 1.654 homicidios en la ciudad y la Policía, 1.638. En 2015, último año de su periodo, el indicador había bajado a 1.371 y 1.344 casos, respectivamente. Esto representa una disminución entre el 17% y el 18%, o sea 3 o 4 puntos por debajo de lo que presenta la comparación.
Según datos de Medicina Legal, Bucaramanga registró 92 homicidios el año anterior al mandato de Hernández, 2015. Para su primer año de gobierno, en 2016, ya eran 100. Lo que significaba un aumento de 8,7%.
Para 2017 fueron 94 asesinatos. En 2018, de nuevo 92. Al cierre de su periodo, en 2019, de acuerdo con el mismo instituto, Bucaramanga llegó a 116 casos. Un aumento de 26,1% frente a la cifra que dejó su antecesor, muy cerca de lo que da la tabla.
Con las tasas consignadas en la base de datos Homicide Monitor del Instituto Igarapé, un tanque de pensamiento dedicado a la investigación sobre seguridad, con base en la información de la Policía Nacional dan cuenta de cifras incluso peores. La ciudad pasó de 89 a 199 homicidios en el mismo lapso, un aumento de 33,7%.
Dado que los cambios en la tasa de homicidios que muestra la tabla para el caso de Petro son exagerados, aunque los de Hernández coinciden con las cifras de Medicina Legal y las de la Policía lo desfavorecen aún más, esta comparación es cuestionable.
En cuanto a la fila “Disminución desempleo”, la cifra asociada a la alcaldía de Petro es una caída de 9,5%, mientras que a la de Hernández se le relaciona con un aumento de 19,8%. Ambas cifras, sobre todo la segunda, y en consecuencia la distancia entre ellas son muy distantes de la realidad por más que acierten en el sentido de cada una.
En este punto, al igual que con el tema de pobreza, la medición más fiel del aumento o disminución en la tasa de desempleo se realiza por puntos porcentuales y no por porcentaje, por lo que la afirmación de la imagen es inadecuada.
En el último trimestre de Petro, octubre-diciembre de 2015, Bogotá tuvo una tasa de desempleo de 8,3%, con 71,9% de la población en edad de trabajar participando en el mercado laboral. La administración anterior la había dejado en 9,5% en diciembre de 2011, con 70,9% de participación. Los 1,2 puntos de diferencia representan un 12,6% de disminución proporcional a pesar del aumento de las personas estaban trabajando o buscando.
Esto está por encima de lo que plantea la tabla por 3 puntos. Además, como lo verificó Colombiacheck frente a un trino del senador de Colombia Humana en 2021, la tendencia nacional en términos de ocupación laboral era similar, por lo que estos resultados no son necesariamente atribuibles a su gestión.
En diciembre de 2015, la tasa de desempleo en Bucaramanga se ubicó en 6,4% con 68,5% de participación de la población en el mercado laboral. Hernández cerró su Gobierno en 2019, trimestre octubre - diciembre, con una tasa de desempleo del 9,9%, es decir 3,5 puntos porcentuales más si se compara con el final de la alcaldía de su antecesor, 54,7% de aumento, también muy superior.
La tasa de participación también bajó ligeramente, a 68,1%. Es decir, había más personas sin empleo a pesar de que también había una proporción menor de la población en edad de trabajar participando del mercado laboral.
De modo que la comparación en términos de desempleo, a pesar de que es cierto que disminuyó en la alcaldía de Petro y aumentó en la de Hernández, está basada en cifras muy alejadas de la realidad para ambas partes. Por tanto, es falsa.
En la penúltima fila, “Cumplimiento Vivienda VIP”, la tabla contrasta un 19,12% de Petro con un 0% de Hernández. Aunque es cierto que el exalcalde de Bucaramanga no hizo ninguna de las casas que prometió, ni siquiera la habilitación del suelo, y el de Bogotá sí dejó iniciado un porcentaje similar al mencionado, la promesa de este era construirlas y no alcanzó a hacerlo.
El Ministerio de Vivienda define las viviendas de interés prioritario como las que “aseguran su habitabilidad, estándares de calidad en diseño urbanístico, arquitectónico y de construcción” por un valor máximo de 70 salarios mínimos mensuales vigentes. Es decir que son las más baratas dentro del universo de las de interés social (VIS), que pueden llegar hasta los 135 salarios.
La propuesta de vivienda de interés prioritario del exalcalde de Bucaramanga consistió en el programa llamado ‘20.000 Hogares Felices’, con el que prometía superar el déficit de vivienda en la ciudad y beneficiar con casa propia al mismo número de familias. Durante la campaña de 2015, Hernández distribuyó unas cartas en sectores vulnerables de la capital santandereana, en las que se comprometía a gestionar el proyecto.
Allí les prometía garantizar, además, un empleo de medio tiempo por medio salario mínimo para una persona joven de la respectiva familia supuestamente beneficiada. Los requisitos establecidos para participar eran: hacer parte de la población registrada en el Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales, Sisbén (1, 2 y 3), ser padre o madre cabeza de hogar y manifestar su interés en el programa.
Una vez posesionado, el exalcalde aclaró que el programa no era un proyecto de construcción de vivienda sino una iniciativa de gestión del suelo, para habilitar terrenos en el norte de Bucaramanga para una futura urbanización. Así quedó establecido en el Plan de Desarrollo Municipal.
De acuerdo con el Informe de Gestión de la Alcaldía de Bucaramanga 2016 - 2019, durante la administración de Hernández se realizaron las etapas previas a la habilitación del terreno donde se puede desarrollar el proyecto, como el avalúo. Sin embargo, en esos cuatro años no lograron entregar las 20.000 viviendas que prometió en campaña, ni los lotes destinados a construirlas, como había contado Vanguardia al evaluar el cumplimiento de sus promesas en 2019 y retomó con Colombiacheck en el chequeo sobre las obras que dice haberle dejado a la ciudad como uno de sus logros.
