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Viernes, 23 Junio 2023

No hay evidencia concluyente de que la marihuana sea ‘puerta de entrada’ a otras drogas como dice Vicky Dávila

Por Sharon D' Mejía

La directora de la revista Semana ha celebrado el hundimiento del proyecto de ley sobre uso adulto de cannabis, contra la que hizo esa afirmación en Twitter, mencionando incluso el fentanilo.

Este 20 de junio de 2023, durante el último debate del Proyecto de Ley, que buscaba permitir la regulación del consumo de cannabis entre adultos pero terminó hundiéndose, la directora de Revista Semana, Vicky Dávila, afirmó en un trino que “la marihuana es la puerta de entrada a otras drogas como la cocaína, la heroína, el bazuco y hasta el fentanilo, droga que tiene viviendo a Estados Unidos una pesadilla”, mientras hacía un llamado al Congreso de no aprobar la iniciativa legislativa.

El mensaje alcanzó 925.400 reproducciones, 12.900 ‘me gusta’, 4.873 retuits y múltiples comentarios de otros usuarios de Twitter que apoyaban (1, 2, 3) la afirmación de la periodista, reforzando el discurso de que el consumo de marihuana lleva al consumo de otras drogas más fuertes, incluido el fentanilo.

- “Espere que lleguen al *Fentanilo* pues #LaMataSíMata es la puerta de entrada… de 1,000 consumidores de Fentanyl solo se salvan *Tres* 3 En menos de 2 semanas te puede causar la muerte 💀!! Esta Señora @VickyDavilaH en tono despectivo que tú le llamas, hace sentido lo q dice” (sic).

- Yo no estoy de acuerdo que aprueben el consumo de marihuana ni como uso recreativo, porque como dices tú Vicky, es "la puerta de entrada a otras drogas y destruye familias". Siempre ha ocurrido en este país que los remedios son peores que las enfermedades (...) Si la aprueban o no, el negocio de la venta de la yerba no se va acabar e incluso puede aumentar tanto el consumo como la venta”(sic).

-“Mejor dicho por @VickyDavilaH es imposible. Suscribo todo lo dicho por ella” (sic).

Dado este alcance de la afirmación, en Colombiacheck decidimos verificarla. En especial después de que la comunicadora siguió insistiendo en publicaciones con un discurso similar tras el archivo de la iniciativa (1, 2, 3).

De acuerdo con nuestra metodología de chequeo, consultamos a Dávila para que explicara cómo se sustenta su afirmación, pero hasta el momento de publicar esta nota no hemos obtenido respuesta.

En Colombiacheck, el abril de 2021, publicamos el chequeo ‘Tres mitos sobre el consumo de marihuana’, en el que precisamente abordamos esa afirmación, que había sido difundida por integrantes del Centro Democrático, entre ellos el expresidente y ex senador Álvaro Uribe, quien asegura que “la marihuana recreativa escala a otras drogas”. 

Esta afirmación de Uribe se había dado precisamente cuando la Plenaria de la Cámara de Representantes archivó en noviembre de 2020 el proyecto del representante del partido Liberal Juan Carlos Losada, que pretendía la regularización de la marihuana con fines recreativos en Colombia.

El informe mundial de 2022 de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC) calcula que, de los 284 millones de personas que hicieron uso de sustancias psicoactivas en 2020, 209 millones consumieron marihuana, consolidándose así como la sustancia ilegal con propiedades psicoactivas más usada del planeta. Según el informe, el consumo de marihuana tuvo un aumento significativo debido principalmente a la legalización de sus usos medicinales y de uso adulto en varios países del mundo.

En Colombia, según el último boletín técnico disponible de la Encuesta Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas 2019 del Ministerio de Justicia y el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), 890.000 personas consumen cannabis de manera regular.

Estudios actuales no prueban que consumir marihuana lleva a otras drogas más fuertes

En la actualidad, los estudios disponibles indican que no existe causalidad probada entre fumar/inhalar marihuana y consumir otras drogas. Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos, “algunas investigaciones sugieren que es probable que el consumo de marihuana preceda al consumo de otras sustancias lícitas e ilícitas”, en particular las adicciones al alcohol y la nicotina. Pero el estudio también indica que “la mayoría de las personas que consumen marihuana no consumen otras sustancias ‘más duras’”, como las que Dávila indica en su tuit.

Existe la sensibilidad cruzada, que se ha descrito como un fenómeno que no es exclusivo de la marihuana, en el que una sustancia predispone el cerebro a tener mayores respuestas con otras. Esto se ha identificado con estudios en animales en los que se ha evidenciado la capacidad del THC (tetrahidrocannabinol, principal componente psicoactivo de la marihuana).

