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Viernes, 14 Febrero 2020

Explicador: ¿Qué es y qué implica el paro armado anunciado por el ELN?

Por Sania Salazar

Preguntas y respuestas para entender una estrategia de guerra que ese grupo armado ilegal utiliza frecuentemente.

La guerrilla del ELN impuso un nuevo paro armado en Colombia que comenzó hoy, 14 de febrero, y está programado hasta el lunes 17 de febrero a las 6:00 de la mañana.

No es la primera vez que esa guerrilla hace un paro armado a mediados de febrero, pero ¿qué significa esa estrategia como acción de guerra y qué implicaciones tiene?

¿Qué es un paro armado?

Juan Manuel Torres, Coordinador de la oficina  de la Fundación Paz y Reconciliación, Pares, en Buenaventura e investigador, le explicó a Colombiacheck que es un llamado que hace un grupo irregular a detener  todas las actividades económicas, académicas y, sobre todo, la movilidad, durante un tiempo y en una zona determinada. También indicó que la denominación de “armado” se debe a que lo hace un grupo irregular (guerrillero o paramilitar). Por lo general, durante los paros armados, solo se permite la movilidad con objetivos humanitarios (enfermos, ambulancias o sepelios).

Torres explicó que en términos de estrategia el paro armado es una medición de fuerzas, la del grupo armado que prueba qué tanto poder tiene para detener las actividades en una zona y la del Estado, que según el investigador, tiende a usar un discurso que minimiza el impacto de los hechos y que vende la idea de que el país siguió funcionando normalmente.

“En los lugares donde más fuerza tiene el grupo armado que convoca al paro seguramente la sociedad civil más va a acatar esa orden porque las comunidades no ven las condiciones para realizar sus actividades normalmente y paran también”, indicó.

Para Torres, en el caso del ELN, además de una demostración de fuerza el paro armado pretende demostrar la expansión territorial y el crecimiento en hombres que se dice que ha tenido en los últimos años. También es una demostración de la capacidad bélica del Estado, de su despliegue militar para evitar las acciones del grupo armado. 

“Es una demostración de fuerza, pero no solo en el plano de lo armado, sino también en el plano del discurso. Los medios de comunicación van a registrar los hechos, pero el Estado va a decir, a través de los mismos medios, que volaron un puente, quemaron una tractomula, pero que no fue más”, aseveró el investigador.

Torres concluyó que muy seguramente los campesinos de las zonas amenazadas (Cauca, Norte de Santander, Chocó)  no van a poder salir a vender sus productos y va a reinar el miedo, pero que eso pasa un poco desapercibido porque ocurre en lugares apartados del país y no afecta a las grandes ciudades

¿Qué implicaciones tiene?

Torres habló del miedo que produce en las comunidades afectadas, pero aclaró que es muy difícil anticipar lo que va a pasar, pues hay contextos que son más fáciles de leer que otros, en todo caso, aseguró que hay que analizar el escenario político coyuntural. Para él, no se puede caer en el juego de las versiones opuestas de que no pasó nada o de que fue muy grave, sino que hay que analizar los hechos con cuidado.

“El paro armado es sobre todo, los hechos previos, me parecen mucho más importantes porque son las tensiones que se producen y que motivan las decisiones finales de la comunidad de acatarlo o no”.

¿Qué han significado los paros armados en la historia del ELN como guerrilla?

“Es un repertorio de acción. Lo hacen cada tanto. En toda esta matriz de la guerra el paro armado se configura como una forma de conmemoración o de reivindicación, en este caso es la muerte del cura Camilo Torres. Cuando tienen esos aniversarios ellos hacen llamados al paro armado. Ellos tienen que posicionarse constantemente en la agenda pública y mantenerse vigentes. Cuando están en sus puntos más bajos saben que no les conviene llamar a paros armados porque no tienen capacidad de responder, seguramente en este momento se sienten fortalecidos y creen que pueden hacer un paro armado con unas dimensiones considerables”, señaló Torres, quien agregó que es importante tener ese contexto histórico, pero resaltó que el análisis del actual paro armado debe ser coyuntural.

La teoría del general Eduardo Zapateiro, Comandante del Ejército Nacional, sobre el paro armado del ELN y del que realiza la guerrilla del EPL en el Catatumbo, es que quieren distraer a las autoridades para sacar droga hacia Venezuela.

https://www.elespectador.com/noticias/nacional/paro-armado-la-pelea-entre-el-eln-y-el-epl-en-el-catatumbo-video-904589

¿Con qué objetivo utilizan el paro armado otros grupos ilegales?

Torres indicó que los paramilitares hacen paro armado cuando sienten que en las poblaciones que controlan hay infiltrados, cuando se sienten acorralados por grandes operativos militares o como mecanismo de presión a los gremios económicos o a los políticos, pero recordó que también han hecho paros armados porque matan o capturan a alguno de sus altos mandos.

¿Cuál es el alcance y la presencia del ELN actualmente en Colombia?

El informe de la Fundación Ideas para la Paz, FIP, titulado “¿Qué hacer con el ELN? opciones ante una derrota militar lejana y un diálogo improbable”, asegura que el fortalecimiento de esa guerrilla es evidente.

“Solo en 2017 se habrían vinculado cerca de 1.000 miembros y, según la más reciente estimación de la Fuerza Pública, para 2018 contaba con más de 4.000 integrantes. Como esta guerrilla no es exclusivamente militar, se estima que podría tener entre 4.000 y 5.000 milicianos”, indica el informe.

El documento también asegura que el ELN ha logrado llegar a regiones donde no tenía presencia en el pasado y en las que antes operaban las Farc. La FIP asegura que sus investigaciones permiten sugerir que el proceso de desarme de las Farc y el periodo de negociación del ELN durante el Gobierno de Juan Manuel Santos coinciden con esa expansión.

“Hoy, el ELN hace presencia en regiones como el nordeste de Antioquia, el Bajo Atrato en el Pacífico norte, y algunas regiones de Nariño, enclaves históricos de las FARC”, precisa el informe.

Según la FIP, la prolongación de la crisis en Venezuela favorece al grupo guerrillero y lo posiciona como un factor de desestabilización. “La posibilidad de una intervención militar externa le da fuerza al discurso político del ELN y refuerza la relación de connivencia —y alianzas— con sectores del establecimiento venezolano”, concluye.