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Cuestionable
El programa de gobierno de Miguel Uribe Turbay, candidato a la Alcaldía de Bogotá con el aval de cinco partidos y el grupo significativo de ciudadanos Avancemos, dice que “los buses colectivos contaminantes del SITP generan el 20 por ciento de las emisiones móviles” y luego promete sustituirlos por otros más modernos, que afecten menos la calidad del aire en la ciudad.
Aunque la campaña no le confirmó a Colombiacheck el origen de la cifra, la entidad que lleva el inventario de emisiones provenientes de fuentes móviles es la Secretaría de Ambiente de la ciudad. Esta ya nos había enviado los datos con corte a 2016, que sigue siendo la actualización más reciente, para un chequeo de noviembre pasado en el que contamos que el informe completo es reservado y, por ende, no se conoce con exactitud la metodología de la medición.
En todo caso, el cálculo del plan de Uribe solo se acerca a los datos de un tipo de emisión contaminante: el material particulado de 10 micras de diámetro (PM10). El transporte público colectivo (TPC) y el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) Provisional aportan 13,63 por ciento y los buses zonales, 7,98 por ciento. Esto da 21,61 por ciento.
La suma para los óxidos de nitrógeno (NOx) es de 24,4 por ciento, un dato un poco más lejano del que da el programa. Mientras que las otras dos sustancias están muy por debajo: el resultado da 2,8 por ciento para el monóxido de carbono (CO) y 0,2 por ciento, para los hidrocarburos totales (THC).
Por otro lado, no hay medición de partículas más pequeñas (PM2,5), que provienen de procesos combustión y que sí se usan para evaluar, por ejemplo, el impacto del Día Sin Carro, como contamos en otro chequeo.
Un documento técnico de 2017, este sí público y elaborado por la Secretaría de Ambiente con datos hasta 2014, muestra cifras cercanas a las más recientes e incluso mide más sustancias. En el caso del PM, el resultado es de 21 por ciento entre TPC y SITP sin TransMilenio, aunque no aclara si es de 10 micras, de 2,5 o ambos. En NOx es 25 por ciento; en dióxido de carbono (CO2), 14 por ciento; en óxidos de azufre (SOx), menos de 10 por ciento; CO, menos del 5 por ciento y compuestos orgánicos volátiles (COV), 0 por ciento.
El director del Centro de Investigaciones en Ingeniería Ambiental (CIIA) de la Universidad de los Andes, Ricardo Morales Betancourt, dice que esta forma de medir por separado cada contaminante es la correcta. Según el profesor, “cada uno tiene efectos y fuentes diferentes, por eso no existe y no tendría sentido hacer un dato agregado de contaminación”.
El mayor productor de partículas, en los dos estudios de la Secretaría, es el transporte de carga con 42 por ciento en 2014 y 43,64 por ciento en 2016. Para el CO, las que lideran son las motos con 38 y 48,3 por ciento, respectivamente. Los camperos y las camionetas son los máximos contaminantes de THC con 33,8 por ciento en las cifras de 2016. Los automóviles producen más de la mitad de los SOx (56 por ciento) y también encabezan en CO2 con 34 por ciento, según el corte de 2014.
Con las cifras de 2016, el SITP solo lidera en NOx, con 15,6 por ciento para el provisional y el TPC. Aunque a este le siguen de cerca los vehículos de carga con 15,3 por ciento, al primero se le podrían sumar el 8,8 por ciento de los buses zonales y hasta el 3,2 por ciento de los articulados de las troncales de TransMilenio, con lo que todo el sistema completaría 27,3 por ciento.
Algo similar pasa con los datos de 2014, donde el liderato sería del transporte de carga con 17 por ciento. Pero al sumar 11 por ciento de TPC y 14 por ciento de SITP (contando TransMilenio), da 23 por ciento.
Así, la generalización que hace el programa de Uribe Turbay sobre la contribución del SITP a las emisiones contaminantes, con base en una cifra aproximada de un solo tipo de partículas, resulta cuestionable.