Falso Falso Falso Falso Falso Falso Falso Falso
Falso
Circula, en TikTok y Facebook, una imagen titulada “Dato del m19 para los que NO LEEN” (sic), que supuestamente responde a la pregunta “¿Cuántas masacres cometió el M-19” con el siguiente texto: “78 víctimas de minas antipersonal, 33 masacres en diez años, 30 de las 74 veredas fueron abandonadas en su totalidad y más de 20 de manera parcial, cerca de 5.000 atentados a la infraestructura, asesinatos selectivos de líderes cívicos, 156 desapariciones forzadas, más de 19.954 personas desplazadas, violencia sexual…”.
La publicación en TikTok del usuario Rafael Uribe (@rafaeluribev) consiguió 11.600 reproducciones, 510 ‘me gusta’, y fue compartida 225 veces.
En Colombiacheck verificamos los datos de la imagen y concluimos que se trata de un párrafo sacado de contexto con cifras de delitos atribuidos sin razón a la extinta guerrilla del M-19. Un error que aparece en el propio motor de búsqueda de Google.
Como se ve a continuación, la búsqueda en Google de la frase “masacres del m-19” ofrece una pestaña en la caja interactiva “Más preguntas” titulada “¿Cuántas masacres cometió el M-19?”. Dicha pregunta se ve en la imagen mencionada, así como la flecha hacia arriba al lado derecho de la pestaña y el párrafo que aparece a continuación, terminado en tres puntos suspensivos tras la expresión “violencia sexual”.
Sin embargo, el enlace del que surge el párrafo citado no habla de masacres cometidas por el M-19, sino que es un compendio de diferentes artículos publicados por el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) que abordan la temática de masacres. El párrafo citado por Google y capturado en la imagen que circula en redes, es en realidad el sumario del artículo “Cuatro masacres que San Carlos no olvida”, publicado en 2015.
La caja de “Más Preguntas” funciona a través del algoritmo de Google, que utiliza palabras clave para responder de forma eficiente a las búsquedas de los usuarios. En el foro de Google Search Help se pueden encontrar otros ejemplos de errores cometidos por el funcionamiento automatizado de esta herramienta (1, 2, 3).
Sobre los hechos en San Carlos, el investigador Andrés Fernando Suárez, excoordinador del Observatorio de Memoria y Conflicto del CNMH, nos explicó “la mayoría de esos hechos corresponden con el período más crítico de la confrontación entre 1999 y 2005 en ese municipio, luego de la incursión paramilitar y la pelea entre bloques paramilitares”.
En efecto las cuatro masacres a las que alude el texto ocurrieron en 1998, 2001 y 2002, a manos de grupos paramilitares y de la guerrilla de las FARC, hoy en día también extinta. El texto no menciona al M-19, desmovilizado en 1990. Además, en el informe referenciado por el artículo, “San Carlos. Memorias del éxodo en la guerra”, sólo hay una mención a dicha guerrilla, que no le adjudica hechos victimizantes (Pág. 45).
Sin embargo, al corroborar las cifras presentadas en la imagen con las bases de datos del Centro de Memoria Histórica, encontramos que el M-19 es presunto responsable en:
En cuanto a masacres, la base de datos sobre este tipo de crímenes no señala al M-19 como responsable en ningún hecho, si bien históricamente se ha cuestionado su alianza con el Comando Ricardo Franco, perpetrador de la masacre de Tacueyó; así como se ha discutido su responsabilidad sobre las muertes ocurridas a raíz de la toma del Palacio de Justicia.
El Comando Ricardo Franco, disidencia de las FARC-EP, fue fundado por José Fedor Rey y contó con la comandancia de Hernando Pizarro, hermano de Carlos Pizarro Leóngomez, comandante del M-19. Este lazo y la cercanía ideológica de ambos grupos generaron una alianza de patrullaje conjunto en territorios del Cauca.
Entre noviembre de 1985 y enero de 1986, esa estructura cometió la masacre de Tacueyó, en el corregimiento de ese nombre ubicado en el municipio caucano de Toribío. Allí fueron asesinadas entre 125 y 164 personas, en su mayoría jóvenes campesinos, estudiantes universitarios y nuevos reclutas bajo sospechas de traición o espionaje.
El M-19 denunció este hecho y cortó la alianza. Además, el Ricardo Franco fue expulsado de la Coordinadora Nacional Guerrillera antes de disolverse fruto de masivas deserciones.
El 6 de noviembre de 1985, un grupo de 35 guerrilleros del M-19 asaltó el Palacio de Justicia en Bogotá, asesinando a dos guardias de seguridad y tomando rehenes a las personas presentes. Luego, la violencia escaló aún más cuando las fuerzas del Estado intentaron retomar el control del edificio, ingresando a sangre y fuego.
De este episodio resultaron 99 muertos, incluyendo a 11 magistrados de las altas cortes, y 11 personas desaparecidas. Hasta la fecha, aún persisten incertidumbres sobre lo ocurrido y sobre el destino de estas personas. La Comisión de la Verdad estableció que los crímenes relacionados a estos hechos siguen impunes, incluso tras la condena de la Corte Interamericana de Derechos Humanos contra la Nación por su responsabilidad en las violaciones cometidas.
Así pues, calificamos como falsas las publicaciones que adjudican al M-19 los hechos victimizantes sufridos por la población de San Carlos, Antioquia, puesto que ocurrieron después de la desmovilización de esta guerrilla a manos de las FARC y grupos paramilitares. Además, estas cifras no concuerdan con los registros que el Centro de Memoria Histórica adjudica en realidad al extinto grupo insurgente.
Tras la publicación de este artículo, Andrés Fernando Suárez, una de las fuentes consultadas, sugirió incluir más información para matizar y contextualizar las cifras sobre las acciones criminales del M-19. Encontramos pertinente hacerlo a continuación.
Sobre los datos existentes tras la desmovilización del M-19 en 1990, Suárez anotó que “el hecho de que no hubiese mecanismos de justicia transicional para entonces, además de la amnistía, pudieron favorecer el olvido o inhibir la denuncia, porque nunca hubo un mecanismo de reconstrucción de memoria histórica de los hechos de esta guerrilla”.
“El principal hecho victimizante del M-19 fueron los secuestros con 394 víctimas, incluyendo hitos como la toma de la embajada de República Dominicana y la toma del Palacio de Justicia”, agregó. Además, anotó que es conocida la autoría del M-19 en 122 ataques contra bienes civiles y/o públicos (actos de sabotaje).
Frente a los datos de masacres, Suárez ofreció la siguiente precisión: “Hay un alto número de casos en los que no se ha identificado la guerrilla que perpetró el crimen, lo que es importante porque podría incluir casos del M-19 aún por establecer”.
Finalmente, frente al carácter de masacre otorgado a los hechos del Palacio de Justicia, Suárez concluyó:
“Sobre la toma del Palacio de Justicia, no se clasificó como masacre porque los muertos ocurrieron en el marco de la retoma del palacio de justicia, en unos casos en medio del fuego cruzado entre guerrilleros y militares, en otros por el incendio que causó la retoma en el Palacio, y en unos casos más hubo asesinatos selectivos del M-19 que han sido probados. El conjunto del hecho puede ser socialmente nombrado como masacre, pero no corresponde con la naturaleza del hecho victimizante, pues se excluyen los casos que ocurren en medio de una acción bélica, dado que la responsabilidad sería en el mejor de los casos conjunta, pues no hay cómo establecer quién asesinó a quién en la mayoría de los casos”.