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Chequeo Múltiple
El 27 de mayo el fiscal general de la Nación, Francisco Barbosa, anunció en una rueda de prensa la incautación de 163 ampolletas de fentanilo y relacionó este medicamento con la sustancia psicoactiva que ha desatado una crisis de salud pública en Estados Unidos, al tiempo que aseguró que se trataba de ‘captagon’ la droga de los “yihadistas”.
En detalle, Barbosa aseguró ante los medios:
“Hicimos un allanamiento en la localidad de Kennedy. En el allanamiento se capturó una persona y se incautaron 163 ampolletas de fentanilo. Esta es una droga que no se había visto en el país de esa manera. Es la famosa droga que se denomina captagon en Siria. Es la droga de los yihadistas. Es la droga que está generando 300 muertos en Estados Unidos diarios, 100.000 muertos el año pasado. Tiene sacudida a África. Tiene sacudidos a algunos países árabes. Su centro es Siria y encontramos eso en Kennedy, en la ciudad de Bogotá”.
#ATENCIÓN | Fiscal Francisco Barbosa inicia en Bogotá recorrido por las URI de las principales ciudades del país. En la URI de Kennedy, el Fiscal General anunció que en esa localidad fueron encontradas 163 ampolletas de fentanilo, además de otras sustancias estupefacientes. El… pic.twitter.com/CwK0AdIm1b
— Fiscalía Colombia (@FiscaliaCol) May 28, 2023
El video de la rueda de prensa hasta el momento tiene 8.304 vistas en YouTube. En Twitter, el hilo publicado por la Fiscalía, que incluye un video de la incautación de la sustancia, cuenta con 683 ‘me gusta’, 128.400 vistas, 288 retuits y 294 comentarios. Esta información fue publicada, además, por los principales medios nacionales (1, 2, 3, 4, 5).
Sin embargo, varios expertos en medicamentos, política de drogas y uso adulto de sustancias psicoactivas han criticado las afirmaciones del fiscal Barbosa por ser imprecisas.
Más peligroso que las drogas es la desinformación del @FiscaliaCol Francisco Barbosa, que con contradicciones e información falsa, solo pretende crear pánico entre los colombianos, aquí les explicamos. @juanrobertovarg 👇 https://t.co/sFgYsSxqkA
— Échele Cabeza (@echelecabeza) May 28, 2023
Cuanta desinformación junta. Las ampolletas de fentanilo son medicamentos de control especial y no se producen en Colombia. Lo que se incautó fue un desvío de fentanilo del mercado legal al mercado ilegal.
— María José Bustamante (@Putagoras) May 29, 2023
El fentanilo ilegal suele venir en polvo o tabletas. https://t.co/frAt1TPQx6
En Colombiacheck buscamos al equipo de comunicaciones de la Fiscalía para que explicara cómo se sustentan las afirmaciones que hizo el fiscal, pero nos informaron que podían tomarse el tiempo máximo de un derecho de petición (es decir 15 días) para darnos una respuesta.
Con las evidencias disponibles y tras consultar a expertos en la materia, concluimos que el fiscal Francisco Barbosa hizo dos afirmaciones falsas y una verdadera en la noticia relacionada con la incautación de 163 ampolletas de fentanilo en Bogotá.
Esta afirmación es falsa, pues la droga incautada en la operación era ampolletas de fentanilo farmacéutico de uso intrahospitalario y líquido, el cual es comercializado legalmente en el país y tiene registro del Invima, aunque se trata de un medicamento controlado.
Los opioides son sustancias psicoactivas derivadas del opio. El fentanilo es un opioide sintético y depresor del sistema nervioso, que se utiliza como un analgésico para controlar el dolor, anestésico en cirugías o para cuidados paliativos. Sin embargo, se ha utilizado en norteamérica para adulterar otro tipo de opioides.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, existen dos tipos de fentanilo. Uno es el farmacéutico de uso intrahospitalario, líquido y en ampolletas, del cual se conoce su concentración. El otro es el fabricado ilícitamente, que se mueve en el mercado irregular, es inestable en su concentración y se utiliza para adulterar la oxicodona, un fármaco que se utiliza para el tratamiento del dolor moderado e intenso.
De acuerdo con el video del allanamiento y las declaraciones del fiscal, lo que se incautó en Bogotá fueron 163 ampolletas de fentanilo, es decir, unos frascos pequeños de vidrio con una sustancia líquida adentro. Este detalle, según varias fuentes consultadas, es la manera más sencilla de demostrar que lo que se incautó fue un medicamento legal, producido por un laboratorio farmacéutico, y no una droga ilegal.
