A finales de febrero, el presidente, Gustavo Petro, relacionó el aumento en la demanda con la escasez de insulina en el país, por lo que esta hormona, otros medicamentos antidiabéticos, como Saxenda u Ozempic, y la posibilidad de su desabastecimiento se han convertido en un nuevo pararrayos del debate político.
Por un lado, el argumento del mandatario apuntaba a defender su proyecto de reforma al sistema de salud, diciendo que el modelo actual permite el desvío de tratamientos de salud hacia personas que los utilizan con fines estéticos y señalando a las voces críticas de supuestamente defender “la codicia por encima de la vida humana”.
Por el otro, la situación está siendo aprovechada para decir que el gobierno de Petro está acabando con el sistema de salud e invitar a marchar el 6 de marzo, día en el que sectores de la oposición convocaron a una movilización en su contra. Así lo muestra un video publicado en el TikTok del coordinador nacional de activismo y militancia del Centro Democrático, Josías Fiesco, en el que, además de invitar a marchar, dice:
“Hay escasez de insulina en Colombia. Más de 1’700.000 personas podrían perder su vida en los próximos 30 días. Ya no se consiguen 1.300 insumos para medicamentos. Estamos bajo la Colombia inhumana que prioriza, que beneficia la criminalidad y se obsesionó en acabar la salud en Colombia”.
Sin embargo, esto es una exageración de la cifra de pacientes insulinodependientes y de la demanda del medicamento. A la vez, la situación de disponibilidad de antidiabéticos no se debe a desviaciones en el sistema de salud, como señaló Petro, sino al déficit de materias primas y cambios en las dinámicas del mercado en el mundo.
En este explicador contamos qué dijeron médicos frente a las declaraciones del presidente; cuál es el uso de la insulina y otros tratamientos para la diabetes y si sirven o no para adelgazar; además, lo que se sabe de la escasez de estos medicamentos en Colombia y otros países.
Una de las reacciones al discurso de Petro con más alcance en X fue la de Steven Arce, periodista con diabetes muy activo en esa red social, quien le respondió al mandatario: “Presidente @petrogustavo la insulina no adelgaza, ud se refiere a la semaglutida que es un supresor de apetito”.
En su cuenta de Instagram, la Asociación Colombiana de Medicina Interna (ACMI) compartió un comunicado en el que invita al presidente a “que los comentarios en salud reciban un concepto y asesoría técnica por las respectivas asociaciones científicas que existen en nuestro país”.
En diálogo con Blu Radio, el presidente de la Federación Diabetológica Colombiana, Carlos Mendivil, insistió en que la insulina tiende a subir el peso de las personas, no a bajarlo. Además, sugirió que Petro confundió esa hormona con un grupo de medicamentos llamados agonistas del receptor de GLP-1 (péptido similar al glucagón tipo 1, en inglés) “porque vienen en un dispositivo similar, pero no tienen absolutamente nada que ver con la insulina desde ningún punto de vista”.
Para abordar esto, primero hay que aclarar que los niveles de azúcar en sangre de una persona sana normalmente permanecen en un cierto rango (por debajo de los 99 miligramos por decilitro). Esto quiere decir que el cuerpo lo regula.
Ese sistema se centra en una hormona llamada insulina, que se libera desde células ubicadas en el páncreas. Esta acelera la transferencia de azúcar desde el torrente sanguíneo y se la entrega a los músculos, el hígado y tejidos grasos, donde se usa como combustible o se almacena para que el cuerpo la utilice más tarde.
Sin embargo, cuando no se tiene suficiente, el azúcar se acumula en la sangre, lo que ocasiona la diabetes y esto puede darse por varios factores, que determinan el tipo de la enfermedad. Si es tipo 1, es crónica porque el cuerpo no es capaz de producir la hormona o lo hace en muy poca cantidad. Tipo 2 es cuando los niveles de azúcar en sangre son demasiado altos y la insulina que se produce no es suficiente. La diabetes gestacional aparece durante el embarazo en personas que nunca antes han tenido esta enfermedad.
