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Cuestionable
Circula en redes una invitación a la marcha del 21 de abril en contra de las reformas del gobierno de Gustavo Petro, en la que se empieza por sostener que Petro “no dejó llenar los embalses cuando se le avisó a tiempo”. Por esto, dice la publicación, ahora se está “sin agua cada diez días INDEFINIDO”.
Además, la imagen compartida tiene otros mensajes como “Full Impuestos a todo”, “Sin Medicamentos” o “Sin Seguridad”. Sin embargo, estas frases no son verificables, sino predicciones sobre el futuro, opiniones o afirmaciones demasiado generales.
Si bien ninguna de las publicaciones que ha compartido la imagen con ese texto se ha hecho viral por sí sola hasta el 19 de abril, el contenido sí circula en diferentes plataformas y perfiles. Por ejemplo, en TikTok y, sobre todo, ha sido publicada constantemente desde el 14 de abril en Facebook (1, 2, 3, 4, 5 y 6).
Sin embargo, el mensaje establece una responsabilidad directa del presidente frente al nivel actual de estos cuerpos de agua. En contraste, personas expertas en el sector han explicado que la coyuntura actual se debe a factores como el fenómeno del Niño.
Hay un consenso entre especialistas en que la principal razón de la coyuntura es ese ciclo meteorológico. Además, preguntamos a un experto en hidrosistemas si alguna decisión política o acción humana hubiera podido ayudar a “llenar los embalses” y nos dijo que no.
Por otro lado, el racionamiento de agua es una medida que solo se ha tomado en Bogotá, no en todo el país.
No obstante, sí existen otras críticas con respecto a la falta de acción de su administración para prevenir la crisis. El gobierno sabía con tiempo de la llegada del Niño y conocía las recomendaciones que le hicieron actores del sector energético desde mayo de 2023. Aún así no las acató con diligencia y pudo haber adelantado acciones preventivas para que la actual crisis hídrica no fuera tan aguda. Por esta razón, calificamos como cuestionable la publicación.
Al 18 de abril de 2023 las reservas de los embalses que proporcionan energía a Colombia se encuentran en 28,56%, muy cerca del nivel crítico establecido, que es 27%.
Como registramos en un chequeo reciente, en la que la senadora María Fernanda Cabal, del partido opositor Centro Democrático, relacionaba el bajo nivel de los embalses con el uso de las centrales termoeléctricas, la coyuntura actual se debe a factores como el El Niño y la temporada de verano.
El citado fenómeno “se trata de un patrón climático natural asociado al calentamiento de las temperaturas superficiales del océano Pacífico tropical central y oriental”, como lo explica la Organización de Naciones Unidas (ONU). La entidad también afirma que uno de los efectos más típicos de este ciclo natural es el de provocar sequías graves en el norte de Suramérica.
Precisamente, en julio de 2023, cuando la Organización Meteorológica Mundial (OMM) anunció la llegada del Niño, el entonces secretario general de la entidad, Petteri Taalas, advirtió que su aparición “aumentará considerablemente la probabilidad de que se batan récords de temperatura y de que se desencadene un calor más extremo en muchas partes del mundo y en el océano”.
Este fenómeno también es la principal explicación de la pérdida de agua de los embalses para el investigador asociado del Instituto de Estudios Ambientales (IDEA) de la Universidad Nacional Erasmo Rodríguez y para Jairo Guerrero, oficial en Gestión del Recurso Hídrico en la organización no gubernamental Fondo Mundial para la Naturaleza, WWF Colombia.
Aún así, la recientemente nombrada secretaria general de la OMM, Celeste Saulo, ha dicho que “aunque El Niño ha contribuido a estas temperaturas sin precedentes, sin duda los principales culpables son los gases de efecto invernadero que atrapan el calor”.
Con esto coincide Armando Sarmiento López, experto en hidrología, profesor asistente y miembro del grupo de investigación ‘Ecología y Territorio’ de la Universidad Javeriana. “La alteración del patrón de precipitaciones es una de las consecuencias conocidas del cambio climático. Desde 1983 no se presentaba una situación en esta época con tan bajas precipitaciones que llevara a un racionamiento de agua”.
El docente se refiere al fenómeno del Niño más fuerte registrado por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) en todo el siglo XX. En esa ocasión, produjo una sequía tan crítica como la que se está viviendo actualmente, de acuerdo con Néstor Fonseca Herrera, quien fue testigo de crisis como trabajador de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), según le contó a El Tiempo.
“No. Los embalses dependen de la precipitación y nosotros no tenemos influencia directa en la precipitación”, sostiene Sarmiento López.
En el ‘Libro de Preguntas y Respuestas sobre Embalses’, hecho en 2011 por el Consejo Nacional de Operación, un ente privado que vela por un funcionamiento seguro del Sistema Interconectado Nacional de energía, se explica que los embalses pueden llenarse en ciclos diarios, mensuales, anuales y hasta multianuales. Además, relaciona en al menos tres oportunidades el nivel de los embalses con las lluvias. Por ejemplo, al explicar sus ciclos, el texto dice que un embalse “acumula las aguas durante el período de lluvias, 3 a 6 meses según la región, para usarlas en el período seco”.
