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Cuestionable
En medio del programa Zona Franca (medio aliado de RedCheq) ‘¿Iván Duque y Carlos Holmes Trujillo acataron el fallo de la Corte Suprema de Justicia?’, transmitido el pasado 24 de septiembre, el senador de Cambio Radical Rodrigo Lara dijo que Colombia es “el país con la tasa de desempleo más alta de América Latina. Según The Economist, somos el segundo país del mundo en donde más ha crecido la tasa de desempleo en el año 2020”.
Zona Franca se comunicó con el jefe de prensa del congresista, quien señaló que la afirmación fue tomada de una columna publicada por el ex ministro de Hacienda Roberto Junguito Bonnet, el pasado 2 de septiembre en el medio económico Portafolio.
En la publicación, titulada “La tasa de Desempleo”, no comparó la situación de Colombia con América Latina, logró concluir (teniendo en cuenta la tasa de desempleo registrada en la sección ‘Economic and financial indicators’ de la revista británica The Economist) que: “Colombia (...) ha sido, luego de Filipinas, el país donde más se incrementó la tasa de desempleo como resultado de la política de aislamiento social para combatir la pandemia del coronavirus”.
La conclusión hecha por Junguito y replicada por el senador de la República salió, en palabras del economista, de “comparar las cifras recientes (desempleo de julio para Colombia) con las tasas de desempleo que presentaba The Economist en la revista de febrero del 2020 (desempleo diciembre de 2019 para Colombia)”. Sin embargo, esta metodología tiene varios inconvenientes, así lo explicaron dos expertos: Jorge Galindo, analista de datos; y Cristina Fernández, economista e investigadora de Fedesarrollo.
Para Galindo, el ejercicio de comparar la tasa de desempleo entre países con la tabla de indicadores de la revista The Economist tiene tres problemas:
En la sección ‘Economic and financial indicators’ no están incluidos todos los países.
Ejemplo de la sección ‘Economic and Financial Indicators’ de la revista The Economist. Tercer periodo de septiembre.
La tabla solo incluye 42 países y la zona euro. Además, los criterios de selección que utiliza la revista “no están claros ni son evidentes”, según Galindo. Por este motivo es poco preciso asegurar que Colombia es el país con la mayor tasa de desempleo en América Latina y el segundo del mundo en donde más creció el desempleo en 2020, pues la revista no tiene en cuenta a todos los países de la región ni a las más de 190 naciones reconocidas.
De acuerdo con Galindo, algunos países miden el desempleo mes a mes y otros países lo miden trimestre a trimestre; entonces si el periodo no es el mismo la comparación no es metodológicamente correcta ni ajustada.
Al revisar la medición de desempleo de los mismos países de América Latina que destaca The Economist en la sección mencionada, es posible verificar que las mediciones son difícilmente comparables debido, principalmente, a la diferencia en la periodicidad de las tomas de muestras para las encuestas y a las variables para medir el desempleo, por ejemplo, la edad del encuestado o el tiempo que la persona desempleada ha estado en búsqueda de trabajo.
Según el Blog ‘Factor Trabajo’ del BID, “a menudo, los datos disponibles sobre los mercados laborales de América Latina y el Caribe no son comparables entre países o a lo largo del tiempo, lo que puede convertirse en un impedimento para diseñar políticas públicas coherentes con la realidad que viven los trabajadores de nuestra región”.
La metodología para medir quién está en desempleo y quién no, cambia según cómo se hace la encuesta de fuerza laboral de población activa en cada país. Un país puede preguntar de una manera para saber si la persona está desempleada y otro país puede preguntar de otra manera. Por lo tanto, los porcentajes no son comparables.
Sobre las encuestas del desempleo, aunque hay preguntas base para hacer la medición, cada país modela el cuestionario de manera distinta (algunos usan preguntas de sí y no y otros utilizan formulación con opción múltiple) y le añaden ítems dependiendo de sus particularidades. En México, por ejemplo, en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), preguntan a quienes están desempleados “¿ha tratado de buscar trabajo en otro país o hacer preparativos para cruzar la frontera?”.
