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Cuestionable
Una cadena que se ha movido por diferentes redes sociales muestra la imagen de un supuesto mosquito robot con el nombre “Insect Spy Drone 5G” y asegura que “ya [está] en producción”. El meme, que es una captura de pantalla de una publicación de Facebook, también dice que el aparato cuenta con diferentes equipos y capacidades: desde cámara y micrófono hasta una aguja para tomar muestras de ADN o instalar dispositivos subcutáneos de rastreo.
Un lector le pidió a Colombiacheck verificar si esa tecnología de verdad existe. El portal de chequeo estadounidense Snopes que, como Colombiacheck, es miembro de la Red Internacional de Fact-Checking (IFCN), ya había revisado exactamente la misma imagen, con el mismo texto en 2012, solo que en inglés.
En ese entonces, el sitio encontró que se trataba de una maqueta conceptual sobre cómo debería lucir un micro vehículo aéreo de esas características, no de una foto. Además, que la posibilidad de que un robot de ese tipo pudiera llevar a cabo las funciones atribuidas por la publicación todavía parecían “más ficción especulativa que que realidad”.
No obstante, el artículo advertía que sí había investigaciones encaminadas a la invención de drones basados en el vuelo de los insectos. Desde entonces, la ciencia ha hecho avances pero todavía son insuficientes para producir un ‘mosquito espía’.
“Hay muchos retos por superar para que [pequeños sistemas aéreos no tripulados] puedan ser usados en aplicaciones comerciales y militares rutinarias”, señalaba el el ingeniero aeronáutico indio Inderjit Chopra, asesor de la NASA y doctorado en el MIT, en octubre de 2018 durante un simposio con sede en la Universidad de Maryland, donde es profesor destacado y director de un centro de investigación.
El Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Washington, por ejemplo, tiene un Laboratorio de Robótica de Insectos Autónomos. Sus modelos más recientes todavía están lejos de lo que muestra el meme. Apenas en 2018 logró el primer despegue por un instante de un robot inalámbrico del tamaño de una avispa, porque a esa escala no se ha conseguido que tengan autonomía de vuelo con el peso que representa una batería incorporada (la fuente de energía de este era un rayo láser), entre otras dificultades.
En abril pasado, el laboratorio publicó un rediseño con cuatro alas en lugar de dos, que mejora la capacidad de carga. “Estos pasos serán necesarios para que robots tan pequeños tengan aplicaciones útiles”, concluye este estudio.
De hecho, la misma universidad ha buscado recientemente otras alternativas. Una de ellas es la instalación de microdispositivos en insectos reales con la capacidad de cargarlos, pues se pueden usar baterías más pequeñas cuando no se necesita que estas provean la energía para volar u otras funciones que el animal hace por sí mismo.
Los insectos robot que vuelan hoy en día son mucho más grandes que un mosquito. Un caso es MetaFly, un dron con forma de mariposa con 19 centímetros de largo y 29 de envergadura, que está en camino a producción gracias a la financiación colectiva. Hace dos años, la Universidad de Oxford, a través de su compañía Animal Dynamics, produjo Skeeter, un robot de 12 centímetros inspirado en las libélulas y financiado por el Ministerio de Defensa británico.
El modelo “Insect Spy Drone 5G”, por lo menos por ahora, no existe. Hay avances que buscan crear modelos similares, pero ninguno es funcional. Por eso, calificamos esta publicación como “cuestionable”.