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Cuestionable
A raíz de una publicación del músico Elkin Robinson en Instagram el pasado 17 de noviembre, en redes sociales se ha comentado sobre la falta de infraestructura de salud en Providencia con base en una comparación entre la actual emergencia por el reciente paso del huracán Iota y la que se vivió cuando la misma isla fue golpeada por el Beta, en 2005 (aunque el artista dijo que había sido en 2004).
Varios mensajes en redes sociales han señalado que el municipio del Archipiélago de San Andrés no tenía hospital en ese entonces y que tampoco se construyó uno en los 16 años siguientes. En una búsqueda avanzada de Twitter, aparecen múltiples quejas sobre esta situación (1, 2, 3 y 4).
Colombiacheck verificó la historia completa y encontró que es cuestionable porque mezcla datos correctos con otros que no lo son. El principal error es afirmar que la isla no tenía hospital entonces ni lo tiene ahora y que no se han construido albergues. Sin embargo, es cierto que la situación financiera del sistema de salud aún afecta la calidad de la atención en el municipio pese a que ha tenido mejoras.
El artista providenciano escribió: “2004: huracán Beta categoría 1 hace destrozos de un 40 por ciento de la isla. No hay albergues, no hay hospital, en una isla de 17 kilómetros cuadrados”. En unos datos acierta y en otros no.
La fecha del huracán Beta es errónea. Como registró el estudio descriptivo del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas (CIOH) de la Dirección General Marítima (Dimar) sobre ese fenómeno meteorológico, su paso por el municipio fue el 28 de octubre de 2005 y por espacio de doce horas. No obstante, el documento confirma que era de categoría 1.
El Boletín Meteomarino del Caribe colombiano No. 123, publicado en octubre de 2005, también documentó lo siguiente:
El huracán Beta afectó directamente al archipiélago de San Andrés y Providencia. San Andrés fue afectado con incremento moderado en la velocidad de los vientos, incremento en la nubosidad y precipitaciones moderadas, sin embargo las Islas de Providencia y San Catalina fueron afectadas fuertemente con vientos promedios de 50 nudos y olas de 5 a 6 metros, dejando varios heridos y cuantiosos daños materiales, además de generar fuertes lluvias aproximadamente durante 36 horas, pero gracias a la topografía montañosa de las islas no se presentaron grandes inundaciones.
El diario El Tiempo, por su parte, reportó daños en el 40 por ciento de las casas de la isla (no de la infraestructura en general) de acuerdo con un informe de la Alcaldía. Así que la cifra coincide con la de Robinson pero su interpretación no es exacta. Sin embargo, también hubo otras afectaciones, como la antena de Telecom que se cayó por los fuertes vientos.
El estudio del CIOH también menciona que el mayor impacto del huracán fue durante la noche y dice que esto fue “decisivo” para prevenir muertes por la emergencia porque los habitantes “se encontraban en sus albergues”. Es decir que sí había sitios destinados con ese fin de forma temporal, como también lo informó la prensa en su momento. Los medios también han informado de la existencia de albergues en la actualidad, algunos construidos precisamente a raíz de Beta.
Pero el error más notorio en el texto de Robinson es con respecto a la supuesta inexistencia del hospital. Como se detalla enseguida, sí había en ese entonces y todavía existe. Lo que pasa es que su situación no es la ideal para atender eventos como estos.
“Seguimos sin albergues, sin hospital”, se quejaba el cantautor isleño en la publicación. Sin embargo, el hospital de la isla existe hace, por lo menos, casi tres décadas. Heyder Avendaño, coordinador médico de la institución y exsecretario departamental de Salud, le confirmó a Colombiacheck que ya estaba en funcionamiento cuando él empezó a trabajar en el archipiélago, en 1995.
Hay otros datos históricos que confirman esta información sobre el Hospital Local de Providencia, encontramos en 1992 un documento del Consejo Nacional de Política Económica y Social (CONPES) el cual explicaba respecto a la infraestructura física en salud en la Isla de San Andrés y Providencia, que estaba compuesta por un Hospital Regional en San Andrés y uno local en Providencia, 3 centros y 2 puestos de salud para esa fecha.
