Mientras un conmocionado ambiente político, social y económico se vive en el país, la situación en salud generada por el COVID-19 ha estado marcada por el “tercer pico” de la pandemia.
Al coincidir el escenario de las movilizaciones del Paro Nacional iniciado el 28 de abril de 2021, con las más abruptas y conmovedoras cifras de la pandemia en el país, que ascendieron drásticamente unas semanas después de iniciadas las movilizaciones, el presidente Iván Duque, el Ministro de Salud Fernando Ruiz, la alcaldesa de Bogotá Claudia López y otros colombianos más, han atribuido esas cifras de contagios y muertes principalmente a las marchas, haciendo publicaciones sobre el tema en redes sociales como Twitter.
Dos mensajes: 1. Esta semana arriba primer lote de vacunas Janssen de una dosis, que permite llegar a las zonas más alejadas. 2. Participar en la aglomeración de hoy es el contagio de mañana y puede traer desenlaces fatales. Cuidémonos pic.twitter.com/bVgw4AmwUb
— Iván Duque 🇨🇴 (@IvanDuque) June 13, 2021
Después de 45 días de aglomeraciones y un exceso de mortalidad relacionado de cerca de 5.000 decesos, los colombianos tenemos que parar del todo esta situación. El comité del paro debe entender que la situación epidemiológica no da más. @MinSaludCol @infopresidencia
— Fernando Ruiz (@Fruizgomez) June 14, 2021
De la reunión de hoy entre el Gobierno Nacional y el Comité del Paro deben salir soluciones.
— Claudia López 👍 (@ClaudiaLopez) June 1, 2021
La intransigencia de ambos profundiza la mayor crisis social y política de nuestra historia reciente, y el peor pico de contagio y mortalidad de covid19 desde que empezó la pandemia. pic.twitter.com/u4aNIf3Fj5
Pero, ¿son las marchas la razón por la cual Colombia está atravesando el tercer pico de la pandemia, con todas sus consecuencias?
En Colombiacheck desarrollamos este explicador para abordar el escenario del tercer pico y los posibles factores que han influido en el aumento abrupto de los contagios y muertes por COVID-19.
De entrada, lo que encontramos es que se trata de una situación para tomar con precaución y no caer en extremismos. En Colombia aún no hay estudios publicados con evidencia científica que hayan analizado el impacto de las movilizaciones en el aumento del número de contagios, sin embargo autoridades en salud en el país, desde abril de 2021, analizaron los diversos factores que estaban influyendo en un tercer pico previo al inicio del paro.
Así mismo, epidemiólogos y especialistas en salud pública, quienes han evaluado el impacto de las protestas durante la pandemia en países como Estados Unidos, reconocieron que las marchas pueden aumentar el número de contagios si no se siguen las medidas de bioseguridad, pero también resaltaron que no se puede restringir el derecho a la protesta frente a situaciones de desigualdad e injusticia que de otra manera impactan la salud pública.
El tercer pico comenzó su ascenso el 9 de marzo de 2021, día en que se reportaron 3.253 casos. Desde entonces la cifra ha ido en aumento. A mediados de abril tuvo algunos descensos leves, para volver a ascender abruptamente y sin tregua desde el 20 de mayo y alcanzando valores de 29.302 nuevos casos confirmados el 10 de Junio de 2021, siendo hasta ahora la cifra más alta durante toda la pandemia.
Fuente: https://ourworldindata.org/coronavirus/country/colombia
La cifra de muertes por esta enfermedad en el país también ha tenido un comportamiento con tres picos notablemente marcados, llegando al mayor número el 15 de junio de 2021 cuando se reportaron 599 personas fallecidas por COVID-19.
Fuente: https://www.ins.gov.co/Noticias/paginas/coronavirus.aspx
Se trata de un sombrío escenario donde el reporte de casos confirmados por COVID-19 llevó nuevamente a altas tasas de ocupación de Unidades de Cuidado Intensivo (UCI) en las principales ciudades, a la aplicación del triage ético, y a que instituciones de salud declararan estados de emergencia por saturación de su capacidad de atención (1, 2, 3 y 4).
Datos de COVID-19 reportadas al 17 de junio de 2021. Fuente: Instituto Nacional de Salud de Colombia. https://www.ins.gov.co/Noticias/paginas/coronavirus.aspx
A lo largo de la historia hay innumerables registros de pandemias y brotes de enfermedades infecciosas, como la peste negra o la gripe española de 1918 que provocaron millones de muertes. Estos mostraron a la humanidad cómo pueden comportarse las enfermedades infecciosas. Algunas lo hacen en oleadas con tasas de transmisión más altas en algunas épocas del año en las que influyen múltiples factores como condiciones ambientales que favorecen la propagación del agente infeccioso, cambios o mutaciones del mismo agente infeccioso y factores demográficos, entre otros.
A partir de abril de 2020, Tom Jefferson y Carl Heneghan, epidemiólogos de la Universidad de Oxford, publicaron desde el Centro para la medicina basado en la evidencia un resumen de las olas de las pandemias de virus respiratorios de los últimos 150 años. La gripe española, por ejemplo, tuvo tres olas en el transcurso de un año siendo las últimas dos las más severas.
