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Jueves, 18 Agosto 2022

Falso, el Informe Final no ocultó la toma guerrillera de Colombia, Huila

Por Carlos Mayorga, especial para Colombiacheck

En redes sociales se mueve una publicación que asegura que el cruento ataque fue ignorado por la CEV. Sin embargo, éste sí fue relatado en el tomo ‘Hasta la guerra tiene límites’.

La semana pasada el usuario de Twitter, ‘Yo si me llamo JAVIER’, trinó “No es Bojayá... es Colombia Huila, una verdad que la comisión de la verdad (sic) le ocultó a las farc (sic): un bebé asesinado, una niña con discapacidad asesinada, una enfermera asesinada, una ama de casa asesinada, una adulta mayor asesinada.... julio 12 de 2000. NO OLVIDAR.” 

El texto lo acompaña una fotografía de la parte interior de una iglesia destruida por una explosión y, en primer plano, unos menores de edad pasando por el lugar.

Algunos internautas se adelantaron a contradecirlo trayendo a colación imágenes y texto sobre la masacre de Bojayá, Chocó, ocurrida el 2 de mayo de 2002. 

Sin embargo, la publicación del usuario de Twitter es diferente a esa tragedia, eso sí: tanto la toma guerrillera de Colombia, Huila, como la masacre de Bojayá, Chocó, comparten un actor protagonista común: la guerrilla de las FARC.

El tuit ya ha sido compartido más de 1500 veces y tiene cerca de 1800 me gusta, por lo que en Colombiacheck decidimos verificar las afirmaciones del tuitero.

Un poco de contexto: la toma guerrillera de Colombia, Huila

Entre la cordillera Oriental, bañado por el río Cabrera, está el municipio Colombia en el departamento de Huila. En la lucha de la guerrilla por establecer su control territorial contra el Estado colombiano, la población civil se vio afectada. Una de las graves victimizaciones la padeció la comunidad del municipio Colombia, en el norte del departamento.

En la noche del 12 de julio del 2000, guerrilleros de los frentes 21, 25, 48 y 49 atacaron la estación de Policía del municipio Colombia con disparos de ametralladora M-60, granadas de fragmentación y cilindros bomba. La incursión se prolongó, aproximadamente, hasta las 6:00 a.m. del día siguiente. Esa noche también fue atacado el corregimiento de Vegalarga, del municipio de Neiva, Huila, y el municipio de la Alpujarra en Tolima.

“Como resultado de la acción armada resultó totalmente destruida la Estación de Policía, y se vieron afectadas varias edificaciones ubicadas cerca a esta, tales como, el centro de salud municipal, la oficina de Telecom, el Banco Agrario, dos templos parroquiales, la casa cural, un colegio, dos escuelas, la galería y edificio municipal, la casa de la cultura y la oficina de Adpostal, entre otras. También, de manera muy desafortunada, perdieron la vida seis personas –entre ellas tres menores de edad- y seis más resultaron heridas”, se lee en una sentencia expedida en 2015 por la Sección Tercera del Consejo de Estado.

Acerca de la fotografía que acompaña la publicación, objeto de este chequeo, Colombiacheck se comunicó con el padre Walter Elías Zapata Vélez, el sacerdote encargado de la parroquia Nuestra Señora de las Mercedes del municipio de Colombia, quien confirmó que la imagen que reluce en el tuit sí es de la toma guerrillera. 

“Ese es nuestro templo. Ya está renovado, ya está muy bonito. Lo confirma el altar que se ve en la foto. Ese es el altar de la parroquia de Colombia, Huila”, confirmó el religioso y compartió una fotografía actual del altar.

Parroquia Nuestra Señora de las Mercedes, municipio Colombia, Huila. Foto: padre Walter Elías Zapata Vélez.

 

La fotografía en blanco y negro, que acompaña el tuit fue publicada por el periodico La Nación en una nota sobre la sentencia proferida por la Sección Tercera del Consejo de Estado, en el que se reconoce responsable a la Nación por no garantizar la protección sobre una situación previsible.

 

Captura de pantalla de la nota periodística de La Nación.

 

¿Qué dice la CEV?

Lo primero que hay que decir, es que en el marco de la investigación territorial que hizo la Comisión de la Verdad, antes de publicar su Informe Final, visitó el municipio y recogió la voz de las víctimas: “Secuelas de explosiones, casas destruidas y una iglesia bombardeada, se combinaban con una sensación de peligro constante”, se lee en una publicación de marzo de 2019.

Y ya en el Informe Final, en uno de los 14 tomos del eje temático Colombia Adentro, se señalan las afectaciones de la FARC a la Fuerza Pública en el municipio de Colombia, mucho antes de la toma guerrillera del 2000.

“La guerrilla también desarrolló operaciones militares en contra de miembros de la fuerza pública. Por ejemplo, el 22 de abril de 1973, 50 combatientes al mando alias Joselo atacaron la estación de Policía del municipio de Colombia, Huila, y dejaron heridos a tres agentes de policía a quienes se realizó un «juicio de responsabilidad», del que derivó una «condena a muerte». Al final, esta no se ejecutó gracias a la intervención del párroco de la iglesia, quien persuadió a los guerrilleros al grito de: «No los maten. No más derramamiento de sangre»”, se lee en la página 117 del libro Región Centro.

Finalmente, contrario a lo que aseguraba la cuenta de Twitter ‘Yo si me llamo JAVIER’, la Comisión de la Verdad hace cuatro menciones textuales a la toma guerrillera del municipio de Colombia, Huila, en el capítulo Hasta la guerra tiene límites.

En la página 122 señala las graves afectaciones que la guerrilla causaba con el uso de artefactos explosivos a la población civil que vivía en casas cercanas a las estaciones de Policía. “En la toma de la cabecera municipal de Colombia, Huila, ejecutada el 12 y 13 de julio de 2000 por los frentes 17 y 25 de las FARC-EP, uno de los cilindros lanzados por esa guerrilla cayó en una casa vecina de la estación y mató a una mujer, a una niña y a dos niños:

«Ellos fueron volados. Eran Cindy y la mamá los dos hermanitos. Ellos no alcanzaron a llegar... allá se construyen los baños... son como una fortaleza porque tienen el agua; si tú te alcanzas a meter, por lo menos te encuentran muerto, pero te encuentran completo [...]. El cilindro cayó, los cogió a todos, volaron en pedazos, en pedazos»”, se lee.

Así mismo recoge el testimonio de Níctor Bastidas, alcalde municipal de Colombia, Huila, entre 1998 y 2000, quien le contó a la Comisión sobre los hechos de la toma guerrillera del 12 de julio del 2000: “«Nos destruyeron la galería y nos destruyeron la casa cural y dos iglesias que teníamos en el pueblo [...]. Nos destruyeron el pueblo, nos acabaron todo lo que había alrededor del puesto de Policía. En la galería había mucho material de la alcaldía, de tubería. Todo esto fue totalmente destruido... La iglesia la acabaron porque decían que la policía tenía un túnel por la iglesia, y eso era totalmente falso [...]. La toma inició a las nueve de la noche y se terminó a las seis de la mañana»”

Por eso, desde Colombiacheck calificamos como falsa la publicación que asegura que la Comisión de la Verdad  ocultó  la verdad de esta toma guerrillera, pues está claro que en el Informe Final sí se detalló este crimen.