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Cuestionable
El mismo día en que se conoció la postulación pública del presidente Gustavo Petro para el Premio Nobel de la Paz, el senador del Centro Democrático Carlos Meisel realizó una publicación en la que ataca a Rasmus Hansson, el biólogo, activista y parlamentario noruego que sugirió al mandatario como candidato al galardón.
“Este es el parlamentario Hansson, quien postuló a nuestro Presidente al Nobel de Paz. Dentro de sus actos pacifistas, se destaca haber intentado destruir una hidroeléctrica en su país razón por la cual fue llevado a prisión. Como quien dice, todo un ‘gestor de paz’ Europeo”, dijo en su cuenta de X (Twitter).
La publicación tiene, a día de hoy, más de 30.000 reproducciones en X y capturas de la misma han sido compartidas en otras cuentas, como la de @AdamSmithFree, quien calificó a Hansson de “terrorista noruego”. También han llegado a Facebook.
En Colombiacheck revisamos documentación sobre el hecho y encontramos que, si bien el parlamentario realmente estuvo preso durante un mes en su juventud, esto no tuvo que ver con un intento de “destruir una hidroeléctrica”, como afirma el senador, por lo cual su afirmación es cuestionable.
Tras revisar numerosos artículos de la prensa europea, hallados con las palabras clave “Rasmus Hansson” y “Jail” (cárcel) o “prison” (prisión), encontramos versiones consistentes de académicos y reporteros en distintos años acerca del apresamiento del líder político a principios de la década de los 80.
Una de estas versiones es el artículo “Moi norwescy nauczyciele” (“Mis maestros noruegos”) escrito por el profesor del Instituto de Oceanología de la Academia Polaca de Ciencias (IO PAN) Jan Marcin Węsławski en la revista Dzikie Życie (Vida Salvaje) de marzo de 2021.
“Rasmus Hansson, [...] activista estudiantil, involucrado en la extraordinaria defensa del río Alta contra su desarrollo (en 1981), cuando cientos de jóvenes durante el invierno ártico, a temperaturas de menos 20°C, se encadenaron a las máquinas para detener la construcción. Rasmus, como uno de los organizadores, fue arrestado y pasó 31 días en prisión en Oslo, lo cual después le sirvió en su CV, cuando se convirtió en uno de los diputados al parlamento noruego por el Partido Verde. En el camino, logró ser el jefe del WWF noruego, trabajar activamente en la investigación y protección de la fauna ártica”.
Estos últimos aspectos de la trayectoria de Hansson se recogen en otros perfiles que pueden encontrarse acerca de él.
Las protestas sobre el río Alta, ubicado en la provincia de Finngar, se sostuvieron entre 1970 y 1982, como se explica en el Atlas de Justicia Ambiental. En contexto, se respondió con manifestaciones a la intención del gobierno central de Noruega de construir una planta de energía eléctrica sobre el cuerpo de agua, en una operación que inicialmente, en planos de 1968, afectaría territorios habitados por los indígenas Sami.
Se proyectaba la construcción de una represa de 110 metros de altura que inundaría la aldea Masi, de nativos Sami. Tras las protestas masivas, los planes de la hidroeléctrica se modificaron a lo largo de la década de los 70, hasta conseguir una propuesta que no afectara a la comunidad indígena. Aunque finalmente la construcción se llevó a cabo, el activismo en contra del proyecto derivó en la ratificación del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sobre pueblos indígenas y tribales, por parte de Noruega.
Este contexto es crucial, porque para el momento de la detención de Hansson, no existía la hidroeléctrica que, según Meisel, el activista noruego intentó “destruir”.
Como se lee en la reconstrucción histórica que realizó Nils Roar Sælthun, profesor del Departamento de Geociencias de la Universidad de Oslo, en “The Alta hydropower development scheme” (El plan de desarrollo hidroeléctrico de Alta) las protestas de 1981 buscaban detener la construcción de una vía de acceso necesaria para las obras de la hidroeléctrica, que aún no iniciaban (Pág. 137). En ese mismo fragmento se encuentra una mención sobre los activistas arrestados:
“Nuevas protestas llevaron a que 900 activistas (unos 30 locales) fueran detenidos y multados. Algunos recibieron condenas cortas. Hubo nuevos retrasos en la construcción de la carretera hasta el otoño de 1981, cuando se reanudó”.
Hansson se ha reconocido a sí mismo como parte de estos detenidos en numerosas entrevistas que le han hecho desde su llegada al parlamento en 2013, donde incluso se ha explicado que muchos de los arrestados prefirieron ir presos antes que pagar una multa de 10.000 coronas noruegas. Se pueden encontrar alusiones al episodio en medios de ese país como Vårt Land (junio 2015) y otros:
Así pues, calificamos como cuestionable el señalamiento realizado al parlamentario noruego Rasmus Hansson por el senador colombiano Carlos Meisel, en tanto no es cierto que el activista intentó “destruir hidroeléctrica”, dado que tal construcción no existía al momento de su detención en 1981. Hecho que él reconoce públicamente y que se enmarcó en los actos de desobediencia civil del llamado ‘conflicto de Alta’.