Así es cómo se mide el desempleo en los países latinoamericanos que aparecen en la sección ‘Economic and financial indicators’ en The Economist:
“Por todo eso The Economist, con toda probabilidad, no publica estas tablas para que la gente haga comparaciones entre países, las publica para que la gente sepa cómo está cada país”, afirmó Galindo.
Esto significa que para poder comparar las cifras entre países de la misma región sería necesario estandarizar las encuestas de cada país, como sucede en la Unión Europea, y hacer mediciones con la misma periodicidad. Si esto ni siquiera ocurre en la región, afirmar que Colombia tiene la cifra de desempleo más alta en América Latina y es el segundo país en el mundo en donde más ha crecido la cifra en lo corrido del año, simplemente es muy difícil de comprobar.
Por su parte, Cristina Fernández, dijo que “es muy difícil decir eso [que Colombia es el país con la tasa de desempleo más alta de Latinoamérica] porque todavía no están los datos como para afirmarlo. Es una de las tasas más altas sin duda, lo que pasa es que uno no debe medir el aumento en el desempleo (relación porcentual entre el número de personas que están buscando trabajo y el número de personas que hacen parte de la fuerza laboral*) sino la caída en la tasa de ocupación (relación porcentual entre la población ocupada y el número de personas que integran la población en edad de trabajar*) para tener en cuenta también a los que se van a la inactividad”.
Una fuente del DANE nos explicó que la medición tampoco es probable por la estacionalidad de la cifra.“Después de medir durante tanto tiempo el índice de desocupación, cada país reconoce cierta tendencia relacionada con la temporada”, declaró. Por ejemplo, en Colombia el desempleo en enero aumenta porque las vacantes abiertas para cubrir la demanda de la temporada decembrina dejan de ser necesarias.
Para el caso de los índices de desempleo, según la Revista de la Información Básica, IB, el inicio de las vacaciones escolares así como el inicio y finalización de los contratos laborales de carácter temporal juegan un papel importante en la medición, ya que todos estos eventos causan efectos estacionales en la medida en que se registran en épocas similares todos los años.
En este caso, cuando unas cifras están estacionalizadas la comparación entre estas solo puede hacerse con la cifra registrada del mismo mes, pero del año anterior. Esto significa, que para evaluar el incremento en la tasa de desempleo de julio 2020 en Colombia, habría que comparar la cifra con la del mismo mes pero en 2019, y no con la de cualquier otro mes. Cabe mencionar que la CEPAL considera la tasa de desempleo como una serie claramente estacional.
Para poder hacer la comparación entre meses del mismo año sería necesario tomar la cifra desestacionalizada, es decir, la cifra en la que son eliminados los efectos estacionales que comprende la medición. La cual es generalmente revelada por la entidad encargada de medir la desocupación en cada país y permite una comparación con periodos previos.
Al tener en cuenta esta precisión, lo indicado no sería comparar la tasa de desempleo de Colombia de julio con la de diciembre, como lo hizo Junguito en su columna y de la que concluyó que el incremento en la tasa de desempleo era el resultado de la política de aislamiento social para combatir la pandemia, y en caso de hacerse, debería ser con la cifra desestacionalizada, la cual no es usada por The Economist en sus indicadores.
Por esta razón consideramos que la declaración del congresista Rodrigo Lara es Cuestionable con la cifras registradas por la fuente a la que cita. Primero porque la fuente no contempla en su listado a todos los países, segundo porque no es posible comparar tasas de desempleo con diferente metodología y periodicidad, tercero porque simplemente recoge los datos oficiales estacionalizados, al menos en el caso de Colombia, y los pone en una misma tabla que permite ver la transformación de la cifra en cada país, pero no compararlos entre sí.
Luego de llegar a esta conclusión, tratamos de chequear la afirmación hecha por Rodrigo Lara con cifras recopiladas por entidades como el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, o la Organización Internacional del Trabajo, OIT, pero no fue posible porque las cifras, aunque armonizadas, trabajan año a año y el 2020 aún no ha terminado.
*Conceptos tomados del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) .