“El alcohol y la nicotina también preparan al cerebro para una mayor respuesta a otras drogas y, al igual que la marihuana, también se usan típicamente antes de que una persona progrese a otras sustancias más dañinas”, enfatizan en el reporte del instituto estadounidense.

Además, la institución también señala que en la progresión hacia el consumo de drogas más duras (como la cocaína o la heroína), influyen otros factores como el entorno social, económico y cultural de una persona:

“Una alternativa a la hipótesis de las drogas de entrada es que las personas que son más vulnerables al consumo de drogas simplemente tienen más probabilidades de comenzar con sustancias fácilmente disponibles, como la marihuana, el tabaco o el alcohol, y sus interacciones sociales posteriores con otras personas que usan drogas aumentan sus posibilidades de probar otras drogas. Se necesita más investigación para explorar esta cuestión”.

Un estudio de 2015 en Estados Unidos que examinó las probabilidad y predicción del cannabis como "puerta de entrada a otras drogas ilícitas” sostiene que de las personas que consumieron cannabis a lo largo de su vida (43.093 encuestados), el 44,7%  progresaron hacia el consumo de otras drogas ilícitas en algún momento de sus vidas. 

Sin embargo, también aclara que en los resultados de probabilidad también influyeron variables sociodemográficas (ser hombre, nunca casarse y residir en el casco urbano), trastornos mentales y psiquiátricos y la severidad del uso de las sustancias.

Por otra parte, este otro estudio del 2021 en Estados Unidos, que evaluó la hipótesis de la marihuana como puerta de entrada a otras drogas, indica que el consumo de marihuana no es una causa confiable de entrada al consumo de drogas ilícitas y que “es poco probable que las políticas de prohibición reduzcan el consumo de drogas ilícitas”. 

En el estudio utilizaron una técnica estadística de coincidencia (pruebas de coincidencia de puntuación de propensión) que intenta estimar el efecto de un tratamiento. De dieciocho pruebas aplicadas, seis fueron estadísticamente significativas y solo tres fueron sustancialmente significativas en el uso frecuente de marihuana y el uso de otras drogas.

En el chequeo anterior, en donde abordamos tres mitos sobre el consumo de marihuana, la investigadora Paola Cubillos, integrante de la junta directiva de la Asociación Médica Colombiana de Cannabis Medicinal y experta en la planta y sus usos, explica que la marihuana no tiene, químicamente, una habilidad de crear adicciones más fuertes o que el cuerpo quiera buscar otras sustancias que lleven a tener una sensación más intensa.

“La marihuana sí puede crear dependencia, sí puede crear adicción a la misma planta. Alrededor del 9 % o 10 % de personas que usan cannabis en su vida se consideran dependientes y han desarrollado lo que se conoce hoy en día como un trastorno por uso de cannabis en donde tienen todas las características de dependencia y adicción”, destacó.

“Lo que sucede con el cannabis es que por ser una sustancia ilegal (es la sustancia ilegal más usada por las personas alrededor del mundo) es la situación de la ilegalidad donde tú la consigues la que sí se considera que puede llevar a otros consumos. Cuando tú estás en la ilegalidad es posible que se te presente la oportunidad de tener contacto con otras sustancias. De modo que es el ambiente de ilegalidad en el que vive el cannabis el que sí se presta para que la persona tenga contacto con otras sustancias psicoactivas”, agregó Cubillos. 

Según la médica y los estudios consultados, la relación entre el consumo de cannabis y la progresión a otras sustancias psicoactivas es circunstancial, pues la dependencia a una sustancia “no viene por sí sola”, la adicción problemática viene en un trasfondo social y emocional importante para alguien que está empezando el consumo de estas sustancias.

Por su parte, Gustavo Herrera-Sebá, candidato a doctor en Ciencias Jurídicas y Empresariales, quien investiga cómo se están conformando los mercados de cannabis en el mundo a partir del desarrollo normativo, la producción de patentes, y los flujos de inversiones extranjeras en cannabis, señala que, desde la perspectiva de uso adulto, son pocos los estudios que hasta el momento permitan mostrar una clara relación de la marihuana como “una droga de entrada”, precisamente por la prevalencia de los mercados ilegales. 

“Este modelo de mercado no permite tener información clara sobre la oferta, que naturalmente es ilegal y subterránea, y la demanda, que en verdad es amplia en grupos etarios. De hecho hay estudios que muestran que los jóvenes están percibiendo menos riesgo y normalizando su uso luego de legalizado, lo cual no se sabe aún si es bueno o malo; se necesita obviamente mayor monitoreo a los impactos de la legalización”, afirma.

