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Cuestionable
La senadora del partido Farc, Sandra Ramírez, participó en el programa Voces de RCN Radio, donde dijo que, según datos de la ONU, la resiembra de cultivos ilícitos es del 35 por ciento con la erradicación forzada con glifosato mientras que es del 0,6 por ciento con la sustitución voluntaria.
#DebateVocesRCN || La estrategia de la fumigación con glifosato ha sido un fracaso durante muchos años. Cuando las Fuerzas Armadas hacen la erradicación, se presenta un 35% de resiembra, cuando es la comunidad quien la hace, la resiembra es de 0,6%. @VocesRCN pic.twitter.com/j6ySE50BAK
— Sandra Ramírez (@SandraFARC) 12 de marzo de 2019
Después de revisar los datos disponibles y de consultar a expertos, Colombiacheck califica la frase como cuestionable, pues aunque las cifras a las que la senadora se refirió coinciden con las actualmente disponibles, no son suficientes para sacar conclusiones definitivas sobre la resiembra y además hay dudas sobre la fiabilidad de esas cifras.
El Informe Ejecutivo consolidado Número 16 del Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos Ilícitos, PNIS, de la Oficina de Nacionas Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus cifras en inglés) calcula en 0,6 por ciento la resiembra o rebrote de las áreas donde revisó el cumplimiento de los compromisos suscritos en el acuerdo individual entre las familias y el PNIS.
“Pasado un año de la realización del primer pago en 7 municipios de igual número de departamento, a 31 de enero de 2019 UNODC verificó 1.615 hectáreas de cultivos ilícitos erradicados voluntariamente y evidenció la persistencia de 9,6 hectáreas, correspondiente al 0,6%”, indica el informe.
Pero Juan Carlos Garzón Vergara, Director del Área de Dinámicas del conflicto de la Fundación Ideas para la Paz, asegura que estos datos hay que manejarlos con cuidado porque son indicativos, pero se reducen a siete municipios. “Es una selección de municipios en los que se concluye que el porcentaje de resiembra en los lotes que han sido registrados en el PNIS es del 0,6 por ciento, eso es distinto a decir que la resiembra en la sustitución tiene ese valor, porque hay que tener en cuenta que la información de campo da cuenta de que la gente no siembra en el mismo lugar, entonces es difícil estimar. Textualmente no hay resiembra en los lotes verificados por Unodc, pero ahí hay que tener en cuenta nuevas siembras en otros lugares”, señaló.
En el artículo “A Duque no le cuadran las metas de reducción de la coca ¿cómo ayudarle a ajustarlas?” Garzón Vergara indica que el Ministerio de Justicia y la UNODC estiman la resiembra luego de la erradicación manual en un 37 por ciento y que aunque hay pocas estimaciones disponibles sobre la resiembra en el caso del desarrollo alternativo en la sustitución de cultivos, los actores involucrados afirman que es muy baja. “En el caso del programa ‘Familias Guardabosques’, según los reportes de la Agencia Presidencial para la Acción Social y UNODC, la tasa de resiembra fue del 1 por ciento”, señala el artículo.
Según estimaciones de Dejusticia, “la tasa de resiembra con la aspersión aérea es cercana al 35%”.
La UNODC evalúa el comportamiento de los cultivos de coca en las áreas con erradicación manual forzosa. En 2016 estimó que el consolidado de la resiembra fue del 28 por ciento, tres puntos porcentuales más que en 2015.
Para Garzón Vergara, en general, se puede ver que el nivel de resiembra es mucho mayor en la forzada y, con la poca información que hay, que es bajo cuando se hace sustitución, quien concluyó que cada metodología tiene limitaciones.
El análisis “Aspersión aérea de cultivos en Colombia, una estrategia fallida”, de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos, WOLA, hace énfasis en lo que para muchos expertos es la clave del éxito de la sustitución, las medidas complementarias que garanticen la sostenibilidad de los cultivadores. “Depende en gran medida de alternativas reales que se ofrezcan a los campesinos para evitar el desplazamiento de los cultivos a nuevas áreas más alejadas (efecto globo)”.
Sin embargo, Daniel Mauricio Rico, investigador en temas de economías criminales y desarrollo rural, asegura que el país adolece de un sistema autónomo y fiable para medir las principales variables de la lucha contra las drogas, entre ellas la resiembra, porque las cifras dependen de los contratistas del Estado o de los funcionarios responsables de las mediciones y que necesitan presentar resultados.
Rico indica que investigaciones propias no le han dado menos del 84 por ciento de resiembra, pero aclara que ese resultado tiene que ver mucho con la metodología. “No hay una cifra que uno puede decir que sea oficial y verídica.