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Miércoles, 29 Noviembre 2023

Esto es lo que dice la ciencia - y lo que no dice - sobre los riesgos de vapear

Por María Pérez / The Examination

A propósito de las recientes discusiones entre congresistas, miembros de la comunidad científica, organizaciones y voceros pro-vapeo publicamos este explicador sobre los riesgos de ‘vapear’, a la luz de la evidencia científica.

El vapeo ha tomado vigencia recientemente tras las intervenciones de congresistas y las publicaciones de un estudio realizado en Colombia sobre  este tema. Es que en el Congreso de la República se discute el Proyecto de Ley 128 de 2022, con el cual se busca la regulación de los productos de tabaco, sus derivados y sucedáneos, como los cigarrillos electrónicos.

La congresista por el Pacto Histórico, María Fernanda Carrascal, quien es coautora y ponente de la iniciativa legislativa –hasta ahora aprobada en segundo debate– ha argumentado en sus intervenciones que con la regulación de estos dispositivos ‘se protege a los menores de edad’ pero también ‘se protegerían los derechos de los consumidores adultos’ desde una mirada no prohibicionista y contemplando un enfoque de ‘reducción de daño del tabaco’. 

Por su parte, la Asociación de Vapeadores de Colombia (Asovape)  publicó recientemente un video de una intervención de la congresista Carrascal, quien señaló en ese momento que ‘sería antitécnico y grave equiparar a los dispositivos electrónicos de administración de nicotina con tabaco’, lo que generó críticas por parte de miembros de la academia, como el profesor e investigador en la Universidad John Hopkins, Andrés Vecino, quien aseveró en respuesta al trino de la asociación que “la representante está sirviendo a los propósitos de las tabacaleras”. 

En defensa a la postura de Carrascal, la congresista María del Mar Pizarro, también del Pacto Histórico dijo que prohibir estos dispositivos “sería hacerle un favor a los contrabandistas que comercializan productos de dudosa calidad a cualquier persona, incluído a los jóvenes”.

La discusión se dio en el marco de un polémico estudio liderado por investigadores de la Universidad Industrial de Santander (UIS) en el que se analizaron los datos de enfermedades relacionadas con el vapeo, y concluyó que en Colombia habrían muerto 59 personas en dos años, debido al uso de cigarrillos electrónicos.

Los hallazgos, que fueron replicados masivamente por varios medios de comunicación  (1, 2, 3, 4), generaron múltiples mensajes de oposición y rechazo por cuenta de organizaciones que defienden estos dispositivos como ‘método de reducción de daño del tabaco’, como la organización Échele cabeza de Acción, Técnica Social, Asovape y la Asociación de Empresas de Productos Alternativos Libres de Combustión (AlterPro), mientras que otras organizaciones, como la Sociedad Colombiana de Pediatría y la Asociación Colombiana de Neumología Pediátrica señalaron ratificaron su postura en contra de una regulación permisiva para los cigarrillos electrónicos.

Así las cosas, Colombiacheck publica este explicador realizado por nuestros colegas del medio The Examination, en el que cuentan cómo funcionan los cigarrillos electrónicos, qué sustancias inhalan los usuarios, cómo afectan estos productos al cuerpo, y si estos dispositivos se consideran o no métodos para dejar de fumar, entre otros cuestionamientos sobre el tema.

Con el vapeo en aumento en todo el mundo, los investigadores buscan comprender cómo afecta al cuerpo humano. Presentados como una forma de inhalar nicotina con menos de las toxinas dañinas presentes en el humo del cigarrillo, los vapeadores o cigarrillos electrónicos se perciben a menudo como menos riesgosos que el tabaco tradicional y se consideran una herramienta para ayudar a los fumadores a dejar de fumar. ¿Son científicamente sólidas esas afirmaciones?

Hay mucho en juego. La nicotina es uno de los compuestos más adictivos del planeta. Los cigarrillos electrónicos están siendo promovidos por la misma industria tabacalera que durante décadas ocultó los peligros de fumar, que ahora se estima que mata a más de 7 millones de fumadores cada año en el mundo. Consumidores, profesionales de la salud, reguladores y votantes confían en obtener información precisa sobre los verdaderos riesgos de los cigarrillos electrónicos para tomar decisiones informadas.

