Falso Falso Falso Falso Falso Falso Falso Falso
Falso
El domingo 2 de octubre, cuando se cumplieron seis años del plebiscito en el que una estrecha mayoría rechazó el Acuerdo de Paz entre el Estado y las FARC, se reunió el uribismo en lo que llamaron una “Cumbre de patriotas”. Diferentes figuras de la derecha colombiana acudieron al evento, que tenía como acto central la presentación de la cartilla ‘¿Cuál verdad?’, por medio de la cual el Centro Democrático pretende cuestionar el trabajo de la Comisión de la Verdad.
El prólogo de ese documento lo elaboró el expresidente Álvaro Uribe, quien aseguró: “La Comisión, como sectores de la justicia, señala la Parapolítica pero no vio la Farc-Política, tampoco la penetración institucional de la guerrilla".
La misma afirmación fue hecha por el representante a la Cámara del Centro Democrático José Jaime Uscátegui. El congresista intervino en la plenaria de esa corporación el pasado 28 de septiembre, en medio de la cual invitó a asistir a la “Cumbre de patriotas” y lanzó una pregunta que contenía una afirmación: “¿No les parece grave que la Comisión de la Verdad no le dedicó una sola coma a hablar de la farcpolítica, que es un fenómeno que también tenemos que derrotar aquí en Colombia?”.
Uscátegui se encargó de multiplicar el alcance de su mensaje y subió el video de su intervención a redes sociales. En Facebook, la publicación fue compartida más de 537 veces y generó unas 1.300 reacciones; en Twitter, fue retuiteada más de 1.800 veces. El vídeo también se compartió por WhatsApp en grupos de veteranos de la Fuerza Pública que le hicieron campaña a Federico Gutiérrez y a Rodolfo Hernández para la Presidencia.
En la “Cumbre de patriotas”, Uscátegui volvió a hacer la misma afirmación cuando tomó el micrófono y le preguntó al director del partido Salvación Nacional, Enrique Gómez (quien ha difundido desinformación sobre la Comisión de la Verdad. Ver: 1, 2): “¿Cómo ve usted que se habla por todos lados de parapolítica, pero no le dedicaron una sola coma a hablar de la farcpolítica?”.
Las palabras de Uribe y Uscátegui constituyen un nuevo mensaje con el que el uribismo pretende cuestionar el trabajo de la Comisión de la Verdad. Sin embargo, chequeamos la afirmación y es falsa.
La farcpolítica hace referencia a los vínculos que tuvo esa guerrilla con personas que ostentaron cargos de elección popular o con agrupaciones políticas legales. Por su parte, la parapolitica se refiere a los nexos de los paramilitares con políticos a nivel local, departamental y nacional.
Unos análisis someros de los vínculos de ambos grupos quedaron en consignados en el informe titulado ‘Hasta la guerra tiene límites’. El intertítulo ‘Las élites regionales, la política y los actores armados’ expone ejemplos sobre esos fenómenos y también sobre la manera cómo el ELN cooptó sectores institucionales y se alió con algunos políticos, sobre todo en el departamento de Arauca. A la parapolítica, la Comisión de la Verdad le dedicó una página y media, lo mismo que a lo referido a las FARC.
Entre ese intertítulo está el apartado “La captura de poderes locales por las FARC-EP”, en el cual se dan a conocer casos de algunos políticos que se habrían aliado con dicha guerrilla. La Comisión de la Verdad citó las declaraciones dadas ante fiscales de Justicia y Paz por parte de Jorge Eliécer Sandoval Perdomo, alias ‘el Maestro’, quien hacía parte de la columna móvil Teófilo Forero y aseguró que el exalcalde de Campoalegre (Huila) Aurelio Navarro Cuéllar (1998-2000) hizo acuerdos con las FARC.
“Manifestó que logró que le fueran adjudicados entre cinco y seis contratos de obras civiles, teniendo en cuenta que era técnico en construcción. La cuantía de los contratos oscilaba entre nueve y catorce millones de pesos y permitió, según su versión, la financiación de la guerrilla con pleno conocimiento del mandatario”, enfatizó la entidad sobre ese caso.
