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Cuestionable
Luis Alfonso Plazas Vega, coronel retirado del Ejército, conocido por liderar la retoma del Palacio de Justicia, y ahora candidato al Senado por el Centro Democrático, criticó en su cuenta de Twitter los resultados de la política de erradicación de cultivos de coca en el país. Según el candidato, en febrero de 2017 el Gobierno fijó la meta de erradicar 100 mil hectáreas de coca, pero no lo logró, por lo que ampliaron el plazo hasta mayo, pero a la fecha del trino (8 de febrero de 2018) solo habían erradicado 16 mil hectáreas.
#PlazasVegaSenadorCD48 En febrero de 2017 el Gbno de @JuanManSantos prometía erradicar 100 mil hectáreas de coca. La realidad es que no lograron la meta a diciembre y lo ampliaron a mayo. A la fecha solo han erradicado 16 mil hectáreas. Vamos a #DefenderLaDemocracia pic.twitter.com/IZi63HqMbd
— Cnel Plazas Vega #48 (@LAPlazasVega) 8 de febrero de 2018
Después de consultar varias fuentes oficiales y un estudio sobre la sustitución de cultivos ilícitos en el país, Colombiacheck califica la afirmación como engañosa porque, aunque la cifra de la meta es cierta, esta se refiere a dos estrategias: erradicación y sustitución, de las cuales la primera superó su objetivo -totalmente contrario a lo que dice el candidato- y la otra sí es la que ha tenido problemas para su ejecución.
Plazas Vega adjunta en el trino un video en el que el Alto Consejero para el Posconflicto, Rafael Pardo, informa que la meta del Gobierno para 2017 es “afectar y sustituir 100 mil hectáreas de cultivo de coca, de las cuales 50 mil en procesos de sustitución voluntaria y 50 mil en procesos de erradicación forzada”. Esa es la primera precisión que hay que hacer, pues quien lea el trino, pero no vea el video, puede creer que el objetivo era erradicar las 100 mil hectáreas, cuando el plan incluía también sustitución. Los medios, registraron el anuncio de la meta del Gobierno en enero de 2017.
Por un lado, en lo que tiene que ver con erradicación, un informe del Ministerio de Defensa indica que en 2017 erradicaron manualmente 52.001 hectáreas y que en enero de 2018 el conteo iba en 1.615, lo que da un total de 53.616. Es decir, se han erradicado 37.616 más hectáreas de las que dice Plazas Vega. Además, superaron las 50 mil prometidas, por lo que sobrepasaron la meta en erradicación. ¿Pero cuántas se han sustituido?
El director de Sustitución de Cultivos Ilícitos de la Alta Consejería para el Posconflicto, Eduardo Díaz Uribe, aseguró el pasado 22 de febrero en una columna en El Tiempo que la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) ha certificado la sustitución de 16.754 hectáreas de coca.
Una cifra menor cita el informe ¿En qué va la sustitución de cultivos ilícitos. Balance del 2017 y lo que viene en 2018, de la Fundación Ideas para la Paz, FIP. “Con la información disponible no es posible determinar cuántas hectáreas fueron erradicadas voluntariamente durante ese año. Si bien las familias reportaron casi 40.000 hectáreas que se encontrarían en proceso de sustitución, hasta diciembre de 2017 Unodc había verificado un poco más de 15.000 (la tercera parte de la meta anual establecida)”.
En cuanto al plazo para alcanzar la meta de sustitución, El Espectador informó en septiembre de 2017 que, según el Alto Consejero para el Posconflicto, este se cumpliría a finales de 2017 o inicios de 2018. Sin embargo, Díaz Uribe le dijo a Colombiacheck que la fecha límite es mayo de este año, pues, aunque ambas estrategias fueron anunciadas en febrero, la de sustitución tuvo una primera etapa de conversación con las comunidades y, como tal, inició tres meses después, en mayo de 2017. De todos modos, a tres meses de la nueva meta, Naciones Unidas sólo da cuenta de que se ha alcanzado un 33%.
Además, contactamos a un asesor y al equipo de prensa de Plazas Vega para saber en qué fuente se basó para asegurar lo de la ampliación del plazo y la mencionada cifra de erradicación, pero no hemos recibido respuesta. En resumen, la frase del candidato usa cifras cercanas a la realidad, pero las pone en el contexto equivocado:
El director del programa de sustitución resaltó que la sustitución depende del involucramiento de las familias cultivadoras y explicó que Naciones Unidas verifica si esta se está realizando, proceso que está rezagado por motivos de seguridad: “de 17 misiones que se hicieron entre enero y febrero 12 fueron bloqueadas”, informó.
Díaz Uribe indicó que los principales problemas a los que se han enfrentado para lograr que los cultivadores de coca sustituyan sus sembrados por productos lícitos es la desconfianza en las instituciones. También los intereses de quienes no quieren que esos cultivos desaparezcan, que han derivado en problemas de seguridad como asesinatos de líderes y bloqueos de las actividades de sustitución y de verificación de las Naciones Unidas.
El informe de la FIP aclara que a un año de la implementación del Acuerdo Final y la puesta en marcha del Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (PNIS) es apresurado sacar conclusiones sobre su éxito o su fracaso.
“La sustitución requiere de recursos y tiempo. Se trata, nada más y nada menos, que de generar condiciones para que comunidades afectadas por la guerra y dependientes de esta economía ilegal sean incluidas social y productivamente. En otras palabras, que el Estado llegue y permanezca en territorios donde su presencia ha sido intermitente”, dice el informe.
El documento da cuenta de los avances, pero también de las dificultades del proceso de sustitución:
-El aumento en las tasas de homicidios y los altos niveles de violencia en las zonas donde se desarrolla la sustitución de cultivos.
-La respuesta del Estado se ha enfocado en incrementar el pie de fuerza, con la creación de centros estratégicos, sin contar con un verdadero modelo de seguridad rural.
-La asistencia técnica y los proyectos de ciclo corto no han llegado a las regiones. “Actualmente, hay miles de familias recibiendo un subsidio mensual sin ningún tipo de orientación o asistencia técnica”.
-La inversión en bienes públicos es claramente insuficiente.
Díaz Uribe explicó que el Ministerio de Defensa, encargado de la erradicación, ayuda en el proceso de sustitución brindando seguridad y ayudando en la sustitución cuando la comunidad lo solicita, en un trabajo conjunto que han denominado “sustitución asistida” o “sustituir con seguridad”. La diferencia entre ambas estrategias radica en que para las sustitución el punto de partida son las familias, mientras que para la erradicación son las matas”, precisó.