Por tradición las conferencias o ‘plenos’ de las Farc eran reuniones clandestinas de las que muy pocas personas que no fueran guerrilleros, y muchos menos periodistas, habían sido testigos. Pero a la décima versión, realizada la semana pasada en los Llanos del Yarí, asistieron alrededor de 450 medios, según cálculos de la organización guerrillera.
-No hay acceso para medios al lugar donde se está realizando la conferencia.
-Vamos a evaluar la posibilidad de permitir contrapreguntar en las ruedas de prensa.
-Tienen que entender que los comandantes están muy ocupados, pero ya sacarán tiempo para atenderlos (refiriéndose a entrevistas que ya habían autorizado a algunos periodistas con miembros del secretariado). Entiendan que son muchos medios, muchas solicitudes, muchos temas.
Estos anuncios los hizo Milena Reyes, Jefe de prensa de la X conferencia, como respuesta a las insistentes preguntas de los periodistas que colmaban el lugar.
Colombiacheck viajó hasta los Llanos del Yarí, entre Meta y Caquetá, donde se realizó la X Conferencia y pudo constatar que solo unos pocos medios lograron entrevistar a los miembros del secretariado, que realizó la actividad a puerta cerrada y en un lugar distante de donde estaban los periodistas.
Cada tarde había una rueda de prensa en la que solo se podían hacer nueve preguntas. Las respuestas: vagas y evasivas.
Para analizar ese discurso escaso y general de las Farc, Colombiacheck consultó a Mónica Valdés, periodista, antropóloga, y coordinadora de comunicaciones de la Red Prodepaz, y a Mario Morales, profesor del Departamento de Comunicación de la Universidad Javeriana y analista de medios.
Ambos coincidieron en que la estrategia de las Farc de exponer más a sus bases que a sus cabecillas ante la prensa corresponde a la necesidad de que los medios publiquen la faceta más humana de esta guerrilla, su cotidianidad, que cambien el lenguaje bélico por uno de reconciliación. Esto, según Morales, se ajusta al momento de tránsito hacia la democracia, en el que seguirlos narrando como combatientes es estigmatizarlos en el momento que viven actualmente.
“La gente quiere conocer a ese diablo que tanto les han pintado, la idea es que ahora ese diablo dé su versión. El reto es cambiar la imagen que los grandes medios de comunicación al servicio del Estado han generado de que somos narcotraficantes y terroristas. Para la muestra esto que se está haciendo, poder mostrar que en la guerrilla hay futuro, esperanza, que hay soñadores”, le dijo la jefa de prensa de la X conferencia a Colombiacheck.
“Es un acierto que la guerrilla se quiera narrar así misma de una manera en que sí la han mostrado los medios internacionales que sí vinieron a narrar la cotidianidad de estas personas sin guerra”, indicó Morales, quien además explicó que a los jefes es más difícil humanizarlos sabiendo el mando y la responsabilidad que han tenido a lo largo de los años de confrontación.
Valdés resaltó que hay un cambio en la perspectiva de la guerrilla pues mientras que estuvo en la ilegalidad era una fuente de la que se hablaba, pero a la que no se le consultaba.
“Tanto para la guerrilla como para los periodistas es difícil todavía tener confianza en el otro, ese proceso llevará tiempo. La invitación a los medios a la conferencia fue en calidad de testigos de un momento decisivo para dar el paso a la legalidad”, precisó Valdés.
Según ella, no se puede esperar una total apertura del discurso cuando todavía no se están implementando los acuerdos. No es tiempo aún de hablar de temas duros, de cifras y de verdades.
Para el profesor Morales una de las conclusiones más claras es que aprendieron rápido cómo utilizar a la prensa para que transmita solo el mensaje que a ellos les interesa difundir. Eso es esperable porque la guerrilla es un cuerpo vertical que compartimenta la información, lo que quiere decir que solo se publica la información que los voceros suministren, aclara.
“Entienden que en vísperas de la firma del acuerdo final y del plebiscito una frase caliente o una mala expresión puede echar al traste el estado de ánimo de la población”, advierte Morales.
Un buen ejemplo de lo que dice el catedrático sucedió con la entrevista que Catalina Loboguerrero, enviada especial de La Silla Vacía, consiguió sacarle a alias Romaña, el comandante del frente 53 de las Farc y cuyas palabras causaron algún revuelo en las redes sociales, convirtiéndose en tendencia en Twitter para Colombia.
Para Morales, en resumen, el discurso de las Farc es aséptico y pretende dejar en el ambiente la idea de una presunta democracia al interior de la conferencia para la decisión final de avalar los acuerdos con el Gobierno, que luego se contradice al asegurarle a los periodistas en rueda de prensa que ya está decidido y que no va a haber disidencias.
“Eso es tremendamente contradictorio, pero desde el punto de vista del futuro del proceso es una buena noticia, significa que la guerrilla se sigue comportando como bloque”, precisó el profesor.
Ambos expertos coincidieron también en que Nueva Colombia Noticias, NC, el informativo de las Farc, tiene todas las características de un noticiero tradicional que apuesta por mostrar la imagen de la renovación del grupo subversivo por medio de gente joven y con una alta cuota femenina, pues mostrar a los cabecillas, que no están en su mejor forma física y llevan año apareciendo en los carteles de los criminales más buscados, no es muy rentable para el mensaje que quieren transmitir.
Morales calificó como un acierto el vestuario de los cabecillas, que en su gran mayoría no lucieron prendas militares y criticó el uso de la bandera de Colombia en las ruedas de prensa por ser un elemento con connotaciones bélicas en nombre de la patria.
La comunicación es un factor clave ahora para las Farc en su objetivo de cambiar la imagen negativa que tiene y en difundir su nuevo rol como partido político. Así que tendrán que seguir aprendiendo pues en la X conferencia todavía no pusieron en práctica el pluralismo y el equilibrio informativo, así como el acceso amplio, que pregonan en el acuerdo de paz.
Lo que sí apareció fue una gran constelación de nuevos medios, entre ellos varios digitales y alternativos, lo cual es sin duda una buena señal frente al problema del que se han quejado las Farc por la concentración de la propiedad de la comunicación informativa en unas pocas manos.