En Colombia, las últimas estimaciones de la Cuenta de Alto Costo revelan que 1’860.370 personas padecen diabetes. Durante el periodo comprendido entre el 1º de julio de 2021 y el 30 de junio de 2022, se reportaron 1’599.368 casos con el diagnóstico, de los cuales 78,49% corresponden a tipo 2 y 16,94%, a tipo 1.
Es ahí cuando aparece la terapia con insulina inyectada, que ayuda a algunas personas con esta enfermedad al suplir la función de la que debería producir el cuerpo normalmente. En los pacientes de tipo 1, requieren dosis todos los días; quienes tienen tipo 2, solo cuando otros tratamientos y medicamentos no logran esa regulación.
Estas cifras contradicen al diagnóstico de Fiesco, pues exagera la realidad de la insulina y la diabetes en Colombia al decir que 1.700.000 personas están en riesgo de morir. No todas las personas con diabetes tipo 2 (cerca de 1,26 millones) necesitan insulina en sus tratamientos.
La endocrinóloga Alba Luz Galvis Ávila le aclaró a Colombiacheck que no es correcto afirmar que la insulina se utiliza para bajar de peso, cuando lo que hace es predisponer a los pacientes a un aumento:
“La insulina es una hormona anabólica que incrementa el almacenamiento de la glucosa, ácidos grasos y aminoácidos. Permite que las células puedan captar la glucosa (azúcar) que necesitan para su energía. Como la insulina es una hormona de ‘proliferación’, que hace ‘crecer’, por lo tanto, entre otras cosas, crecerá la grasa, ese es el mecanismo que hace incrementar el peso cuando los pacientes deben recibir insulina”.
Una búsqueda en la web con las palabras clave en inglés y español “insulina” y “perder peso” no arrojó resultados de enlaces, publicidades o páginas web que estuvieran promocionando la insulina como un medicamento para bajar de peso. De igual forma, al indagar en portales académicos, como Google Scholar, PubMed y Science, tampoco encontramos artículos de investigación o estudios que sugieran que la administración de insulina puede ser usada como medicamento para adelgazar.
De hecho, con la insulina sucede todo lo contrario, en la línea de lo afirmado por la doctora Galvis, la Clínica Mayo señala que, cuando una persona usa insulina, el azúcar puede entrar a las células, disminuyendo los niveles de glucosa en sangre, que es el objetivo. Sin embargo, si la persona ingiere más calorías de las que necesita para mantener un peso saludable, las células comenzarán a almacenar más azúcar de lo necesario y éste se convierte en grasa, haciendo que la persona aumente más fácilmente de peso si no maneja una dieta adecuada y acompañada de actividad física.
Actualmente, existen en el mundo varios medicamentos recetados para pacientes con obesidad que padecen diabetes, que ayudan a su pérdida de peso y a una mejor adherencia al tratamiento. Entre estos se encuentran la dulaglutida (Trulicity), la exenatida de liberación prolongada (Bydureon) y la semaglutida (Ozempic), que se administran semanalmente; la liraglutida (Victoza, Saxenda) y la lixisenatida, que se administran a diario, y la exenatida (Byetta), que se administra dos veces al día.
De acuerdo con información del Hospital infantil de Texas, estos medicamentos son conocidos como agonistas del receptor del GLP-1 y son fármacos inyectables que actúan como imitadores de una hormona del intestino delgado llamada GLP-1. Esta se libera luego de comer alimentos, aumentando la insulina en una persona sana.
Así, estos medicamentos no son a base de esa hormona. Están aprobados para el tratamiento de la diabetes tipo 2 en adultos al estimular las células del páncreas para que la liberen más, en respuesta a las comidas, por eso ayudan a controlar los niveles de azúcar en sangre. También ralentizan el ritmo de la absorción de los alimentos, lo que causa sensación de saciedad, evita que suban los niveles de azúcar rápidamente y que el hígado produzca mucha glucosa.
