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Falso
Publicaciones en redes sociales afirman que el presidente Gustavo Petro comunicó que el ingreso mínimo de 2026 será “fijado por decreto y superará los $1.733.000, sin incluir pagos por horas extras ni recargos”. Además, que el mandatario habría dicho: “el salario mínimo debe ser un instrumento de dignidad, no de subsistencia precaria”.

Pero esto es falso. El jefe de Estado hasta ahora no ha hecho ese anuncio. Solo se conoce una propuesta de su Gobierno, por boca del ministro de Interior, Armando Benedetti, de ajustar el salario a 1,8 millones; sin embargo, apenas el lunes comenzaron las discusiones para acordar el incremento.
La desinformación ha sido repetida en plataformas como Facebook e Instagram desde finales de octubre. Desde entonces han sido difundidos más de 1.200 posts con la información engañosa, principalmente por parte de páginas de noticias, según la librería de contenido de Meta. En casi todas las publicaciones se repite, con ligeras variaciones, el mismo copy.
Hace menos de un mes también circuló una imagen falsa que aseguraba que el presidente había aumentado el salario a 2 millones de pesos para 2026.
Una búsqueda avanzada en Google a través de palabras clave no devolvió resultados que confirmaran la noticia sobre la medida del presidente. Esto resulta sospechoso tratándose del impacto que tendría su declaración en un tema como el salario mínimo.
En los contenidos de redes tampoco se ofrecen detalles de cuándo Petro hizo el pronunciamiento, dónde, o por cuál medio, si en una transmisión televisiva o en su cuenta de X. Otro factor que genera suspicacia.
Revisamos las alocuciones del jefe de Estado subidas al canal de la Presidencia de la República en YouTube, utilizando el buscador de transcripciones y subtítulos Filmot, y tampoco hallamos el presunto anuncio. Lo mismo que en su perfil de X.
El Ministerio de Trabajo en su página oficial y sus redes sociales (1, 2) tampoco menciona la supuesta propuesta del presidente de fijar el salario vía decreto y por un valor superior a 1,7 millones de pesos.
Dentro de la página de Función Pública, entidad dependiente de la Rama Ejecutiva Nacional, no figura ningún otro incremento aparte del fijado para este año.
También indagamos si la frase “el salario mínimo debe ser un instrumento de dignidad” pertenecía a Petro, pero ni en Google, el canal de Presidencia en Youtube o en su cuenta de X hay evidencia que corroboren su autoría.
El 1 de diciembre se instaló la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, estipulada por la Constitución y reglamentada por la Ley 278 de 1996, para la discusión entre el Gobierno, gremios empresariales y sindicatos del alza salarial para 2026.
Esta instancia tiene hasta el 15 de diciembre para acordar un ajuste; de no lograrlo, el Ejecutivo puede promulgar el nuevo monto vía decreto como sucedió para este año.
Previo a esta discusión, el ministro del Interior, Armando Benedetti, planteó que el sueldo subiera a $1.800.000 (actualmente es de $1.423.500). Sin embargo, no es claro si el monto incluye el auxilio de transporte. En caso de no integrar este subsidio, el salario podría llegar o superar los dos millones.
En rechazo a esta propuesta, Fenalco, el gremio que reúne a los comerciantes, canceló su participación en la mesa tripartita. Mientras que las centrales obreras y organizaciones como Fedesarrollo y Acopi sugieren que el ajuste sea entre 6% y 10%, para un ingreso mínimo de hasta $1.565.850 (sin subsidio de transporte) (1, 2).
Para el cálculo de este incremento se consideran varios índices como la inflación, productividad nacional, crecimiento del PIB, entre otros. En el tercer trimestre del año, la productividad creció un 0,91%, mientras que el IPC se ubicó en 5,51% en octubre, según información del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane).
En resumen, mientras estas conversaciones se dan, el presidente Petro no ha anunciado que el ingreso mínimo del próximo año será “fijado por decreto y superará los $1.733.000”, ni tampoco ha dicho que “el salario mínimo debe ser un instrumento de dignidad, no de subsistencia precaria”. Todo esto que le atribuyen es falso.
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