En medio de los registros diarios de nuevos casos de contagio y de nuevos fallecimientos por Covid-19 (la enfermedad causada por el coronavirus SARS-CoV-2), además de los efectos de toda clase que ha tenido la cuarentena en Colombia, la semana pasada se registró una buena noticia, investigadores de la Universidad de Antioquia lograron aislar el virus, pero ¿qué significa eso? ¿para qué sirve? y, sobre todo, ¿qué se puede esperar después de eso y qué no?
Colombiacheck se lo preguntó a María Teresa Rugeles, coordinadora del grupo de investigación de Inmunovirología de la Universidad de Antioquia, equipo que hizo el proceso.
“Teníamos un cultivo de células (grupo de células) y allí pusimos la muestra de un paciente a quien el Instituto Nacional de Salud le había confirmado que tenía el virus. A los tres días empezamos a observar que había unos cambios en esas células, característicos de lo que estaba descrito en literatura que este tipo de Coronavirus le causaba a las células. Estas, que inicialmente eran alargadas, se veían redondeadas y empezaron a morirse hasta que ya se destruyó todo el cultivo. Ahí teníamos que comprobar que lo que estaba dañando las células realmente era el [virus] SARS-CoV-2”, explicó Rugeles.
Posteriormente, el equipo le hizo una prueba de biología molecular que detecta el genoma del virus al líquido en el que estaba creciendo esa célula, con lo que comprobaron que el agente que estaba dañando esas células era, en efecto, el SARS-CoV-2.
Lo que hicieron fue detectar unas de las estructuras de la partícula viral.
Finalmente hicieron una prueba más con una muestra de sangre que el mismo paciente les donó. Rugeles explicó que cuando una persona se infecta en respuesta a esa infección empieza a producir unas proteínas que se llaman anticuerpos que reconocen en una forma específica la estructura del virus. “Hicimos una prueba que se llama de inmunoflorecencia con el suero del paciente donde debían estar esos anticuerpos, los pusimos a reaccionar con las células infectadas y observamos que en efecto esas proteínas del suero del paciente se le estaban pegando al virus, lo que nos ayudaba a confirmar que el virus que teníamos ahí era el SARS-CoV-2 y nos ayudaba a ver que el sistema inmune del paciente estaba respondiendo a esa infección, estaba siendo capaz de empezar, digamos, a bloquear la replicación del virus”.
Tener el virus en una botella de cultivo va a permitir evaluar una diversidad de compuestos que, se sospecha, tienen efectos contra él.
“Ahora vamos a poder evaluar la actividad antiviral de todos esos compuestos. Ahora nos toca empezar a amplificar ese virus, a crecerlo mucho para tener mucho virus para hacer todos esos ensayos. Ese proceso se demora unas tres semanas. En ese tiempo nosotros podemos estar listos para decirle a una empresa o a una farmacéutica: denos ese compuesto que nosotros le decimos en unos 10 días si tiene o no capacidad de bloquear el virus”.
El equipo de la Universidad de Antioquia empezó el trabajo con un número de partículas del virus que van a reproducir para tener más y cada una de esas partículas la pueden poner en contacto con cada uno de los desinfectantes o medicamentos que, se cree, tienen efectos contra el virus para ver si lo matan o lo bloquean.
“Recibimos 58 solicitudes para analizar distintos productos y compuestos, entre ellos hay medicamentos, desinfectantes, productos naturales que estamos priorizando porque no podemos evaluar los 58 compuestos de una, vamos a empezar por los compuestos que creemos que pueden tener una aplicación más inmediata, como los que estén listos para salir al mercado y que necesitan es la certificación de que tienen actividad contra el virus. La experiencia que tenemos con otros virus nos garantiza que eventualmente lo vamos a lograr en un periodo corto de tiempo”.
Rugeles contó que tienen mucha experiencia en aislamiento de virus. “Tengo en el grupo de investigación a un virológo, el profesor Francisco Javier Díaz Castrillón, con el que me conocí en la Universidad del Valle hace alrededor de 30 años, ambos aprendiendo a cultivar virus, y tuvimos la suerte de que, cuando empezamos a mirar en la literatura cómo lo habían aislado otros, teníamos tres de las cinco líneas celulares [el tipo de células donde crece el virus] donde lo habían aislado en otras partes del mundo. Entonces pudimos empezar y tuvimos la fortuna de que rápidamente nos creció”.
La investigadora también contó que se demoraron dos semanas evaluando las condiciones de bioseguridad para el procedimiento.
Rugeles resalta que no trabajan en vacunas, no tienen la capacidad, la tecnología, ni el músculo financiero para hacerlo. Explica que el primer paso para tener la vacuna es tener el virus, pero precisa que no tienen la experiencia en ese tipo de desarrollos científicos.
“Nosotros vamos a decir esto sirve o no sirve, pero nosotros tampoco somos los que vamos a llevar la investigación o el uso hasta llevárselo a la población. La empresa lo desarrolla y lo dona o lo vende. No dependen de nosotros las etapas posteriores desde el punto de vista farmacéutico para desarrollar un medicamento”.
“Lo importante de tener el virus que está circulando en Colombia es que estos virus tienen muchísima capacidad de mutación, entonces una vacuna que se desarrolle en otra parte del mundo, dependiendo del tipo de vacuna, nos va a servir a nosotros o no dependiendo de qué tan distinto sea el virus que nosotros estamos teniendo en circulación y de ahí la importancia de que en cada región geográfica se pueda aislar el virus, porque puede cambiar y mutar mucho. A nosotros no nos interesa evaluar posibles medicamentos contra el virus que no se consiguen en Colombia, porque si no ha entrado a Colombia no nos sirve para hacerle frente a la pandemia. Nosotros podemos priorizar la evaluación de medicamentos que se consiguen acá y que en caso de que sirvan sea fácil implementarlos en los pacientes”, concluyó Rugeles.