Según Galvis, el objetivo es aprovechar su efecto inhibidor del apetito para que al paciente le sea más fácil acoplarse al plan de alimentación propuesto por el médico tratante. La especialista explica que la Asociación Americana de Diabetes (ADA) y la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) han modificado el tratamiento, enfocándose en la pérdida de peso:
“La recomendación de pérdida de peso se ha aumentado, estableciéndose que las pérdidas más marcadas son aquellas que suceden por arriba de 10% y generan un mayor beneficio tanto en la prevención de aparición como en la obtención de las metas de control glucémico en las personas con diabetes, antes se sugería entre 5% y 7%. Esto no solo impactará al estado de diabetes o prediabetes, sino que tendrá múltiples beneficios de control sobre otros factores de riesgo cardiovascular, como hipertensión, dislipidemia y por supuesto, en la mejora de la sensación de bienestar de una persona con exceso de peso”.
Galvis explica que con la ayuda de estos medicamentos en pacientes diabéticos no solo hay pérdidas importantes de peso, sino que también una mejora en el control glucémico.
De acuerdo con el listado de registros sanitarios vigentes de medicamentos con principio activo, publicado en septiembre de 2023, y con el portal de consultas en línea del Invima, en el país actualmente cuentan con registro los medicamentos:
Principio activo |
Marca comercial |
Registro Invima |
Liraglutida |
Victoza |
2019M-0014110-R1 |
Liraglutida |
Saxenda |
2018M-0017986 |
Semaglutida |
Ozempic |
2019M-0019473 |
Semaglutida |
Rybelsus en tabletas de 3 mg |
2021MBT-0000042 |
Semaglutida |
Rybelsus en tabletas de 7 mg |
2021MBT-0000043 |
Semaglutida |
Rybelsus en tabletas de 14 mg |
2021MBT-0000044 |
Exenatida |
Bydureon |
2021M-0020208 |
Por su parte, el medicamento Lyxumia, con principio activo de lixisenatida, cuenta con registro sanitario número 2020M-0014608-R1, pero éste no está vigente desde el 30 de marzo de 2023.
Estos medicamentos están indicados como complemento a la dieta y el ejercicio para mejorar el control glucémico en adultos con diabetes mellitus tipo 2. Se comercializan con fórmula médica.
“Aunque medicamentos como liraglutida y semaglutida han demostrado buenos resultados en cuanto al control glucémico, la semaglutida se receta en nuestro país para uso exclusivo de pérdida de peso en pacientes con diabetes que además presentan obesidad. Actualmente no está disponible en Colombia para la pérdida de peso en personas no diabéticas”, señala Angélica Imitola, médica endocrinóloga.
De acuerdo con la experta, el manejo correcto de la diabetes debe ir acompañado de modificaciones del estilo de vida, un plan de alimentación balanceado, la realización de actividad física, hábitos de sueño adecuados y tratamientos farmacológicos adaptados a cada paciente.
La confusión de Petro con la insulina sacó del panorama un problema más delicado: la posibilidad de desabastecimiento del fármaco y otros antidiabéticos en Colombia, como advirtió la Fundación Voces Diabetes Colombia a raíz de un listado de abastecimiento y desabastecimiento de medicamentos en Colombia.
Sobre este tema, el Ministerio de Salud salió al paso con un comunicado. En este corrigió al presidente al aclarar que la escasez no se está presentando con insulina, sino con un antidiabético cuya demanda ha aumentado en todo el mundo: la liraglutida.
Lo propio hizo el ministro, Guillermo Alfonso Jaramillo, en declaraciones a RTVC Noticias, el informativo de la televisión pública, donde dijo: “La intervención que hizo el señor presidente tiene que ver en un hipoglucemiante oral utilizado por diabéticos, que ahora se está utilizando para los pacientes obesos para adelgazar”.
Además, refiriéndose a la escasez de insulina, el funcionario dijo: “No hay desabastecimiento, hay que ser claro. Ha habido un tema de escasez”. Entonces, según el gobierno, no hay desabastecimiento ni de insulina ni de liraglutida, sino escasez.
Pero esta diferencia planteada por el ministro tampoco aclara la situación, pues la escasez no es una definición técnica sobre la disponibilidad de medicinas. De acuerdo con un listado de abastecimiento y desabastecimiento de medicamentos del Invima, las categorías con las que la entidad establece la insuficiencia son dos:
Con base en esto y como informa un reciente comunicado del Ministerio de Salud, de los nueve tipos de insulina que se comercializan en Colombia, tres se encuentran en un estado especial de disponibilidad: Listro, Degludec y Glargina.
