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Miércoles, 17 Abril 2024

Racionamiento de agua no se debe a que Petro “no quiso prender las termoeléctricas”, como dijo Cabal

Por Tomás Tello Monroy

La senadora del Centro Democrático relaciona el nivel mínimo de los embalses y la posibilidad de un racionamiento de energía y agua con la falta de uso de las centrales térmicas de generación eléctrica.

3 DATOS CLAVE:

  1. María Fernanda Cabal sugiere que la capacidad de los embalses se debe a un sesgo político que tiene Petro contra los combustibles fósiles.
  2. El nivel actual de los embalses está relacionado con las sequías provocadas por la falta de lluvia que causa el Fenómeno del Niño y que coincidió con la época de verano.
  3. El país utiliza constantemente las centrales termoeléctricas para suplir su demanda. Actualmente están produciendo más del 40% de energía eléctrica de todo el país.

En sus cuentas de redes sociales, la senadora del Centro Democrático María Fernanda Cabal compartió un video en el que dice: “Dentro de muy poco vamos a tener racionamiento de agua y de luz porque gracias a la genialidad de Gustavo Petro, que no quiso prender las termoeléctricas porque odia el gas, odia el petróleo, odia el carbón, terminamos con la mayoría de los embalses por debajo de los niveles mínimos”.

Hasta el 16 de abril, el video tiene más de 8.800 reproducciones y 754 ‘me gusta’ en TikTok, mientras que en X el mensaje ha sido reproducido más de 181.000 veces y tiene más de 4.000 ‘me gusta’. En esta red, varias cuentas han compartido el video (12 y 3). En Instagram ha sido visto 137.000 veces y tiene 12.756 ‘me gusta’. Además, este contenido ha saltado a redes como Facebook (123 y 4) y YouTube

En Colombiacheck revisamos las causas del actual nivel de los embalses, las causas del racionamiento de agua en Bogotá y la posibilidad de un racionamiento de energía y encontramos que el argumento de la senadora es cuestionable. 

La senadora aprovechó el racionamiento de agua que vive Bogotá en este momento para hablar de un posible racionamiento de energía. Pero esta relación no es directa porque solo algunos de los embalses que proveen de agua a la ciudad se usan para generar energía, por lo que el racionamiento de agua no implica un racionamiento energético, al menos en Bogotá.

Además, de acuerdo con actores involucrados en el sector energético e investigadores, el nivel de los embalses a nivel nacional responde a variaciones climáticas como un Fenómeno del Niño que coincidió con una temporada de verano en el país y no al hecho de no haber "prendido las termoeléctricas", como asegura en su video.

Aparte de esto, las centrales termoeléctricas sí están encendidas. Según la propia empresa que maneja el mercado de energía mayorista en el país, XM, al menos desde comienzos de marzo de 2024 las termoeléctricas están produciendo el 40% de la demanda energética nacional. 

Sin embargo, la senadora tiene razón en que de haber hecho mayor uso de energía térmica se habría podido evitar utilizar el agua de los embalses para generar energía.

Bogotá: sin agua pero con energía

El 11 de abril de 2023, Bogotá comenzó a implementar un plan de racionamiento de agua ante el bajo nivel del principal sistema hídrico de la ciudad. De acuerdo con el alcalde de la capital, Carlos Fernando Galán, los embalses de Chuza y San Rafael, que componen el sistema Chingaza, son los responsables de suministrar el 70% del agua de la ciudad. Sin embargo, el mandatario distrital advirtió que el sistema se encuentra en apenas un 16% de su capacidad.

El resto del suministro de agua lo suplen el sistema Norte (con los embalses Tominé y Neusa) en un 25% y el 5% restante lo da el Sur con los embalses Tunjos, Chisacá, y Regadera.

Pero el bajo nivel de los embalses no ocurre solo en Bogotá. De acuerdo con datos de XM, los embalses al 15 de abril se encontraban al 29,78% de su capacidad. La cifra rompe un récord por lo bajo porque, hasta el momento, el mínimo histórico de embalses para abril se había registrado en 2020, cuando llegaron al 31,8%. “Entonces, sí, las reservas están por debajo de lo histórico”, afirmó María Nohemí Arboleda, la gerente de la empresa en Blu Radio.

Esta cifra es un promedio nacional, pues hay zonas como la región oriental del país, donde está el embalse del Topocoro, en las que los embalses rondan el 12% de capacidad. Así, mientras que Santander y Magdalena están en riesgo de desabastecimiento, el Valle del Cauca o Barranquilla no tienen este riesgo por ahora.