En el mismo apartado aparece el nombre del excongresista Luis Fernando Almario. La Comisión se refirió al proceso en su contra por, presuntamente, haberse aliado con las FARC en Caquetá. “Los testimonios de Gerardo Aguirre Ballesteros, exjefe de milicias de las FARC-EP en Caquetá, y de Víctor G. Ricardo, comisionado de paz entre 1998 y 2002, junto al aumento atípico del poder electoral a favor de Almario en zonas controladas por las FARC-EP constituyeron motivos contundentes para que en 2008 la Fiscalía iniciara investigación penal contra el excongresista, al ser acusado de asocio con la guerrilla en este crimen”, resaltó la entidad.
También quedó consignada la hipótesis de la Fiscalía que señala a Almario de, presuntamente, haberse aliado con las FARC para exterminar a la familia Turbay con el propósito de aumentar su poder político.
El apartado también se refiere a las relaciones que habría tenido la guerrilla con mandatarios locales de Caquetá. “Las FARC-EP ejercieron su hegemonía también en Caquetá. Un excombatiente de las FARC-EP le explicó a la Comisión que en los noventa la guerrilla se reunió con mandatarios del departamento para fijar proyectos de interés público (como en materia de vías)”, se lee en la página 834.
“Por ejemplo, mucha de las carreteras que se impulsaron de ahí pa abajo fue porque la Alcaldía de Montañita y la de Paujil, fundamentalmente, me prestaban la maquinaria, y ellos pues se acreditaban esa construcción, a mí lo que me importaba era que se hiciera, y se lo acreditaron ellos y le pusieron un precio y después se ganaron esa plata, porque ellos se ganaron unas platas, eso no me interesaba a mí, sino la construcción de esas vías terciarias pa' esas partes”, le contó a la Comisión de la Verdad un excombatiente del Bloque Oriental de las Farc.
En el informe ‘Hasta la guerra tiene límites’ también hay referencias de los nexos que habrían tenido las FARC con organizaciones políticas. Por ejemplo, se señala que “en 1964, las FARC nacieron producto de ese levantamiento en armas de los sectores campesinos. Durante casi tres décadas, tuvieron una relación estrecha con el Partido Comunista”.
Incluso, la entidad señala que en los inicios de esa guerrilla se vivía un “ambiente de indiferenciación” entre la estructura armada, el Partido Comunista (PCC) y la Juventud Comunista.
En 1985, el Partido Comunista y las FARC impulsaron la creación de la Unión Patriótica (UP) en el marco de las negociaciones con el presidente Belisario Betancur. Sin embargo, la puesta en marcha del genocidio de la UP empezaría a generar debates sobre la conveniencia de romper con las estructuras armadas. “Esta ruptura finalmente se produjo en 1987 con el surgimiento de «los perestroikos», un sector de la UP que lideró una postura de insubordinación al PCC y a las FARC-EP”, recalcó la Comisión.
La relación del PCC y las FARC también se desgastó: “La prolongación y degradación de la guerra entre 1995 y finales de la década del 2000 terminaron de cortar los lazos de simpatía y colaboración que se mantenían entre las guerrillas y algunas expresiones del movimiento social”, señaló la Comisión.
“Esta situación de distanciamiento incluso llevó a que las FARC-EP construyeran sus propias estructuras para incidir en los procesos organizativos sociales y políticos. Estas incluyeron el Partido Comunista Colombiano Clandestino (PC3) y el Movimiento Bolivariano. No obstante, los señalamientos sobre la continuidad de estas prácticas también se extendieron a expresiones organizativas nacientes en la primera década del siglo XXI, como la Marcha Patriótica y el Congreso de los Pueblos, señalados de ser respectivamente creaciones de las FARC-EP y el ELN”, concluyó la Comisión en la página 639 del volumen ‘No matarás’ del informe.
Contactamos a las oficinas de prensa de Uscátegui y Uribe para conocer qué sustento tenían sus afirmaciones, pero hasta el momento de la publicación de esta nota no habíamos obtenido respuesta.
“La historia la tenemos que escribir nosotros”, sentenció Uscátegui en medio de la “Cumbre de patriotas”. Sin embargo, señalar que la Comisión de la Verdad no abordó las relaciones entre las FARC y algunos políticos es falso, como lo comprueba la revisión de los informes de la entidad.
(*) Este texto hace parte del proyecto Memorias del Conflicto que verifica la desinformación que circula en redes sociales sobre el Informe Final de la Comisión de la Verdad y es financiado por el Centro Internacional de Justicia Transicional y la Embajada de Noruega en Colombia.