Por otro lado, justamente en la verificación sobre los logros de Petro, en particular sobre la reducción de la pobreza multidimensional en su alcaldía, se menciona que una de las políticas con impacto sobre los indicadores de esa medición es la de vivienda. Sin embargo, también se menciona que sus resultados se quedaron cortos frente a las metas del Plan de Desarrollo ‘Bogotá Humana’, según el propio balance de gestión que presentó la administración en 2015, en parte por el enfrentamiento que tuvo con el Gobierno nacional por la disponibilidad de suelo para programas como el de “casas gratis”.
Específicamente sobre vivienda de interés prioritario, la rendición de cuentas final dice que “se habilitaron 9.885 unidades de VIP, se iniciaron 14.341 VIP”. El plan era habilitar el suelo y construir 70.000 en total, incluyendo 40.000 para las víctimas del conflicto armado. Las que alcanzaron a iniciar construcción son el 20,5%.
El porcentaje es ligeramente superior al que le atribuye la tabla. No obstante, en realidad no es un cumplimiento completo porque alcanzó a terminar la construcción de las viviendas, como se planteó en un principio.
En consecuencia, esta comparación es “verdadera pero…” porque lo que presenta como el porcentaje de cumplimiento de Petro en realidad quedó a medias frente su propio plan, a pesar de que el porcentaje es similar; pero es cierto que Hernández sí incumplió del todo su compromiso de hacer 20.000 casas o, por lo menos, habilitar el suelo para construirlas.
La última fila de la tabla lleva el nombre de “Procesado por corrupción”. Del lado de Petro, solamente dice “Cero”. En el de Hernández, aparece “Imputado por corrupción”
Aunque es cierto que el candidato de la Liga de Gobernantes Anticorrupción está próximo a enfrentar un juicio precisamente por un caso de corrupción en el que habría estado involucrado como alcalde de Bucaramanga, no es verdad que Petro esté libre de procesos judiciales por posibles delitos contra la administración pública.
La Fiscalía General de la Nación en febrero de 2020 le imputó cargos a Rodolfo Hernández por interés indebido en la celebración de contratos, en medio de la investigación por presuntas irregularidades en la consultoría del proceso para mejorar el basurero El Carrasco, contrato de consultoría 096 de 2016, suscrito por la Empresa de Aseo de Bucaramanga (Emab) y el contratista Jorge Hernán Alarcón Ayala en julio de 2016.
Para la Fiscalía, la firma del contrato de consultoría fue determinante para ir direccionando que Vitalogic, la unión temporal que terminó dándole nombre al caso en los medios, lograra quedarse con el manejo de las basuras de la capital santandereana, pues fue el propio Alarcón Ayala quien viabilizó la propuesta de Vitalogic RSU, a pesar de que la firma no había presentado una póliza de garantía en su oferta, como lo exigía la ley y como estaba estipulado en la licitación. Además, a Luis Carlos Hernández, hijo del candidato, le habían prometido una coima de 1,5 millones de dólares por haber hecho cabildeo a favor de la firma.
El exalcalde quedó acusado formalmente en mayo de 2021, pero no aceptó cargos. El próximo 21 de julio, un mes después de la segunda vuelta presidencial, será la audiencia inicial del juicio oral en contra del exalcalde de Bucaramanga y seis procesados más. Esto quiere decir que aunque el juicio no haya terminado, el candidato presidencial sí está acusado con un cargo relacionado con corrupción.
En cuanto a Petro, ningún proceso contra él ha llegado hasta este punto, pero eso no quiere decir que no haya ninguno abierto. Una recopilación de Infobae sobre los casos en los que ha sido salpicado el senador y candidato presidencial, publicada el 12 de junio de 2022, da cuenta de que al menos uno de esos cuestionamientos sigue en curso: la compulsa de copias a la Corte Suprema de Justicia para que lo investigue por las irregularidades en la compra de 100 motos eléctricas para la Policía Metropolitana de Bogotá en 2013, cuando era alcalde de la ciudad.
Dos exfuncionarios de su administración fueron condenados a 10 años de prisión por interés indebido en la celebración de contratos en ese caso: César Manrique Soacha y Jesús Armando Abril, quienes eran respectivamente el gerente y el subgerente del Fondo de Vigilancia y Seguridad del Distrito. La razón fue que el contrato se hizo de forma directa con la firma Northbound Technologies S.A., sin hacer una licitación pública, a pesar de que había multiplicidad de posibles oferentes.
Petro había anunciado la compra 22 días antes de la adjudicación del contrato en un evento en el que se hizo una presentación de los vehículos, con la presencia de Carlos Andrés Vaca, el gerente de la empresa a la que luego se le haría la compra. Estos hechos fueron revelados en su momento por el diario El Tiempo, también con base en denuncias de funcionarios de la misma Alcaldía y del Gobierno Nacional.
Según el artículo de Infobae, otros casos en los que Petro ha sido señalado de posible corrupción han terminado archivados porque se determinó que en realidad no había delitos que investigar. Entre estos están los cambios que intentó implementar en el sistema de recolección de basuras de la ciudad, la recompra de la Transportadora de Gas Internacional (TGI) y el famoso video en el que recibe dinero en efectivo en una bolsa.
En consecuencia, Hernández está imputado pero Petro también tiene por lo menos un proceso pendiente de cerrar por posible corrupción, aunque no esté tan avanzado. Por eso la comparación de la tabla, en este punto, es cuestionable.