En 2018 se veía así:
The #Providencia hospital when I was there in 2018 -- now reported to be completely destroyed. pic.twitter.com/IvPF9BZpUt
— RoberToPics🏛 📷💻✈️🤿🌈🌊🌎 (@RoberToPics) November 18, 2020
Incluso en mayo de 2005, siete meses antes de Beta, Presidencia publicó un comunicado sobre una donación de 400 millones de pesos en equipos para esa institución. El documento describió así el edificio:
El hospital de Providencia tiene un área de construcción de 950 metros cuadrados en 2 pisos. El primer piso está asignado a los servicios de urgencias con un consultorio médico, unidad de yesos y curaciones, unidad de procedimientos menores y la unidad de rayos X, el servicio de consulta externa, laboratorio clínico, consultorio de control y crecimiento y el servicio de morgue y autopsias. En la parte posterior del segundo piso se tienen 5 habitaciones para hospitalización, siendo una de ellas para pediatría, con áreas de aproximadamente 13 metros cuadrados.
Los planes de desarrollo de las alcaldías de Providencia desde el 2012 hacen referencia al funcionamiento de la Red en Salud en la isla. El de 2012-2015, especifica respecto a los servicios de salud:
La oferta de los servicios de salud pública en el Municipio está habilitado para un solo prestador, la IPS estatal Hospital Local de Providencia ESE, administrado por la Secretaría Departamental de Salud. Esta institución de nivel I de carácter ambulatorio y hospitalario y en servicios de emergencias de baja complejidad. Se encuentra concesionado a la entidad privada Misión Vital. Por otra parte, la infraestructura de servicios, en transporte se cuenta con una ambulancia y doce camas disponibles. Los restantes niveles de complejidad son prestados por el Departamento a través del Hospital Departamental de San Andrés; institución hospitalaria de carácter privado de nivel II completo y con algunos servicios de nivel III.
“La Secretaría de Salud, tiene una red Hospitalaria de III y IV nivel contratada en otras ciudades como hospitales de referencias para complementar los servicios de los niveles de atención mencionados”, aclaraban en el Plan de Desarrollo.
En la misma línea lo señalaba el Plan de Desarrollo, del alcalde Bent Williams, del período 2016-2019 : “El municipio en la actualidad no se encuentra certificado razón por la cual la salud es manejada por la administración Departamental. Se cuenta con un solo hospital de primer nivel concesionado a la EPS Universitaria de Antioquia, los niveles 2 y 3 se atienden por remisión o mediante la llegada de especialista en programas de brigadas. La contratación del aseguramiento está a cargo del Municipio”.
Además señalaba: “Con relación a la oferta de los servicios de salud en el Municipio está habilitado para un solo prestador, la IPS estatal Hospital Local de Providencia ESE, administrado por el Departamento, quien contrata a la IPS Universitaria de Antioquia como su operador para su manejo”. Y explica respecto a los servicios allí ofrecidos: “Esta institución es de nivel 1, de carácter ambulatorio y hospitalario y en servicios de emergencias de baja complejidad. La infraestructura de servicios cuenta con diez camas, cámara hiperbárica y una ambulancia. Los restantes niveles de complejidad son prestados por el Departamento a través del Hospital Amor de Patria; el cual se encuentra en nivel II completo y con algunos servicios de nivel III.”
Un hospital de primer nivel en Colombia corresponde a un hospital local donde se brinda una atención básica; cuenta con médicos generales para la atención de consultas, personal auxiliar y otros profesionales en salud, además prestan servicio de odontología general y ejecutan actividades de atención primaria en salud, como señala el Ministerio de Salud en su política de atención integral en Salud.
A pesar de sí contar con un hospital local, Providencia y Santa Catalina, así como San Andrés, han presentado crisis sanitarias a lo largo de las últimas décadas lo cual ha llevado a múltiples cambios administrativos y declaraciones de crisis sanitarias. De hecho, Avendaño recuerda que ya a principios de los 2000 ya se cerraron los centros de salud y la atención para el municipio se centró en la actual sede para reducir costos.
