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Falso
A raíz del terremoto que sacudió varias ciudades de Turquía y Siria, en la madrugada del 6 de febrero del 2023, y que hasta la fecha ha dejado más de 17.000 personas muertas, varios usuarios de Twitter publicaron (1, 2, 3, 4) que esto ocurrió debido a que el núcleo de la Tierra se detuvo.
Pero esto es falso. La desinformación surge de un artículo científico mal interpretado, que en realidad explica que el núcleo interno de la Tierra disminuyó su velocidad, algo que puede ocurrir cada 70 años. Esto tampoco se relaciona con los terremotos de Turquía y Siria, que ocurrieron por la liberación de energía de distintas placas tectónicas, tras haber chocado entre sí.
Los trinos con estas afirmaciones dicen: “Posiblemente la Tierra se está reajustando. Se puede estar iniciando un ciclo de terremotos de considerable magnitud, el mismo probablemente afectará a distintos países. Que el núcleo de la Tierra se detenga puede influir. #Terremoto #Turkey”(sic).
“Si es cierto lo que han publicado diversos científicos y medios certificados con relación a la ralentización del núcleo de la tierra, entonces yo opino basado en la teoría de los fluidos, que eso puede dar origen o influir en la ocurrencias de terremotos. #Terremoto” (sic).
“Esto recién lo encontré q salio hace semanas y lo vi al pasar. Detención del núcleo de la tierra. Será por eso LOS TERREMOTOS Y SISMOS Q SE VIENEN PRODUCIENDO?” (sic).
“Lo que nadie dice es: Que la cantidad descomunal de terremotos y erupciones volcánicas de los últimos meses es debido a que el núcleo de La Tierra se está desacelerando” (sic).
Las publicaciones hacen referencia a un estudio publicado el 23 de enero de 2023 en la revista Nature Geoscience, titulado "Variación multidecenal de la rotación del núcleo interno de la Tierra", que dio pie a la interpretación de que el núcleo de la Tierra se había detenido.
Para iniciar con la verificación, recordemos que la geosfera, que es la parte sólida del planeta, se compone a su vez por una serie de capas formadas por materiales ligeros y densos, que van desde la parte exterior hasta la zona interna. Estas capas son la corteza (la más externa y fina de todas), el manto (la más gruesa), y el núcleo (que es la capa más interna y la que más pesa).
El núcleo del planeta, a su vez, se divide en dos partes: una externa y fluida, que va de los 2.900 a 5.100 kilómetros de profundidad, y otra interna formada de hierro y níquel, que llega al centro de la esfera, a los 6.370 kilómetros, según explica el Instituto de Geociencias de España (IGEO CSIC-Universidad Complutense de Madrid).
Dada la imposibilidad que tiene el ser humano de llegar al núcleo del planeta, debido a las altas temperaturas y baja gravedad, los científicos se han apoyado en las ondas sísmicas provocadas por terremotos o detonaciones nucleares para saber el espesor de cada capa. Cuando ocurre un terremoto, estas ondas sísmicas se propagan por todo el planeta y, dependiendo el medio que atraviesan, se desvían o cambian su velocidad.
En la década de 1990, científicos entre los que se encontraba Xiaodong Song, uno de los investigadores del artículo en Nature Geoscience, señalaron que hallaron pruebas de que el núcleo giraba en forma independiente y a una velocidad un poco más rápida que el resto del planeta.
Sobre los hallazgos más recientes, los autores del estudio malinterpretado, Yi Yang y Song, dijeron a través de un correo electrónico a verificadores de El Detector de Univisión, que lo que llaman en el estudio rotación “detenida” significa que ahora “el núcleo sólido interno de la Tierra gira a la misma velocidad que la superficie terrestre”. Es decir, no es que el núcleo del planeta se haya detenido, sino que antes su rotación (que es independiente a la del resto del planeta) era más rápida que la de la superficie.
Adicionalmente, el estudio no habla de una reducción para siempre, sino que se trata de cambios periódicos se producen variaciones cada 70 años.
Mikephy, físico y divulgador científico, explicó a través de un video en su cuenta de Instagram, que el núcleo de la tierra ni se ha detenido ni mucho menos ha comenzado a girar en sentido contrario, sino que solo está girando más lento:
“El núcleo interior, al ser líquido le da la libertad al núcleo interno de rotar a la velocidad que se le antoje, por lo que el manto y el núcleo interno no necesariamente rotan a la misma velocidad. Ahora, si el núcleo interno y el manto comienzan a rotar a la misma velocidad, percibiríamos que el núcleo se detuvo, cuando lo que en realidad ocurre es que estamos girando a la misma velocidad. Por otro lado, si el núcleo interno rota más lento que el manto, entonces percibiríamos que el núcleo interno está rotando en dirección contraria, mientras que alguien que ve desde afuera podría asegurar que está girando más lento”.