Fuente: Gripe de 1918. La madre de todas las pandemias. https://wwwnc.cdc.gov/eid/article/12/1/05-0979-f1
“Una ‘ola’ implica un número creciente de personas enfermas, un pico definido y luego una disminución o ‘valle’. La palabra ‘ola’ implica un patrón natural de picos y valles; sugiere que incluso durante una pausa, es posible que se produzcan futuros brotes de enfermedades”, resaltan en una publicación del medio estadounidense The Conversation.
Sin embargo, aunque los países sufran por la misma pandemia, la dinámica epidemiológica siempre varía de un país a otro y de una pandemia a otra, enfatizan en la revista Turkish Journal of Medical Science acerca de la dinámica de las pandemias. Y es lo que se ha visto a nivel mundial con el COVID-19.
Nuevos casos de COVID19 por millón de habitantes en Reino Unido, India, Francia, Estados Unidos, Alemania y Canadá. Fuente: https://ourworldindata.org/covid-cases
Varios modelos matemáticos han sido publicados en revistas científicas (1, 2, 3 y 4) con el objetivo de anticipar las cifras y los picos de esta pandemia. Algunos de ellos predijeron con certeza los picos de contagios en países como Brasil y Sudáfrica a comienzos de este año.
Y en Colombia dichos modelos ya preveían un tercer pico desde el mes de marzo, según señaló Martha Ospina, directora del Instituto Nacional de Salud.
Constantino Tsallis, físico y miembro de la Facultad externa del Instituto Santa Fé en Estados Unidos, quien ha trabajado en diseño de modelos predictivos en esta pandemia, afirmó: ”Entre modelar datos financieros y rastrear una pandemia global hay una cosa importante en común: ambos son sistemas complejos, pero estos a menudo revelan patrones que siguen las mismas formas básicas y evolución”.
Otros expertos también señalan que hay parámetros imprevisibles difíciles de anticipar como las políticas gubernamentales, el comportamiento de la población y las mutaciones del virus, pudiendo todos inducir nuevas oleadas de infecciones y transmisiones.
Así, una pandemia como la actual es un complejo sistema de oleadas, con picos y valles, ambos influenciados por factores previsibles e imprevisibles.
Colombia no es el único país que se ha visto inmerso en un escenario de protestas y movilizaciones durante la pandemia. Después del asesinato de George Floyd en Estados Unidos, el 25 de mayo de 2020, se desataron movilizaciones y protestas dirigidas por el movimiento Black Lives Matter (BLM) en dicho país y el mundo entero, que desafiaron las regulaciones por la pandemia, poniendo sobre la mesa la importancia de las medidas de salud pública por la transmisión del nuevo coronavirus frente al derecho a la protesta y el reclamo de justicia e igualdad.
Aunque la evidencia científica sobre el nuevo coronavirus fue respaldando la creencia generalizada de que el riesgo de transmisión del SARS-CoV-2 es menor al aire libre y aún menor si se usa mascarilla. Posteriormente hubo investigaciones que evaluaron el impacto de estas protestas en los contagios con resultados diversos.
Un estudio de Journal of Public Health en ocho ciudades de Estados Unidos, donde se hicieron protestas y en las que las medidas de apertura económica ya se habían liberado, encontró un aumento en las tasas de infección por COVID-19. Los autores concluyeron que las violaciones de las pautas de distanciamiento social impactaron en las cifras de contagio, por lo que enfatizaron la importancia de las medidas de bioseguridad en las protestas, como ya lo había sugerido la Organización Mundial de la Salud previo a algunas de esas manifestaciones.
Pero dicho estudio estuvo limitado al no conocer el número exacto de personas que protestaron en cada ciudad y la falta de rastreo de contactos de esas personas, según señalaron los investigadores.
Otra investigación publicada en agosto de 2020, realizada por cuatro universidades estadounidenses a través de una encuesta con 37.325 participantes indicó que un 4,9 % de los adultos de Estados Unidos acudió a protestas contra el racismo y/o la violencia policial, pero en este no encontraron una relación entre quienes informaron haber participado y el aumento de casos de COVID-19. También mostraron que según sus datos las personas en los estados con niveles más altos de protestas también tenían niveles más altos de cumplimiento del uso de mascarillas.
Por otra parte, en publicaciones de medios de comunicación estadounidenses (1, 2 y 3), epidemiólogos y salubristas que evaluaron estas protestas señalaron que es claro que las movilizaciones conducen a aglomeraciones, favoreciendo la proximidad entre los manifestantes y muchos de estos gritan sin usar las mascarillas, todo lo que podría aumentar el riesgo de infección. Además, los asintomáticos podrían tener un papel crucial en la transmisión de la infección y aumentar la posibilidad de contagio en esos entornos donde el distanciamiento físico está notablemente reducido.
