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Falso
El Halloween es un festejo que tiene sus orígenes en la tradición de los antiguos celtas, que el 31 de octubre festejaban el fin de la cosecha o ‘Samhain’ y que marcaba el inicio del otoño y de los días más cortos y fríos, entre los años 600 y 700. Los celtas, además, creían que en este día los espíritus de los muertos podían volver al mundo de los vivos y por eso les dejaban ofrendas en las puertas de sus casas.
Posteriormente, hacia 835 el Papa Gregorio IV cambió para el 1 de noviembre la fecha del festival Lemuria que celebraban los romanos y culminaba el 13 de mayo y que también era un día en el que se creía que los muertos podían visitar a los vivos. Para ese entonces, ya la iglesia lo había adoptado como el día de Todos los Santos.
Y por eso el 31 de octubre se convirtió en la víspera de la festividad católica del día de Todos los Santos (1 de noviembre), que en inglés es All Hallow’s Eve y que, con el paso del tiempo, dio forma a lo que hoy se conoce como Halloween en gran parte del mundo occidental.
Justamente por sus orígenes paganos, en Facebook circula una pieza gráfica que invita a no festejar este día y que asegura en el titular del post: “Triqui, triqui Halloween, en el lenguaje satánico significa: Satanás, Satanás, quiero dulces para mi” (sic).
La publicación fue hecha en la página denominada ‘Defensa Católica’ y ya cuenta con más de 2.400 compartidos y cerca de 275 comentarios. En el post piden: “no festejes el Halloween”.
En Colombiacheck, realizamos una búsqueda histórica y lingüística. Encontramos que la frase ‘triqui, triqui halloween’, tiene todo el origen en el idioma inglés y no tiene nada de satánico.
“La palabra Halloween viene de ‘All Hallow’s Eve’ que significa ‘Noche de Todos los Santos’, que es una fiesta cristiana”, nos explicó Pablo González Martínez, doctor en lingüística de la Universidad de la Ciudad Nueva York (The City University of New York - CUNY)
Para el experto lingüista, “Triqui triqui, es una adaptación fonética en español de ‘trick or treat’ que traduce más o menos ‘golosina o travesura’, y se usa porque en Estados Unidos los niños tradicionalmente piden dulces en Halloween, amenazando con que, si no les dan, hacen una travesura. Pero tanto en inglés como en español, no tiene realmente la fuerza de una amenaza. En Colombia, es conocida la frase: “triqui, triqui, Halloween, quiero dulces para mí y, si no me das…”.
Precisa, González que “lingüísticamente no tiene nada que ver con satanismo, sin mencionar que no hay tal cosa como una lengua satánica”.
De acuerdo con un artículo del divulgador cultural Alfred López, en su blog de 20minutos.es, “los años 20 del [del siglo XX] fueron los de la expansión de la celebración, pero cuando realmente se hizo popular (a nivel mundial) fue a partir de 1950, año en el que una familia de Pensilvania inició una campaña de recogida de dulces y alimentos a favor de la UNICEF, utilizando para ello el truco o trato. A partir de entonces, la aparición y mención de esta campaña por parte de múltiples medios de comunicación lo convirtieron en uno de los ejes centrales de la celebración de cada Halloween”.
En Colombia, entre tanto, y de acuerdo con este artículo de la Universidad Sergio Arboleda, en Colombia, “no es poco frecuente que se busque desmotivar la celebración al considerar que tanto los cantos como los antecedentes históricos de la fiesta tienen cierta influencia satánica. De este modo, se ha privilegiado cantar `Quiero paz, quiero amor, dame dulces por favor’ sobre el clásico ‘Triqui-Triqui, Halloween. Quiero dulces para mí… y si no me das, te rompo la nariz’. Todo esto, con el ánimo de promocionar costumbres más pacíficas entre los niños”.
Y añade el mencionado artículo que “en los últimos años, novedosas costumbres se han añadido a la ya peculiar celebración. Además de los niños y los padres, se disfraza también a las mascotas, en particular, a los perros. Canes de todos los tamaños y razas van por la ciudad junto a sus amos con esmoquin; se celebran fiestas temáticas de toda índole con concursos al atuendo más creativo. En conclusión, del sentido diabólico de la fiesta poco queda. Hay que celebrar en familia y con las precauciones de rigor. No perder de vista a los niños y, en lo posible, evitar disfrazarlos con atuendos que incluyan máscaras”.
Así es que tras estos análisis y evidencias concluimos que es falso que el popular estribillo “triqui, triqui Halloween” signifique “Satanás, Satanás, quiero dulces para mí”, pues es simplemente una adaptación fonética de las palabras del idioma inglés trick o treat.