El investigador explica que, aunque hay estudios que demuestran que el inicio de consumo de alcohol y cannabis deriva en riesgos de uso de otras sustancias, se trata de mercados no legalizados. “La experiencia en mercados legales está mostrando resultados diferentes, como que sí está disminuyendo el mercado ilegal, mas no desaparece del todo. Hay mayor reconocimiento de los riesgos y un menor consumo y prevalencia en jóvenes”, señala.

Consumo de la droga ilegal ‘fentanilo’ derivó de adicción a fármacos con prescripción médica

En su trino, Vicky Dávila asegura que consumir marihuana lleva a otras drogas, incluso el fentanilo, una sustancia sintética derivada de los opioides, y que difiere del proceso de fabricación del analgésico legal.

No obstante, en un chequeo del 5 de junio de 2023, en donde verificamos algunas afirmaciones del fiscal general, Francisco Barbosa, a propósito de una incautación de fentanilo en Bogotá, explicamos que el consumo de este producto como droga sintética se ha visto exacerbado principalmente por el uso abusivo e indiscriminado de fármacos legales con fines médicos, como la hidrocodona, oxicodona, oximorfona, morfina, codeína y fentanilo en presentaciones legales.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), este opioide sintético es hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina, siendo un  importante factor contribuyente a las sobredosis mortales y no mortales en Estados Unidos.

Uno de los opioides más usado en los EE.UU. es el analgésico OxyContin, una versión comercial de la droga oxicodona, usado para tratar el dolor causado por el cáncer, el trauma, o una cirugía mayor. Esta droga, producida por la empresa farmacéutica privada Purdue Pharma, llegó al país norteamericano en 1995 y solo en el primer año de estar en el mercado produjo ganancias de 45 millones de dólares. 

Pero esto llevó a que años después, con el agresivo marketing de la farmacéutica y las altas dosis  promocionadas en el medicamento, se derivara una gran crisis de adicción a opioides de la cual se hizo responsable Purdue Pharma, luego de enfrentar más de 400 demandas por engaño manifiesto acerca de la dependencia que creaba el fármaco, y en su administración. 

Es decir, que esa fácil accesibilidad al medicamento OxyContin en Estados Unidos originó la epidemia de adicciones a los opioides, entre los que se encuentra el fentanilo ilegal.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), indica que los opioides se utilizan habitualmente para el tratamiento del dolor e incluyen fármacos como la morfina, el fentanilo y el tramadol. Sin embargo, su consumo sin fines terapéuticos, prolongado, indebido o sin supervisión médica puede generar dependencia y otros problemas de salud.

También los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, señalan que el uso indebido de opioides legales, como los ya mencionados, puede llevar a la dependencia y la adicción, lo que representa un problema de salud pública en ese país norteamericano.

Por su parte, los CDC y las autoridades estadounidenses encargadas de hacer cumplir la ley, como la Administración de Control de Drogas (DEA), afirman que ese uso indiscriminado ha desencadenado el incremento de casos de consumo, que tiene efectos directos en la vida e integridad de quienes las usan.

Las estimaciones a nivel mundial de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC) señalan que entre 26 y 36 millones de personas usan opioides. La mitad de ellos (entre 13 y 21 millones) consume opiáceos, principalmente heroína, y el resto abusa de fármacos opioides. 

En el caso de Estados Unidos, la DEA registra que el fentanilo ilegal, que proviene en gran parte de países como México y China también ha exacerbado la epidemia de sobredosis por su comercio en línea (Dark web).

“Hoy enfrentamos amenazas nuevas y cada vez más peligrosas a medida que los traficantes de drogas se expanden al mundo digital y utilizan la Darknet para vender drogas peligrosas como el fentanilo y la metanfetamina. Estos traficantes de drogas están inundando los Estados Unidos con píldoras falsas y mortales, impulsando la crisis de sobredosis en los Estados Unidos, estimulando la violencia y amenazando la seguridad y la salud de las comunidades estadounidenses”, señala la DEA.

Con todos estos elementos, Colombiacheck califica como cuestionable la afirmación de Vicky Dávila según la cual “la marihuana es la puerta de entrada a otras drogas como la cocaína, la heroína, el bazuco y hasta el fentanilo, que tiene a EEUU viviendo una pesadilla”. Como hemos explicado, actualmente no hay evidencia científica suficiente que permita concluir una clara relación de la marihuana como “una droga de entrada” a otras drogas más fuertes o dañinas.

Adicionalmente, las entidades regulatorias y de vigilancia en  Estados Unidos afirman que el consumo de fentanilo como droga ilegal es desencadenada por el consumo indiscriminado y abusivo de fármacos opioides legales en ese país.