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Verdadero pero...
En un trino publicado el pasado 20 de agosto, el exalcalde de Bogotá Jaime Castro revivió el tema del plebiscito sobre el acuerdo de paz con la entonces guerrilla de las Farc.
Cuando empezaron a negociar en La Habana, De la Calle dijjo: “ Nada será válido si no recibe el aval y la manifestación de satisfacción de los colombianos “. Sin embargo, le pusieron conejo al NO que ganó el Plebiscito
— Jaime Castro (@JaimeCastroC) 20 de agosto de 2019
Aseguró que cuando inició la negociación el jefe negociador del gobierno en la mesa de La Habana, Humberto De La Calle, dijo: “nada será válido si no recibe el aval y la manifestación de satisfacción de los colombianos”.
Colombiacheck califica la información como “verdadero, pero”, pues De La Calle pronunció la frase a la que hace alusión Castro, pero hay que recordar que, aunque en el plebiscito ganó el “No” con una diferencia de 53.000 votos, el Congreso aprobó una versión nueva del Acuerdo Final luego de que se le incluyeran cambios solicitados por quienes no estaban a favor de la primera versión del Acuerdo.
Castro, uno de los promotores del “No” en el plebiscito, le dijo a Colombiacheck que la frase de De La Calle la reprodujeron varios medios y que desconoce si la idea de la refrendación fue de él o de Santos. Además, dijo que publicó esa frase en su cuenta de Twitter en respuesta a las constantes declaraciones de De La Calle sobre la implementación del Acuerdo Final.
Encontramos que, efectivamente, De La Calle dijo esa frase en el foro “Entre transición y restauración: desafíos para la sociedad colombiana en el posconflicto” del Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga y de su Observatorio de Política y Estrategia en América Latina, OPEAL, realizado en diciembre de 2013, un año después de haber iniciado la negociación en La Habana.
En el libro La batalla por la paz, el expresidente Juan Manuel Santos cuenta que desde el inicio de la la fase exploratoria, en febrero de 2012 en La Habana, tanto las Farc como el Gobierno decidieron en que se realizara al final del proceso una refrendación popular de lo acordado. Idea, admite Santos, en la que él insistió.
“Me embarqué, y embarqué al país, en el tema de la refrendación, porque estaba convencido de que esto le daría más fuerza a lo acordado, y que nos ayudaría a unirnos para implementar el acuerdo y comenzar a construir la paz. Y además me había comprometido. Era una promesa que tenía que honrar. Como lo dije muchas veces: ‘La última palabra la tendrán los colombianos’”.
Idea que considera un error, según admite Santos en el mismo libro.
En su libro Revelaciones al final de una guerra, De La Calle cuenta que él no era parte de la delegación del Gobierno durante la fase exploratoria secreta, en la que ambas partes firmaron el Acuerdo General de La Habana para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera suscrito el 26 de agosto de 2012 en donde se incluyó, en el sexto punto, un mecanismo de refrendación de los acuerdos.
Pero, además, escribe: “la decisión de convocar al voto ciudadano sobre el texto acordado fue una de las vigas maestras de la estrategia, en este caso compartida por las partes, aunque con reticencias de las Farc sobre los diversos mecanismos posibles. Aunque en sí misma innecesaria, ya que la conversión de lo acordado en textos normativos vinculantes podía hacerse de otra manera, la refrendación constituía un pilar esencial en la ganancia de legitimidad para el proceso y su correlato: seguridad jurídica”.
El libro Los debates de La Habana: una mirada desde adentro también cuenta que desde el inicio del proceso de paz Santos estaba convencido de que un voto popular era la mejor manera de garantizar la legitimidad que buscaba para lo que se acordara con las Farc. “Su modelo era el Acuerdo del Viernes Santo, que firmaron diez actores (los gobiernos de Gran Bretaña e Irlanda, más ocho partidos políticos) en 1998 y que desactivó décadas de violencia política en Irlanda del Norte. Ese acuerdo fue ratificado mediante un referendo el 22 de mayo de 1998, que fue aprobado por 71% de los votantes en Irlanda del Norte y 94% en Irlanda. A pesar de diferencias políticas que aún persistían, ese referendo le dio legitimidad a lo negociado”, precisa el libro.
Sin embargo, la victoria del “No” sí tuvo efectos sobre el Acuerdo.
Como se recordará, el “No” ganó en el plebiscito con 6’431.376 votos frente a los 6’377.482 votos por el “Sí”. Es decir, hubo 53.894 votos de diferencia, por lo que se reabrió la mesa de negociación para modificar el acuerdo con las sugerencias que presentaron los contradictores de la primera versión del mismo y posteriormente se decidió que el aval estaría en manos de Congreso de la República, donde finalmente se aprobó.