A pesar del nivel de los embalses, Bogotá no está en riesgo inminente de racionamiento energético

Esto ocurre debido a que no todos los embalses generan energía eléctrica, sino que hay unos exclusivos para el abastecimiento de agua. En el caso de Bogotá, por ejemplo, Chingaza suministra agua potable a la ciudad, pero su energía se produce en la zona Centro del sistema nacional de transmisión de energía, en los embalses de Chivor, Guavio y El Muño.

“El suministro eléctrico de Bogotá con los bajos niveles del sistema Chingaza realmente no está en riesgo. Es decir: si bien el sistema Chingaza sí está en sus mínimos históricos, no es el sistema que entrega energía a Bogotá, por lo tanto, no dependemos de Chingaza”, explicó Esteban Quintana, director ejecutivo de Klik Energy, empresa de tecnología del sector energético. De hecho, la zona centro es la que mejor capacidad tiene actualmente según XM, la empresa que regula el mercado mayorista de energía en el país. 

Captura de pantalla del portal sinergox.xm.com.co

Sin embargo, en entrevista con Caracol Radio, el alcalde Galán no fue tan optimista y definió garantizar la demanda energética de la ciudad como un reto para las próximas semanas, incluso si comienza a llover. “Si los embalses siguen bajando, vamos a llegar a una situación crítica de generación de energía. Eso afectaría a todo el país”, señaló.

A qué se debe el nivel de los embalses

Arboleda, la gerente de XM, sostiene que esta coyuntura tiene que ver con una sequía prolongada en el país provocada, principalmente, por El Niño. Este fenómeno “tiende a provocar temperaturas más cálidas o altas de lo normal, reducciones de las precipitaciones y de la humedad del suelo, disminución del agua que escurre en superficies y que termina reflejándose en niveles de los ríos y embalses en zonas hidroeléctricas”, como explicó Paola Arías, doctora en ciencias geológicas y miembro del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) en mayo de 2023.

Desde marzo de ese año, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) había advertido de un 60% de probabilidad de la llegada de El Niño a la región. “La aparición de El Niño aumentará considerablemente la probabilidad de que se batan récords de temperatura y de que se desencadene un calor más extremo en muchas partes del mundo y en el océano”, en palabras de Petteri Taalase, secretario general del ente internacional.

Para el caso de Bogotá, al Niño hay que sumarle un factor humano: en febrero, de acuerdo con la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), el consumo de agua aumentó en 86 millones de litros.

A pesar de estas alertas, la entonces ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, negó en 2023 la posibilidad de un racionamiento de energía como consecuencia de El Niño. Cómo registramos entonces, la afirmación de Vélez era cuestionable, pues no consideró todos los factores que participan en la dinámica de los embalses y la generación de energía. 

Finalmente, el 4 de noviembre de 2023, el Gobierno declaró la llegada del fenómeno del Niño al país. La última vez que se presentó un El Niño-Oscilación del Sur fue en el periodo 2015-2016, y en ese momento los embalses del país también estuvieron en alerta por los bajos niveles del agua.

Esta es la principal explicación de la coyuntura para Jairo Guerrero, oficial en Gestión del Recurso Hídrico en la organización no gubernamental Fondo Mundial para la Naturaleza, WWF Colombia: “Hemos tenido un déficit de precipitación y aumento de temperaturas por el Fenómeno de El Niño. Este actualmente se encuentra en su fase final (aunque se espera ya de menor intensidad) para pasar a fase neutra e ingresar en el tercer trimestre del año a fase de La Niña”.

El Niño también es la principal explicación del nivel actual de los embalses para Erasmo Rodríguez, investigador asociado del Instituto de Estudios Ambientales (IDEA) de la Universidad Nacional. El docente explica que El Niño coincide temporalmente con la primera temporada seca del año y en las regiones Andina y Caribe, “que es en donde se localizan una gran parte de los embalses del país. Esto ha ocasionado una marcada disminución en los niveles y volúmenes de agua de los embalses, lo que afecta negativamente el suministro de agua y la generación hidroeléctrica”. 

Para la OMM, El Niño ha sido un factor clave para el aumento de la temperatura, pero “sin duda los principales culpables son los gases de efecto invernadero que atrapan el calor”, afirmó la secretaria general de la organización, Celeste Saulo. Además, recalcó que 2023 ha sido, “con diferencia, el año más cálido jamás registrado”. 

Precisamente, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) reportó que marzo de 2024 ha sido el mes más caliente registrado en varias de sus estaciones. 

