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Chequeo Múltiple
En la carrera por la alcaldía de Bogotá, los candidatos Carlos Fernando Galán, por el Nuevo Liberalismo, y Gustavo Bolívar, por la coalición Pacto Histórico, en una entrevista de El Tiempo se refirieron a la migración en la capital de la República, donde se ha establecido el mayor número de venezolanos que ha llegado al país, casi 615.000 según Migración Colombia.
En el artículo se hace un recuento de la situación en estos momentos de las personas provenientes de Venezuela en la ciudad y se lanza la pregunta, “¿Han dimensionado los candidatos la necesidad de apoyar cada vez más a esta población?”. Ante esto, los dos aspirantes hicieron un balance de lo que es hoy la migración en la capital y cuáles serían sus propuestas para ella.
“La mayoría de migrantes están en una edad laboral (15-45 años), por eso hay que aprovechar este bono demográfico, pues la población local envejece a un ritmo alto”, señaló Galán y agregó que su propuesta de la mano con el Gobierno nacional será regularizar a la población que aún no está en el estatuto temporal de protección (ETPV) y además garantizarles a los venezolanos la inclusión en programas de empleo, emprendimiento e inclusión financira.
“Un aspecto positivo de la migración venezolana a Colombia es que más del 50 por ciento está compuesta por jóvenes y niños”, apuntó por su parte Bolívar y destacó que esta migración joven le viene bien a una Bogotá que "se está envejeciendo". Sostuvo además que haría un "censo muy rápido" de los migrantes para "formalizarlos" y darles oportunidades de trabajo y estudio.
En Colombiacheck y RedCheq analizamos las afirmaciones de los dos principales punteros por la Alcaldía Mayor de acuerdo con varias encuestas (1, 2, 3) y las calificamos de “verdadera pero…” en el caso de Galán, pues acierta en las cifras pero se equivoca en el rango de la edad laboral; y “verdadera” en el caso de Bolívar, ya que es preciso en su declaración.
Siguiendo con nuestra metodología, a pesar de que se intentó establecer contacto con ambos aspirantes para conocer sus fuentes, no fue posible comunicarnos.
El candidato Galán, en su respuesta, se refirió principalmente a que la migración venezolana en su mayoría se encontraba en “una edad laboral (15-45 años)”, lo cual calificó de un “bono demográfico” cuando la población de Bogotá envejecía a “un ritmo muy alto”, lo cual calificamos de “verdadero, pero”.
El político del Nuevo Liberalismo cometió una impresión en sus declaraciones, pues la edad laboral en Colombia no va hasta los 45 años.
La edad mínima para trabajar en el país, tal como estipula la ley 1098 de 2006, puede ser desde los 15 años, previa autorización de un inspector de trabajo y bajo ciertas condiciones. Existen excepciones en las que se puede trabajar antes de esa edad mediante un permiso especial y solo en actividades culturales, artísticas, recreativas o deportivas que no excedan las 14 horas semanales.
Para la edad máxima solo existe un límite establecido para el sector público de 70 años de acuerdo con la Ley 1821 de 2016. Para el sector privado no hay una restricción parecida, aunque se usa como referencia la edad para pensionarse, que es de 57 años para mujeres y 62 para hombres (1, 2).
Teniendo en cuenta esto, cuando revisamos los últimos datos disponibles de Migración Colombia, de octubre del año pasado, de casi 2,9 millones de migrantes venezolanos en el país de forma regular e irregular, el 73% está en una edad de 18 a 69 años (debe considerarse la forma en cómo agrupa Migración por edades).
Fuente: Migración Colombia.
Aunque la institución especifica que en Bogotá hay casi 615.000 venezolanos, no aclara sus edades ni sexo.
Por lo tanto, revisamos otra plataforma de Migración donde se encuentran estos datos, pero con los migrantes que se inscribieron para regularizarse con el Estatuto Temporal de Protección. Allí se precisa que, de 2,4 millones de venezolanos preinscritos, 435.553 se ubican en la capital de la República.
De acuerdo con la información que arroja, 7 de cada 10 de personas provenientes de Venezuela en la ciudad están en una edad de 18 a 69 años.
Fuente: Migración Colombia en su plataforma Visibles.
Por otra parte, la Encuesta Pulso a la Migración, llevada a cabo por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), señaló que el empleo ocupó el primer lugar como actividad principal de las personas de entre 15 y 54 años en 23 ciudades del país, entre ellas Bogotá.
