La renuncia del director del Centro de Doctrina del Ejército Nacional, el coronel Pedro Javier Rojas Guevara, conocida hace pocos días y fundamentada en la pérdida de confianza en el alto mando institucional, puso al país a hablar de doctrina militar.
Rojas Guevara ha salido a defender la doctrina Damasco, como se denomina la actual doctrina del Ejército, pues dice que quieren desechar algo que ha sido beneficioso para la institución.
¿Pero qué es una doctrina, para qué sirve y por qué es importante que las fuerzas armadas tengan una?
Según el Centro de Doctrina del Ejército, una doctrina militar es “el conjunto de principios fundamentales, con sus correspondientes tácticas, técnicas, procedimientos, términos y símbolos empleados para la conducción de las operaciones y mediante los cuales el ejército de combate y los elementos del ejército generador de fuerza, que apoyan directamente las operaciones, guían sus acciones en cumplimiento de los objetivos nacionales”, y complementa “así mismo, es una guía sobre cómo (no qué) pensar, preparar y ejecutar las operaciones y los entrenamientos. En consecuencia, es adaptativa a las circunstancias particulares del momento de su aplicación y en muy pocas ocasiones es impositiva”.
Daniel Palacios, magíster en temas de seguridad de Harvard, explicó en el programa Zona Franca que la doctrina militar del Ejército de Colombia está diseñada para establecer los principios, los valores rectores, las capacidades, los tipos de misión y los tipos operacionales de esa institución.
Jean Carlo Mejía, profesor de las universidades Nacional y Católica de Colombia y experto en derecho operacional, lo puso en palabras sencillas para la comprensión de los civiles: “la doctrina es como el reglamento de trabajo de una empresa”.
Cada fuerza armada tiene su propia doctrina.
Porque es la idea fundamental sobre la cual actúa una fuerza castrense, explicó Mejía.
“En mi sentir no sería un ejército, lo que caracteriza a uno y le da razón de ser es su cuerpo doctrinal, que es como la médula espinal en el cuerpo del ser humano y está protegida por la columna vertebral que obviamente son todas las demás normas que caracterizan y garantizan el cumplimiento del deber. Por eso es que los militares se uniforman de una manera, por eso es que tienen un lenguaje, unos símbolos, unos procedimientos, eso en el mundo civil es difícil de entender”, precisó Mejía.
Mejía explicó que la doctrina del Ejército se actualiza por la necesidad de acondicionar el modo de actuación de una fuerza, en este caso el Ejército, a las nuevas amenazas. “Técnicamente, militarmente, se dice que cuando cambia el ambiente operacional, de acuerdo con la realidad del día a día, es necesario, con base en los valores y principios de la doctrina, modificarla, acondicionarla, mejorarla. En el caso de Colombia tocaba parametrizarla a los estándares de la doctrina de los países Otan, (Organización del Tratado del Atlántico Norte), porque el país entró como socio de esa organización, esto con el propósito de que si nosotros vamos a actuar con cualquier otro país de esa organización todo lo que hagamos con esos países, desde el punto de vista militar, corresponderá a un mismo lenguaje totalmente unificado”.
“Los militares de acuerdo con los valores y principios de sus Estados, con las normas y valores democráticos de sus Estados y obviamente la doctrina está por debajo del marco constitucional y legal. La doctrina siempre tiene que corresponder técnicamente al mandato de las normas”, explicó Mejía.
Los Ejércitos formalmente organizados la tienen, lo demás serían otro tipo de organizaciones, precisó el experto en derecho operacional.