El fentanilo en presentación líquida, dice Julián Quintero, director de la Corporación Acción Técnica Social y del proyecto ‘Échele Cabeza’, es un medicamento que en Colombia se utiliza únicamente en el ámbito intrahospitalario con fines anestésicos, por ejemplo, antes de una cirugía, y como analgésico en pacientes con dolor crónico o que hagan parte de un programa de cuidado paliativo.
En Colombiacheck hallamos que el fentanilo en presentación líquida, además, hace parte del listado de medicamentos controlados por el Estado a través del Fondo Nacional de Estupefacientes, una entidad adscrita al Ministerio de Salud. Esto significa que hay que tener un permiso especial de esta oficina para poder adquirirlo y no es un medicamento que cualquier persona pueda comprar en una farmacia común.
Revisamos en internet qué farmacias en Colombia venden fentanilo farmacéutico, pero solo encontramos la información técnica de los laboratorios que proveen el producto. No aparecen los precios, ni los lugares para comprarlo. Igualmente revisamos directamente en las páginas de farmacias reconocidas (1, 2, 3) y el medicamento no está disponible o salen otros productos que no contienen fentanilo. Por otro lado, ingresamos también a las páginas de dos laboratorios colombianos que importan fentanilo (1, 2), pero para obtener información sobre él hay que tener una cuenta activa en sus páginas e ingresar con una contraseña.
Con lo que nos explicó Quintero, revisamos el video que la oficina de comunicaciones de la Fiscalía entregó a la prensa en un grupo de WhatsApp y nos detuvimos en la imagen de la ampolleta de fentanilo.
Como se ve en la captura de pantalla en el frasco de vidrio aparece el nombre del medicamento (fentanilo), la dosificación (0,5 mg/10 ml), la presentación y tipo de aplicación (solución inyectable). Más abajo se alcanza a leer el nombre del laboratorio que fabricó el fentanilo farmacéutico, se llama Biosano S.A, una empresa chilena especializada en producir medicamentos inyectables, que logró el registro invima de ese fármaco en el país desde 2002.
Intentamos ingresar a la página de Biosano pero no fue posible, pero en su perfil de Linkedin encontramos que la farmacéutica “lidera el mercado chileno de inyectables comercializando cerca de 75 millones de unidades anualmente”, exporta medicamentos a 15 países en Latinoamérica y Asia, incluido Colombia, y para el caso de nuestro país, sus productos cuentan con registro INVIMA.
La empresa Biosano obtuvo el registro sanitario 2002M-0002104 Invima mediante resolución # 2002026551 el 2 de diciembre de 2002 para el producto fentanilo solución inyectable 0,5 mg/10 ml, en la modalidad de importar y vender. Este producto es exactamente igual al que se ve en el video compartido por el fiscal durante la rueda de prensa.
En ese sentido, es falsa la afirmación de Barbosa según la cual el fentanilo “es una droga que no se había visto en el país de esa manera”, pues este medicamento sí está disponible en el país desde hace varios años.
El fentanilo ilegal es, por otro lado, una sustancia diferente de la que hemos venido hablando hasta el momento. Según Julián Quintero de Échele Cabeza, la droga que ha generado un problema de adicción en Estados Unidos se conoce como análogo sintético del fentanilo, su proceso de fabricación es totalmente diferente y eso lo convierte en una sustancia ilegal.
“El análogo sintético del fentanilo se elabora en laboratorios clandestinos e ilegales, que por lo general están en la selva. Su principal productor es el cartel de Sinaloa en México (1, 2) y las materias primas que se utilizan en su fabricación provienen de China”, explica el experto quien añade que la otra gran diferencia con el fentanilo farmacéutico es que el análogo sintético viene en polvo o pastillas.
Consultamos también a Claudia Vaca, directora del grupo Medicamentos Información y Poder de la Universidad Nacional quien explicó que el fentanilo farmacéutico tiene una dosis controlada y es muy poco probable que este medicamento se use para convertirlo en una droga ilegal. “Para producir una tableta de fentanilo tendrías que hacer un proceso reverso de pasar de un líquido a un sólido. Hacer esto para lograr las dosis y las cantidades que se requieran sería completamente ineficiente”.
Las diferencias entre los dos tipos de fentanilo las explica con mayor profundidad el Instituto Nacional de Salud estadounidense (NIH por sus siglas en inglés).
Tanto Quintero como Vaca coinciden en afirmar que lo realmente preocupante y en lo que la Fiscalía debería concentrar sus esfuerzos es en indagar cómo las 163 ampolletas de fentanilo, que es un medicamento legal, pasaron del mercado legal al ilegal.