Algunas respuestas son simples e inequívocas. Los expertos están de acuerdo en que las personas que no fuman no deberían comenzar a vapear. También están de acuerdo en que los fumadores estarían mejor dejando de fumar en lugar de cambiar de los cigarrillos a los vapeadores. Pero hay poca certeza sobre otras preguntas importantes acerca de los cigarrillos electrónicos, incluyendo los impactos a largo plazo en la salud y qué tan efectivos podrían ser para ayudar a los fumadores a dejar los cigarrillos convencionales.

Los científicos aún no tienen muchas conclusiones definitivas, en parte porque los cigarrillos electrónicos, o vapeadores, son relativamente nuevos y la vasta gama de productos está hecha de diferentes ingredientes y materiales. Las enfermedades que podrían estar asociadas con su uso podrían tardar décadas en desarrollarse.

No es de extrañar que estés confundido.

Entonces, ¿cómo abordó The Examination estas preguntas sobre el vapeo?

Nos propusimos ver qué dicen - exactamente - los estudios científicos sobre estas preguntas.

Soy una periodista de investigación con experiencia y tengo un título en derecho.  Aún así, a veces, encontré abrumadora la búsqueda de respuestas, como navegar por un desierto con solo una parte de un mapa. Busca "cigarrillos electrónicos" y otros términos relacionados en el sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, y obtendrás más de 11,500 resultados de artículos científicos.

Muchos estudios son financiados por agencias gubernamentales de salud e instituciones de investigación, o por organizaciones sin fines de lucro. Algunas revistas científicas publican investigaciones financiadas por la industria tabacalera cuando consideran que vale la pena, mientras que otras, como la American Journal of Public Health, no lo hacen, habiendo concluído que los esfuerzos de la industria tabacalera durante mucho tiempo para distorsionar la ciencia muestran que no se puede confiar en las empresas. La ciencia avanza de a pocos. No es raro que los artículos académicos lleven a conclusiones diferentes o contradictorias, y rara vez un solo estudio proporciona una respuesta definitiva.

Después de meses entrevistando a expertos y leyendo estudios y revisiones (que no son lo mismo), llegué a un punto en el que al menos puedo describir el mapa, incluso si quedan lagunas. (Por cierto, las revisiones son básicamente resúmenes de la investigación producida sobre un tema que a menudo evalúan qué tan concluyente es el cuerpo de evidencia).

Principalmente, basándome en trabajos financiados con fondos públicos y publicados desde 2020, esto es lo que encontré.

¿Cómo funcionan los cigarrillos electrónicos?

Ilustración: Rocco Fazzari/The Examination

Los cigarrillos electrónicos o vapeadores son dispositivos operados con batería que calientan líquidos que generalmente contienen nicotina, saborizantes y otros productos químicos. A medida que los líquidos se calientan, se transforman en aerosoles, - o se "vaporizan", por eso el término “vapear” - que luego se inhalan.

Las cantidades de los productos químicos en el aerosol - algunos de los cuales se forman cuando los líquidos se calientan - pueden variar según el e-líquido, la potencia y otras características del dispositivo utilizado. Los metales presentes en las partes del cigarrillo electrónico también pueden transferirse a los aerosoles que inhalan los usuarios.

Los cigarrillos electrónicos han evolucionado mucho desde que llegaron al mercado a mediados de la década de 2000s, inventados por el farmacéutico chino Hon Lik. Hon dijo en solicitudes de patente que el dispositivo serviría como un sustituto para dejar de fumar.

Los vapeadores actuales suelen ser mucho más efectivos para administrar nicotina que sus predecesores, lo que podría ayudar a algunos fumadores que intentan cambiar a los cigarrillos electrónicos, pero también pone a los no fumadores - tanto adolescentes como adultos - en mayor riesgo de desarrollar adicción a la nicotina.