Al respecto, Alejandro Luengo, divulgador científico especializado en física y astrofísica, mejor conocido como ‘Doctor Fisión’, autor del bestseller ‘El universo explicado’ y otros libros, también señaló a través de su cuenta de TikTok que “la creencia de que el núcleo del planeta se detuvo, surgió a partir de una interpretación exagerada por parte de algunos medios de comunicación, pues la reducción de la velocidad del núcleo se produjo en 2009 y en todos estos años no se han detectado problemas más allá de ligeros cambios en la rotación de la Tierra, que han casado ligeros desajustes en el planeta, como cambios casi imperceptibles de milisegundos en la aceleración de los días, y cambios en las temperaturas y en el nivel del mar”.
Hrvoje Tkalcic, geofísico de la Universidad Nacional de Australia, le dijo a CNN que el núcleo interno no se detiene por completo. “Significa que el núcleo interno ahora está más sincronizado con el resto del planeta que hace una década, cuando giraba un poco más rápido, y que no está sucediendo nada catastrófico”.
Luego de la publicación de este hallazgo, varios artículos de prensa (1, 2, 3) anunciaron que el núcleo interno de la Tierra se había detenido, lo que motivó a que, ocho días después, los autores publicaran la corrección del estudio para “describir con mayor precisión la rotación del núcleo interno”. Cambiaron, entre otras, frases como “pausa en la rotación” por “pausa en la rotación diferencial”.
La rotación diferencial se refiere a que hay una diferencia en la velocidad de rotación entre el núcleo interno de la Tierra (sólido) y las otras capas del planeta (manto y corteza terrestre). Así las cosas, al cambiar la frase “pausa en la rotación” (que, en efecto, indica pausa total) por “pausa en la rotación diferencial”, los autores buscaron corregir la confusión generada a partir del texto original.
En todo caso, el estudio publicado por Nature Geoscience tampoco es concluyente, pues Yang y Song advierten en su artículo que son necesarias más investigaciones. Ellos basaron su trabajo en registros sísmicos en Alaska y en las islas Sandwich del Sur, al otro lado del mundo.
El Servicio Geológico de los Estados Unidos ha afirmado que los movimientos sísmicos que dieron lugar al terremoto del pasado 6 de febrero en Turquía y Siria se engloban dentro del sistema de fallas de Anatolia Oriental, una zona en la que convergen cuatro placas tectónicas: la de Anatolia, la Arábiga, la Euroasiática y la Africana. Estas masas de tierra, que forman la capa más externa del planeta, se desplazan constantemente y chocan entre sí.
A medida que las placas tectónicas se empujan mutuamente, pueden llegar a “atascarse” debido a la fricción. Cuando finalmente se “desatascan” como resultado de una acumulación de presión, liberan una gran cantidad de energía que se convierte en terremotos o tsunamis cuando las placas tectónicas convergen bajo el agua.
El primer sismo tuvo su epicentro en la zona donde la placa tectónica de Anatolia hace contacto con la placa Arábiga, a una profundidad de 7 kilómetros, una región considerada como una de las zonas sísmicas más activas del mundo.
“El terremoto ha tenido una magnitud de 7,8 y su hipocentro se ha situado a unos 18 kilómetros de profundidad, que es relativamente poco para un seísmo de tal magnitud”, explica Galderic Lastras, profesor titular del departamento de Dinámica de la Tierra y del Océano de la Universidad de Barcelona, a Science Media Center (SMC).
Gran parte de Turquía se asienta en la relativamente pequeña placa de Anatolia, comprimida por las otras tres. Según indica a la BBC Joanna Faure Walker, profesora de geología de terremotos y reducción del riesgo de desastres del University College de Londres, en este caso se trata de una falla lateral izquierda, en donde la parte norte de la falla se mueve hacia la izquierda y la parte sur, hacia la derecha.
"La placa Arábiga se mueve hacia el norte y empuja al bloque de Anatolia hacia el oeste, lo retuerce y subduce hacia el sur, entre los mares Egeo y Mediterráneo”, detalla. La experta agrega que este tipo de fallas “pueden tener cientos de kilómetros de longitud y, cuanto más larga es la falla, más potentes son los terremotos”.
En conclusión, Colombiacheck califica como falsas las publicaciones en redes sociales que aseguran que el núcleo de la Tierra se detuvo, siendo esta la causa de los terremotos en Turquía y Siria, pues, como hemos explicado a lo largo de esta verificación, el núcleo del planeta solo empezó a girar más despacio y los terremotos fueron causados por el roce de cuatros placas tectónicas que convergen las delimitaciones de ambos países.