El Niño y la matriz energética de Colombia

En condiciones climáticas normales, de acuerdo con la Asociación Colombiana de Generadores de Energía, Acolgen, Colombia puede producir casi el 70% de su energía eléctrica con agua. 

El resto de la demanda se suple con otras fuentes como el sol, el viento o con combustibles fósiles como el carbón o el diésel. A todas estas opciones de generación con distintos tipos de fuentes se le llama matriz energética.

Racionamiento de agua no se debe a que Petro “no quiso prender las termoeléctricas”, como dijo Cabal

Pero estas cifras no son estáticas, sino que fluctúan a lo largo del año dependiendo del clima. Para efectos de generación energética, Colombia tiene dos estaciones: invierno, que suele ir de mayo a noviembre; y verano, que va de diciembre a abril. En estos períodos las cifras de generación cambian. Por ejemplo, durante un fenómeno de La Niña o un aumento de lluvias en la temporada invernal, la generación con agua puede llegar a ser de un 80 o 90%, mientras que en sequías la generación térmica puede subir hasta un 45%.

Colombia sí está produciendo energía con termoeléctricas

La otra pata del mensaje de Cabal sostiene que Petro “no quiso prender las termoeléctricas”. Le pedimos a la senadora que nos explicará un poco más la relación que traza entre el nivel de los embalses, el racionamiento y el uso de termoeléctricas y nos dijo que: 

“Si se estuviera produciendo el 40% de energía con las termoeléctricas, porque tienen la capacidad, [habría] menos demanda de agua para generar energía con las hidroeléctricas, [lo cual] habría significado un ahorro en los embalses”.

“Lo que se quiso decir en el video es la referencia a un racionamiento de energía por el bajo nivel de los embalses, ante el sesgo ideológico de Petro y su gobierno de evitar el uso de gas y carbón en las termoeléctricas”, agregó la congresista.

Sin embargo, como dijo Nohemí Arboleda, de XM, a Blu Radio, el país lleva “las últimas semanas” generando alrededor de un 40% de su energía de esta manera. Específicamente, entre las semanas del primero de marzo y hasta el 14 de abril de 2024, el país produjo este porcentaje de energía con centrales térmicas.

Captura de pantalla del portal sinergox.xm.com.co

Incluso, los datos registrados en la compañía muestran un aumento progresivo de la generación térmica durante el último año. Además, el uso de térmicas se ha intensificado desde enero de 2024.

Captura de pantalla del portal sinergox.xm.com.co

Así las cosas, las termoeléctricas sí están generando energía para el país desde hace meses y, desde marzo, han suplido el 40% de la demanda de electricidad. De todas formas, el nivel crítico de los embalses sí representa un riesgo de racionamiento de energía, además del de agua que ya se está implementando en Bogotá.

Además, según nos explicó Esteban Quintana, de Klik, la decisión de “prender” o utilizar un tipo de energía sobre otro no la toma una persona, ni un gobierno o una entidad, sino que esto depende de las dinámicas de mercado y los precios que se ofertan en subastas diarias de energía. . 

¿Generar energía térmica anticipadamente habría evitado la baja del nivel de los embalses?

Benjamín Garavito, cofundador y director ejecutivo de la Fundación Xua Energy, explica que la generación y el uso de energía en Colombia es similar a como funciona un vehículo híbrido. Supongamos que tenemos que recorrer 100 kilómetros. Llenamos el tanque de gasolina y gasto todo lo que puedo, pero la gasolina no alcanzará para todo el trayecto. Entonces, como el carro es híbrido, usa la energía eléctrica para suplir lo que falta de gasolina para completar el viaje.

Si Colombia fuera ese carro híbrido, su gasolina sería la energía hidráulica, pues es la principal fuente de generación, la más abundante y la más económica de generar. Nuestra fuente de energía suplente es la térmica: más cara y menos limpia.

“Dependemos del sistema hidráulico, pero tenemos un seguro para atender contingencias que es el termoeléctrico. Cuando se acerque una necesidad, se suple con el otro sistema”, explica el ingeniero. “Son sistemas de generación de energía independientes, pero complementarios”. 

A esto se suma otro factor. Según Garavito, el país no generó energía térmica anticipadamente por razones económicas. “Como la generación de energía es como un menú de opciones, siempre se busca la economía. Y lo más económico para el país es la energía proveniente de las hidroeléctricas”.

En esto concuerda Quintana, de Klik Energy, quien explica que todos los días, todos los generadores ofrecen a la venta su disponibilidad de energía y el precio al que la venden. Esto se organiza desde el barato hasta el caro y las empresas comercializadoras compran la que más les convenga para el día siguiente.