Fuente: DANE.
El documento del Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes) 4100 “Estrategia para la integración de la población migrante venezolana como factor de desarrollo para el país” indicó, citando al Observatorio del Proyecto Migración Venezuela, que para 2021 el 72,8% de la población migrante en todo el país se encontraba en edad para trabajar, aunque advirtió que la mayoría de los adolescentes y jóvenes se ocupaban en actividades informales, que no contemplan la afiliación a seguridad social (salud, pensiones y riesgos laborales).
El Observatorio mostró además que, para ese año, la tasa de desempleo de las personas entre 25 y 54 años de edad era de 14,6%.
Fuente: Observatorio del Proyecto Migración Venezuela.
El centro de estudios Dejusticia, en su investigación “Ser y trabajar en Colombia: ¿cómo va la inclusión laboral de las personas provenientes de Venezuela?”, expone que en el caso de la población migrante y refugiada la fuerza laboral es más joven. “Mientras que los jóvenes colombianos en edad de trabajar correspondían a 5’399.674 (26,49%), más del 40% de la población en edad de trabajar venezolana tenía menos de 28 años. Además de esto, son los jóvenes migrantes quienes más participan en el mercado laboral (78,03%) y tienen una tasa de desempleo menor (17,86%) que la de los jóvenes colombianos (21,13%)”, señala.
El DANE, sin embargo, encontró que esta población tiene una alta dificultad para conseguir empleo. Los más afectados son aquellos con edades entre los 25 y 54 años. Entre las barreras más mencionadas figuran la exigencia de documentos que los migrantes no tienen, la xenofobia y las ofertas con baja remuneración o malas condiciones de trabajo.
Fuente: DANE.
DeJusticia también reconoce que, al comparar a las personas que han migrado de Venezuela con los trabajadores colombianos, la población migrante “tiende a tener más contratos verbales, cotizar menos a pensión y cesantías, y sus ingresos son menores”.
La directora del Observatorio Laboral de la Universidad Javeriana, Juliana Morad Acero, reiteró que la migración tiene obstáculos para acceder a trabajos por las dificultades para regularizarse, en particular para quienes ingresan de forma irregular y no se pueden acoger a los mecanismos existentes; lo burocrático de convalidar títulos en carreras como medicina o derecho, el desconocimiento de la población migrante sobre la certificación de competencias del SENA, y por último, la xenofobia.
“Los migrantes muchas veces desconocen, por ejemplo, los servicios que brinda el Servicio Público de Empleo para búsqueda de trabajo; no saben que hay bolsas de empleo, no conocen el Ministerio del Trabajo. Creo que la cercanía que tienen con el Estado es muy mala. La mayor cercanía que tienen con organismos internacionales, pero con el Estado no tiene una cercanía muy grande. Entonces, esto también genera situaciones de desprotección grande, de desconocimiento y es un obstáculo”, sostuvo.
Un ensayo publicado por el centro de investigación Fedesarrollo, titulado “Migración venezolana y productividad laboral en Colombia”, argumenta precisamente que la migración venezolana, al ser más joven muchas veces que la nativa, con una edad promedio de 32,7 años, 5 años inferior a la local, podría tener “implicaciones importantes en productividad, sobre todo en el mediano y largo plazo, puesto que podría contrarrestar el envejecimiento de la población colombiana”.
“Las migraciones generan una recomposición demográfica de la población y el mercado laboral de los países receptores, prolongando los períodos de bono demográfico o contrarrestando el envejecimiento poblacional”, indica.
El bono demográfico se caracteriza por tratarse de un periodo de transición en el cual la cantidad de personas en edad de trabajar y potencialmente productivas superan a las personas potencialmente dependientes.
Esto coincide también con lo que afirma Galán, incluso el DANE también indicó que entre 2016 y 2020 la tasa poblacional del país se incrementó por encima de un punto porcentual debido a la llegada de migrantes venezolanos.
Todo esto sucede en un contexto en el que Bogotá presenta un aumento del envejecimiento, pues en 2005 había 17 personas mayores de 65 años por cada 100 menores de 15. Sin embargo, para este año, la proporción se incrementó a 58 adultos mayores, según el Observatorio de Salud de la ciudad.
En conclusión, calificamos de “verdadero, pero” la afirmación de Carlos Fernando Galán en la que dijo que “la mayoría de migrantes están en una edad laboral (15-45 años)”, pues fue impreciso al decir que la edad laboral iba hasta los 45 años, aunque es cierto que la población migrante puede representar un “bono demográfico” en una ciudad que envejece, tal como sugirió el candidato.
