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Falso

Martes, 05 Abril 2022

Falso, tormenta solar no causará terremotos en los próximos días

Por Sharon Mejía Campo

El fenómeno espacial únicamente causó alteraciones en las ondas de radio de la Tierra que llevaría a alteraciones en las comunicaciones y, aunque tuvo un alto nivel, no fue el más potente de los últimos tiempos.

A raíz de la última llamarada o tormenta solar registrada el 30 de marzo de 2022, circula una desinformación en  redes sociales en la que se asegura que esta fue la más fuerte en mucho tiempo y que se presentarán posibles  terremotos en los próximos días. 

La página de Facebook “Sismo Alerta”  publicó el pasado 31 de marzo una imagen que muestra al continente americano como la zona de mayor impacto de los terremotos postreros, supuesta consecuencia de la llamarada solar, acompañada de la descripción: “Atentos: Se produjo una Gran llamarada solar clase X 1.38 (muy fuerte), esta es la llamarada más grande que hemos tenido en mucho tiempo) y se espera un bloqueo de radio fuerte (R3) y posibles terremotos entre los 7.0 y los 9.0 grados en los próximos días. La imagen muestra la zona que será golpeada con fuerza...Norteamerica, Centroamerica, Sudamerica y El Caribe ... tomar precauciones, los mantendremos informados”. 

La publicación cuenta con 668 comentarios y ha sido compartida más de 2.800 veces, por lo que desde ColombiaCheck decidimos verificarla. Al hacerlo, encontramos que es falsa. Una tormenta solar de mayor potencia se reportó en 2017 y estos eventos tienen impacto en las radiofrecuencias y comunicaciones, pero no están relacionados con los terremotos, los cuales no se pueden predecir.

De acuerdo con la NASA (entidad oficial de Estados Unidos que registró e informó sobre el reciente evento solar), “el 30 de marzo de 2022, el Sol emitió una llamarada solar que alcanzó su punto máximo a la 1:35 p. m. Además, el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA capturó una imagen del evento, que lo clasificó como una llamarada de clase X”.

Según la agencia espacial, las llamaradas solares son poderosas ráfagas de radiación, poderosas explosiones de energía que no puede pasar a través de la atmósfera de la Tierra para afectar físicamente a los humanos en el suelo, pero, cuando son lo suficientemente intensas, pueden perturbar la atmósfera en la capa donde viajan las señales de GPS y comunicaciones.

La NASA amplió la información oficial sobre este fenómeno y explicó que “las llamaradas y las erupciones solares pueden afectar las comunicaciones por radio, las redes de energía eléctrica, las señales de navegación y presentar riesgos para las naves espaciales y los astronautas” (...) “Esta bengala logró una calificación de Clase X1.3, la cual denota los destellos más intensos, mientras que el número proporciona más información sobre su fuerza. Por ejemplo, un X2 es dos veces más intenso que un X1, un X3 es tres veces más intenso”.

Por su parte, el Centro de Predicción del Clima Espacial de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA por sus siglas en inglés), reconoce que las llamaradas solares “son grandes erupciones de radiación electromagnética del Sol que duran de minutos a horas, en donde el estallido repentino de energía electromagnética viaja a la velocidad de la luz, por lo tanto, cualquier efecto sobre el lado iluminado por el sol de la atmósfera exterior de la Tierra ocurre al mismo tiempo que se observa el evento”. 

De acuerdo con el Centro, el aumento del nivel de rayos X y la radiación ultravioleta extrema (EUV) da como resultado la ionización en las capas inferiores de la ionosfera  (parte activa en la atmósfera en donde los gases son agitados por la radiación solar para formar iones con carga eléctrica), en el lado iluminado por el sol de la Tierra. 

“En condiciones normales, la alta frecuencia y las ondas de radio pueden soportar la comunicación a largas distancias por refracción a través de las capas superiores de la ionosfera. Cuando ocurre una llamarada solar lo suficientemente fuerte, se produce ionización en las capas inferiores y más densas de la ionosfera, y las ondas de radio que interactúan con los electrones en las capas pierden energía debido a las colisiones más frecuentes que ocurren en las capas superiores”. 

Esto, según la entidad, puede hacer que las señales de radio de alta frecuencia se degraden o se absorban por completo, dando como resultado un apagón de radio, es decir, la ausencia de comunicación de alta frecuencia, que afecta principalmente a la banda de 3 a 30 MHz.