Sin embargo, Quintana sí cree que la idea de que haber comprado más energía térmica con anticipación hubiera podido retrasar el secado de los embalses es parcialmente cierta.

Quintana aclara que esto habría dependido de dinámicas del mercado, pero que si los precios de la energía térmica y la hidráulica hubieran sido competitivos, Colombia habría podido utilizar más energía térmica para evitar utilizar el agua de los embalses en la generación. “Si los precios se hubieran dado de tal forma que hubieran generado energía anticipadamente, el efecto inmediato hubiera sido que hubiéramos ahorrado agua en los embalses”, sostiene.

Aunque aclara que esto habría derivado en que, desde hace meses, la tarifa de energía para los usuarios finales sería mucho más cara. 

Con esta idea coincide Alberto Mejía Reyes, gerente de mercado de energía mayorista de EPM, quien le dijo a El Espectador que “cuando las térmicas entran a producir, la hidráulica disminuye su generación y logra mantener los embalses en niveles más altos”.

Aún así, Quintana dice que “si no llueve, el nivel de los embalses se va a mantener bajo y así generemos el 100% de energía térmica, igual tiene que empezar a llover para que se llenen los embalses. 

¿El gobierno actuó tardíamente?

Arboleda, de XM, y Garavito, de Xuá Energy, concuerdan en que la única manera para que los embalses se recuperen es que comience la temporada de lluvias, pero la generación térmica puede ayudar a acelerar esta recuperación una vez comiencen las lluvias en el trimestre de abril a junio, como pronostica el Ideam.

En este sentido, el Gobierno nacional ha tomado varias medidas para quitarle presión a los embalses. Por ejemplo, el 9 de abril de 2024 se expidió la Resolución 40116 de 2024 que, como medida temporal por la coyuntura de los embalses, permite que las plantas termoeléctricas generen energía al máximo de su capacidad. Alrededor del 50% de la demanda de energía nacional.

También, el 15 de abril se suspendió la exportación de energía a Ecuador para garantizar la demanda nacional. La decisión provocó inmediatamente racionamiento de energía en el país vecino. 

Sin embargo, ya desde octubre de 2023, Acolgen había recomendado reconsiderar esa venta al exterior. Además, a principios de abril, la Asociación Nacional de Empresas Generadoras, Andeg, propuso cuatro recomendaciones para evitar el riesgo de racionamiento de energía. Sumado a la suspensión exportadora, también propuso la creación de un incentivo para el ahorro y motivar a sectores industriales a generar energía. 

Incluso, Alejandro Castañeda, presidente ejecutivo de Andeg, dijo en La W que desde 2023 le han pedido al gobierno tomar algunas medidas para evitar un racionamiento de energía. En la misma emisora, Sandra Fonseca, directora de la Asociación Colombiana de Grandes Consumidores de Energía Industriales y Comerciales, Asoenergía, dijo que las medidas se tomaron tarde y que la crisis actual se debe tanto a falta de acciones como a falta de infraestructura.

Entonces, ¿qué tan cierto es lo que dijo la senadora Cabal?

Por todo lo que hemos dicho, calificamos como cuestionable el mensaje de la senadora. Por un lado, el racionamiento de agua en Bogotá y la posibilidad de un racionamiento de energía en Colombia se debe al bajo nivel de los embalses, pero esta coyuntura fue provocada por factores como el fenómeno del Niño y la temporada de verano, no por la falta de generación de energía térmica.

Debido a esto, la recuperación del nivel del agua en la capital y el país depende, principalmente, de que llueva. Además, en Bogotá el racionamiento de agua no implica necesariamente un racionamiento de energía. 

Por otro lado, no es cierto que Petro no haya querido “prender” las termoeléctricas, pues estas están generando actualmente alrededor del 40% de energía del país y su generación no depende de la decisión de una persona o una entidad, sino a las dinámicas del mercado de compra y venta de energía. Aunque el Gobierno sí puede determinar el mínimo de generación de energía térmica, como demuestra la Resolución 40116 de 2024 con la que el gobierno permitió a las plantas trabajar a máxima potencia para sortear la emergencia actual.

Precisamente por esto, algunas voces han dicho que de haberse generado más energía térmica anticipadamente se habría podido disminuir el gasto de agua de los embalses. Con esto en cuenta, sí hay una relación entre la generación térmica y el nivel de los embalses, como sugiere María Fernanda Cabal. Además, aunque la respuesta a la situación no era solamente generar más energía térmica, asociaciones como Andeg y Asoenergía sostienen que el gobierno acató muy tarde esta y otras recomendaciones que han hecho desde 2023.