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Falso
El alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, ha venido advirtiendo en los últimos días que el aumento de contagios y muertes por COVID-19 en Colombia se debe a la circulación masiva de la variante P.1 del coronavirus, originada en Brasil y conocida por una mayor capacidad de transmisibilidad.
“No me cabe duda que las altas cifras de contagio que hoy tenemos y las cifras de mortalidad que hoy se amplían, se deben a la circulación en Colombia de la mutación brasileña del virus del COVID, la mutación P.1”, dijo el pasado jueves 8 de abril durante una rueda de prensa.
Días después repitió su declaración durante una entrevista en una emisora local y en una transmisión de su cuenta personal de Facebook.
En Colombiacheck decidimos verificar qué información hay sobre la circulación de esta variante del SARS-CoV-2 en Colombia, y si es posible atribuirle la llegada del tercer pico de la pandemia en el país, que pasó de reportar 3.511 nuevos casos el 9 de marzo, a 16.739 el 12 de abril.
Para empezar, vale la pena recordar que los virus como el SARS-CoV-2 tienden a desarrollar variaciones genéticas que los ayudan a sobrevivir y reproducirse, como lo explican los Centros para la Prevención y el Control de las Enfermedades (CDC), de Estados Unidos. Estas mutaciones del virus “pueden incidir en la forma en que se propaga y lo que les pasa a las personas que se infectan con él”.
Hasta ahora, entre las variantes que los científicos han identificado, hay tres que generan mayor preocupación: B.1.1.7 (del Reino Unido), B.1.35 (Sudafricana) y la P.1 (brasileña).
De acuerdo con los CDC, “estas variantes parecen propagarse con mayor facilidad y rapidez que las otras, lo que podría generar más casos de COVID-19”.
La variante P.1 fue identificada entre los meses de noviembre y diciembre de 2020 en Brasil y ha aumentado progresivamente su participación en el contagio. Pasó de ser la responsable del 15 % de las infecciones en diciembre, a causar el 73 % en marzo de 2021, según los datos del laboratorio federal Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) del Ministerio de Salud de Brasil.
Recientemente, un estudio pre-publicado (sin revisión de pares) realizado por investigadores del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad de São Paulo, la Universidad de Oxford y el Imperial College de Londres, concluyó que esta variante identificada en Brasil puede ser entre 1,4 y 2,2 veces más transmisible que las variantes comunes del virus.
Sin embargo, aún esta y otras variantes catalogadas como riesgosas, están siendo investigadas para conocer con detalle sus características y diferencias en transmisibilidad. Ese es el objetivo del Consorcio Nacional de Virología G2P de Reino Unido, el cual busca entender cómo influyen algunas variantes en la pandemia.
En ese sentido, es entendible la preocupación de las autoridades de la región, como el Alcalde de Cali, por el comportamiento de ese linaje del virus. Sin embargo, ¿se le puede atribuir el tercer pico del COVID-19 en el país?
Consultamos al alcalde Ospina por su información, y respondió:
“Mi inferencia se realiza sobre la mayor tasa de contagio, algunos cambios en la manera como se reciben los pacientes, pero ante todo, por la cercanía geográfica a Brasil. Y aunque se cerró el puente aéreo a Leticia, no se hizo lo mismo sobre países como Ecuador, Perú y Chile”.
Dado que se trata de una inferencia, consultamos al Alcalde si tenía datos más precisos de vigilancia del genoma del virus, y aclaró:
“No, no tengo la tecnología para evidenciarlo. Las instituciones de salud de Cali no tienen cómo hacer secuencias. La información de la secuencia la debe tener el Instituto Nacional de Salud”.
De modo que consultamos al Instituto Nacional de Salud (INS), que aclaró, a través de su oficina de comunicaciones, que el linaje P.1 sí es una variante a la que se hace seguimiento en Colombia, pero “no es una predominante”, y por ello no es responsable del aumento de contagios.
Según el seguimiento de esta entidad, con corte al 11 de abril, los linajes de coronavirus con mayor presencia son los comunes B.1, B.1.111 y B.1.1, que hoy representan el 65,7 % de las muestras analizadas.
En contraste, la variante P.1 representa apenas el 3,8 % de las secuencias analizadas, que corresponden, en específico, a 22 casos de Amazonas y uno de Bogotá, reportados en enero de este año.
En la siguiente imagen se muestra la distribución geográfica de las secuencias identificadas en el país. La tabla de la derecha tiene los porcentajes de participación a nivel nacional.
Hay que recordar que el INS realiza una vigilancia del genoma del virus a partir de muestras de las pruebas realizadas a diario en el país. Hay 17 laboratorios con capacidad para hacer hasta 1.000 análisis de secuencias de genomas cada 10 días, según la entidad.
De esta manera, para el biólogo Juan David Ramírez, director del Centro de Investigaciones en Microbiología y Biotecnología de la Universidad del Rosario, “no se puede asegurar que el aumento de casos es atribuible a la variante P.1, pues esta no es predominante en Colombia”.
En ello coincide Johana Ivanova Barrera, médica epidemióloga y especialista en gerencia en servicios de salud: “No se puede atribuir actualmente este aumento de casos a la circulación de esta variante en específico, pues su circulación aún no es representativa, los datos muestran que su presencia no es a nivel nacional”.
La misma posición tiene el epidemiólogo estadístico Rodolfo Herrera: “Es inadecuado decir eso. Es una variante que apenas ha llegado a nuestro país. La aparición de estos pocos casos no pueden explicar el gran incremento de contagios que estamos viendo en Colombia. Las muestras tendrían que ser mucho mayores, y con mayor presencia en otras ciudades”.
En cambio, los cuatro expertos consultados señalan que el aumento de casos se explica por un relajamiento en las medidas de autocuidado y la reapertura económica en las ciudades, después del anterior pico de enero.
“El tercer pico es atribuible a todos estos feriados que tuvimos desde el puente de San José [19 al 22 de marzo]. Y empezaremos a ver los resultados del comportamiento en Semana Santa. Las personas se relajaron en las medidas de autocuidado y hubo salidas de vacaciones”, explica la especialista Barrera.
Por otro lado, Omar Segura, médico epidemiólogo y doctor en salud pública, dice que se debe tener en cuenta que las variantes pueden acelerar el contagio, pero no lo generan, pues el método de transmisión sigue siendo el mismo:
“El virus está teniendo permanentemente mutaciones. Entonces más allá de la capacidad de virulencia que tenga cualquiera de las variantes, hay que tener presente e insistir sobre la conducta de las personas, el uso de tapabocas, el distanciamiento y además, ahora, la vacunación”.
Esa misma posición ha mantenido el INS, que recordó en un comunicado: “Independientemente de la variante que esté circulando, se insiste a los ciudadanos mantener las medidas de bioseguridad ya conocidas para prevenir el riesgo de contagio”.
Entonces, teniendo en cuenta el seguimiento genómico que realiza el INS, y sin datos distintos proporcionados por el alcalde Ospina, podemos concluir que, hasta ahora, es falso afirmar que el aumento de contagios que se registra en el mes de abril de 2021 en Colombia responda a la circulación del linaje P.1 o variante brasileña del coronavirus.
En una situación similar, en enero de este año, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, había atribuido el segundo pico de contagios a la circulación de la variante del Reino Unido en la capital. Pero en este chequeo encontramos que sus declaraciones tampoco tenían fundamento.