Una publicación en la plataforma X, antes Twitter, en la que hacen un listado de las ciudades del mundo por su tasa de homicidios, fue compartida con mensajes falsos por el presidente Gustavo Petro y el representante a la Cámara David Racero. Este último aseguró, en un texto que aún se encuentra en su perfil, “Ninguna ciudad de Colombia aparece dentro de las 50 ciudades con mayor tasa de homicidio. Claro que hemos avanzado!”. El mandatario, por su parte, afirmó: “En estas 46 ciudades más violentas del mundo no aparece ninguna colombiana. Esto no sucedía en varias décadas. Significa que la paz avanza”.

Aunque Petro borró la publicación poco después de crearla, el cubrimiento de varios medios (1, 2, 3) desde el 4 de septiembre da cuenta de que existió y fue rebatida por numerosos usuarios de la plataforma X.

En Colombiacheck revisamos las afirmaciones de ambas figuras políticas y encontramos que son falsas.

La publicación y ranking

El perfil World of Statistics, autor de la publicación compartida por ambos, se dedica a divulgar rankings o datos curiosos de temas variados (comercio, redes sociales, educación, política, etc) a partir de diferentes bases de datos o fuentes estadísticas. Algunas de sus publicaciones (1, 2) tienen a día de hoy un aviso de revisión por la comunidad de X, debido a que se encontró información desactualizada o fuera de contexto.

Un asunto clave para contrarrestar la desinformación y medir la fiabilidad en este tipo de cuentas es preguntar por la fuente de los datos. En ninguna de las publicaciones que revisamos de World of Statistics encontramos que se anexara dicha fuente.

Según encontramos, los datos del listado de World of Statistics sobre ciudades con mayor tasa de homicidios, coinciden con el más reciente ranking del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, organización de la sociedad civil que desde 2009 monitorea la tasa de homicidios en ciudades del mundo con el fin de incidir en las políticas públicas.

En publicación, sin embargo, el listado está incompleto, pues el autor enumera del puesto 1 hasta el 20, para saltar al 23. A partir de allí se incluyen seis puestos más, que segmentan el listado desde el puesto 25 hasta el 46. Esta es la razón por la que no aparecen ciudades de Colombia, aunque el listado original incluye seis. 

Ranking de ciudades más violentas del mundo, 2022. En azul, las mencionadas en la publicación de World Statistics. En gris, las no mencionadas.

Nuestros colegas de Verificado explicaron recientemente por qué este ranking no es una fuente definitiva al cuantificar la violencia. Otros análisis en Centroamérica y a nivel nacional, que datan de seis años atrás, cuestionaban ya la fiabilidad de esta medición, dado que la metodología de recolección de los datos puede ser poco rigurosa.

La propia organización señala que su ranking no es completamente fiable debido a diversos factores, como la falta de transparencia de los gobiernos, discrepancias entre cifras oficiales, ajustes por indicios de manipulación, delimitación inexacta de ciudades, uso de estimaciones e, incluso, errores humanos.  Además, la medición excluye ciudades en las que se libran conflictos bélicos, afectando la representatividad de ciertas regiones.

A partir de los datos históricos de la organización, elaboramos una línea de tiempo entre 2010 y 2022 donde se evidencia que en cada año han estado presentes ciudades colombianas en el ranking. Esto, debido a las altas tasas de homicidios registradas en cada una, que se traducen en la cantidad de víctimas por cada 100.000 habitantes.

El botón de la esquina superior derecha permite consultar las ciudades colombianas presentes en el ranking cada año. El color del punto es más intenso en tanto más alto se ubicó la ciudad dentro del listado. El tamaño es mayor en tanto más alta se registró la tasa de homicidios.

De entrada, esto evidencia que es falso que no existan ciudades colombianas entre las 46 o 50 ciudades mencionadas en el ranking. Para 2022, entre las 46 con mayor tasa de homicidio se encuentran Cali, Santa Marta y Buenaventura, mientras que entre los puestos 47 y 49 están Cartagena, Palmira y Cúcuta.

También sería erróneo establecer, con datos del propio ranking, un avance como el que sugieren Racero y Petro en torno a la seguridad o a la paz, puesto que a partir del año 2020 ha crecido la representación del país en la medición, cuando había caído desde 2013 hasta 2018.

¿Motivo de celebración?

Considerando las críticas a los datos del ranking, comparamos las tasas registradas en cada ciudad de la medición con las consignadas en el Monitor de Homicidios del Instituto Igarapé de Brasil, alimentado con datos oficiales de cada país. Así confirmamos que la fiabilidad de los datos en el listado es cuestionable en la mayoría de los casos.

El Monitor muestra, por ejemplo, que la mayor tasa de homicidios en Colombia (73,4) se encuentra en Tumaco, pero esta población no se representa en el mencionado ranking, dado que allí no se contemplan ciudades con menos de 300.000 habitantes. De estar, ocuparía uno de los 10 primeros lugares.

Considerando estas inexactitudes y exclusiones, consultamos a Katherine Aguirre, investigadora del Instituto Igarapé, quien nos explicó por qué la presencia en este tipo de medición no demuestra en concreto un logro, ni debe tomarse en cuenta para ‘sacar pecho’ por el desarrollo de determinadas políticas:

“No podemos evaluar el avance en la seguridad en función de otras en que sus contextos han cambiado mucho. El Salvador ha bajado a más de la mitad sus homicidios (más allá de la discusión que se tenga sobre las causas o cómo es la información). Todas las ciudades de El Salvador han salido, al igual que ciudades guatemaltecas y venezolanas. Eso hace que muchas ciudades mexicanas aparezcan en el ranking [...] Se tiene que evaluar cuál es la evolución propia de la tasa de homicidios de cada ciudad”.

Así pues, es falso que el listado compartido por Gustavo Petro y David Racero no incluya ciudades colombianas. Si bien aparece incompleto en la publicación de X, corresponde a un ranking en el que aparecen seis municipios de nuestro país. Tampoco hay un avance como sugieren ambos, puesto que la presencia nacional ha aumentado en los últimos años dentro de la medición. Esta, sin embargo, tiene limitaciones reconocidas por sus propios autores y, por tanto, no podría usarse para medir el impacto de la política pública sobre la seguridad.