Además, en uno de los boletines recientes del Centro de Predicción, en donde reportan otra llamarada ocurrida el 31 de marzo, también encontramos una imagen muy similar a la usada en la desinformación, con la diferencia de que esta incluye un texto sobre los posibles efectos del evento solar, entre los cuales resaltan apagones limitados de radio frecuencia, pérdida o intermitencia de contacto durante 10 minutos, y baja frecuencia de la señal de navegación durante el mismo tiempo aproximadamente, sin mencionar ningún posible efecto relacionado con terremotos.

No fue la tormenta solar más potente

La tormenta solar más potente registrada hasta el momento ocurrió en 1859, causando principalmente una afectación a la red de telégrafos en Estados Unidos y Europa. En ese momento, la potencia del fenómeno produjo auroras que pudieron ser vistas, incluso, a latitudes ecuatoriales, como las que se vieron en Montería la noche del 31 de agosto de ese año.

En tiempos más recientes, la NASA también registró la tormenta solar más potente de la década ocurrida el 8 de septiembre de 2017, la cual alcanzó una clasificación de X 8.2

Desde ColombiaCheck también consultamos al físico Santiago Vargas, docente investigador del Observatorio Astronómico Nacional, quien afirmó que “este tipo de eventos solares son cada vez más frecuentes, sobre todo, cuando el Sol entra en la fase creciente de su ciclo de actividad, hasta llegar a un momento donde ocurren con mucha más frecuencia durante el máximo solar, que es un período regular de mayor actividad solar en el ciclo de 11 años del Sol”.

Impactos en la tecnología satelital, no en terremotos

Sobre la posibilidad de que este evento tenga relación con posibles futuros terremotos, el profesor Vargas aclara que “a la fecha no hay estudios concluyentes que relacionen a las tormentas solares con generación de terremotos en la Tierra, además del hecho de que los terremotos no son fenómenos que se puedan predecir, por lo cual la información sobre posibles terremotos de diferente intensidad es falsa”, sostiene. 

Esto, a su vez, concuerda con el Servicio Geológico Colombiano, que recuerda  a través de un trino, que no es posible predecir los sismos.

Otros medios verificadores como Efe Verifica también han chequeado afirmaciones relacionadas con la predicción de terremotos, y llegaron a la conclusión de que estos no se pueden predecir, sólo la probabilidad de sismos, de acuerdo a la información científica disponible, como lo manifiesta en su sítio web la agencia científica de Estados Unidos, USGS.

Respecto a los bloqueos de radio que advierte la publicación de Facebook, el experto aclara que esto se refiere a que “puede haber interferencia en las comunicaciones, específicamente en señales de ondas de radio que típicamente se reflejan en la ionosfera, una capa que se ve afectada considerablemente con el influjo de radiación solar de alta energía y que, entre otras cosas, actúa como un escudo para la Tierra contra esas radiaciones.

Sobre los posibles impactos en la humanidad, el profesor Vargas añade que los principales riesgos y consecuencias de estos fenómenos están asociados a la tecnología satelital y las comunicaciones. Igualmente, la posibilidad de apagones generalizados en sitios en latitudes altas y bajas, como ha ocurrido en ocasiones anteriores en Canadá (1989) o Suecia (2003).

“El Sol es el principal protagonista de lo que se denomina clima espacial, afectando las condiciones del medio interplanetario y de nuestro planeta. De allí que el estudio del Sol tenga implicaciones directas incluso sobre la planeación de futuras misiones tripuladas a la Luna o a Marte, dado que el clima espacial podría ser un obstáculo si no podemos predecir cuándo y cómo puede afectar la misión” (...) “Por ejemplo, este año una tormenta geomagnética afectó e inhabilitó a 40 satélites de Starlink que habían sido lanzados hacía pocas semanas, dejando pérdidas multimillonarias. Si un evento como el ocurrido en 1859 sucediera hoy en día, las consecuencias sobre los sistemas interconectados de la sociedad actual podrían ser muy serias y las pérdidas se estiman en trillones de dólares”.

Agrega que la comunidad científica espera que el próximo máximo solar ocurra hacia el 2025-2026, momento en el cual serán mucho más frecuentes las fulguraciones y eyecciones de masa coronal, que en los años siguientes disminuirían hasta volver a alcanzar el mínimo solar. 

Con esta información, en ColombiaCheck calificamos como falsas las afirmaciones de una publicación en Facebook sobre que la llamarada solar del 30 de marzo de 2022 fue la más potente en los últimos tiempos y que, además, podría desencadenar terremotos.