La transición hacia fuentes de energía más sostenibles y renovables, separándolos de las fuentes fósiles ha sido un tema de debate constante en muchas partes del mundo. En Colombia, especialmente, la idea de hacer una transición del carbón, el gas y el petróleo a otras fuentes de energía se ha convertido en terreno fértil para nutrir un mito: hacer una transición energética no es más que un capricho que obedece a la campaña del presidente de turno.
Aunque este gobierno ha puesto de manera prioritaria en la agenda el tema del cambio climático y la necesidad de adaptación y mitigación o reducción de las emisiones de carbono (descarbonización), la transición energética más que un capricho del presidente de turno es, desde 2015, un compromiso internacional del país.
Incluso, en el informe Climatescope 2022 hecho por Bloomberg, Colombia ocupó el cuarto lugar por sus esfuerzos, hasta la fecha, en la transición energética. El informe resalta que esta es la primera vez que el país queda en el top cinco del reporte y que este puesto se debe en gran medida al sistema de subastas de energía limpia.
La ONU ha advertido que Latinoamérica será una de las regiones más afectadas por el cambio climático, con sequías cada vez más intensas y cambios en los ciclos del agua. Aunque suene catastrófico, la realidad actual del país parece coincidir con el pronóstico: los embalses llegando a operar a un 31,5% de su capacidad, racionamientos de agua en Bogotá y los riesgos de un apagón generalizado.
Por eso, en este explicador, te aclaramos qué es la transición energética justa, TEJ; cómo se puede ver esta transición ahora mismo en Colombia y qué acciones podemos hacer los ciudadanos para ayudar con la TEJ.
Giovanni Pabón, director de energía de Transforma, centro de pensamiento Latinoamericano que promueve la acción climática y las transiciones ecológicas, explica que la transición es “un cambio en los usos y producción de los energéticos con un objetivo específico, que puede ser un objetivo económico, social, cultural, ambiental o por seguridad energética. Hablamos del cambio del sistema energético actual, hacia un sistema energético sostenible y que brinde seguridad energética, acceso y progreso para la sociedad en general”.
En estas gráficas publicadas en la guía Narrar la Transición Energética Justa de Transforma se explica cómo es ese cambio.
Es justamente esta transición a energías renovables con la que Colombia se ha comprometido en acuerdos internacionales, especialmente desde la firma del Acuerdo de París. Este es un tratado internacional jurídicamente vinculante para los 193 países (más la Unión Europea) que lo firmaron el 12 de diciembre de 2015 durante la 21° Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP21).
La intención del acuerdo es lograr que los países promuevan acciones, cambios culturales y políticas públicas para evitar que la temperatura promedio del planeta aumente más de 1,5 grados centígrados frente a los niveles preindustriales.
Como todos los firmantes del Acuerdo de París (que Colombia ratificó con la Ley 1844 de 2017), en el marco de este acuerdo Colombia se ha comprometido con varias metas como la de alcanzar la carbono neutralidad en 2050. Esto quiere decir que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) generadas y absorbidas o capturadas sean iguales. En el sector de energía a nivel global incluso se habla de llegar al concepto de “Cero Neto” que implica que los sistemas energéticos no generen GEI.
Adicionalmente a la Carbono neutralidad para el 2050 el país se comprometió con las siguientes metas que fueron apoyadas mediante los instrumentos de la ley Ley 2169 de 2021:
1. Reducir en un 51% las emisiones de GEl a 2030 con respecto a la proyección para ese mismo año.
2. Establecer presupuestos de carbono o sendas de emisiones para el período 2020-2030 a más tardar en 2023. (La cual hasta ahora no se ha cumplido).
3. Reducir, para 2030, las emisiones de carbono negro (es una fracción del material particulado con diámetro inferior a 2.5 micras) en un 40% respecto al 2014.