La policía, por su parte, al intentar contener las movilizaciones induce también agrupaciones, sumado al uso de gases lacrimógenos que irritan las membranas mucosas, lo que favorece que las personas tosan, tengan aumento de secreciones y se quiten las mascarillas. También se dan detenciones de manifestantes que suelen ser llevados en vehículos cerrados y algunas veces abarrotados de personas. Todas las anteriores condiciones ideales para la transmisión de COVID-19.
Sin embargo, los expertos (1, 2 y 3) concluyeron que al igual que el COVID-19, los asesinatos policiales y el racismo son amenazas importantes para la salud pública, y tales protestas colocaron estos temas en un primer plano de la discusión pública.
En The conversation,concluyeron sobre el tema:
“Desde una perspectiva epidemiológica, ciertamente existen riesgos de una mayor propagación del COVID-19 como resultado directo de las protestas, pero las disparidades raciales en la salud (que tienen las mismas raíces que la brutalidad policial) y la implementación de medidas que los aborden son igualmente importantes. Muchos manifestantes pertenecen a comunidades de color, que han sido las más afectadas por los efectos de la pandemia. No actúan por ignorancia, sino por necesidad”.
Al igual que en Estados Unidos, en Australia donde también se realizaron protestas en julio de 2020 en apoyo al movimiento Black Lives Matter, una evaluación del Departamento de Salud y Servicios Humanos del estado de Victoria no demostró que los manifestantes fueran responsables de una mayor transmisión del virus.
Ashish Jha, el director del Instituto de Salud Global de Harvard, enfatizó al New Yorker:
“Las protestas coinciden con muchos otros factores: reaperturas de restaurantes y lugares de trabajo, cirugías electivas, barbacoas y fiestas en la piscina. Será difícil separar los efectos de las manifestaciones de los efectos de la reapertura planificada”.
Y en el mismo sentido Trevor Bedford, biólogo computacional rastreador de coronavirus, concluyó que las protestas se producen en medio de una relajación generalizada de las reglas estrictas sobre el distanciamiento social y las actividades comerciales, lo que hace aún más difícil desentrañar las causas específicas detrás de lo que probablemente sea un repunte en las infecciones.
Volviendo a Colombia, como hemos señalado previamente, estamos ante un tercer pico de la pandemia que se ha visto marcado por múltiples factores.
El médico colombiano Andrés Ignacio Vecino Ortíz, economista en salud y PhD en Sistemas de Salud de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos, le explicó a Colombiacheck:
“Hay dos grandes razones por las que hay más casos de contagios y muertes por COVID-19, una es por el incremento de contactos y la otra es la circulación de las nuevas variantes del virus. El aumento de la tasa de contacto pudo verse influenciado por las protestas donde se rompieron las medidas de bioseguridad y también lo ha sido por la reapertura económica. Pero atribuir los casos a una razón o a la otra es politizar la pandemia. Aún no tenemos estudios y datos que muestren una proporción atribuible mayor a alguno de los dos escenarios”.
Martha Ospina, directora del INS, también señaló desde el 19 de abril, cuando ya se reportaba el ascenso de los casos: “El actual pico epidémico en el país se explica por estas condiciones: hay aún mucha población susceptible, (ciudades con 50% de afectación o menos), aumento en el contacto social sin protección, agotamiento en la población y menor apego a las medidas de protección y la presencia de linajes más transmisibles”.
El decreto 061 de 2021 del 28 de febrero de 2021 dio inicio a la reactivación económica en Bogotá y a este se sumó el decreto presidencial 580 de 2021 y la más reciente resolución 777 de 2021. Estos últimos coincidieron con el paro en el mes de mayo y junio, respectivamente, lo cual se traduce en mayor permisividad en la movilidad de las personas y por consiguiente aumento de contactos.
Por otra parte, desde enero de 2021, el INS confirmó la detección de la variante gamma (conocida previamente como brasileña) en el país y en abril se reportaba la detección de la variante alfa (antes británica), ambas variantes “de preocupación” con una mayor probabilidad de transmisibilidad.
En un reportaje de BBC News señalan que los expertos consultados, incluyendo el ministro de Salud Fernando Ruiz, concordaron que es difícil saber exactamente la responsabilidad que tienen las protestas en la situación actual por la pandemia pues el paro coincidió con esas medidas de reapertura económica y la llegada de dos de las variantes de preocupación del nuevo coronavirus al país.
El Comité Nacional del Paro anunció desde el 15 de junio de 2021 la suspensión temporal de las movilizaciones para recurrir a otras estrategias. Ante lo cual Andrés Vecino señaló a Colombiacheck que es probable que en tres semanas se puedan analizar los datos de la pandemia y hacer un análisis retrospectivo teniendo en cuenta estos cambios. Pero afirmar en este momento que existe una relación directa entre las protestas y el aumento en los contagios es precipitado.
En conclusión, estamos viviendo un tercer pico favorecido por múltiples factores de los cuales se desconoce, por falta de estudios científicos, su influencia exacta en las cifras. Por lo que no se puede atribuir únicamente a las marchas. Ante esta desafiante situación queda la responsabilidad individual y colectiva de seguir aplicando las conocidas medidas de bioseguridad para mitigar la transmisión del virus.