Por ejemplo, el uso de sales de nicotina - creadas al agregar ácidos a una forma de nicotina llamada base libre - permite a los fabricantes aumentar las concentraciones de nicotina porque hace que inhalar la nicotina sea menos irritante para la garganta.

Pero otras innovaciones pueden también afectar la entrega de nicotina. Investigadores encontraron que las cápsulas de la marca JUUL vendidas en Europa - donde las regulaciones limitan las concentraciones de nicotina en los e-líquidos - tenían un diseño diferente al de las cápsulas de EE. UU. Las versiones modificadas entregaban más vapor y una cantidad de nicotina por calada cercana a los productos estadounidenses, incluso si la concentración de nicotina en el e-líquido era mucho más baja.

Los cigarrillos electrónicos desechables suelen costar entre $5 y $20 en Estados Unidos y duran de 600 a más de 7,000 caladas/inhalaciones. Los vapeadores reutilizables pueden variar desde $10 hasta más de $100.

¿Qué sustancias químicas inhalan los usuarios de un vapeador?

Respuesta corta: ¿Quieres saber toda la lista? Los científicos también.

Hay miles de e-líquidos en el mercado, con variedad de composiciones químicas.

Los principales componentes de los líquidos para vapear son solventes como el propilenglicol o el glicerol. Ambos son irritantes de las vías respiratorias y son considerados generalmente seguros por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos para su ingestión - pero no se han clasificado como seguros para su inhalación.

Muchos líquidos contienen también nicotina y aromatizantes. Una sola recarga del líquido puede tener docenas de aditivos de sabor, y los estudios han identificado miles de sabores de e-líquidos en el mercado.

Si bien generalmente muchos aromatizantes se consideran seguros para ingerir, al igual que los solventes base, no hay evidencia de que sean seguros para inhalar. Uno de los aditivos preocupantes que se ha detectado en algunos líquidos es el diacetil, un potenciador del sabor que se ha relacionado con daño pulmonar cuando se inhala.

Los investigadores han identificado también partículas de metales como cromo, plomo o níquel, que a menudo provienen del dispositivo, así como contaminantes como arsénico en los aerosoles de cigarrillos electrónicos.

Luego están los productos químicos formados cuando los líquidos se calientan. Uno de ellos es el formaldehído, que, en ciertos niveles, puede afectar los pulmones y también está clasificado como un carcinógeno humano por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer. El compuesto se crea cuando se calientan glicerol y saborizantes

Otros productos químicos preocupantes en los aerosoles incluyen nitrosaminas específicas del tabaco, que son carcinógenas, y partículas ultrafinas que penetran profundamente en el pulmón, así como otros compuestos orgánicos volátiles como el benceno, también un carcinógeno.

Hay pocos datos sobre los daños que los productos químicos potencialmente tóxicos podrían causar en las dosis encontradas en los aerosoles de vapeo.

El perfil toxicológico de la mayoría de los ingredientes de los líquidos y los componentes de los aerosoles no ha sido completamente investigado, según un informe de 2021 de un comité científico de la Unión Europea.

Investigadores de la Universidad Johns Hopkins analizaron los aerosoles de cuatro marcas de cigarrillos electrónicos y encontraron cientos de productos químicos que no pudieron identificar.

¿Cómo afectan los productos químicos de los vapeadores a nuestro cuerpo?

Respuesta corta: los científicos no saben mucho, pero han levantado banderas rojas.

Experimentos en años recientes han demostrado que los aerosoles de los líquidos son tóxicos para las células cultivadas en laboratorios y dañan el ADN. Otros estudios sugieren que dañan los sistemas respiratorio y cardiovascular en ratones. Pero esos resultados no necesariamente significan que los humanos sufrirán los mismos efectos.

Los investigadores detectaron efectos cardiovasculares a corto plazo en humanos después del uso de cigarrillos electrónicos de nicotina, como aumento de la frecuencia cardíaca y rigidez arterial. Pero no pudieron concluir si el vapeo causará enfermedades cardiovasculares a largo plazo.

Múltiples estudios encontraron que la orina y la saliva de las personas que vapean contenían ciertos carcinógenos en niveles más altos que las muestras de personas que no vapean ni fuman. Los científicos dicen que se necesita más investigación en este campo. Se desconoce si el vapeo causará cáncer.