4. Reducir la deforestación neta de bosque natural a 0 hectáreas al año para 2030.
La primera de estas ha sido ratificada en la política de transición energética del expresidente Iván Duque, así como en la Estrategia Climática de Largo Plazo de Colombia E2050.
Según explica Transforma, estos objetivos se plantean en plazos con décadas o quinquenios de anticipación porque las acciones que se promueven para hacer una TE no tienen un efecto inmediato. “Si reducimos el ahorro hoy, veremos resultados en un mes o dos cuando nos llegue la cuenta de los servicios; si dejamos de emitir GEI, la temperatura no se va a reducir el día de mañana”.
El país ha avanzado en el campo de generación de energía con fuentes no convencionales. Según información de XM, la empresa administradora del mercado eléctrico colombiano, actualmente hay 40 proyectos de granjas o parques solares que generan un poco menos de 700 megavatios al sistema de transmisión eléctrica del país.
Hay dos parques eólicos en funcionamiento en el territorio nacional: WESP 01 y Guajira 1. Y hay más de 11 proyectos en desarrollo con esta misma fuente de energía que terminarán de construirse entre 2025 y 2034.
Por ahora, Colombia genera un 2,52% del total de su electricidad con fuentes solares, eólicas y de biomasa.
¿Alguna vez ha pensado por qué simplemente no ponemos paneles solares en los techos de todo el mundo para mejorar la generación de energía renovable? Pues un grupo de 24 vecinos en el barrio paisa de El Salvador, en plena Comunica 13, decidió hacer realidad esta idea y, desde abril de 2023, se convirtieron en la primera comunidad solar de Colombia.
Esto significa que los habitantes de este barrio tienen un sistema de generación de energía fotovoltáica que está conectada con la red de distribución de energía de la ciudad. Básicamente, generan electricidad para uso diario que les puede reducir el costo de factura de energía, pero, sobre todo, pueden vender sus excedentes de electricidad a la ciudad.
Este proyecto es el primer piloto en el país de comunidades energéticas, o sea, “una agrupación de actores del sector residencial, comercial e industrial rural y/o urbano que busca dar solución a una necesidad energética específica de manera comunitaria”, según lo definieron investigadores del a Universidad EIA, quienes lideraron el proyecto en el barrio paisa.
El proyecto arrancó en septiembre de 2021 con un solo participante y, tras dos años hablando, acercándose a la comunidad, haciendo talleres de capacitación y familiarización con los equipos, y entendiendo sus dudas y necesidades, en 2023 comenzó el piloto de la comunidad. El proyecto terminó en 2023, pero los resultados convencieron tanto a algunas familias, que decidieron comprar los equipos y seguir generando su propia energía con el sol.
En entrevista con La Silla Vacía, la investigadora de Transactive Energy Colombia y el Grupo de Investigación EnergEIA de la Universidad EIA, Juanita Giraldo, explicó que la comunidad se planteó con la promesa de reducir entre un 15 y 20% la tarifa de energía de los participantes. Aún así, los resultados mostraron que la comunidad pudo cubrir hasta el 40% de su consumo y hubo familias que lograron cubrir la totalidad de su consumo.
Esta es una de las principales apuestas del gobierno Petro en transición energética. Aunque la apuesta aún no ha comenzado a generar energía, al 15 de abril de 2024 hay más de 17 mil comunidades postuladas que dicen cumplir con las condiciones geográficas y climáticas para generar su propia energía.
Colombia también le hace frente a la transición energética desde el consumo de los combustibles fósiles en sectores como el del transporte y desde hace algunos años y con esfuerzos regionales ha venido cambiando la flota de vehículos de servicio público por híbridos y eléctricos. Estas acciones son muy importantes ya que este sector consume el 42% del total de energía que requiere el país, de acuerdo con el Plan Energético Nacional 2022-2052. Desde 2022, el país cuenta con 1.589 buses eléctricos, que es la segunda mayor flota en Latinoamérica, solo por detrás de Chile con 2.043, de acuerdo con datos de la plataforma de monitoreo E-Bus Radar.
