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Chequeo Múltiple
En entrevistas con los diarios El Nuevo Siglo y El Tiempo, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, dio un balance de algunos de los logros del gobierno de Juan Manuel Santos en materia económica. Insistió sobre todo y con mayores detalles en tres de ellos: crecimiento económico, reducción de la pobreza y disminución de la desigualdad. Pero algunas cifras no cuadran del todo.
En El Tiempo, Yamid Amat le preguntó a Cárdenas si el crecimiento de estos ocho años había sido menor que el de la presidencia de Álvaro Uribe (2002-2010).
El ministro desvió la pregunta y contestó con relación a la década anterior: “El crecimiento promedio del 2010 a hoy ha sido 4 por ciento, el crecimiento promedio de la década anterior fue 3,9 por ciento”. Falsa.
La comparación que hace el ministro de estos ocho años con décadas anteriores no es acertada. El crecimiento económico de estos dos periodos presidenciales de Santos (hasta 2017) es del 3,8% en promedio, mientras que en la década pasada el crecimiento fue del 4,1%. Es decir que las cifras reales son el contrario de las que Cárdenas le dio a Amat, e incluso la diferencia es más amplia.
Además, la década completa incluye dos años y medio del gobierno de Andrés Pastrana, cuando el país apenas se estaba recuperando de la recesión. La pregunta del periodista iba dirigida a una comparación exclusiva con los dos mandatos de Uribe, en los que el promedio de crecimiento fue de alrededor del 4,4%.
Por otra parte, Cárdenas señaló en El Nuevo Siglo que, con estos resultados, “hemos estado por encima de América Latina, hemos estado por encima de las décadas anteriores desde los años 80”. Inflada.
Frente a las dos últimas décadas del siglo XX, la comparación sí es cierta. De 1980 a 1989 el país creció 3,4 por ciento. Y de 1990 a 1999 lo hizo apenas 2,9 por ciento en promedio. Es decir, que en los 80 fueron siete puntos menos que en gobierno Santos y los 90 estuvieron 15 puntos por debajo. Pero, como ya se dijo, otra es la historia con los años del 2000 al 2009.
En cuanto a los datos del continente, la recopilación hecha por el Banco Mundial (BM) demuestra que, desde 1980, el país sí ha estado la mayoría de las veces por encima del promedio regional. En estos 37 años, Colombia ha estado por debajo del promedio de América Latina y el Caribe 11 veces. Desde la recesión de 1999 (único año desde 1980 en la que la economía colombiana se contrajo), Colombia solo ha vuelto a estar por debajo del promedio regional en 2004 (5,3% vs. 6,3%), 2008 (3,5% vs. 3,9%) y 2010 (3,9% vs. 5,8%). Además, las mayores diferencias por encima del promedio regional se obtuvieron entre 2014 y 2016, es decir, en el segundo mandato de Santos.
Pero estos números no se pueden interpretar fuera de contexto. Según el decano de Economía de la Universidad del Rosario, Carlos Sepúlveda, “el Gobierno es altamente responsable del buen curso de la economía, pero hay otros factores”. El académico y exdirector del DANE señaló que a Santos le tocó recibir un “choque fuerte” por cuenta de la caída en los precios del petróleo. Por eso reconoció que él y Cárdenas “actuaron lo más responsablemente posible” frente a esa crisis, de modo que evitaron una desaceleración mayor a la que se vivió.
Cárdenas también resaltó la reducción de la pobreza y la desigualdad como “una de las grandes conquistas del gobierno Santos” y en ambos periódicos dijo que Colombia fue el país de América Latina con las mayores disminuciones en ambas variables.
En El Tiempo, el ministro dijo sobre pobreza monetaria extrema (es decir, el porcentaje de personas que no tienen suficiente dinero para costearse una canasta alimentaria básica) que “en el 2010, más del 12 por ciento de las personas en Colombia no tenían un ingreso suficiente para comer. Hoy es el 7 por ciento. Eso quiere decir que hay 1 millón 900.000 personas que en el 2010 pasaban hambre y ahora no”. Verdadera.
Estas cifras coinciden con las del DANE: la pobreza monetaria extrema pasó de 12,3% en 2010 a 7,4% en 2017.
Cárdenas también dijo que “la pobreza de vivir en una casa sin piso de concreto o sin servicios públicos, no tener acceso a la educación, o no contar con trabajo, la llamada pobreza multidimensional, bajó de 30 por ciento de la población a 17 por ciento. Eso significa que hoy tenemos 5’400.000 personas menos en esta situación”. Verdadera.
En este caso, Cárdenas también tiene razón, pues la medida multidimensional de la pobreza (que incluye otros factores como el empleo, la salud, la educación) bajó de 30,4% a 17% en los mismos años.
Por otra parte, el ministro aseguró que “logramos disminuir la pobreza y la desigualdad más que cualquier otro país de América Latina”. Falsa.
El ministro no menciona la pobreza monetaria, en la que se cuenta el porcentaje de personas que no pueden costearse una canasta básica que, además de alimentos, incluye bienes no alimentarios. Esta es con la que se puede hacer una mejor comparación con el resto de América Latina, porque la medición multidimensional como la hace Colombia desde 2011 no se hace o es mucho más reciente en la mayoría de países de la región.
En Colombia, este indicador es más alto que los otros dos mencionados, aunque también bajó en el gobierno Santos. Pasó del del 37,2% al 26,9%. Sin embargo, en la base de datos del BM que está actualizada hasta 2016, hay otros países del continente con mayores reducciones de pobreza monetaria, tanto en puntos porcentuales como en proporción.
Por ejemplo, República Dominicana bajó 11 puntos de 2010 a 2016, mientras que Perú y Paraguay bajaron 10. En el mismo lapso, Colombia bajó en 9 puntos. La reducciones de Perú y Ecuador fueron cerca de un tercio de la tasa, mientras que la colombiana fue la cuarta parte al mismo tiempo. Aunque el país tiene datos más bajos en 2017 que en los años anteriores, estos no son comparables con las del resto del continente en los registros del BM, que son un año más antiguos.
El banco maneja otras mediciones de pobreza con base en tres líneas de ingreso distintas, pero en todas hay países con mejores resultados que Colombia. La conclusión es que los datos disponibles no permiten afirmar, como lo hizo el ministro Cárdenas, que Colombia haya tenido la mayor reducción de pobreza de América Latina.
Con la desigualdad le pasa algo similar. Esta se mide con una variable llamada coeficiente de Gini, que va de cero (menos desigualdad) a uno (más desigualdad). Según el DANE, el coeficiente de Colombia pasó de 0,548 a 0,508 en el gobierno Santos (con datos hasta 2017), una reducción del 7%. Pero al comparar con los últimos datos de América Latina disponibles en el BM, Uruguay logró una disminución mucho más sensible entre 2010 y 2016, del 11% (de 0,445 a 0,397).
Para Sepúlveda, sin embargo, “lo más importante es ver la tendencia”, que en efecto es a la baja tanto en pobreza (en todas las opciones de medición) como en desigualdad. También destacó que estos avances del gobierno Santos se deben a “una política integral para darle impacto al concepto multidimensional”, es decir, al esfuerzo por mejorar las condiciones de vida en general de la población en temas como salud, educación o vivienda, y no solo enfocarse en sus ingresos.
Advirtió, no obstante, que para combatir mejor ambos fenómenos se requieren cambios más de fondo en el sistema tributario y los programas de subsidios. Sin embargo, reconoció que las implicaciones políticas de esas decisiones hacen que sea difícil para los políticos tomarlas.