En otra parte explican: “El beneficio de los embalses en épocas de verano se manifiesta en una mayor entrega de agua a sus usuarios, de la que naturalmente les llegaría en épocas de sequía, pues parte del agua almacenada durante la temporada de lluvias se guarda para su posterior utilización”.
Finalmente, en entrevista con Uniminuto Radio el 19 de abril, el meteorólogo Max Herníquez afirmó que, en este momento, “para llenar los embalses se necesita que llueva todo el resto del año”.
Sin embargo, el propio Herníquez es crítico frente a la coyuntura actual. En la misma entrevista, dijo que la situación de Bogotá se debe a “causas creadas por nosotros mismos que no hemos sabido manejar. Ya se sabía desde el año pasado que íbamos a tener sequía”.
Ante estas alertas en marzo de 2023, la entonces ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, descartó tajantemente la posibilidad de un racionamiento de energía.
NO existe riesgo de racionamiento de energía eléctrica en 🇨🇴. No entendemos con qué interés, algunas personas quieren generar pánico. Los embalses del país están por encima del promedio de hace 2 décadas, incluso son superiores a los de 2015, cuando se presentó fenómeno del niño. pic.twitter.com/Ilpl8ZsJTB
— Irene Vélez-Torres (@IreneVelezT) March 23, 2023
En Colombiacheck revisamos esta afirmación y la calificamos como cuestionable, pues la ministra no contempló todos los factores y actores que juegan en la generación y transmisión de energía. Sobre todo, Vélez le bajó la caña al impacto y la rapidez con la que el fenómeno del Niño puede secar los embalses y se confió de las reservas que tenía el país en ese momento.
Apenas dos meses después de estas declaraciones, en mayo de 2023, la Asociación Colombiana de Distribuidores de Energía Eléctrica (Asocodis) envió una carta a la entonces ministra Vélez en las que recomendaba, entre otras acciones ,“incentivar la óptima y eficiente operación del sistema en las actuales condiciones hidrológicas, para evitar riesgos de desabastecimientos. En ese contexto, se debe analizar la conveniencia en preservar el recurso hídrico y que las plantas de generación térmica puedan generar al máximo”.
El gremio también pidió implementar programas y planes para fomentar un uso racional de la energía y considerar dejar de exportar energía a Ecuador.
La presidenta de la Asociación Colombiana de Grandes Consumidores de Energía Industriales y Comerciales (Asoenergía), Sandra Fonseca, le dijo a El Tiempo que “las medidas aplicadas por el Ministerio fueron tardías, desafortunadamente. Y ahora solo tratamos de resolver cómo cubrir la demanda con la oferta disponible. Esto quiere decir que, si no llueve, y la demanda se incrementa aún más, estaríamos a días del racionamiento”.
Fonseca también dijo que parte del problema es que el gobierno sigue esperando las lluvias, pero esta es una apuesta demasiado arriesgada.
Según explica el profesor Sarmiento, aunque hubo pronósticos y alertas, es imposible anticipar el comportamiento de las lluvias con seis meses o un año de anticipación. “Nosotros [los humanos] todavía no podemos anticiparnos de manera precisa al comportamiento de la precipitación a escala regional y local. No tenemos la capacidad para predecir cuánto va a llover en un año”.
Si bien los pronósticos cercanos son más acertados, no se puede predecir con precisión el clima con mucho tiempo de anticipación, porque es un sistema muy complejo y multifactorial. Para este año, en el caso de Colombia “el pronóstico del Ideam fue errado”, dice Sarmiento.
Esto coincide con las declaraciones que dio Natasha Avendaño, la gerente de la EAAB, al medio español El País: “Cuando cerramos el año [2023] estábamos en El Niño y el nivel del sistema Chingaza estaba alrededor del 42%, que no era un nivel crítico. No estábamos ni en alerta amarilla. Según los pronósticos, hacia finales de febrero podría empezar a llover y terminaría El Niño, pero eso no ha pasado”.
Por ahora, la salida a la emergencia actual depende de que llueva, pero la responsabilidad de evitar que esto pueda volver a suceder es social, según dijo Julián Segura, director del Área Ambiental y de Energía de la Universidad EAN, a Caracol Televisión: “Sí necesitamos que llueva. Necesitamos fuertes lluvias que logren recargar estos embalses. Pero no podemos dejarle la responsabilidad únicamente a la lluvia para que nos vuelva a llenar los embalses. Esto es una responsabilidad ciudadana, estatal, pública, privada; esto es de todos”.
A esto, Fonseca, de Asoenergía, apunta que “la economía de un país no puede estar dependiendo de si llueve un fin de semana o no, hay que solucionar el problema de fondo”.
Por todo lo anterior, en Colombiacheck calificamos como cuestionables las publicaciones que afirman que “Petro no dejó llenar los embalses”.
Estrictamente, ninguna decisión política o acción humana puede hacer que los embalses se llenen, pues los ciclos de llenado de estas estructuras dependen de las lluvias. Sin embargo, expertos y entidades del sector energético hicieron advertencias y recomendaciones puntuales desde mayo de 2023 para evitar una crisis como la actual.
Por lo tanto, aunque el gobierno no puede controlar la intensidad del fenómeno del Niño o que llueva, sí pudo haber acatado con diligencia y antelación las recomendaciones que se le hicieron con tiempo, por lo que no está libre de responsabilidad frente a la coyuntura hídrica del país.