Además, la venta de vehículos híbridos y eléctricos particulares ha aumentado en el país desde 2018. Solo en 2023, de acuerdo con Fenalco, la Federación Nacional de Comerciantes Empresarios, la venta de carros eléctricos creció el 12,2% y los híbridos crecieron el 13,3% con respecto al año anterior. Aún así, es una cifra pequeña, en relación con el total de los casi 19 millones de vehículos que ruedan por el país.
Aunque la transición energética tiene un fuerte componente de política pública y toma de decisiones a gran escala, todas las personas pueden participar pues, como dijimos, la transformación también es social y cultural.
Por eso, le preguntamos a la profesora María Angélica Farfán, coautora del informe 'El desafío de la transición energética: lo que usted necesita saber', qué acciones que todos podemos hacer pueden contribuir con la transición energética:
Monitorea y controla y conoce tu consumo de energía: Esto es tan sencillo como gestionar de manera eficiente apagar los dispositivos electrónicos que no necesites o evitar el uso innecesario de luces.
Utiliza bombillos ahorradores o con tecnología LED: Estos bombillos utilizan una tecnología diferente a las resistencias de los modelos más incandescentes. Aunque no hay un cálculo preciso, se estima que pueden ahorrar entre un 50 y 80% menos de energía. Además tienen una vida más larga.
Desenchufa los electrodomésticos que no estés usando: Aunque no estén encendidos, los electrodomésticos conectados a una toma siguen consumiendo electricidad. A esto se le conoce como “consumo fantasma” y, aunque no sea un consumo energético desmedido, a largo plazo puede evitar el desperdicio de energía y dinero. En 2014, un periodista de Xataka hizo el ejercicio en España y su consumo fantasma le podía costar casi 50 euros anuales (un poco más de 200 mil pesos colombianos).
Trata de cambiar los electrodomésticos por dispositivos más eficientes: En esto tiene que ver la edad pues, usualmente, los electrodomésticos más antiguos gastan más energía que los modelos recientes. Una buena pista para saber cuál es la eficiencia energética de un dispositivo es el etiquetado energético que usa Colombia:
Según explicó el Ministerio de Minas en 2016, “se estima que un equipo refrigerador convencional puede generar 269,28 kilogramos de CO2 al año, mientras que uno eficiente con clase energética A puede llegar a la mitad, es decir 134,64 kilogramos de CO2 anuales”.
Mejorar el aislamiento térmico de las viviendas y edificios: Esto ayuda a reducir las pérdidas de calor o frío de aires acondicionados o calefacciones. Las ventanas de doble acristalamiento también mejoran el aislamiento térmico.
Cuida tu consumo de agua: Debido a que Colombia genera alrededor de un 70% de su electricidad con agua, cuidar este líquido es fundamental para garantizar la estabilidad energética del país. ¿Qué acciones puedes hacer para racionar tu consumo? La Fundación Aquae recomienda:
Cerrar los grifos siempre que no los estés usando. Esto es: cuando te enjabones, cuando te laves los dientes, cuando no estés enjuagando la loza. No importa que sea poco tiempo.
Controlar el tiempo que te bañas. “Una ducha de 5 min, ahorra unos 3.500 litros al mes”, explican desde la fundación.
Muévete en bicicleta: La bicicleta ha ganado un espacio como alternativa. De acuerdo con un informe de 2022 hecho por la consultora Ipsos, un 37% de colombianos usa la bicicleta al menos una vez por semana.
Haz viajes en vehículos compartidos o en transporte público: La matemática es simple: si dos personas usan dos vehículos para moverse, al compartir carros van a reducir a la mitad las emisiones de CO2. Además, ayuda con los trancones.
*Esta nota se produjo como parte del proyecto Verdades y Mentiras de la transición energética justa en Colombia, realizado con el apoyo de Transforma.