Los expertos están estudiando si el vapeo puede empeorar el asma o dañar los pulmones de otras maneras.

La nicotina, que a menudo está presente en los líquidos, es una sustancia química altamente adictiva. Una revisión sistemática concluyó que cada vez hay más evidencia que muestra que la nicotina puede afectar el desarrollo cerebral en adolescentes y está relacionada con bajo aprendizaje y control de los impulsos. Hasta marzo de 2021, se habían presentado más de 250 informes de convulsiones asociadas con cigarrillos electrónicos a la FDA, la mayoría de ellos en jóvenes o adultos jóvenes. Sin embargo, los científicos no están de acuerdo en si hay suficiente evidencia para mostrar que el vapeo de nicotina puede provocar convulsiones.

Es probable que los cigarrillos electrónicos también causen efectos en la salud menos graves, según una revisión realizada por investigadores de la Universidad Nacional de Australia. Los revisores consideraron que hay evidencia moderada de que los cigarrillos electrónicos de nicotina pueden causar dolores de cabeza, tos, irritación de garganta, mareos y náuseas.

Muchas enfermedades que podrían estar asociadas con el vapeo podrían tardar muchos años en desarrollarse.

Entonces... ¿Son los vapeadores menos dañinos que los cigarrillos regulares?

No hay consenso, pero gran parte de la investigación que pude encontrar sugiere que la respuesta probablemente es sí. No es un estándar particularmente alto - los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos llaman al tabaquismo "la principal causa de muerte evitable".

Pero la pregunta está algo viciada. Es difícil evaluar con precisión cómo se comparan los cigarrillos electrónicos porque sus ingredientes y tipos varían tanto - y no está claro cómo impactarán en el cuerpo con el tiempo. Debido a eso, algunos investigadores dicen que es demasiado pronto para saber si los cigarrillos electrónicos son más seguros que los tradicionales.

Los estudios muestran que el vapeo expone a los usuarios a menos de los productos químicos tóxicos presentes en el humo del cigarrillo, y generalmente a niveles sustancialmente más bajos.

Una excepción podría ser la exposición a algunos metales. Los análisis de orina y sangre de personas que vapean mostraron niveles similares de berilio, uranio y zinc que los de los fumadores, encontraron varios estudios.

Los beneficios para la salud que los fumadores podrían obtener al cambiar a los cigarrillos electrónicos no parecen aplicarse a los fumadores que también vapean - una proporción significativa de quienes usan cigarrillos electrónicos. Algunos estudios sugieren que los riesgos para los usuarios que fuman y vapean pueden ser mayores en comparación a los que sólo fuman.

Un informe de 2015 sobre la seguridad del vapeo encargado por la Agencia de Salud Pública de Inglaterra generó controversia. Sostenía que los cigarrillos electrónicos son aproximadamente un 95% menos dañinos que los cigarrillos convencionales. El porcentaje había aparecido en un artículo académico anterior y los autores del informe dijeron que parecía razonable. Desde entonces, la estimación ha sido frecuentemente repetida por fabricantes de cigarrillos electrónicos y grupos pro-vapeo, utilizada para abogar por regulaciones menos restrictivas para los cigarrillos electrónicos.

Sin embargo, esta estimación ha sido criticada por investigadores de salud pública -así como por un editorial en The Lancet, una de las revistas médicas más prestigiosas del mundo.

Muchos expertos en salud también están preocupados, de que después de años de disminución en las tasas de tabaquismo, los cigarrillos electrónicos puedan terminar atrayendo a muchos jóvenes en la nicotina.

El editorial de The Lancet señaló conflictos de interés en torno a la financiación del estudio original y criticó su conclusión.

"Las opiniones de un pequeño grupo de individuos sin experiencia previamente especificada en control del tabaco se basaron en una casi total ausencia de evidencia de daño", decía la editorial. Los autores del informe original defendieron la experiencia del panel que convocaron para evaluar los peligros de los productos y dijeron que los financiadores del estudio no influyeron en su evaluación.

