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Jueves, 08 Septiembre 2022

Barco pesquero de bandera venezolana en Bahía Solano nunca violó soberanía marítima colombiana

Por María Mónica Acuña

La embarcación, denunciada con un video viral por pescar en una zona prohibida, estaba al servicio de una empresa de Colombia.

El 28 de agosto,  la cuenta  de twitter “Sara Montiel”, divulgó un video acompañado del mensaje: “¿Ya vendieron nuestra soberanía?”. En la grabación aparece el alcalde de Bahía Solano, Ulmer Mosquera, denunciando la presencia de un barco pesquero con bandera venezolana que estaba adelantando labores de pesca industrial en una zona de protección de fauna marina y, además, afirma que el barco extranjero viola la soberanía del país con su práctica. La publicación cuenta con 11.000 reproducciones, fue compartida 666 veces, tiene 633 ‘me gusta’ y fue citado en 79 trinos más.

A esa narrativa de la presunta violación de la soberanía marítima también se sumó la senadora del Centro Democrático Ruby Changüí, quien trinó: “Barco venezolano realiza pesca ilegal en Bahía Solano. Inaceptable. Todo nuestro rechazo. Colombia debe defender su soberanía y proteger sus especies marinas”. En eso también coincidieron otros perfiles en Twitter (1, 2) que  incluso hicieron llamados a la Cancillería para que se apersonaran del caso.

Como en redes sociales se ha divulgado de manera viral este tipo de publicaciones alrededor del tema del barco y su presunta violación a la soberanía marítima, en Colombiacheck decidimos verificar la información y encontramos que es cuestionable, primero porque, a pesar de que la embarcación sí tenía la bandera venezolana, el barco presta servicios a una compañía colombiana y segundo,  no es un caso de violación a la soberanía porque la empresa cuenta con un permiso de operación activa en Colombia que fue expedido por la entidad nacional regulatoria, que luego del hecho está en proceso sancionatorio, ya que la zona en donde adelantaron la operación de pesca comercial industrial trasciende de lo establecido por el mismo, así lo confirmó la misma ministra de Ambiente, Susana Muhamad.

El video de la publicación fue tomado inicialmente de la cuenta de Twitter del alcalde Mosquera, quien desde el viernes 27 de agosto denunció que el barco con bandera extranjera adelantó labores de pesca en el área exclusiva de pesca artesanal llamada Cabo Marzo, exactamente en el norte del Chocó.

“Gran indignación y rechazo ha causado entre pescadores y todos los que habitamos  en el municipio de Bahía Solano, por la presencia de un barco pesquero a la altura de un sitio conocido como Cabo Marzo, muy cerca de Bahía Solano (....). Hoy nos encontramos con un barco de bandera venezolana, arrasando con toda la fauna marina que hemos cuidado nosotros por siglos”, dijo. “Rechazo la presencia de este barco extranjero, sobretodo porque se encuentra en una zona exclusiva de pesca artesanal. La masacre fue inmensa. En los videos que circulan se pueden observar cómo los delfines saltan de las mallas en las que se encuentran atrapados. Muchos la tildan de una verdadera masacre de nuestra fauna marina”, agregó.

El funcionario municipal también denunció en su Facebook la práctica, junto a videos de lo sucedido, y dijo: “Mientras nosotros cuidamos nuestros recursos naturales y la Corte Constitucional prohíbe la pesca deportiva, las grandes empresas pesqueras arrasan sin clemencia nuestra fauna marina”.

El lugar al que se refiere el alcalde es la reserva natural regional Cabo Marzo, que está ubicada en el norte de la costa Pacífica, cerca a los municipios de Bahía Solano, Juradó y Puerto Mutis, en el norte del Chocó. Este es el último ecosistema terrestre notable antes de llegar a Panamá. Se prolonga hacia el mar por medio de varios cayos rocosos y forma una piscina natural, que termina por ser un acuario para corales, peces y demás habitantes de esta fauna marina.

Según la organización Colparques, en este ecosistema abunda una fauna variada entre las que destaca el atún, el marlin, las tortugas, ballenas, tiburones, delfines, grandes cuadrúpedos y reptiles. Sirve como puente para el paso de la fauna y la dispersión de la flora con Norteamérica, Centroamérica y América del Sur.

El viernes 26 de agosto un barco atunero de bandera venezolana entró a desarrollar labores de pesca comercial industrial en la reserva natural, un área protegida de la Zona Exclusiva de Pesca Artesanal -ZEPA- que beneficia a los usuarios de los recursos marinos y costeros y sus ecosistemas. Esta fue aprobada por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca y el Consejo de Estado en su sentencia del 11 de junio de 2020, luego de que comunidades de Bahía Solano y Juradó, representadas en la Federación de Trabajadores de la Pesca Artesanal de la Costa Pacífica Chocoana (Fedepesca) y el Consejo Comunitario de Los Delfines, acudieron a ellos para exigir el cumplimiento de sus derechos. El tribunal ordenó mitigar los impactos de la pesca industrial, ampliar la ZEPA y fortalecer los esquemas de control y vigilancia. 

