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Falso

Lunes, 23 Noviembre 2020

No, en Colombia no se ha confirmado la llegada de una mafia que trafica órganos

Por Laura Castaño Giraldo

El pánico sobre esta modalidad de trata de personas se esparció por una cadena falsa que ha circulado en varias ocasiones, en distintos años, en distintos países, a través de Facebook y WhatsApp.

Una publicación en Facebook que ha sido compartida más de 500 veces alerta a la comunidad sobre la supuesta “entrada de una poderosa Mafia al País”, que se dedica al “tráfico de organos ya que los informes de estos últimos días han sido niños desaparecidos de entre 2 y 14 años de edad a quien en algunos casos ya fueron encontrados estos pequeños sin vida y con caracteristicas de extracción de organos, ya que se encontraban abiertos de la parte del abdomen y totalmente vacios por dentro” (sic). Pero estas afirmaciones son falsas. 

Como la página que compartió el mensaje es colombiana y en los comentarios los usuarios preguntaron por la fuente oficial de la información, en Colombiacheck decidimos hacer la respectiva verificación.

Para ello, asumimos como primera tarea aclarar que el tráfico de órganos es, según la Declaración de Estambul sobre el Tráfico de Órganos y el Turismo de Trasplantes, “la obtención, transporte, transferencia, encubrimiento o recepción de personas vivas o fallecidas o sus órganos mediante una amenaza, uso de la fuerza u otras formas de coacción, secuestro, fraude, engaño o abuso de poder o de posición vulnerable; o la entrega o recepción de pagos o beneficios por parte de un tercero para obtener el traspaso de control sobre el donante potencial, dirigido a la explotación mediante la extracción de órganos para trasplante”. 

Además, es preciso recordar que en Colombia la extracción de órganos es un delito que se incluye dentro de las modalidades de trata de personas contempladas en la Ley 985 del 29 de agosto de 2005. Por otro lado, la Ley 919 de 2004 “prohíbe la comercialización de componentes anatómicos humanos para trasplante y se tipifica como delito su tráfico”, y decreta que “quien trafique, compre, venda o comercialice componentes anatómicos humanos, incurrirá en pena de tres (3) a seis (6) años de prisión”.

Con eso presente, hicimos una búsqueda avanzada en Google con el mismo texto que circula en Facebook. Lo que encontramos es que no es la primera vez que la cadena ronda por la red y que, además, se ha difundido en otros países latinoamericanos. 

El mensaje ya había aparecido, en febrero de 2019, en México. Y los comentarios de los seguidores reflejaban lo mismo: confusión e incredulidad. 

A continuación dos ejemplos: 

En este caso, algunos medios mexicanos, como Presencia y El Siglo de Durango, desmintieron la información. El primero incluso citó en su nota al jefe de la Policía Municipal de Las Choapas, José Javier Zúñiga, quien afirmó: “No podemos darle fe a este tipo de mensajes, es como en el caso de los últimos hechos violentos que se suscitaron, no podemos decir que hay una mafia que anda robando niños porque no es así, son personas que buscan dañar a la sociedad generando miedo sin motivo alguno”.

De allí nos trasladamos a Costa Rica, en donde el mismo Organismo de Investigación Judicial, OIJ, tuvo que confirmar, por medio de su página web, que lo que dice la cadena, que se estaba difundiendo por WhatsApp, es falso. “No existe ningún caso de robo de niños relacionado con tráfico de órganos en el país”, precisó la entidad. 

Con estos antecedentes claros, nos comunicamos con el capitán Rodrigo Acero, jefe del grupo de Análisis del CAI Virtual de la Policía Nacional de Colombia, y le preguntamos si ante esta dependencia se han presentado denuncias o se le ha hecho seguimiento al tema que circula por redes sociales. Al respecto, nos dijo que “la última vez que salió un tema así, nos decían que es una modalidad poco probable”.

Además, contactamos al equipo de prensa de la Fiscalía con el fin de que nos informara si hay alguna investigación en curso sobre el fenómeno del que habla la cadena que estamos verificando. Sin embargo, hasta el momento de publicación de este chequeo no nos ha dado ninguna respuesta y en la página de la entidad tampoco hay información.

También hablamos con Luis Arturo Páez, del equipo de Comunicaciones de la Defensoría del Pueblo, quien nos dijo que, desde que hace parte de esta institución, no se ha informado nada al respecto. 