El año pasado, tres autores del informe de 2015 reconocieron que la estimación del 95% de seguridad podría ser simplista y malinterpretada, y añadieron ciertos matices.

"Ahora podría ser más apropiado y unificador resumir nuestros hallazgos usando nuestra otra afirmación firme: que vapear representa sólo una pequeña fracción de los riesgos de fumar", dijeron en un informe actualizado coescrito con otros cinco investigadores.

¿Los cigarrillos electrónicos pueden ayudar a los fumadores a dejar de fumar?

No están aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos como herramientas para dejar de fumar. Pero con supervisión clínica, se ha observado que algunos cigarrillos electrónicos con nicotina ayudan a algunas personas.

Una revisión de 2022 de seis ensayos clínicos aleatorios realizada por la Colaboración Cochrane - una red sin fines de lucro de científicos reconocida por sus altos estándares - mostró que las personas tienen más probabilidades de dejar de fumar durante al menos seis meses usando cigarrillos electrónicos con nicotina en lugar de terapias de reemplazo de nicotina, que incluyen productos como chicles o parches de nicotina. La revisión concluyó que hay una alta certeza de que los cigarrillos electrónicos son más efectivos para dejar de fumar.

Pero otros investigadores dicen que la evidencia no es sólida.

Una revisión de 2023 financiada por agencias públicas en Australia concluyó que hay evidencia limitada de que, con apoyo clínico, los cigarrillos electrónicos de nicotina base libre son más efectivos que las terapias de reemplazo de nicotina. Los revisores concluyeron que no hay evidencia sobre la eficacia de los cigarrillos electrónicos que contienen sales de nicotina. Las sales de nicotina suelen estar presentes en algunos productos de marcas populares, como JUUL.

Los revisores australianos utilizaron criterios más estrictos, excluyendo resultados que no se habían publicado en un artículo con revisión de pares. Ellos estuvieron en desacuerdo con la evaluación de la revisión de Cochrane y concluyeron que los ensayos tenían en general un mayor riesgo de llevar a resultados sesgados o engañosos.

Una revisión de Cochrane de ensayos clínicos aleatorizados publicada en setiembre de 2023 estimó que de cada 100 fumadores, entre 10 y 19 probablemente dejarían de fumar usando un cigarrillo electrónico con nicotina, en comparación con 6 de cada 100 de aquellos que no usan cigarrillos electrónicos ni medicamentos. Los resultados también muestran que la efectividad de los cigarrillos electrónicos es probablemente similar al medicamento vareniclina.

Los estudios indicaron también que aquellos que utilizan cigarrillos electrónicos para dejar de fumar probablemente seguirán vapeando después de dejar de fumar. Globalmente, el 70% de las personas a las que se les dio un cigarrillo electrónico para ayudarles a dejar de fumar seguían vapeando después de 6 meses, según una revisión que analizó 19 estudios.

Incluso en el Reino Unido y Nueva Zelanda, donde las autoridades de salud han promovido el vapeo como una forma de dejar de fumar, ningún producto de cigarrillo electrónico ha sido aprobado como medicamento o ha sido sometido al escrutinio que normalmente se requiere para ser vendido como tal.

Otro punto de debate es cómo se comportan los resultados cuando los productos se utilizan en el mundo real sin supervisión clínica. 

Una revisión de 2021 de estudios observacionales concluyó que las personas que usaban cigarrillos electrónicos, en general, no eran más propensas a dejar de fumar.

¿El vapeo te hace más propenso a fumar? 

Tampoco hay consenso sobre esto.

Los estudios que encuestan a personas sobre si fuman o vapean a lo largo del tiempo muestran consistentemente que los jóvenes que no fuman, pero usan cigarrillos electrónicos son más propensos a empezar a fumar cigarrillos más adelante que aquellos que nunca han vapeado.

En estos estudios, los investigadores intentan controlar las características o circunstancias de los encuestados que podrían hacerlos más propensos tanto al vapeo como al tabaquismo, como el género, el ingreso, tener comportamientos impulsivos o vivir con un fumador.