Todas estas decisiones se toman desde el departamento, puesto que Providencia no tiene certificación para administrar su sistema de salud de forma independiente. Las diferentes especializaciones disponibles (cirugía general, urología, ortopedia, fisiatría, entre otras) atienden por jornadas según la demanda. Solo pediatría, medicina interna y ginecología llegaron a estar permanentes durante un tiempo y hasta poco antes del huracán Iota.
En 2006, al año siguiente de Beta, un informe de seguimiento por resolución de la Defensoría del Pueblo, titulado “Situación ambiental, económica y de servicios públicos de las islas de Providencia y Santa Catalina”, señalaba que aún con la construcción de un nuevo hospital en Providencia, la prestación del servicio de salud en este municipio presentaba deficiencias por la falta de personal médico calificado, elementos y dotación de medicamentos.
“Las urgencias de primer y segundo nivel se prestan en la isla de San Andrés, pero hay dificultades con el transporte y la misma atención en los centros médicos” continuaba la publicación. Avendaño cuenta que, en esa época, los retrasos en el pago de nómina podían llegar a 4 o 5 meses. La administración estaba a cargo de la Empresa Social del Estado (ESE) Timothy Brito de San Andrés, que sería liquidada poco después debido a su difícil situación financiera. Luego empezó una sucesión de intermediarios privados y públicos a los que no les fue mucho mejor.
La Superintendencia de Salud en 2011 y 2014 ya hacían énfasis en las deficiencias y necesidades del Hospital Local de Providencia, en ese entonces bajo la administración de la Unión Temporal Misión Vital. “Se presentó la crisis financiera, administrativa y asistencial lo que avocó a la contratación para la prestación de servicios de los centros asistenciales por parte de Unión Temporal a la estatal CAPRECOM”, señalaba el informe de visita y auditoría de la entidad al departamento en 2011.
La Supersalud sugería para esa fecha: “Se le recomienda al Departamento de Archipiélago de San Andrés, que los recursos asignados con destinación específica en el sector salud, deben ser apropiados y ejecutados oportunamente, para así lograr una continuidad a las acciones de salud y garantizar el servicio a los habitantes del Departamento”. Además, daba recomendaciones a la Secretaría de Salud para lograr mayor vigilancia y cumplimiento de las funciones y objetivos de la red de atención de las islas.
En agosto de 2012, medios nacionales anunciaban que la IPS Universitaria de Antioquia recibía el Hospital Amor de Patria y el Hospital de Providencia y Santa Catalina de parte de la Gobernación de San Andrés, para ser administrados. El compromiso era propender por el mejoramiento de la prestación de servicios de salud para los habitantes de las islas.
Cinco años después, la prensa local aún reportaba problemas en falta de insumos y medicamentos para trabajar y demora en el pago de los salarios en el personal administrativo y asistencial. En ese contexto, se estableció la nueva unión temporal entre las IPS Universitaria y Sermedic que hoy maneja la salud en el archipiélago.
En abril de 2018, el Tribunal Contencioso y Administrativo de San Andrés y Providencia, según se reportaba en medios, acreditaba que las condiciones de prestación del servicio de salud en el hospital local de Providencia eran precarias e insuficientes. A los problemas de infraestructura se sumaban la falta de insumos sanitarios y, en ocasiones, los pagos impuntuales a su personal médico. Para esa fecha la crisis tocaba fondo.
En el 2019, los indicadores de salud en San Andrés habían mejorado, según reportaba el Ministerio de Salud, pero su funcionamiento seguía en medio de múltiples obstáculos.
Avendaño confirma que todavía “hay momentos difíciles aunque no se ha llegado a esos extremos” (la situación que había en 2005). Por ejemplo, dice que ya no hay retrasos en planta como los de esa época, pero sí en el pago a especialistas contratados por prestación de servicios y a proveedores.
En el 2020, debido a la pandemia desatada por el nuevo coronavirus, en septiembre la Procuraduría General de la Nación alertaba nuevamente sobre la necesidad de intervención inmediata debido a la crisis sanitaria en San Andrés, Providencia y Santa Catalina, por el aumento significativo de casos de COVID19, de dengue y por las deficiencias en los servicios de UCI.