La embarcación atunera inició su operación de pesca comercial industrial con el lanzamiento de una mega malla de arrastre ante la mirada de habitantes y pescadores de la zona,  quienes presenciaron el hecho y lo grabaron con total asombro. En las imágenes se pueden observar los delfines saltando de la malla e incluso en otros de ellos se ve a buzos intentando sacarlos del depredador arrastre de este elemento de pesca.

El fotógrafo Jesús Abad Colorado compartió videos de lo sucedido, en donde se puede apreciar la angustia de los delfines por salir de esa gran malla de pesca.

La Corporación Autónoma Regional para el Desarrollo Sostenible del Chocó, Codechocó, rechazó el acto en comunicado oficial por atentar contra la fauna marina; y aseguró que en su compromiso con la protección de los recursos hidrobiológicos del territorio, brindará todo el apoyo técnico a la Dirección Marítima (Dimar) del Ministerio de Defensa y a la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (Aunap), para fortalecer este tipo de procesos. 

Además, la corporación pudo establecer  que la embarcación se encontraba en las coordenadas geográficas: 06º 36´505” N 77º 59´737” W, ubicación que corresponde a la Zona Especial de Manejo Pesquero ZEMP, lo que implica que el barco sí ingresó a un área en dónde la pesca comercial industrial está prohibida para embarcaciones de este tipo. 


La embarcación atunera

El barco atunero de esa acción es el Taurus 1, una embarcación venezolana que opera para la empresa colombiana Mar Atún Ltda., que tiene domicilio en Bogotá. Así lo detalla el certificado de la patente  de pesca 9639 expedido por la Aunap, que además afirma que la empresa tiene su documentación de actividad actualizada, pero que esta no la faculta para ingresar en zona de pesca artesanal.

Según la última actualización de la autoridad, esta patente autoriza la pesca de atún en el área marítima de operaciones del océano Pacífico colombiano y oriental y tiene como puerto de desembarque a Tumaco, Nariño.


Patente de pesca 9639, concedido por la AUNAP

El personero de Bahía Solano, Carlos Cardona, expuso la necesidad de controles más estrictos por parte de las autoridades (guarda costas e infantería de marina) y denunció la violación de la ley por parte de los ocupantes de la embarcación al atrapar delfines y otras especies en estas zonas protegidas. 

A su paso, el Ministerio de Ambiente abrió una investigación sancionatoria a la empresa, luego de que la ministra Muhamad dijera en redes sociales que, a pesar de que la embarcación venezolana presta servicios a la empresa nacional y contaba con los permisos de operación, en esa ocasión entró al área protegida y superó los acuerdos establecidos en los permisos. Así lo expresó la funcionaria: “Dada las denuncias al barco Taurus I, junto a las autoridades públicas determinamos que: El barco contaba con permiso para realizar la actividad, más no estaba autorizado para efectuar la pesca en el lugar que se encontraba; ya que el permiso era a 30 millas”.

En ello también coincidieron organizaciones defensoras de la biodiversidad marina como Mar Viva Col, y el centro de excelencia académica a nivel global de las ciencias del mar, CEMarin, quienes rechazaron la presencia del barco atunero en esa área marítima,  argumentando que el barco Taurus 1 presuntamente sostuvo actividades en zona protegida, generando serias afectaciones a múltiples especies marinas y al ecosistema, argumentando de las mallas de arrastre usadas por ellos incrementan esos peligros a la biodiversidad.

“Lo preocupante es que estas redes de pesca industrial son gigantescas, estás llegan a tener kilómetros de longitud y la cantidad de especies que quedan atrapadas en medio de esta práctica es enorme, en verdad, lo que sucede debajo de la superficie oceánica es una verdadera masacre ambiental”, escribieron.

Además, agregaron: “Esta práctica también tiene repercusiones sobre la comunidad, porque otros afectados son los pescadores artesanales, debido a que estas zonas están para que estos desarrollen pesca de bajo impacto y den sustento a sus familias”

Por lo anterior en Colombiacheck calificamos esta información como cuestionable porque, a pesar de que el barco cuenta con una bandera venezolana, opera en el Pacífico colombiano para una empresa colombiana domiciliada en el país, lo que implica que no se violentó la soberanía marítima y contaba con sus permisos en regla para pescar, pero no para  invadir el área protegida de Cabo Marzo.