Las dos primeras se encuentran en monitorización, lo cual significa una de dos cosas: que pueden faltar cantidades disponibles para los próximos tres meses o que el productor no ha suministrado suficiente información para catalogarla como abastecida o en riesgo de desabastecimiento.
En riesgo de desabastecimiento sí se encuentra la insulina Glargina, producida por la farmacéutica Sanofi, que informó al Invima de una “demora e intermitencia en el suministro de la insulina (...) que ocasionaría un retraso en la llegada del producto al país”. También comunicaron la llegada de más suministros en los “próximos días”. Aunque este listado fue publicado en febrero y solo tiene información hasta el 24 de diciembre de 2023.
El diabetólogo Mendivil, en entrevista con El Tiempo, sostuvo sobre la insulina que “no sería correcto afirmar que está desabastecida por completo”. Aunque esto no implica que no haya dificultades para conseguir la hormona, sobre todo por fuera del sistema de salud: “Las empresas que la producen han privilegiado el canal institucional de las EPS sobre el canal particular, entonces está difícil de conseguir de manera particular, pero incluso en el canal institucional está un poco más escasa que antes”.
A esto hay que sumarle que las causas de la escasez no son tan claras. Por un lado, la directora de la Fundación Voces Diabetes Colombia, Érika Montañez, sostiene que esta se debe a tres factores: la tensión financiera del sistema de salud; problemas de disponibilidad y logística de materias primas como efecto post pandemia; y por problemas regulatorios para obtener los permisos sanitarios que otorga el Invima.
De hecho, la falta de materias primas o problemas con los permisos también ha sido una de las razones por las que la insulina también ha escaseado en otros países de la región desde 2023, como República Dominicana, Brasil y Ecuador.
PRONUNCIAMIENTO de Érika Montañez (@Kika_comunik) Dir. de la Fundación Voces Diabetes Colombia (@diabetesco) frente a escasez de insulina en Colombia. Llamado a atender con urgencia las causas que originan la contingencia. La insulina es un insumo vital para personas con diabetes pic.twitter.com/hKdtggIvnb
— Fundación Voces Diabetes Colombia (@diabetesco) February 23, 2024
Otras voces en redes sociales, como la de la epidemióloga María José Bustamante, le suman a estos factores las dinámicas del mercado, la regulación de precios de medicamentos y su influencia en la producción y demanda de algunos fármacos sobre otros. De hecho, la especialista reconoce que hay uso indiscriminado de antidiabéticos para bajar de peso, aunque estos no sean insulina.
Precisamente, a estas denuncias se le suman al menos dos alertas del Invima. La primera es del 3 de mayo de 2023, en la que se alertó sobre el uso inadecuado de algunos medicamentos con principio activo de semaglutida. La entidad advirtió que, específicamente los de semaglutida, estarían siendo utilizados para la pérdida de peso sin recomendación médica.
La otra es del 5 de febrero de 2024, cuando la entidad lanzó una alerta sanitaria en la que advirtió de la venta ilegal de un ‘kit para adelgazar’ a base del medicamento Saxenda, cuyo principio activo es la liraglutida, que solo se puede vender bajo prescripción médica.
La escasez de medicamentos antidiabéticos es un problema en varios países del mundo y, de acuerdo con la farmacéutica Novo Nordisk, productora de Ozempic, durará todo el 2024. El diario Financial Times advierte lo mismo para el Reino Unido.
Telemundo también reportó a comienzos de febrero que esta escasez continuará durante todo el año. El 2 de febrero, The New York Times publicó que la principal razón es el aumento en la demanda. La segunda es la falta de suministros.
Incluso el diario español El Confidencial, en su portal de salud, Alimente +, tituló en noviembre de 2023: “El mal uso de antidiabéticos agrava la falta de suministro hasta el año próximo”. Esa tésis es similar a la que expuso el Ministerio de Salud tras corregir la declaración de Petro.
Debido a la escasez, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos advirtió a sus ciudadanos sobre la aparición de versiones falsificadas de Ozempic y la Organización Mundial de la Salud reveló un aumento en las denuncias de versiones piratas de estos medicamentos para responder a la creciente demanda.