Los expertos reconocen que es difícil tener en cuenta todos esos factores de riesgo y que algunos estudios lo hacen mejor que otros, por lo que los resultados aún podrían estar influenciados por ellos. 

Aún así, muchos concluyen que la consistencia de los hallazgos en los estudios respalda la probabilidad de que el vapeo aumente las probabilidades de que alguien comience a fumar.

Parece que casi tenemos una respuesta, ¿verdad? No tan rápido. Resulta que no todos interpretan los resultados de la misma manera. Los críticos señalan que las deficiencias de los estudios debilitan la capacidad de determinar la causalidad.

¿Qué están haciendo los países sobre el vapeo? 

Las políticas en todo el mundo van desde prohibiciones totales de la venta de cigarrillos electrónicos hasta una total ausencia de regulaciones. Algunos países regulan los cigarrillos electrónicos como productos de tabaco, restringiendo ingredientes, promoción y uso en espacios cerrados. Australia permite la venta de productos de vapeo con nicotina a fumadores con receta médica - aunque las autoridades de salud no los han aprobado como medicamentos.

En Estados Unidos, los productos de vapeo con nicotina requieren la autorización de la FDA.

Hasta ahora, la FDA ha autorizado 23 productos de cigarrillos electrónicos - incluidos dispositivos y cartuchos prellenados con líquidos. Sin embargo, según un informe del grupo de control del tabaco Truth Initiative, hasta septiembre de 2022, había casi 2,000 productos diferentes en el mercado. La mayoría se vende ilegalmente.

Entonces, ¿qué significa todo esto para ti, tus seres queridos y tu comunidad? ¿Qué debes tener en cuenta al leer sobre el vapeo?

A menudo pensamos en la ciencia como un proceso objetivo, casi matemático. Esperamos obtener certezas, porcentajes, un claro sí o no. Sin embargo, la ciencia puede ser incierta. Los expertos pueden interpretar los estudios de diferentes maneras y discrepar sobre el grado en que algunos respaldan un punto específico - o sobre cuán fuertes o débiles son.

Con los cigarrillos electrónicos, hay muchos desacuerdos, pero también un objetivo común: tratar de determinar si pueden ayudar a reducir o eliminar el tabaquismo y, de ser así, en qué circunstancias podrían beneficiar al público. 

Aunque ciertos cigarrillos electrónicos con nicotina podrían ayudar a algunos fumadores a dejar de fumar, no parece que los dispositivos y líquidos probados en los ensayos clínicos sean la salvación para la mayoría de los fumadores, incluso cuando se usan bajo supervisión clínica. Cualquier diferencia en cuánto a su utilidad en comparación con las terapias de reemplazo de nicotina parece más gradual que revolucionaria. Por otro lado, si incluso un pequeño porcentaje de fumadores pudiera beneficiarse, eso aún podría ser un gran número de personas en todo el mundo.

Muchos expertos en salud están también preocupados de que, después de años de disminución en las tasas de tabaquismo, los cigarrillos electrónicos puedan terminar enganchando a muchos jóvenes en la nicotina. En diferentes países alrededor  del mundo, las tasas de vapeo son más altas entre los adolescentes que entre los adultos.

Dado que aún no se comprenden los efectos a largo plazo de los cigarrillos electrónicos, las autoridades, fumadores, consumidores y padres enfrentan decisiones difíciles.

Los investigadores seguirán trabajando para obtener respuestas. Y yo seguiré tratando de entenderlas.

 

 

Recurso:

Consulte la investigación que revisé para este artículo.

Este artículo fue producido y publicado originalmente por The Examination, una nueva organización periodística sin ánimo de lucro especializada en temas de salud pública global. Inscríbase para recibir las investigaciones de The Examination por correo electrónico.

 

**Este artículo ha sido desarrollado como parte de un proyecto periodístico liderado por Salud con lupa con el financiamiento de  Vital Strategies en nombre de Bloomberg Philanthropies. Su contenido es de responsabilidad exclusiva de los autores y bajo ninguna circunstancia debe considerarse que refleja las posiciones de los donantes.**