“El fiscal se tiene que poner las pilas para averiguar cómo el fentanilo salió del laboratorio o del hospital y se desvió. Mis hipótesis son que puede haber demanda en las calles o que sea verdad que lo estén utilizando en la fabricación de 2CB”, dice Quintero, que además agrega que en Échele Cabeza han evaluado muestras de esta droga en Medellín y Bogotá y hasta el momento no han encontrado rastros de fentanilo.
Según el experto, no es una novedad que el fentanilo esté en el país (1); pero según él si es clave que las autoridades puedan monitorear el alcance cada vez más amplio de las redes de microtráfico quienes estarían extrayendo medicamentos controlados de uso exclusivamente médico para comercializarlos en mercados ilegales.
El estudio de mortalidad asociada al consumo de sustancias psicoactivas 2013-2020, confirma lo dicho por Quintero, según la investigación del Ministerio de salud en ese periodo se confirmaron cinco casos de consumo de fentanilo con un posible uso recreativo; cabe afirmar que este fármaco ya había sido hallado en el mercado con fines recreativos. Si bien ya eran conocidos los graves riesgos para la salud que trae el consumo de dicha sustancia, el ministerio no había detectado estadísticas de mortalidad en el país.
Así que con todos estos elementos calificamos esta afirmación como falsa.
El otro error en el que incurrió el fiscal Barbosa durante la rueda de prensa fue comparar el fentanilo ilegal con el captagon y decir que son lo mismo. Como explicamos antes, el fentanilo se utiliza como analgésico y sedante en hospitales, esto significa que es un depresor del sistema nervioso central.
El captagon es, según Claudia Vaca, directora del Centro de Pensamiento Medicamentos Información y Poder, una metanfetamina psicoestimulante. “El captagon lo que hace es estimular, acelerar, estar súper activo, súper atento. En cambio el fentanilo sintético tiene un poder relajante impresionante, te sume en un estado de adormecimiento y relajación total”, detalla.
Además de confundir dos sustancias completamente diferentes, el fiscal Barbosa se refirió al captagon como “la droga de los yihadistas” que “tiene sacudida a África, tiene sacudido ya algunos países árabes, su centro es Siria”.
De acuerdo con un informe de 2017 de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC), el captagon es el nombre comercial de la fenetilina, un medicamento que se utilizaba como antidepresivo y para tratar la hiperactividad pero que entró en desuso. Ahora está prohibido por el alto nivel de dependencia que genera.
En años recientes, la prensa internacional (1, 2, 3) ha investigado la producción y circulación de captagon en el norte de África y en Oriente Medio. Siria aparece en las noticias que revisamos como el productor principal de esta droga y se ha acusado al gobierno de ese país de estar implicado en ese negocio.
La UNODC también reportó en su informe que esta droga se encuentra comúnmente en el Centro y Medio Oriente. La BBC, por ejemplo, reseñó que el captagon fue llamado en su momento como ‘la droga de los terroristas’. Julián Quintero, de Échele Cabeza, agrega que la relación de los yihadistas con el captagon es que ellos son al mismo tiempo productores y consumidores, pues usan la droga, que viene en presentación de pastillas, para estar activos y alerta por más tiempo en el campo de batalla.
Por tanto, la afirmación de Barbosa que equipara a esta droga con el fentanilo es falsa.
Las estadísticas oficiales del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos indican que el fentanilo es una droga local obtenida ilícitamente, mezclado con heroína u otras drogas, es el principal causante del número de muertes por sobredosis en el país norteamericano. La entidad tiene un registro en línea de tiempo (1999-2019) del Índice de Muertes por Sobredosis en ese país, que revelan que los opioides, entre los fallecimientos por sobredosis, son la mayor causa de muertes.
En esa cifra coinciden los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), que afirman que, entre 1999 y 2019, más de medio millón de personas murieron a causa de una sobredosis con opioides. Esta cifra en ese momento representó un 70 % del total de muertes por exceso de consumo.
La crisis de los opioides en los Estados Unidos ha tenido un comportamiento de incremento de muertes por sobredosis desde 2017. Así lo detallan los CDC. Además, apuntan de nuevo al fentanilo como el causante principal de la tragedia.
Según el NIDA, el índice de muertes por sobredosis en 2017 fue de 72.000; en 2018, de 68.557; en 2019 bajó a 50.963 y en 2020, volvió a ascender a 69.710.
En 2021 murieron 142.135 personas por sobredosis. De ese número, 71.238 fueron por opioides sintéticos (fentanilo), 32.856 por psicoestimulantes (metanfetaminas), 24.538 por cocaína y 13.503 por drogas naturales semisintéticas (recetado).
El uso inadecuado de éste fármaco ocasionó según la DEA en el año 2021 más de 100. 000 muertos por sobredosis en Estados Unidos y Canadá. En 2022, las muertes según esta misma entidad ascendieron a 110.000 por año (1,2,3).