El Tribunal Contencioso Administrativo decretaba el 28 de septiembre de 2020 medida cautelar y ordenaba al Departamento del Archipiélago, a la IPS Universitaria de Antioquia y Sermedic IPS S.A.S, desplegar en un plazo de 15 días, en el Hospital Local de Providencia mejoras puntuales. Posteriormente se reportaron sanciones para el gobernador de San Andrés y las directivas de tales entes en salud por desacato.
Sumado a esos problemas de larga data y a la pandemia, apareció la nueva temporada de huracanes y tormentas tropicales. “Gracias a Dios, nosotros estábamos preparados dentro de nuestras limitantes”, afirma el exsecretario.
El médico recuerda que se le habían hecho “repotenciaciones” al edificio que, no obstante, fueron insuficientes ante el fenómeno meteorológico más fuerte en golpear la isla desde que hay registros históricos. También señala que el personal disponible en Providencia adecuó otros espacios para atender la emergencia de inmediato, a pesar de que reconoce que sería mejor contar con más ortopedistas, cirujanos y médicos generales para atender traumas y lesiones.
El pasado 9 de noviembre, el presidente Ivan Duque se trasladó a la isla de San Andrés para evaluar junto con las autoridades locales y la ministra del Interior, Alicia Arango, las secuelas que les dejó el coletazo del huracán Eta. Hicieron un balance y confirmaron la construcción de un hospital de segundo nivel en Providencia. Desde Presidencia anunciaron 118 acciones, por 139.000 millones de pesos, para superar dicha emergencia.
Pero el tiempo fue corto para ver los efectos de tales acciones e inversiones. De todas formas, Duque ya había ido al archipiélago en su primer día de gobierno con promesas para resolver la crisis que no se materializaron en dos años, como contó La Silla Vacía.
Luego el huracán Iota, que alcanzó la categoría 5, golpeó sin piedad a Providencia el pasado 16 de noviembre. Al día siguiente, además de los múltiples daños en toda la isla, se supo que el hospital había quedado prácticamente inservible, lo cual se difundió rápidamente en medios nacionales (1, 2, 3 y 4).
La Procuraduría General, frente a esta crítica situación en la que quedó la isla, el 20 de noviembre aseguraba el inicio del seguimiento al plan de reconstrucción de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. “El seguimiento también se extenderá a que se garantice el derecho a la salud, no solo con la cobertura del servicio para los habitantes del archipiélago y la dotación permanente de medicamentos de primera necesidad, sino con la vigilancia en la construcción y dotación del hospital de segundo nivel de Providencia, la renovación de los equipos y mobiliario del Hospital Clarence Lynd Newball Memorial del de San Andrés y la puesta en funcionamiento de centros de salud para atender a cerca de 79.000 ciudadanos”, señalaban desde el ente de control.
Así mismo, enfatizaban que insistirían en las islas se construyan refugios que garanticen albergue a los ciudadanos ante alertas por fenómenos climáticos como huracanes y/o tsunamis. Y solicitarían que las nuevas construcciones además cumplieran con las normas de sismoresistencia.
El 22 de noviembre desde las redes sociales (1, 2) del presidente de la República, Ivan Duque, se informaba que en Providencia se instalaba un Hospital de Campaña para suplir las necesidades en salud. Carlos Umaña García, director Seccional de la Defensa Civil del Magdalena, informaba al respecto: “se trata de una unidad de apoyo y respuesta rápida médica, es una unidad que consta de unas carpas de atención médica básica incluyendo una carpa para atención a los pacientes con COVID19.”
Providencia quedará entonces a la espera de la restauración de los daños ocasionados por Iota y al cumplimiento de las promesas hechas por las diferentes autoridades locales y nacionales. Mientras tanto, la demanda de atención aumenta por factores como la incidencia de enfermedades crónicas, el crecimiento de la población sobre todo por llegada de habitantes desde el continente y las deficiencias en prevención, explica Avendaño, pero no lo suficiente para cubrir los costos de operación sin recursos adicionales como subsidios a la oferta.
Por lo tanto, el mensaje publicado y viralizado por Elkin Robinson, en su intento por hacer una llamada de atención a la situación que se vive en Providencia, mezcló datos reales con algunas imprecisiones y errores, lo que nos llevó a calificarlo como cuestionable.