El candidato Bolívar se refirió, por su parte, a que “más de 50 por ciento” de la migración venezolana en territorio colombiano “está compuesta por jóvenes y niños”, lo cual es verdadero.
Primero se debe precisar que en Colombia se considera niño o niña a quienes tienen entre 0 y 12 años y adolescente cuando están entre los 12 y 18 años de edad (Art. 3 ley 1098 de 2006). Por otro lado, se entiende como joven a toda persona entre los 14 y 28 años de edad, según la Ley 1622 de 2013, utilizada como referencia por el DANE.
En este sentido, Migración Colombia en su informe sobre las personas provenientes de Venezuela en el país de octubre pasado, el más actualizado hasta la fecha, señaló que, de casi 2,9 millones de venezolanos, el 56% se ubica en una edad entre los 0 y 29 años (debe considerarse la forma en cómo agrupa Migración por edades).
Fuente: Migración Colombia.
Aunque en el reporte no se detalla la composición por grupo etario para Bogotá, en la plataforma de la institución que reúne los datos de quienes se inscribieron para regularizarse con el Estatuto Temporal de Protección se asegura que, de 435.553 migrantes en la ciudad, seis de cada 10 se ubican en una edad entre 0 y 29 años.
Fuente: Migración Colombia en su plataforma Visibles.
En un estudio sobre la situación de niños, niñas y adolescentes refugiados y migrantes de Venezuela en América Latina, la plataforma de coordinación interagencial R4V puntualizó que, en promedio para 2021, los hogares de migrantes se encontraban integrados por 5 personas y en 9 de cada 10 habitaban niños, niñas y adolescentes.
También resaltó, citando el Censo Nacional de Población y Vivienda de 2018, que existía una mayor proporción de población venezolana entre los 5 y 9 años y 15 y 34 años, en comparación con la colombiana, “lo que evidencia una estructura joven que impone retos fundamentales en el acceso a servicios educativos y el mercado laboral”.
Fuente: R4V.
“Estas proporciones, dentro de los grupos de edad, también podrían informar sobre el tipo de composición familiar; así, alrededor del 70 por ciento de las personas se encuentran dentro de un hogar nuclear y extenso (…) Esta situación es confirmada por el DANE (2021), que determinó que el 68 por ciento de las personas migraron con otras de su grupo familiar. Es importante mencionar que el proceso migratorio se encuentra relacionado profundamente por redes familiares que se han fortalecido en los últimos 30 años”, explica la organización.
Para R4V, aunque Colombia cuenta con una política pública consolidada de atención a la niñez colombiana, aún no existe una política integrada específica de atención a niñas, niños y adolescentes refugiados y migrantes venezolanos. Hasta el momento, lo que se tienen son iniciativas sectoriales con diferente nivel de alcance, principalmente en educación y salud.
De hecho, desde 2015 el gobierno colombiano ha impulsado el ingreso de los niños de nacionalidad venezolanos al sistema educativo para todos los niveles (inicial, preescolar, básica y media) independientemente de su situación migratoria o documento de identidad, y este año el propio Ministerio de Educación comunicó que 580.000 migrantes estudiaban en el país, luego de que en 2018 esta cifra fuese de solo 34.000.
Sin embargo, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) alertó en julio que 135.000 niños migrantes aún se encuentran por fuera del sistema educativo. “No es una cifra exacta, tampoco es la oficial del Ministerio de Educación, más bien es una estimación que nosotros hacemos utilizando los datos de la matrícula y otras fuentes de información”, aclaró Luis Eduardo Ríos, oficial de protección de niñez del organismo.
Otro problema que también afecta a la niñez migrante en Colombia es el trabajo infantil, advierte la plataforma R4V. “El trabajo infantil más visible es aquel en donde, debido al subempleo que enfrenta la población refugiada y migrante venezolana, la madre y/o el padre salen a trabajar en el comercio informal en compañía de niñas y niños”, puntualiza.
En el caso de Bogotá, el año pasado de 53.922 casos detectados, una quinta parte pertenecía a la población venezolana, según la Secretaría de Salud.
Con estos datos, concluimos que es cierto lo que afirmó Gustavo Bolívar al decir que más del 50% de la población migrante venezolana está compuesta por niños y jóvenes.