Según los CDC, los opioides son una droga de origen natural que tiene variaciones semisintéticas y sintéticas (fentanilo). Los opiáceos se refiere a los opioides naturales, como la morfina y la codeína.
El grave problema de salud pública en los Estados Unidos
Según la Organización Panamericana de la Salud, el consumo abusivo de drogas, tanto legales como ilegales en los Estados Unidos se ha convertido en un grave problema de salud pública. Prueba de ello es todo lo relacionado al uso de medicamentos sujetos a prescripción médica con fines no médicos.
El consumo de fármacos opioides con fines no médicos cada vez suscita más preocupación tanto en profesionales de la salud pública en América del Norte, los CDC y las autoridades americanas encargadas de hacer cumplir la ley, como la Administración de Control de Drogas (DEA). Según afirman, ese uso indiscriminado ha desencadenado el incremento de casos de consumo, que tiene efectos directos en la vida e integridad de quienes las usan.
Las estimaciones a nivel mundial de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC) señalan que entre 26 y 36 millones de personas usan opioides. La mitad de ellos (entre 13 y 21 millones) consume opiáceos, principalmente heroína, y el resto abusa de fármacos opioides. Esta misma organización, en su informe “La creciente complejidad de los opioides”, asegura que los mayores niveles de uso de opioides se encuentran en América del Norte. En el caso particular de fentanilo y heroína, el consumo se concentra en los Estados Unidos y Canadá.
El Informe sobre la oferta de drogas en las Américas de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) y la Organización de los Estados Americanos (OEA) coincide en que los opioides sintéticos siguen siendo en gran medida una preocupación para América del Norte; sin embargo, los datos cualitativos plantean que la preocupación por el fentanilo y sus usos para adulterar la heroína están generando consecuencias irreversibles en sus consumidores, incluso la muerte.
Además este informe agrega que la información sobre el fentanilo provino sólo de América del Norte. “El tráfico ilícito de fentanilo y otros opioides hacia Canadá y los Estados Unidos ha provocado una epidemia de consecuencias fatales”, advierte.
En 2020, las muertes por sobredosis crecieron un 20%, hasta los 91.799 casos. En 2021, se registraron 106.699, según el Instituto Nacional de Abuso de Drogas, un 16% más. Y en 2022, la DEA (siglas en inglés de la agencia antidrogas) se incautaron de 50,6 millones de píldoras falsas y de 4.500 kilos de polvo de fentanilo, el equivalente a “más de 379 millones de dosis potencialmente mortales”
El uso inadecuado de éste fármaco ocasionó según la DEA en el año 2021 más de 100. 000 muertos por sobredosis en Estados Unidos y Canadá. En 2022, las muertes según esta misma entidad ascendieron a 110.000 por año (1).
Las rutas del fentanilo
En Estados Unidos existen 5 rutas identificadas del fentanilo: China con escala en Alaska; China con escala en Canadá; desde China directamente a Estados Unidos; China con escala en México e India con escala en México.
En enero de 2022, el fiscal general de Alaska denunció, en una carta al Secretario de Estado, la Ruta del Fentanilo como una estrategia de expansión del mercado de drogas sintéticas, lo que encendió las alarmas de la DEA en relación al país con mayor fabricación del fentanilo: China, sobre todo en Wuhan, que es seguido muy de cerca por la India. La droga la reciben, entre otros, los carteles del narcotráfico mexicanos para enviar los cargamentos por mar y por tierra con destino a Estados Unidos.
#DEA #LA recognizes the first ever #NationalFentanylAwarenessDay & encourages you to spread awareness about the dangers of #fentanyl in an effort to save lives. Nearly 107,000 people have died in the U.S. from drug caused deaths & each number represents a loved one. #JustKNOW pic.twitter.com/H3yY7LIgzb
— DEALosAngeles (@DEALOSANGELES) May 10, 2022
La DEA afirma que el fentanilo es sumamente adictivo y un negocio bastante rentable para los traficantes.
Para el antropólogo y especialista en estudios de paz Luis Felipe Botero el tratamiento a ese flagelo debe reconfigurarse de manera unánime en favor de esfuerzos integrales que permitan superar esta crisis de muertes que pueden ser evitables. “Es necesario cambiar la visión. El gobierno norteamericano necesita desnarcotizar las intoxicadas relaciones con los consumidores. Solo así se logrará la reducción del daño. Pero antes se necesita cambiar los encuadres a la crisis y así crear nuevas estrategias anticonsumo más globales”, dice.
Por lo anterior en Colombiacheck calificamos como verdadera la afirmación del fiscal Barbosa acerca del número de personas muertas por sobredosis de opioides sintéticos en Estados Unidos que en 2022 ascendieron a 110.000 por año (1,2,3).