Por otra parte, encontramos el Estudio Nacional Exploratorio Descriptivo sobre el Fenómeno de Trata de Personas en Colombia, realizado en conjunto por la Escuela de Estudios de Género de la Universidad Nacional, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, UNODC, y el Comité Interinstitucional de Lucha contra la Trata de Personas del Ministerio de Justicia. 

En dicho documento, que se publicó en 2009, se hace un paneo sobre modalidades de trata de personas en algunas zonas del país, como Antioquia, Quindío, Bogotá, entre otras. Pero lo que se dice allí es que “no se encontraron testimonios, ni ningún acercamiento a la modalidad de tráfico de órganos” y que la extracción de los mismos “es la menos visibilizada por los-as entrevistados-as”, es decir, por los funcionarios. Eso significa que existe la posibilidad de que se hayan presentado situaciones de este tipo en Colombia, pero bajo la sombra, no ante el ojo público. 

Casos recientes

Por otro lado, acudimos de nuevo a Google para ver qué han reportado los medios colombianos sobre el tema del tráfico de órganos en el país y dimos con un artículo reciente de El Heraldo.

En él se habla de la posible presencia de grupos ilegales dedicados al “tráfico de personas cuyo fin último es la venta de órganos humanos” en las trochas fronterizas entre Colombia y Venezuela.

Según el texto, “en julio de 2018 hubo un hecho que dejó en evidencia el posible tráfico de órganos. En ese momento, la fundación Redes de Venezuela denunció ante la Fiscalía la operación de una red que tiene como radio de acción la zona de frontera y cuyas víctimas serían parte de los indígenas Yukpa. ‘Estarían matando a indígenas para extraer sus órganos en centros clandestinos’, contenía la denuncia”. 

Sin embargo, no encontramos pruebas más allá de reportes similares en algunos medios. Analítica, por ejemplo, habló sobre el asesinato de miembros de la comunidad indígena Yukpa y manifestó que “se presume en frontera que estos ciudadanos han sido asesinados por los grupos irregulares para distribuir órganos. Estamos hablando de tráfico de órganos en frontera”. Pero, como ellos mismos sugieren, es una presunción, no una confirmación. 

En retrospectiva

Nos fuimos más atrás en la búsqueda y encontramos en medios como NT24, La Opinión y Vanguardia la noticia de Nicole Palacios, una niña de seis años que desapareció en Nariño, en 2014, porque, al parecer, fue vendida a una red de tráfico de órganos que delinquía en el suroccidente del país. 

Pero el caso sigue sin esclarecerse por completo. En esta nota de febrero de 2020, El Tiempo explica que los investigadores de la Fiscalía mantienen dos hipótesis: que se trate de “una retaliación contra los familiares de la niña o una supuesta entrega a una red de trata de personas”.

Sobre lo sucedido, uno de los secuestradores de Nicole dijo en su interrogatorio que “la vendieron por una venta de órganos y que los compradores estarían en Cali, esperando la llegada de la menor”. No obstante, y a pesar de que algunos implicados en el rapto de la niña ya han sido condenados, el caso sigue sin tener respuestas. 

Así las cosas, en Colombiacheck calificamos como falsa la alerta que emite la cadena que circula en Facebook sobre la llegada al país de una mafia que trafica órganos de niños. De acuerdo con el contraste de la información que han proporcionado los medios y las entidades gubernamentales, es posible concluir que recientemente no se han confirmado casos de tráfico de órganos en Colombia y los que son sospechosos, aún son objetos de verificación. 

Para finalizar, hay que tener en cuenta que la desinformación y los mitos sobre el tráfico de órganos ha surgido, también, por asuntos normativos relacionados con la donación de los mismos. En este comunicado de la Facultad de Salud de la Universidad del Valle, por ejemplo, dice sobre el tráfico de órganos que “en Colombia, la Ley 73 de 1988, la Ley 919 de 2004 y el Decreto 2493 de 2004 prohíben esta práctica, considerándola un delito. De igual forma, todo el proceso de donación y trasplantes es vigilado y coordinado por entidades estatales como el Ministerio de Salud y Protección Social, el Instituto Nacional de Salud y las secretarías de Salud. Así mismo, los trasplantes de órganos y tejidos, por ser procedimientos de alta complejidad, son realizados en instituciones que cuentan con una infraestructura adecuada y un personal entrenado específicamente en esa área. Cada procedimiento realizado es vigilado y controlado”.