Verdadero pero... Verdadero pero... Verdadero pero... Verdadero pero... Verdadero pero... Verdadero pero... Verdadero pero... Verdadero pero...
Verdadero pero...
El periodo de Juan Manuel Santos como presidente de Colombia culmina en agosto de 2018, dentro de trece meses, y los candidatos a sucederlo ya se comienza a perfilar. Si Santos pasará a la historia como el mandatario que firmó la paz con las Farc, su sucesor tendrá la enorme tarea de culminar la implementación del Acuerdo Final pactado con las Farc y podrá pasar a la historia como quien consolidó la paz o la hizo trizas.
Entre los primeros nombres de precandidatos a suceder a Santos en el solio de Bolívar ya suena Germán Vargas Lleras de Cambio Radical y quien fuera vicepresidente por dos años y siete meses (renunció en marzo de 2017 para no inhabilitarse) del segundo mandato santista.
Finalizando junio el mundo político se conmocionó con el anuncio de una alianza entre los expresidentes Andrés Pastrana y Álvaro Uribe con miras a la contienda electoral de 2018. Se trata pues de unir fuerzas entre una parte del conservatismo, la que tiene como posible aspirante a la exministra Marta Lucía Ramírez, y el Centro Democrático donde esperan en fila Carlos Holmes Trujillo, Iván Duque y Oscar Iván Zuluaga.
Otro de los políticos que pretende ser presidente es el senador Jorge Enrique Robledo, miembro del Polo Democrático Alternativo, quien en entrevista con Yolanda Ruiz en RCN Radio explicó sus razones para ser el primer mandatario de los colombianos en 2018.
Robledo dijo que los colombianos “están remamados de los mismos nombres en la política nacional” y como antídoto a ese aburrimiento dijo que existen posibilidades de una alianza con Claudia López y Sergio Fajardo para buscar unidos la presidencia.
Entre muchas cosas mencionó que “el 60% de los colombianos no tienen partido político”, dato que usó para explicar y sostener su tesis respecto a que los colombianos están cansados de los partidos tradicionales.
Colombiacheck decidió verificar la afirmación y por tal motivo contacto a la oficina de prensa del senador Robledo para conocer en qué fundamentó su afirmación y de dónde obtuvo los datos que la sostienen.
Su equipo de prensa y comunicaciones explicó que el dato fue tomado de la encuesta Polimétrica de Cifras & Conceptos de mayo de 2017. Colombiacheck corroboró y encontró que a la pregunta: ¿Con cuál de los siguientes partidos tiene afinidad? el 59% de los encuestados respondió que no tiene partido.
Calificamos la afirmación del senador Robledo como aproximada porque se equivocó por un punto, aunque reconocemos que aportó el origen de los datos y que no es un error grave ni con el ánimo de engañar a la audiencia; parece más una imprecisión fruto de no tener el estudio a la mano durante la entrevista radial.
Sin embargo, un estudio del Observatorio de la Democracia de la Universidad de los Andes, aunque menos reciente, reveló información concerniente a 2016 y expuso que el 77% de los colombianos no simpatiza con algún partido político.
La cifra está 18 puntos por encima de lo anunciado por Cifras & Conceptos. Aunque claro, es necesario tener en cuenta que ambas mediciones tienen metodologías, periodos y muestras distintas. Sin embargo, pese a las diferencias en la metodología es contundente sostener que los colombianos no tienen partido político, tal y como lo afirmó el senador Robledo.
Otro dato interesante, que ayuda a entender la magnitud que tendrás los “sin partido” en la próxima contienda, lo reveló la revista Semana en su sección de confidenciales el pasado 1 de julio y hace referencia al partido Liberal:
“Según la última encuesta de Guarumo, la firma del exregistrador Carlos Ariel Sánchez, el Partido Liberal también tiene nubarrones. Los días en que la gente votaba por un candidato por pertenecer al partido rojo quedaron atrás. Esa colectividad ha tenido la siguiente evolución en los últimos años: En 1998 Horacio Serpa obtuvo 46% de los votos; en su segunda candidatura en 2002, el 33%; en su tercera en 2006, 11%; y en 2010, Rafael Pardo sacó el 4.1% de la votación total. La última encuesta de Guarumo registra que menos del 2% de los colombianos están dispuestos a votar por un candidato por el simple hecho de ser el representante del Partido Liberal”, explica Semana.
Precisamente convencer a aquellos que no tienen partido político será una de las tareas de los candidatos presidenciales en 2018, convencer a ese alto porcentaje de la población colombiana. Convencerlos que sus propuestas son las adecuadas para un mejor país. El próximo presidente de Colombia tendrá un papel fundamental en la implementación o no del Acuerdo Final pactado en La Habana, una verdad de perogrullo.
Por ahora, las Farc y el gobierno han hecho esfuerzos notables por blindar el Acuerdo Final de paz y hacer que la implementación sea de obligatorio cumplimiento para cualquier candidato que gane la Presidencia de la República en 2018.
Aunque en el Acuerdo Final no hay nada explícito que mencione el blindaje de lo pactado en La Habana, en el Congreso se aprobó el Acto Legislativo que blinda el Acuerdo Final durante los próximos tres períodos presidenciales y, además, el Consejo de Seguridad de la ONU apoya este blindaje señalando que lo pactado es “irreversible”.
Sin embargo, un precandidato presidencial del Centro Democrático, Fernando Londoño, promete que hará trizas el Acuerdo. Esta idea encuentra acogida entre los inconformes y los opositores al acuerdo, que no son pocos.
En relación al tema Jaime Castro, en entrevista con la revista Semana, señaló que en Colombia “nunca hemos tenido cláusulas pétreas como se llaman las normas constitucionales o legales que son inmodificables”.
Es decir, por ahora hay un blindaje por tres periodos presidenciales de los compromisos alcanzados en el Acuerdo, sin embargo, si se quiere hacer trizas este pacto los opositores tendrán que recorrer un largo camino, de acuerdo a como se menciona en la misma revista Semana “tardarán el doble de tiempo” porque se tendrían que tramitar los mismos mecanismos jurídicos como “actos legislativos, estatutos y proyectos de ley pero esta vez en función de desarmar cada uno de los puntos de la implementación”.