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Falso
Un meme que ha sido compartido más de 1.100 veces en Facebook muestra la silueta de un sartén bajo un signo de prohibición y dice: “El cacerolazo es una expresión de maldición que tiene un significado espiritual negativo. En el libro de Ezequiel, capítulo 11, habla de las ollas vacías que, cuando se usan es para decretos de muerte”.
La imagen viral está acompañada por un texto que asegura que “el cacerolazo es un acto changó como invocación a espíritus del más allá para traer hambre miseria y ruina”. En seguida agrega: “Pregúntele a Venezuela, a Cuba” y pide no utilizarlo como forma de protesta.
Esta desinformación es muy parecida a la que fue desmentida por Colombiacheck en un chequeo de noviembre de 2019, cuando Colombia también atravesaba por un paro nacional como el que inició a finales de abril de 2021 y en el que también se recurrió a golpear ollas y sartenes en las protestas contra el gobierno. Al igual que en esa ocasión, la publicación es falsa.
Para empezar, el capítulo bíblico Ezequiel 11 sí habla de ollas pero no vacías. Por el contrario, en las tres menciones que hace de estas se habla también de “la carne en medio de ellas”.
La interpretación del texto hecha por el portal cristiano Enduring Word, que se basa en las enseñanzas del pastor californiano David Guzik, plantea que la carne en la olla es una metáfora de los israelitas en Jerusalén antes de la invasión babilónica. La profecía se refiere a que la ciudad no sería un refugio para sus habitantes, como el recipiente al guardar la comida, sino que el ataque sería como ponerla al fuego para hervir el contenido.
En todo caso, la verdadera historia del cacerolazo está relatada en el chequeo de 2019 así:
Según el historiador francés Emmanuel Fureix, en una entrevista que dio a France Culture, los cacerolazos como forma de protesta política nacieron en Francia en el siglo XIX cuando los republicanos hacían ruido con cacerolas para abuchear a los funcionarios de la Monarquía de julio (1830-1848).
Pero los franceses de esa época estaban retomando un ritual de humillación mucho más antiguo: los charivari de la Edad Media, que eran ruidosos conciertos de calderones y cacerolas que las comunidades rurales usaban para atormentar a los hombres viejos que se casaban con muchachas jovencitas.
Se trató de una “imbricación de lo folclórico con lo político en un momento en el que el repertorio de acción moderno aún no estaba realmente configurado,” dice Fureix.
Luego, por un tiempo, las caceroladas desaparecieron del repertorio político moderno, se volvieron una forma arcaica de protesta popular que sólo se veía rara vez. Cuando reaparecieron con fuerza ya en el siglo XIX, según Fureix, se trató de un fenómeno un poco diferente pues ya no son los charivaris de humillación sino manifestaciones aumentadas con el ruido de las cacerolas.
Por ejemplo, a finales de la década de 1950 y comienzos de la de 1960, la Organización del Ejército Secreto, una organización paramilitar de extrema derecha que participó en la Guerra de Argelia, retomó los cacerolazos.
El salto de las protestas con cacerola hacia América Latina se dio después. Las primeras en usarlo fueron las mujeres chilenas opositoras al gobierno de Salvador Allende en diciembre de 1971.
En cuanto a Changó, es una deidad yoruba, no una religión en sí mismo. Nada tiene que ver con esta historia.
Por tanto, se reafirma que el meme que relaciona el origen de los cacerolazos con actos religiosos o espiritistas es una falsedad.