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Viernes, 12 Agosto 2022

De Roux sí pidió parar la guerra contra las drogas, pero no que ésta “encarecía el precio de la cocaína”

Por Pablo Navarrete

El ex ministro, Fernando Londoño, atribuyó la cita al presidente de la CEV en una intervención en su programa de radio. El informe final sí insiste en que el enfoque militarista contra las drogas ha llevado en cambio la persistencia de la producción.

El pasado 19 de julio, Fernando Londoño Hoyos, conductor del programa radial ‘La hora de la verdad’ le hizo esta entrevista  a la senadora María Fernanda Cabal. En dicha emisión, Londoño Hoyos afirmó:  “Ya el padre de Roux, que es el nuevo mensajero de este gobierno, salió a decir a los estrados internacionales que había que parar la lucha contra el narcotráfico que porque eso no llevaba a ninguna parte, que porque sólo servía para encarecer el valor de la cocaína que se produce en Colombia”. 

En su afirmación, Londoño se refiere al discurso que el padre Francisco De Roux, presidente de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, hizo en Nueva York el 14 de julio de este año, o sea, 4 días antes de la emisión de este programa, durante la entrega del informe final del conflicto armado interno en Colombia ante el Consejo de Seguridad de la ONU

En Colombiacheck quisimos saber si, como lo dice Londoño, el De Roux aseguró en ese evento que “había que parar la lucha contra el narcotráfico que porque eso no llevaba a ninguna parte, que porque sólo servía para encarecer el valor de la cocaína que se produce en Colombia”. Luego de verificar esta afirmación, encontramos que esta afirmación es cuestionable, aquí explicamos por qué: 

Antes que nada, consultamos a Londoño para saber de dónde había obtenido la información sobre la que basó su afirmación, pero al momento de la publicación de este chequeo, no obtuvimos una respuesta.

Luego, lo primero que hicimos fue leer y escuchar el discurso que el presidente de la Comisión pronunció ese día durante la ceremonia de entrega del informe. En este, De Roux se refiere a la lucha en contra del narcotráfico de la siguiente manera: 

“En Colombia la guerra se empapó de narcotráfico. Y como estamos metidos en el “modo guerra”, tomamos de otros países consumidores de droga la idea de que el narcotráfico es un asunto de seguridad nacional y, por tanto, un asunto que se resuelve por la guerra. Y nos unimos a quienes llamaron a destruir al campesinado que se refugia en la coca porque lo hemos dejado empobrecido y despojado de la tierra y capital, el campesino que es el eslabón más débil de la cadena de intereses que se mueven en el narcotráfico. La Comisión pide terminar la guerra contra el narcotráfico y pide comprender lo equivocado de la pretensión de que el prohibicionismo armado puede detener al narcotráfico cuando lo que hace es aumentar las ganancias del negocio”. 

Entonces, aunque sí dijo que había que parar la guerra en contra del narcotráfico, no dijo que, como lo asevera Londoño, esto se debía hacer “porque sólo servía para encarecer el valor de la cocaína que se produce en Colombia”, por el contrario, De Roux asegura que, de mantener los mecanismos armados en contra del narcotráfico, se pueden “aumentar las ganancias del negocio”. 

Ahora bien, para comprender cuál es el efecto del prohibicionismo armado de cara a la lucha en contra del narcotráfico, consultamos a Camilo González Posso, director del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz); según él,  “Los comunicados que han sacado algunos grupos armados limitando cultivos en nuevas áreas, puede impactar en los precios locales, pero su incidencia en el mercado internacional es muy poca. Se necesitaría un acuerdo de las mafias más poderosas en la oferta aquí y en los países consumidores. Aún así, el efecto sería de manejo de precios y no de prohibición”. 

En cuanto a los efectos de la lucha armada en contra del narcotráfico, González Posso dice que la “guerra contra el narcotráfico es el predominio  o gran peso de la estrategia militar en la lucha antidrogas y contra los cultivadores. Esa guerra fue declarada en la época del presidente de Estados Unidos, Richard Nixon y luego por el presidente Ronald Reagan y cuestionada por Barack Obama. Con todo, ha sido central en la presencia de Estados Unidos en Colombia, no tanto por su pobre efectividad, como por su papel en la estrategia de poder geopolítico. Esa guerra es un fracaso y se necesita una estrategia fundada en los derechos humanos”.

Hay que tener en cuenta que el presidente de la CEV dice esto mientras presenta ante el pleno del Consejo de Seguridad de la ONU el capítulo de Hallazgos y recomendaciones, del informe final. Revisando este documento, encontramos que lo señalado por la Comisión a lo largo de este capítulo sí dice con claridad, como lo hace el presidente de la CEV, que el prohibicionismo armado en contra del narcotráfico debe acabarse. El informe dice que el narcotráfico:

“No puede ser atendido como una guerra.  Las consecuencias de este planteamiento concertado y en gran parte impulsado por Estados Unidos muestra que los sucesivos intentos de abordar el problema mediante las mismas fórmulas (no abordar su naturaleza económica y política, sino centrarse en su ilegalización; atacar los puntos más débiles de la cadena; basarse en el prohibicionismo; utilizar las fumigaciones y eliminar o extraditar las cabezas ilegales del negocio) no ha llevado a superar la situación, sino que se ha llegado a un callejón sin salida”. 

Y continúa, “Esta guerra ha producido la militarización de los territorios, la criminalización de la relación del Estado con sectores de la ciudadanía (los campesinos cocaleros y pueblos étnicos) y un endurecimiento del conflicto en el que la población civil ha sido la principal víctima. La guerra contra las drogas llegó incluso a reemplazar la política de seguridad del Estado colombiano”. El informe es claro en advertir que el enfoque para abordar el problema del narcotráfico centrado en la estrategia militar, ignorando las relaciones del narcotráfico con la política y la economía, ha facilitado la permanencia de la producción de droga.

Entonces, aunque el presidente de la CEV sí dijo que había que parar la lucha armada en contra del narcotráfico, nunca advirtió que esto se sugería por el encarecimiento de la “cocaína que se produce en Colombia”, como lo dijo el conductor de La hora de la verdad. Por eso, calificamos la frase de Londoño Hoyos como cuestionable.